Narra Andrea
Hoy era sábado pero aún así me tocaba trabajar, no en la biblioteca porque era fin de semana y el turno lo cubría alguien más a petición de mi jefe para no cargarme de horas, debido a ella había conseguido un trabajo de fin de semana como practicante de un médico en su consultorio, me vestí con el uniforme y me fui caminando, con el ahorro del autobus de hoy podía completar algo más en la compra.
(...)
- Andrea puedes traerme los expedientes del paciente - escucho al doctor por la otra línea del teléfono mientras rermino de llenar formatos , no necesito responderle simplemente me limito a completar la tarea lo más rápido posible buscando en el extenso cajón de archivos viejos, maldiciendo porque no haya tecnología en este viejo consultorio.
- Aquí tiene doctor, ya no tiene más citas- informo con una sonrisa al pasar la puerta y entrgarloe la carpeta vieja.
- Perfecto, entonces hoy te puedes retirar temprano y descansa un poco niña, tengo más años que tú e incluso yo me miro algo más joven ahora- le doy una mirada de agradecimiento y suspiro pesadamente antes de guardar todas mi tareas hechas en la vieja mochila, dejo todo ordenado en el pequeño escritorio y bajo las escaleras rápidamente, miro la hora en el reloj de la salida y miro el tiempo justo para que no me cierren las oficinas de cobro.
***
Miro todas las facturas pagadas y el dinero que me ha quedado para el resto del mes, muerdo mi labio cuando veo que esto apenas alcanzará cuando compre las medicinas de la abuela y algunas cosas de comer pára la semana.Ni siquiera me fijo en el camino cuando me topo con un torzo, parpadeo un poco aturdia antes de alzar mi mirada pára ver el rostro.
-Lo siento- me disculpo mientras miro extrañada al hombre vestido de traje negro frente a mi puerta y me pregunto si no muere de calor.
- ¿Usted es la señorita Andrea?- pregunta con una voz intimidante antes de dejarme pasar.
- Tal vez, ¿por que?- pregunto de manera brusca sin recordar haberlo visto alguna vez, abro la puerta de la casa apenas dejando entrar mi pequeño cuerpo e interponiendome en la entrada, impidiendo la vista del hombre más allá.
- Me han enviado para buscarla, no pude localizarla el día de ayer, me pidieron que la llevara al restaurante, es una invitación.- casi mi río en sus narices, el hombre me teinde un papel y lo tomo con desconfianza, veo el nombre del rstaurante sobre él, conozco el restaurante solo porque he pasado por ahí, nadie de mis conocidos podría pagar una cuenta de ahí y m ucho mernos invitarme.
- Perdón pero no iré con un desconocido a ningún lugar- respondo tajante mientras trato de cerrar la puerta enb sus narices pero me detiene poniendo su pie en la entrada.
- Señorita, Usted creé que si le fuera a hacer algún daño lo haría en este lugar con mucha gente y a plena luz del día? -pregunta el hombre con tono de burla como si fuera un experto en el tema.
-He dicho que no-
-Permitame insistir rectificando que es un tema de mucha importancia para usted e informarle que vendré cada día hasta esta entrada para insistir- mirop su determinación por un momento, la curiosidad entra en mi sitema y me digo a mi misma quye no quiero quer este molesto hombre interrumpa la paz de mi abuela.
- Si algo no me parece bien gritaré- informó un tanto desconsertada he intrigada pero cediendo a loa invitación.
Caminamos unas cuantas calles mientras él va a mis espaldas como una sombra, al llegar a la entrada ni siquiera necesita registrarse, me hace pasar hasta una mesa alejada de las demás.
- El señor la espera- miro de nuevo el lugar lleno de gente y nadie me parece familiar aquí.
Con pasos lentos me acerco hasta la mesa.
- ¿Hola? - pregunto dudosa al desconocido hombre sentado en la mesa.
-¿Tu eres Andrea?- parece examinarme con una dura mirada desde la punta de mis pies hasta la cabeza.
-Eso creo, pero muy seguramente no la Andrea que está buscando- murmuro lo último confirmando que no me lo he cruzado en la vida.
- Soy Alonso... Alonso Maximo, un gusto - lo veo pararse de su silla mientras acomoda su traje y después me ofrece la mano como saludo, la tomo desconcertada lo tengo tanm cerca que alcanzo a ver como tenza la mandibula cuando toma mi mano.
- Me disculpo por encontrarnos de esta forma, debe ser algo desconcertante para ti- dice mientras tomamos asiento y un mesero me ayuda con la silla.
- Bueno, no es normal que alguien desconocido te cite para hablar en un lugar como este- explico mientras me siento fuera de lugar con mi atuendo de trabajo en un lugar como este, las mujeres de este lugar aprecen haber pasado algún tiempo considerable en algún salón para arreglar sus atuendos y peinados.
Hace un sonido con la gargante el hombre frente a mi para llamar mi atención de nuevo y mi mirada se concentra en su corbata evitando su mirada penetrante, quiero levantarme e irme de un lugar donde nbo encajo, justo como este.
- Iré al punto, tu madre y la mía eran amigas, grandeds amigas hace añois, según sus recuerdos y según me ha contado, ella te conocía, pero estoy dando demasiadas vueltas al asunto, mira Andrea, mi madre está muy grave de salud y su última voluntad es algo... ridícula, pero como el hijo mayor es mi deber cumplirlo. Ella me habló muchas cosas de ti y dijo que tu madre y ella siempre planearon, una clase de boda- dice lo último con cuidado y en un murmuro incómodo, me quedo en silencio procesando la información hasta que recobro la voz.
-Excelente, mis felicitaciones, le diré a mi abuela sobre la invitación, gracias por el detalle- estoy apunto de levantarme para contarle esto a la abuela y reirnos de las locas ideas de las personas adineradas como este hombre y sus fiestas de lujo.
-Andrea...la boda es para nosotros-
Miro a mi alrededor asustada y todo parecen metidos en sus asunto, trago el n udo en mi garganta y sonrío de los nervios.
-Si esto es alguna clase de broma, no me parece divertida- el simple hecho de que mencionara a mi madre me hace querer salir de aquí, no la menciono, nunca, es un tema demasiado doloroso para la abuela y para mi así que simplemente lo omitimos, nadie toca el tema y somos felices así.
- Mucho me temo que no es una broma, la noticia me ha tomado tanto de sorpresa como a ti pero como ya lo he dicho también, es la ultima voluntad de una persona que está al borde de la muerte.-
Me levanto de un salto de la mesa, no tengo porque seguir escuchando algo tan ridiculo como esto, ¿este hombre ha venido de la edad media o algo así, matrimonios arreglados, de verdad?
-Te he investigado y sé que tienes fuerte problemas financieros - menciona cuando el hombre que me ha traido hasta aquí se convirte en una pared humana impidiendo mi paso por la salida.
-Andrea este matrimonio va a ser sólo un contrato, te daré una cantidad de dinero cada mes, vivirás en mi casa por un tiempo y te daré todas las comodidades y lujos, no veo el problema- su porte parece tan tranquilo cuando me doy la vuelta para mirar su rostro sereno mientras me explica todo, tanto que hace desatar mi enojo, ese hombre está tan tranquilo quewriendome comprar con dinero.
- No sé quien te crees que eres para investigarme y luego ofrecerme dinero pero tengo la suficiente dignidad para mandarte al carajo- exclamo furiosa por sus palabras , grito sin importarme las miradas del lugar sobre mi, él parece sorprendido por mis actos pero su enojo no se compara con el mío cuando salgo de aquel lugar.
¿Pero quién se ha creído este gran imbécil?
Narra AndreaHabía llegado a mi casa después de las últimas compras lo cual redujo apenas un poco el enojo que traía acumulado por ese tal Maximo y su tonta propuesta pero por más apuros económicos que tuviera, mi ego no soportaba que me compraran como lo había intentado ese hombre sin decaro.Apenas entré pude ver a mi abuela peredidamente dormida, dejé las compras sobre la mesa pero pude ver que había una carta dirigida a mí justo sobre la mesa de la cocina, no tenía datos de dirección o remitente lo cual significaba que alguien la había dejado justo en la puerta, el sello estab intacto así que la curiosidad de la abuela no había ganado esta vez. Pienso un poco en su contenido, justo ahora el rostro de aquel cretino se forma en mi mente al pensar de quien viene esta misteriosa carata.Querida Andrea:Tal vez en este momento no aceptes mi propuesta pero te daré algo de tiempo para pensarlo mejor, mi número y una dirección donde puedes encontrarme estarán en el sobre.Atentamente, t
Narra Andrea Una semana, una semana había pasado desde que me han sacado de la universidad, desde que me quedé sin trabajo, desde que perdí el único recuerdo físico de mi madre y el dinero que tenía cada vez era menos, todos los días salía a buscar trabajo, pero nadie me daba nada, estaba en la casa, tratando de llenar algunas vacantes en línea para algunas solicitudes de empleo cuando alguien tocó la puerta. - Ya voy- grité parandome lentamente del sofá dejando la vieja computadora de lado, caminé sin ninguna prisa hacia la puerta pero cuando la abrí lo puede ver, el rostro de ahora, mi peor enemigo Alonso Maximo, mi mano se convierte automáticamente en un puño al ver su silueta entallada en su lujoso atuendo forma. - Largate- es todo lo que sale de mi garganta, casi como un gruñido, trato de cerrar la puerta en sus narices pero su pie entre ella me lo impide. - Escúchame, por favor- suplica con voz desesperada haciendo que mi coraje se desvanezca un poco pero no lo suficiente
Narra AndreaLo había hecho, había ido hasta su despacho para poder firmar esos estupidos papeles para que no le pasara nada a mi abuela, con ello estaba asegurando su bienestar y un futuro sin preocupaciones económicas.Max ha guardado los papeles en su cajón bajo llave como si fuera capaz de quitarselos, ha mandado un mensaje de texto asegurandome el bienestar de mi abuela y me ha dado indicaciones, como ha dicho él, yo por otro lado las he tomado como sus primeras ordenes hacia mí sientiendo que he firmado un pacto con el mismo diablo en el infierno.Orden numero 1, debo vivir por la tranquilidad de su madre.Orden numero 2, viajar de ahora en adelante en sus vehiculos y con una persona de su confianza.Orden numero 3, empacar mi ropa y venir directamente aquí en cuanto termine.Y mi unica condición ante su larga lista fue que me dejara viajar sola para despedirme de mi abuela, incluso se ha tomadfo su tiempo para pensar en la respuesta, el muy imbecil, ha accedido mientras manda
Narra Andrea Despierto sintiendo unas manos envueltas en mi cadera impidiéndome moverme, abro los ojos un poco desconcertada cuando recuerdo a mi pequeño visitante, el niño se abraza a mí con seguridad como si fuera un peluche de felpa, soy delicada y trato de no despertarlo cuando me muevo o para poderlo ver mejor a la luz del día.Muevo unos cabellos rubios de su frente para poder verlo, sus pequeños rasgos son adorables pero el rubio de su cabello me hace recordar la similitud con mi verdugo en esta casa.Mi toque parece despertarlo cuando mueve sus largas pestañas tratando de acostumbrarse a la luminosidad de la habitación, su vista viaja por las paredes como ubicándose en su alrededor y cuando nuestras miradas por sin ser encuentran sonrié abiertamente iuindicandome que me ha reconocido.Doy un suave toque en su mejilla como saludo matutino, lo veo con una pequeña sonrisa antes de que salga corriendo hacia la puerta dentro de la habitación, me siento sobre la cama sobresaltada p
Narra AndreaConforme la noche va pasando, poco a poco los invitados se despiden de mí y no omirten la entusiasta felicitación por ser la prometida del mayor de los Maximos, escucho tambiél un par de comentarios sorpresivos ante la idea de la boda, asombradas de que Alonso Maximos hubiera elegido una chica para comprometerse, al final de la noche cuando el último invitado se retina entrando la madrugada, Alonso toma lugar en las solas mesas del jardín contestando llamadas importantes según ha recalcado por otro lado Lucas se ha quedado profundamente dormido incluso antes de ver a todos los invitados retirados pero ha objetado cuando Fanny insiste en llevarlo a su habitación para su comodidad y ha preferido seguir su sueldo en la sala junto a mí.- No entiendo como estando tan joven quieres casarte, el amor pega así de fuerte supongo, aunque bien podrías terminar cambiando los pañales de Max cuando sea mayor, yo que tu lo pensaría mejor y más con alguien del tipo de Max, debes de quer
Despierto por segunda vez en la amplia habitación, quiero cerrar las cortinas y seguir durmiendo, está cama parece amoldarse a la perfección conmigo, quiero quedarme abrazada aquí todo el día, no siquiera me importa la luz del día sobre mi rostro o mi apetito matutino, todo puede pasar fácilmente a segundo plano por unas horas más de sueño.Pongo mi rostro contra la almohada y cierro los ojos para que unos estruendosos toques en la entrada de la habitación me interrumpa.Soy lo suficientemente pacífica para pararme de la cómoda cama y correr de la puerta a quien perturbe mi sueño.Abro la puerta y mis ideas se esfuman al ver a una Martina sonriendo con una bandeja de desayuno repleta de comida.-Bien día señorita-ella simplemente se abre paso por la habitación y deja la charola en un mueble cerca de la cama, el magnífico olor me llama y pruebo un poco el perfecto café mientras veo a la uniformada morra dentro de mi clóset, no me importa que lo haga, no siquiera he abierto mis maletas
Narra AndreaRegreso a mi habitación sin ánimos, Martina está frente a mi vestido de novia, parece quitar inexistentes partículas de polvo sobre él y cuando siente mi presencia me regala una sonrisa amistosa que no puedo regresar.-Puedo vestirme sola, no necesito estilistas- murmuro sin ganas, recostandome una vez más en la cama con las cobijas revueltas, doy el tema por terminado cubriendo mi cabeza pero ella no parece irse porque no escucho sus pasos.-La señora Máximo los ha contratado personalmente, a cada uno- mantengo mi grito de frustración dentro de mi garganta porque no me puedo negar ahora.Quito las mantas de mi cabeza y dirijo mi vista a ella.-Este día será muy largo- su vista parece cambiar de dirección ala entrada, la sigo y veo un ejército de personas paradas ahí, sin más.-Llegaron sus estilistas señorita- ...La señora Máximo había contratado los mejores estilistas de la ciudad para arreglarme, la verdad mi vestido era hermoso por si solo, pequeñas flores blancas a
Después de las felicitaciones por parte de los invitados Max y yo somos los primero en salir de la iglesia, nos espera un auto negro, Max es lo suficientemente caballero para abrir la puerta y ayudarme con el gran vestido para después subir él conmigo en la parte de atrás.-¿Dónde iremos ahora?- la pregunta sale antes de poder detenerla -No he podido convencer a mi madre de omitir la celebración después de la iglesia, será en la casa, he dado indicaciones para que sea algo pequeño- asiento aunque él no mantiene mi visita en mi, apenas y la despega del reloj en su muñeca.Bajo primero del auto dejando a Max atrás, no me sigue el paso, unos meseros llaman su atención y se queda atrás. Mis pies se detiene cuando observo el jardín pudo ver que todo esta decorado de blanco, mesas, sillas, una pista de baile al centro de todo, en la parte de arriba han colgado unos focos que en la noche brillarían dando un brillo a la velada y elegancia en el lugar, todo era realmente hermoso.Mis ojos se