Pérdida.Es una palabra muy corta e insignificante para describir cómo me siento en éste momento; es como si él mundo se hubiese detenido en éste mismo instante, cómo si el tiempo conspira para que pasara esto, una perdición, una peligrosa perdición.Estoy jodida. Aún no asimiló lo que pasó, y aún peor sigo pérdida en esos dos círculos azules cómo una estúpida, podría haber otra persona más jodida que yo. ¡No! Es injusto, yo no puedo estar así, no él, es prohibido, sólo por el hecho de ser él.Soy una hipócrita, una maldita hipócrita, cómo se me ocurre, mierda estoy jodida, ahora me niego a mí misma de algo que tanto deseó, de algo que me está consumiendo, algo que no parará hasta arrastrarme a caer ante sus encantos, hasta aceptar que soy débil y dejarme llevar.Pero no sólo eso, llevó días deseandolo, deseando que se meta entré mis piernas, deseando que me haga suya y me llené de orgasmos, deseando algo que ahora me niego aceptar que deseo. Pero no puedo, pero sí puedo, joder. Esto
El se posiciona en frente de mi y empieza a desnudar, su torso bien definido lo deja a la vista cuando retira su camisa; no lo hace lento ni despacio, cuando queda totalmente desnudo tengo que pasar saliva, se acerca a la cama y se arrodilla, con la cosa rara esa empieza a jugar con mi punto debil, mi mundo se paraliza y lo único que siento es placer. Un placer que puede acabarme en cualquier momento, cierro los ojos fuertemente y aprieto las sábanas fuerte cuando introduce el juguete .Me siento en la luna.¡Oh sí!¡No pares!¡Ahh!¡Continua!Matthew aumenta a cuatro y luego a cinco y cuando siento que me voy a venir se detiene, quiero gritarle.¡Gilipollas!¡Pendejo!¡Estas mal!Abro los ojos cuando escuchó un envoltorio ser roto, no describiré su p***, solo diré que es grande, muy grande, grueso y largo. Me muerdo el labio y lo veo caminar hasta mi.Se inca sobre mi y lo siento en mi entrada, ¡Joder no me tortures! Arqueo mi espalda buscando más que su roce y no lo consigo.—Lo qui
Duele, por el jodido cielo me duele demasiado. No puedo moverme, estoy tiesa, es como si hubiera pasado un carro por encima dejándome tiesa. Con un dolor insoportable en mi vagina, que duele horrible. Jodido seas Matthew, te odio, pero no lo odio después de semejante placer que me dio anoche. Pero ay, me siento peor que cuando perdí la virginidad. Más nunca me dejaré llevar y diré que quiero más duro.Mi párpados pesan y aun tengo sueño, mucho sueño diría yo, pero si me acosté temprano o no recuerdo la hora, solo que dormir con un enorme placer de haber visto la cara de Matthew cuando lo eche anoche, aunque hubiese querido que se quedara, mi orgullo es más fuerte y no lo permitiría, no permitiría que durmiera conmigo, aunque creo que eso es lo menos que haríamos. Yo Eliza Fer Andrade Ruiz he sido capaz de hechar a quien me dio placer y disfrute ver su cara de desconcierto. Ok eso estuvo mal, pero los hombres no siempre tienen que gobernar la relación y ordenar, esa no seria yo.Con
El domingo fue un tormento, completamente aburrida, hable con mamá, Sebastián, mi nana y visité a Sandra un momento. Desordene y ordené todo otra vez buscando una manera de entretenerme y buscar salida a este aburrimiento. Todo es un caos lo sé. El lunes me fui al trabajo y sentí un alivio, así sea de verle la cara con diez quilos de maquillaje a Beatriz. Pero joder me iba a volver loca si seguía encerrada. Cuando llego al trabajo lo primero que me encuentro es a una fila de chicas esperandome por el anunció que había publicado. Pero joder yo lo elimine.Beatriz me obligó a atenderlas a todas y buscar la mejor para atenderla a ella. Porque ella es tan putamente envidiosa que quiere una nueva secretaria y yo quedaría siendo... oh joder, la secretaria fija de Matthew. ¡Te odio Clar!—Te estaré avisando de la respuesta— le estrechó la mano a la rubia delante de mi cuando entra Beatriz.—No necesitas avisar nada, ya e decidido quien será mi nueva secretaria—mira a la rubia de arriba aba
Corre por tu vida Eliza corre, corre y no pares.Que muero.Joder ya el mundo rechaza mi existencia, un taxis pasa justo cuando estoy cruzando la calle, dejándome en un solo lugar, en medio de la calle como una estatua sin poder moverme, sin poder dar un paso, sin respirar. Aquí mori, se que algún día llegaría pero no tan pronto; se supone que sería a los sesenta y seis. Esa sería la edad perfecta para morir pero no elegimos la fecha ni el momento, solo nos vamos sin avisar dejando pendientes, que nunca pudimos arreglar.Me muevo, no me muevo.Me muero, no me muero.Si no me muero no tendré paz.Si me muero.... joder no tendré paz tengo asuntos pendientes y el Sr. Allamand es uno de eso. No voy a morir eso esta claro, ¿pero como hago para moverme antes de que los veinte centímetros que faltan para morir lleguen. ¿Pido ayuda? ¡AYUDA!Un cuerpo se lanza sobre mi y caigo al suelo arriba de un pecho duro, haciéndome abrazar a el. Me quedo abrazada a el mientras escondo mi cara en su pec
Mi mente divaga entre tres recuerdos. Entre tres pieles, que fueron parte de mi, partes muy importantes. Dos marcaron mi vida y una lo está haciendo ¿Como es posible que me pase esto? ¡Porque algo me dice que esto es obra de Sandra! Escaneo a David y Miguel quienes vienen de lados diferentes, pero caminan en la misma direccion. Uno sonrie mientras el otro solo me mira de arriba abajo. Toda mi seguridad se viene abajo con cada paso que dan. Siento mi piel vibrar y tener una descarga eléctrica cuando los tres empiezan a caminar a la puerta.Miro a Matthew y su mirada se encuentra con la mía haciéndome estremecer en el instante. Intento sonreír pero no puedo, mi cuerpo está tenso, tieso e inmóvil. Solo puedo observar a estos tres hombre.Uno fue muy dulce, otro fue mi fiel compañero, y el otro me da pasión y me lleva al cielo con solo tocarme.Intento sonreír pero no puedo, desvío la mirada a Isabel quien se encuentra en estado de shocks, sin saber que hacer, solo mirar a Miguel quien
—Liz Sebastián dijo que él no se iba a casar nunca porque las mujeres son malas—mi mirada se dirige a Sebastián que se encoge de hombros.—A ver mi Ángel ignora las palabras de Sebastián, ninguna mujer es mala, solo hay algunas que son así por el hecho de que las lastimaron y tienen miedo de que las vuelvan a lastimar y eso le pasó a ella. Así que él solo dice esas palabras porque la chica que quería se portó mal y ya— sonrió.—Yo no quiero que mi chica se porté mal porque yo si quiero casarme y tener muchos hijos, y una niña y que sea como tu, fuerte, también ponerle como tu, Como la mejor de todas.***Miro la hora y son las once, genial siento que apenas llevo dos minutos caminando. Regreso a donde estaban las motos anteriormente y conduzco hasta casa. Las luces están todas apagadas y entro con el más mínimo silencio a la cocina. Donde me encuentro con una figura metida dentro de la nevera sirviéndose un vaso de leche.—El ratón más hermoso que he visto en mi vida— digo haciendo
—¿Que hacen?— pregunta desde el lumbral de la cocina.Mi mente asimila la voz mientras mi corazón se acelera a mil por horas. No sé qué me pasa pero jamás había sentido tanto miedo, miedo de que me descubran con alguien, miedo de cagarla. Mi corazón está que sale de mi pecho por si solo y mi respiración están entre cortada. Entrecortada por lo que acaba de pasar, entrecortada porque estuve apunto de ser descubierta. Suspiro y sirvo un vaso de yogurt para sacar la cabeza de la nevera y estirarme. Miro delante de a mi la figura masculina cruzada de brazos. Me alejo de la refrigerador con un vaso de yogurt en la mano y camino decidida hasta el. Me detengo delante de el.—Yo acabo de llegar— le doy el vaso de yogurt— ¿y tu que haces despierto a estas horas papa?— levanto una ceja y el se rasca la cabeza— no me digas que estas gateando a la habitación de mamá.—¡Eliza! Es que no podía dormir—dice, rie— le ha pasado lo mismo Sr. Allamand— pregunta papa con voz cuestionaria.Matthew se que