Elizabeth trataba de no perder la compostura y llevar contado los días en los que había estado allí. Creía que eran dos, ya que él lugar estaba en completa oscuridad, no había ventanas y el joven que la asistía entraba tan rápido que ella no divisaba bien, si era de día o no.Por todos los medios, ella intentó ganarse la confianza de él y así quizás poder tener un aliado._ Necesita algo señorita? _ le dijo él de manera respetuosa_ ¿tiene hambre? Lizy sonrió amablemente. _ Por favor dime Elizabeth. Y agradezco tu ofrecimiento, si me gustaría comer algo _ dijo sonriendo aunque ni siquiera podía tomar agua de la angustia que tenía._ Bien, le he traído carne con verduras. Coma sin miedo, le aseguro que todo es fresco. Yo mismo se la compré _ le dijo amablemente el joven.Ella asintió. Comenzó a comer, muy lentamente se había propuesto caerle en gracia a su captor ¿ y qué mejor manera había que aceptando su comida? _ Está delicioso_ le dijo Lizy sonriendo_ ¿Tú cocinas? _ ¡No señorita
Renata estaba reunida con quien había planeado todo el secuestro y con quien lo había ejecutado, a unos metros el joven que cuidaba a Elizabeth trataba de oír lo que decían._ Después que cobren el rescate, háganla desaparecer, pueden hacer con ella lo que quiera, me da lo mismo _ dijo Renata_ por ahora déjenla viva unas horas más. Envíenle más fotos a su marido, así como está. _ dijo riéndose_ quiero que sufran mucho, de mi no se van a burlar.El hombre asintió. Cobrarían el rescate en la mañana del siguiente día. Debían dejar el pago en un lugar y luego esperar instrucciones, estaban seguros que Federico podía a llegar a tenderles una trampa, pero habían planeado todo muy bien para salir ilesos.El joven se metió a la cabaña, sin decir una palabra. Al oír que la matarían a Elizabeth se asustó, él no estaba preparado para presenciar eso. _ No llore señorita Elizabeth, la ayudaré a salir de aquí_ susurró_ veré como puedo hacer. Elizabeth lloraba en silencio, temblorosa trató de habl
El pago por la liberación se había hecho. El jefe retiró el dinero tal y donde lo había pedido. Federico había dado la orden de no hacerle nada, porque temía que algo pudiera pasarle a su esposa.Pero el hombre de confianza que se encargaba de la búsqueda había desplegado un gran operativo para seguir al delincuente. _ Descuide señor... la encontraremos hoy mismo y ellos pagaran por lo que han hecho. Federico lo miró serio, sus ojos azules despedían odio pero también desesperación. 《Si algo le sucede, no podré seguir, sin ella no podré》.El amor que le tenía era tan grande y profundo, se sentía tan conectado con ella que sentía un miedo inusitado, como nunca lo había sentido.No sabía por lo que ella estaba pasando, sentía que Elizabeth no estaba bien a pesar de las fotos que le habían enviado. _ No quiero que Lizy sufra las consecuencias si ustedes hacen algo mal. El hombre tomó una postura más firme. _ Señor, toda mi gente es profesional. Estoy seguro de que ella no está en la
Federico y Salvador corrieron a través del camino y entre unos arbustos, vieron a un joven que luchaba por sobrevivir._¿ Dónde está mi esposa? _ dijo Federico agachandose para tomarlo de la ropa. Juan, trataba de hablar. _ La ayudé a escapar, la iban a matar..._ confesó_ aunque pagara...señor, ella me pidió... me pidió que le dijera que cuide a Lucas. Federico miró hacia su alrededor. ¿Cómo creerle a un delincuente, por más joven que fuera? _¿Hacia donde fue? ¡Dime o lo lamentarás tu y toda tu familia! te juro que será así_ dijo furioso.El joven estaba malherido, parecía que se estaba por desmayar._ Salió corriendo hasta el puente, mientras yo... detenía a ese hombre que quería..._ tosió y tomó aire_ tocarla... ella corrió... no la vi más... por favor señor... solo tengo a mi madre enferma..._ rogó él joven.Federico lo soltó, por alguna razón le creyó. _Llevalo al hospital_ respiró_ si es como dice, hay esperanzas de encontrarla.Los hombres levantaron al joven, antes que se
Elizabeth abrió sus ojos, trató de moverse pero sintió un dolor agudo en su pierna, todo su cuerpo en sí le dolía. Trataba de enfocarse para saber donde estaba, miró a su alrededor pero nada le parecía familiar. De repente, un joven con sonrisa amable, se acercó a ella._¡Por fin has despertado!_ le dijo_ ¿Cómo te sientes? Ella se tocó la cabeza. _ Me duele todo el cuerpo... pero me siento bien eso creo_ tenia sus magulladuras en sus brazos y piernas y algún que otro golpe y herida en un cara. Pero al menos, estaba viva._ Unos hombres te encontraron y te trajeron hasta aquí. ¿Recuerdas como llegaste o que te sucedió? Ella no recordaba nada. _ No..._se tocó la cabeza_ no lo sé.Lizy miró al hombre amable consternada.¡No recordaba nada del accidente!El le sonrió tranquilo, no quería que ella se alterara. _ Bueno, quédate tranquila es probable que aún estés algo confundida_ le tomó la mano_ Me llamo Miguel, aquí todos me dicen Padre Miguel_ la miró dulcemente_ ¿Tú cómo te llamas
Las noticias sobre la desaparición de Elizabeth ya se habían diseminado por todos lados. Todos hablaban de su secuestro, tratando de investigar que podría haber sucedido o donde podrían haberla llevado los captores si aún seguía viva. Para sus seres queridos era muy doloroso ver eso. Federico no había dejado de buscarla, siguiendo todas las pistas posibles, ofreciendo una gran recompensa por información pero nada había dado resultado. Nadie podía hacerlo entrar en razón, no quería escuchar ni siquiera a Santiago. Se había abandonado de tal manera que su imponente figura había sido mellada ante la ausencia de Lizy.Todos temían que el perdiera la razón si seguía así.Quien estaba atenta a todas las noticias era Renata, que lejos de tener miedo estaba segura que Elizabeth estaba muerta y que él único detenido no hablaría, porque tenían amenazada a su familia, obviamente toda la culpa recayó sobre él. Federico se había encargado de que Juan estuviese bien protegido, si bien seguía en
Esa noche prácticamente Pablo no pudo dormir. Se sentía ansioso. Miguel le había contado de una chica que habían encontrado, quien a pesar de estar muy golpeada se encontraba bien, pero aún no recordaba quién era. Apenas el sol estaba asomando, se levantó y comenzó a caminar por el lugar llegando hasta el rio, no lograba sentirse tranquilo. Cuando estaba regresando miró hacia la choza en la que estaba la joven, se fue acercando y vió que la puerta estaba abierta. Golpeó pero nadie respondió._ ¿Estoy aquí señor, necesita algo?A Pablo se le congeló la sangre.《¡Esa voz!》.Se dió vuelta y fue hacia el costado de la choza, allí estaba ella, con su largo cabello negro, su hermosa fisonomía y una gran sonrisa. A pesar de los golpes que tenía y el trauma que había sufrido ella seguía sonriéndo.Pablo se acercó lentamente, como teniendo miedo de que fuese una visión._ Liz... Liz...¿eres tú?_ susurró.Ella lo miraba expectante. _ ¿Esta bien señor? ¿Necesita ayuda?Pablo la miraba maravil
Miguel esperaba impaciente a que Pablo entrara a la cocina, estaba bastante sorprendido por lo que había visto y sabía que había alguna explicación para eso.Apenas el joven regresó el amigo saltó de su silla para hablar con con él._ ¿Me puedes explicar qué fue todo eso Pablo? Dime... ¿esa chica procede con todos amable pero con desconfianza y tú en un par de horas lograste abrazarla y consolarla? ¿Hay algo que no sepa y tenga que saber?Pablo hizo silencio. Si le decía la verdad a Miguel en ese momento, sabía que irremediablemente tendría que llevar inmediatamente a Elizabeth con Federico y se negaba a hacerlo._ Se siente muy mal. Tiene miedo de regresar... solamente le dije que tendría que llevarla a la ciudad, pero ella no quiere irse aún_ dijo Pablo tranquilo.Miguel estaba tan apartado de todo, que si bien sabía por Pablo sobre el secuestro y la supuesta muerte de Elizabeth, estaba tan inmerso en su mundo, que ni siquiera era consciente de hasta donde podía llegar la situación.