El pequeño Zack observó con horror el cuerpo de su padre caer en medio de la lluvia de balas que rodeó las favelas en esa tarde soleada de Agosto. El sonido de los disparos retumbaba en sus oídos y se mecía hacia adelante y hacia atrás preso de un ataque severo de nerviosismo. La sangre comenzó a brotar, haciéndolo reaccionar— Está bien Zacky, vas a estar bien. Solo quédate quieto y cúbrete— ¿Y tú? ¿Qué hay de ti? No te mueras, no te mueras— Pegó su cabeza al pecho del hombre agonizante que con dificultad respiraba todavía— No, hagas lo que hagas no te muevas. Terminará enseguida y todo estará bien, lo prometo—Luca Frier presentía que no saldría con vida al ver las múltiples heridas que cargaba, pero tampoco podía
Lo que comenzó como un pequeño emprendimiento en Chicago acabó siendo la empresa de cuidado de la piel y maquillaje #1 a nivel internacional, con más de veinte sucursales en el continente americano y otras cinco fuera de él. Todas dirigidas elocuentemente por su fundadora, Marisa Carrington; empresaria modelo, madre soltera, hermosa y brillante. Muchos hombres y mujeres mostraban abiertamente su interés por ella, y durante años, con la mayor de las elegancias, rechazó a todo aquel que intentara acercarse para algo que no fuera hablarle de negociosComo era de esperarse, muchos rumores y chismes crecían alrededor de la señorita Carrington, porque eso es lo que se hace cuando se busca que alguien esté en el ojo del huracán, pero Marisa era demasiado astuta como para sucumbir en tan estúpidas banalidades. Ella sabía la verdad, su hija sabía la verdad y… Las pocas perso
Ambas salieron del hospital con prisa, no mentían al decir que el trabajo no da espera y Marisa tenía al menos cinco reuniones programadas durante el transcurso del día. Debido al incidente, ya se había perdido de tres— Pedí que trajeran el Audi, no puedes retrasarte más—— No era necesario, podríamos haber tomado un taxi. ¿Cómo te sientes?—Se pararon en la acera esperando a que llegara su auto— Horrible, creo que estuve a nada de que me diera un paro cardiaco—— No fue tu culpa, ni la de Zack. Lo importante es que todos estamos bien—— Bueno sí, pero tu camioneta...—— No empieces Ale, eso me tiene sin cuidado—Tan pronto como el auto aparcó, lo abordaron. Una vez dentro saludaron al hombre de edad que las llevaría, Don José les
Zack estaba hastiado del maldito reposo, se sentía inútil y temía que, para cuando pudiera salir, ya le hubieran dado el empleo a otra personaPrendió la pequeña televisión que con gran dificultad habían logrado traer desde Brasil, la boca se le abrió en automático al leer el titular de las noticias... Aún más cuando vio a la persona que estaba hablando— Señorita Carrington, es usted una de las empresarias más importantes y reconocidas de todo el mundo. Para las personas, su opinión es de vital importancia y es por eso que su comentario negativo en la página de uno de los restaurantes más pretigiosos de Chicago, causó tanto revuelo, además de la entrega masiva de bicicletas que recibieron allí hace unos días... ¿Qué nos puede decir al respecto?—— Bueno, primero que todo, me gustaría a
Zack se encontraba revisando algunas cosas detrás del mostrador cuando escuchó el sonido de la puerta principal abrirse, no conocía al sujeto que se encontraba a escasos centímetros de él— Buenas tardes señor, bienvenido. ¿Puedo ayudarle en algo?—— Buenas tardes— el hombre achicó los ojos para leer el nombre en su placa — Zack. Soy un... Amigo de Marisa Carrington y quiero entregarle esto— fue cuando notó el enorme arreglo que cargaba— Oh, la señorita no se encuentra en este momento—— Lo sé, esperaba poder encomendártelo... No puedo esperarla en esta ocasión aunque me gustaría—— Claro que sí, no hay problema. Apenas llegue se lo daré con mucho gusto—— Te lo agradezco mucho—— No es molestia. ¿De parte de quién le dig
Su primera semana en el trabajo estaba saliendo bien, terminó las jornadas mucho menos exprimido que cuando trabajaba como repartidor en el restaurante y recibiría una mejor paga. El día de la entrevista, muchas dudas comenzaron a surgir cuando supieron que el postulante era un indocumentado, fue una suerte que el mismo Alexander cubriera sus espaldas, le dijo a la que sería su jefe que ya había revisado y que todo estaba en orden con su documentaciónLa noche había sido cómoda, extraña, pero cómoda... Mientras ayudaba a Marisa con sus cosas se contaron cosas que no se le dicen a cualquier persona, cosas que hicieron que él reafirmara cómo se sentía con respecto a ella. También estaba lo de la escalera... Llevaba varias horas soñando despierto con el momento en el que la sintió tan cerca en todos los sentidos, por primera vezAlessandra hablaba y hablaba, hac
Alessandra se miró frente al espejo por última vez, pocas veces usaba vestido... Pero quería lucir todos sus atributos y era la forma perfecta de resaltar esas largas piernas que poseíaPasó el día entero pensando en cómo hacer para que todo fuera perfecto, no quería decir o hacer alguna estupidez que lo espantara... No sabía si Zack era de los que huía a la primera señal de peligro, pero tampoco deseaba ponerlo a pruebaSu hermana entró detallándola, incluso silbó— ¿Para dónde tan guapa?—— ¿Recuerdas que te conté del chico del accidente?—— Claro Ale, no has hablado de otra cosa en toda la semana... ¿Qué pasa con él?— Alessa le insistió mucho para que se tomara una cerveza, Zack no quería porque en un rato su turno empezaría. Pero al final, entre broma y broma sobre lo pésimo bebedor que era... AceptóEso aligeró el ambiente, ambos se relajaron y se permitieron perder lo poco de reserva que les quedaba, parecía que llevaran años siendo buenos amigos y contándose sus secretos— Ve tú primero, eres el experto... Y así agarro valor—— Okey, si me voy a humillar salgamos de eso de una vez— Se puso de pie decidido y caminó hacia el chico que estaba presentando a los que se animaban a subir, le dio su nombre y esperó su turno— Buenas noches a todos, mi nombre es Zack Frier y como no sabía que vendríamos a un lugar así tendr&eacutAleck 1: Parte 2