Alessandra estaba preocupada por su amiga, y también por la pequeña que dormía todavía en su cama. Había llorado toda la noche, pero no se lo había contado a Marisa para que no se sintiera peor… Ya tenía suficiente con lo que lidiar como para agregarle algo más a su lista de preocupaciones
Dejó de divagar cuando su teléfono comenzó a vibrar en la mesita de noche. No tuvo chance de ver quién era, así que solo contestó
— ¿Diga? —
— Buenos días, novia— sonrió como si lo tuviera frente a ella
— Buenos días novio—
— ¿Cómo ha ido todo por allí? ¿Gaby está mejor? —
— Estuvo llorando toda la noche… La pobre aún está rendida… Marisa y Jace vendrán en un rato, quiere hablar con ella—
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— No sé si quiero saber qué hay dentro— comentó mirando fijamente la caja— Cuando estés lista— le aseguró — ¿Quieres que la abra por ti? —— Por favor— casi suplicóZack la puso sobre sus piernas y la abrió rápidamente, era ridículo seguir prolongando la torturaLe dio una ojeada a lo que había dentro, pero para él no tenía demasiado sentido— ¿Y bien? —— ¿Esto significa algo para ti? — sacó una pequeña manta que Marisa reconoció al instante— Era de Gabriela, de cuando era bebé— se sentó a su lado para poder ver el resto de cosas que quedaban dentro — Son las cosas que dejé cuando me marché de Virginia… No podía llevarme todo, tuve que dejar mucha ropa de ambas, los juguetes de
La conversación con su hermano la había dejado más nerviosa de lo que estaba dispuesta a admitir. Sinceramente, no esperaba verlo en un buen tiempo, no había tenido tiempo de prepararse psicológicamente para enfrentarlo luego de todo lo que había ocurrido días atrás Y como si hubiera sido invocado, el teléfono empezó a repicar en su mano y su nombre iluminó la pantalla — Hola— saludó tímidamente — Cassie… Ya extrañaba el sonido de tu voz… ¿Hablaste con tu hermano? — — Sí, me dijo que pasarías por mí hoy… No era necesario— — Pues… Soy yo el que quiere hablar ¿No? Lo justo es que sea yo quien pase a buscarte— Cassie pensó en qué decir — ¿Dónde estás? Voy regresando a la escuela, ya estaba llegando a la parada de autobús cuando Zack me llamó— — Parqueado en frente, pero si te queda mejor puedo ir a donde estás— — Descuida, voy llegando. Ya te veo— colgó No mucho tiempo después logró divisarlo recostado cont
— ¿Lo dices en serio? — fue lo que salió de su bocaCassie se aturdió un poco con su pregunta— ¿De verdad crees que bromearía con algo así Raúl? —— No lo sé, ¿Acaso este es un programa de bromas? ¿Dónde están las cámaras? — bromeó y Cassie sonrió divertida— Déjame recordarte que esta es tu casa, no tuve tiempo de esconder ninguna… Ni siquiera sabía en dónde vivías hasta hace unos minutos—— ¿Entonces es verdad? —— Claro que lo es tonto—— Vaya, pues gracias por lo que me toca—— Tienes que admitir que en este momento estás siendo bastante tonto—— Vale, creo que nos estamos desviando un poco del tema—— Tú empezaste— le reprochó
Manolo siempre fue un hombre incapaz de concebir la idea de perder, en lo que fuera, siempre tenía que ser el vencedor. Siempre le gustó aprovecharse de muchachitas ilusas y sus soñadoras aspiraciones para poder jugar con ellas a su antojo, pero lo de Marisa fue diferente… Porque se obsesionó. Nunca la vio ni a ella ni a ninguna como una persona, sino como simples piezas ocupantes de su tablero que podía mover a su antojo. De eso se trataba, un juego enfermizoCuando la conoció quedó encantado, no le importó el hecho de que fuera una madre soltera muy joven y sin demasiada experiencia laboral, es más, lo percibió como una situación de la cuál poder sacar provecho cuando llegara el momento adecuadoDisfrutó cada segundo enamorarla, para luego romperla por completo y desenmascararse frente a sus ojos, era obvio que para Marisa lo más importante siempre sería su
Marisa no se movió en absoluto, en ningún momento cedió y Zack no insistió en ir más allá. El que no se apartara no significaba que quisiera seguir con eso, eso se lo hizo ver durante todo el rato. Finalmente, se vio forzado a tomar distancia y enfrentar las consecuencias de sus impulsos— Antes de que digas cualquier cosa… Era algo que tenía que hacer, siento si fue muy impulsivo—— Lo fue, pero supongo que lo entiendo— comentó sin mirarlo— Solo quería ser honesto, ya no me lo podía seguir guardando—— Zack… Yo… No podemos hacerles esto, no se lo merecen… No vale la pena que arruinemos las cosas por una pequeña confusión—— ¿Una pequeña confusión? — repitió, casi le sonaba a ofenda— Es lo que es… Estás confundido porque te
Para cuando Zack llevó los platos, Josh había llevado a Marisa a su habitación luego de que se quedara dormida. Tenía una expresión de preocupación más allá de obvia en la cara— No puedo creer que todo eso haya pasado y me vengo a enterar casi diez años después—— Pues… Si no te lo contó a ti, mucho menos a otras personas—— Quiero matar a ese desgraciado—— Es bastante comprensible la verdad. Tengo el presentimiento de que no se quedará quieto hasta que obtenga lo que quiere… Y que Gabriela será la herramienta perfecta para conseguirlo—— No será tan fácil quitárnoslo de encima ¿No? — se sacudió un poco el cabello— Ya se nos ocurrirá algo— le hizo un gesto para que juntos pasaran a la mesa— ¿Dónd
Por primera vez en dos días pudo realmente descansar física y emocionalmente mientras dormía, lo cierto es que contar con Josh ahí y tener la posibilidad de contarle toda su verdad luego de tantos años, había ayudado bastante. Pero dormir para siempre nunca podría llegar a ser una opción— ¿Isa? — escuchó entre su adormilamiento que daban suaves toques a la puerta, pudo reconocer la voz de Zuri— Pasa— respondió con voz rasposa por el repentino despertar. La mujer no tardó demasiado en cruzar el umbral de la habitación—Te traje desayuno—— Dios… Ni siquiera te escuché entrar— comenzó a desperezarse lentamente, peinándose el cabello con los dedos— Imaginé que estarías muy cansada, por eso no quisimos molestarte y no te lo traje más temprano—
Pasó la mañana y gran parte de la tarde con Marisa, pero tal y como ambos imaginaron, llegó el punto en el que solicitaron su presencia, aunque fuera de manera remota, en la oficina… Y muy a su pesar tuvieron que darse espacio para que pudiera concentrarse. Jace no tardó en entrar al cuarto para informarle que ya debía irse, le dijo que tenía asuntos del trabajo que atender, pero mintió en parteAparcó frente a la pintoresca casa y se bajó con una calma que rara vez se daba el lujo de tener, el afán diario a veces era demasiado. Tocó el timbre, una señora delgaducha y bajita abrió segundos después, la madre de Alessandra— Señor Smith, que gusto verlo por aquí… Pase por favor—— Gracias señora, pero me temo que deberé quedarme en mi lugar hasta que usted acepte llamarme por mi nombre—La mujer