Patética, insignificante, ingenua... Así y con muchos otros aditivos no muy positivos, podría describir cómo se sentía en aquel momentoSu primera semana en el trabajo estaba saliendo bien, terminó las jornadas mucho menos exprimido que cuando trabajaba como repartidor en el restaurante y recibiría una mejor paga. El día de la entrevista, muchas dudas comenzaron a surgir cuando supieron que el postulante era un indocumentado, fue una suerte que el mismo Alexander cubriera sus espaldas, le dijo a la que sería su jefe que ya había revisado y que todo estaba en orden con su documentaciónLa noche había sido cómoda, extraña, pero cómoda... Mientras ayudaba a Marisa con sus cosas se contaron cosas que no se le dicen a cualquier persona, cosas que hicieron que él reafirmara cómo se sentía con respecto a ella. También estaba lo de la escalera... Llevaba varias horas soñando despierto con el momento en el que la sintió tan cerca en todos los sentidos, por primera vezAlessandra hablaba y habl
No podía ni respirar sin sentir que le dolía el pecho y toda su anatomía. Esta nueva clase de tortura era demasiado para cualquier ser… Gabriela era su todo, estaba segura de que si algo malo le pasaba moriría de pena moral— Sé que las circunstancias son difíciles, no puedo imaginar lo mucho que estás sufriendo en este momento… Pero tienes que calmarte, no vas a resolver nada actuando de esta manera—Sintió la furia subir por su torrente sanguíneo, invadiéndola por completo— ¿Y qué es lo que quieres que haga? ¿Cómo se supone que debo actuar sabiendo que secuestraron a mi hija y no puedo hacer absolutamente nada al respecto? ¿Me dirás tú lo que debo hacer a continuación? — sus palabras fueron duras, destilaba veneno. Jace intentó con todas sus fuerzas entenderla y mantener la cordura, estaba desesperada, por eso actuaba así con élNo era justo, pero tampoco del todo reprochable— Me quiero ir a casa—Eso sí que no— Marisa, ya lo discutimos—— No puedes retenerme aquí a la fuerza. Te
Haloween se acercaba, la festividad favorita para muchos incluyendo a Marisa y por ende, a su pequeña hijaNo podía ni respirar sin sentir que le dolía el pecho y toda su anatomía. Esta nueva clase de tortura era demasiado para cualquier ser… Gabriela era su todo, estaba segura de que si algo malo le pasaba moriría de pena moral— Sé que las circunstancias son difíciles, no puedo imaginar lo mucho que estás sufriendo en este momento… Pero tienes que calmarte, no vas a resolver nada actuando de esta manera—Sintió la furia subir por su torrente sanguíneo, invadiéndola por completo— ¿Y qué es lo que quieres que haga? ¿Cómo se supone que debo actuar sabiendo que secuestraron a mi hija y no puedo hacer absolutamente nada al respecto? ¿Me dirás tú lo que debo hacer a continuación? — sus palabras fueron duras, destilaba veneno. Jace intentó con todas sus fuerzas entenderla y mantener la cordura, estaba desesperada, por eso actuaba así con élNo era justo, pero tampoco del todo reprochable
Cassie prácticamente no pudo dormir por estar pensando en lo que pasaría el día siguiente, estaría cumpliendo uno de los grandes sueños de su lista. Era la primera vez en muchos días que se sentía realmente emocionada por algoHabían sido días complicados para ella, aún así, apenas se enteró de que Gabriela desapareció ofreció su ayuda inmediata para todo lo que llegasen a necesitar. Cuando Marisa estuvo en el hospital le ayudó a Alessa y a su hermano a arreglar el desastre que había quedado en su departamento, también estuvo yendo de comisaría en comisaría con ellos preguntando a todo el que pasase si acaso habían visto a la niña y entregando volantes con su foto e informaciónEn los últimos días no había podido moverse de casa prácticamente debido al deteriorado estado de salud de su madre, además Zack estaba ocupado con el trabajo y con todo el asunto de las Carrington. Alguien debía quedarse, hacerse cargo de los niños y de la señora Frier y asegurarse de que todo marchara bien en
El pequeño Zack observó con horror el cuerpo de su padre caer en medio de la lluvia de balas que rodeó las favelas en esa tarde soleada de Agosto. El sonido de los disparos retumbaba en sus oídos y se mecía hacia adelante y hacia atrás preso de un ataque severo de nerviosismo. La sangre comenzó a brotar, haciéndolo reaccionar— Está bien Zacky, vas a estar bien. Solo quédate quieto y cúbrete— ¿Y tú? ¿Qué hay de ti? No te mueras, no te mueras— Pegó su cabeza al pecho del hombre agonizante que con dificultad respiraba todavía— No, hagas lo que hagas no te muevas. Terminará enseguida y todo estará bien, lo prometo—Luca Frier presentía que no saldría con vida al ver las múltiples heridas que cargaba, pero tampoco podía
Lo que comenzó como un pequeño emprendimiento en Chicago acabó siendo la empresa de cuidado de la piel y maquillaje #1 a nivel internacional, con más de veinte sucursales en el continente americano y otras cinco fuera de él. Todas dirigidas elocuentemente por su fundadora, Marisa Carrington; empresaria modelo, madre soltera, hermosa y brillante. Muchos hombres y mujeres mostraban abiertamente su interés por ella, y durante años, con la mayor de las elegancias, rechazó a todo aquel que intentara acercarse para algo que no fuera hablarle de negociosComo era de esperarse, muchos rumores y chismes crecían alrededor de la señorita Carrington, porque eso es lo que se hace cuando se busca que alguien esté en el ojo del huracán, pero Marisa era demasiado astuta como para sucumbir en tan estúpidas banalidades. Ella sabía la verdad, su hija sabía la verdad y… Las pocas perso
Ambas salieron del hospital con prisa, no mentían al decir que el trabajo no da espera y Marisa tenía al menos cinco reuniones programadas durante el transcurso del día. Debido al incidente, ya se había perdido de tres— Pedí que trajeran el Audi, no puedes retrasarte más—— No era necesario, podríamos haber tomado un taxi. ¿Cómo te sientes?—Se pararon en la acera esperando a que llegara su auto— Horrible, creo que estuve a nada de que me diera un paro cardiaco—— No fue tu culpa, ni la de Zack. Lo importante es que todos estamos bien—— Bueno sí, pero tu camioneta...—— No empieces Ale, eso me tiene sin cuidado—Tan pronto como el auto aparcó, lo abordaron. Una vez dentro saludaron al hombre de edad que las llevaría, Don José les
Zack estaba hastiado del maldito reposo, se sentía inútil y temía que, para cuando pudiera salir, ya le hubieran dado el empleo a otra personaPrendió la pequeña televisión que con gran dificultad habían logrado traer desde Brasil, la boca se le abrió en automático al leer el titular de las noticias... Aún más cuando vio a la persona que estaba hablando— Señorita Carrington, es usted una de las empresarias más importantes y reconocidas de todo el mundo. Para las personas, su opinión es de vital importancia y es por eso que su comentario negativo en la página de uno de los restaurantes más pretigiosos de Chicago, causó tanto revuelo, además de la entrega masiva de bicicletas que recibieron allí hace unos días... ¿Qué nos puede decir al respecto?—— Bueno, primero que todo, me gustaría a