Después de la bienvenida por parte de los empleados Alonso ha recibido una llamada de emergencia y se fue a trabajar, yo me quedo sola en la casa, son más por hacer estaba paseando por los jardines, noto lo húmedo del pasto y después mi mirada se dirije a una figura, parece ser un hombre regando el jardín.- Buenos Días - el hombre para de regar las flores para verme mejor, deja de lado sus herramientas y camina cortos pasos hasta mí.- Que tal señorita, mi nombre es Juan, soy el jardinero de la casa-- Un gusto, ¿Es usted quien se encarga de las rosas que están en la entrada de la casa?- esas flores habían llamado mi atención más que todas las demás, grandes flores rojas que parecían criadas con sumo cuidado, habrían cautivado a cualquiera.- Así es- limpia su frente del sol, orgulloso.- Me gustaría aprender a plantar y cuidar algunas de esas, ya sabe solo para matar el tiempo¿cree que me pueda ayudar? Nunca lo he hecho, pero aprendo rápido -- Claro que si, pero se tendrá que ensuci
- Dígame señorita- parece salir de su asombro para preguntarme después de un momento.- ¿Podrías mojarme con la manguera para limpiarme todo este lodo? No quiero entrar así- la veo poner una cara de pánico ante mi sugerencia.- Pero, señorita, puedes enfermar, el agua estará fría y ha estado todo el día bajo el sol, no es buena idea- - Tranquila, no es para tanto, solo necesito que me mojes para no ensuciar toda la casa, un pequeño chapuzón- le doy una sonrisa para tranquilizarla, no me enfermo tan seguido, tengo mi sistema inmune.- Tampoco creo que al señor Máximo la haga mucha gracia que valla mojada por toda la casa, debería pasar así y...-- Y a él no le haría más gracia saber que ensucié toda la casa, el hombre es un obsesionado, incluso con la limpieza, no creas que no me he dado cuenta de como mantiene todas las cosas aquí, me verá en éstas condiciones y entonces si nos podrá correr a ambas - Ella parece pensarlo un momento, no se mueve de su lugar y yo tampoco parece que la
Estaba comiendo lentamente de las cucharadas que Alonso me daba, hasta que de la nada se empezó a reír pensé, apenas y había visto unas muecas que podía llamar sonrisas y de la nada este hombre serio reía frente a mi sin decir nada.- ¿Qué te pasa?- pregunté achicando mis ojos con duda.- Es que me hiciste recordar algo, verás, cuando era mas pequeño y me enfermaba, en ese tiempo nana me daba una medicina asquerosa, aún lo recuerdo, Dios, el sabor se quedaba en tu boca por días - - Necesito fotos de eso, ni siquiera pedo imaginarte de pequeño, ¿eras tan serio desde entonces?- me burlo mientras me limpio la boca con una servilleta dando por terminada mi merienda.-Para tu información era un niño, bastante travieso, me gustaba explorar, me metí en muchos problemas por eso y ni lo pienses seguramente nana tiene millones de fotos- asegura con una cara de susto.Así paso la comida entre risas y recuerdos hasta que por fin me terminé hasta el vaso de agua, Alonso incluso bajo la charola
Desperté sintiendo la suavidad de las sábanas en la cama, lo cual me produjo una enorme sensación de agrado, me estiré lo más que pude pero me dí cuenta que había amanecido sola, así que me levanté de la cama y me envolví en una bata de ceda la cual estaba tirada en el suelo, mis pies pudieron sentir el frío piso, dando un escalofrío en mi cuerpo, me puse mis sandalias y bajé hasta la cocina, no era tan tarde apenas las ocho de la mañana pero todo el personal ya se encontraba en sus deberes, pude ver a Sara en la cocina y me acerqué hasta ella.- Buenos días Sara- saludé desde atrás de ella mientras se volteaba.- Buenos, niña, ¿ya te sientes mejor, quieres desayunar?- preguntó con una sonrisa en el rostro mientras batía un par de huevos.- Si, esa medicina tuya me ayudó demasiado estoy como nueva pero tal vez desayune más tarde por que aún me duele la garganta, gracias ¿Sabes donde está Alonso? ha despertado demasiado temprano para darme cuenta-- En su despacho, niña- contestó volvie
Después de comprar el regalo para Alonso hice una pequeña parada en un establecimiento de comida donde pedí dos desayunos para llevar, uno para mi y otro para Mario ya que lo había sacado de la casa muy temprano y supuse que no había desayunado.Me había tardado una hora en el centro comercial pero cuando salí del centro pude ver a Mario en el auto, caminé hasta él y le toqué delicadamente el vidrio el cual bajó con el ceño fruncido.- ¿Si señorita? - preguntó confundido- Mario le traje un desayuno, he pensado que tal vez no comió, solicité de su servicio demasiado temprano- respondí un poco apenada.- No se hubiera molestado señorita, pero gracias- dijo tomando la bolsa de comida y mientras yo me subí en la parte trasera del auto.- Podemos esperar en el auto para desayunar ahora- sugerí para que pudiera comer a gusto- No es necesari...- pero yo lo interrumpí- por favor- insistí y él solo asintió, los dos abrimos nuestra comida y empezamos a comer.El camino de regreso a la casa ha
Le había dado a Mario la dirección de mi abuela para que me llevara hasta su casa, en el camino me la pasé viendo hacia un punto fijo tratando de pensar en mi matrimonio con Alonso y en las últimas escenas que habíamos pasado juntos, tal vez había sido muy dura con él y yo fui la única que tuvo sentimientos hacia él, ahora lo podía decir, había sentido algo por él, ni siquiera sabía que, pero ya no importaba porque él los había matado al desconfiar de mí, me había dejado demasiado claro que lo nuestro era un contrato y punto.- Señorita Andy- me llamo Mario- ¿Si?- pregunte aún distraída- Hemos llegado- informó viéndome por el retrovisor.Alcé mi vista y pude ver esa pequeña casa donde había vivido los últimos años, tan familiar y cálida que era reconfortante y tan sólo regresar aquí me emocionaba, bajé del carro lentamente hasta llegar a la puerta donde toque tres veces, a los pocos segundos una señora vestida de enfermera me recibió con una cálida sonrisa- Buenas tardes- me saludó
Mario había estacionado el auto enfrente de la casa y yo rápidamente salí corriendo hasta la entrada, respiré tres veces antes de tocar la puerta para ver a Sara con una cara de preocupación al abrirme la puerta pero al verme pude ver en sus ojos un destello de alegría.- Sara, ¿dónde está Alonso?- pregunté dejando mi bolso en el sillón una vez que ya había entrado en la casa.- No ha salido del estudio desde que te fuiste niña, ni siquiera me quiera abrir a mí, estoy muy preocupada- cuando dijo eso me encamine hacia el estudio con los pasos de Sara tras de mi.Toqué la puerta del estudio pero nadie respondió, volví a intentarlo pero sucedió lo mismo, voltee mi mirada hacia atrás y vi a Sara negando la cabeza lentamente de forma desanimada mientras se retiraba, dejándome sola ante una puerta, pero no me iba a rendir tan fácil así que volví a insistir.- Alonso, ábreme soy yo...Andy- dije recargando mi frente en la puerta en señal de desesperación.Pude oír unos pasos acercarse hasta la
Estaba apunto de contestarle pero mi estómago rugió realmente fuerte- Oíste eso, Andrea creo que tenemos un León en la casa- mis mejillas se tornaron rojas de vergüenza ante su comentario, pues aún que había desayunado mi estómago exigía más comida.-¡Tendremos que alimentarlo antes de que nos coma!- dijo tomándome de la mano y avanzando hacia la cocina- ¡Quiero una pizza! - dije con cara tierna- ¿Una pizza?- dijo con cara de confusión- Siii-- Bueno tendremos que pedir una por teléfono por que las empleadas se fueron y mi nana ya se fue a su recámara -- ¿Qué tal si la preparamos nosotros?- dije con alegría pero él dudo un poco cuando hice un puchero él sólo asintió y nos metimos a la cocina- ¿Que tan difícil puede ser?- susurré para mi misma cuando abrí el refrigerador- Veamos, toma la leche, huevos, jamón y todo para hacer una pizza - me mando Alonso sacando unos trastes de la alacena- Listo- puse todos los ingredientes sobre la mesa- Primero los ingredientes húmedos - dijo