— ¿Lo dices en serio? — fue lo que salió de su boca
Cassie se aturdió un poco con su pregunta
— ¿De verdad crees que bromearía con algo así Raúl? —
— No lo sé, ¿Acaso este es un programa de bromas? ¿Dónde están las cámaras? — bromeó y Cassie sonrió divertida
— Déjame recordarte que esta es tu casa, no tuve tiempo de esconder ninguna… Ni siquiera sabía en dónde vivías hasta hace unos minutos—
— ¿Entonces es verdad? —
— Claro que lo es tonto—
— Vaya, pues gracias por lo que me toca—
— Tienes que admitir que en este momento estás siendo bastante tonto—
— Vale, creo que nos estamos desviando un poco del tema—
— Tú empezaste— le reprochó
Manolo siempre fue un hombre incapaz de concebir la idea de perder, en lo que fuera, siempre tenía que ser el vencedor. Siempre le gustó aprovecharse de muchachitas ilusas y sus soñadoras aspiraciones para poder jugar con ellas a su antojo, pero lo de Marisa fue diferente… Porque se obsesionó. Nunca la vio ni a ella ni a ninguna como una persona, sino como simples piezas ocupantes de su tablero que podía mover a su antojo. De eso se trataba, un juego enfermizoCuando la conoció quedó encantado, no le importó el hecho de que fuera una madre soltera muy joven y sin demasiada experiencia laboral, es más, lo percibió como una situación de la cuál poder sacar provecho cuando llegara el momento adecuadoDisfrutó cada segundo enamorarla, para luego romperla por completo y desenmascararse frente a sus ojos, era obvio que para Marisa lo más importante siempre sería su
Marisa no se movió en absoluto, en ningún momento cedió y Zack no insistió en ir más allá. El que no se apartara no significaba que quisiera seguir con eso, eso se lo hizo ver durante todo el rato. Finalmente, se vio forzado a tomar distancia y enfrentar las consecuencias de sus impulsos— Antes de que digas cualquier cosa… Era algo que tenía que hacer, siento si fue muy impulsivo—— Lo fue, pero supongo que lo entiendo— comentó sin mirarlo— Solo quería ser honesto, ya no me lo podía seguir guardando—— Zack… Yo… No podemos hacerles esto, no se lo merecen… No vale la pena que arruinemos las cosas por una pequeña confusión—— ¿Una pequeña confusión? — repitió, casi le sonaba a ofenda— Es lo que es… Estás confundido porque te
Para cuando Zack llevó los platos, Josh había llevado a Marisa a su habitación luego de que se quedara dormida. Tenía una expresión de preocupación más allá de obvia en la cara— No puedo creer que todo eso haya pasado y me vengo a enterar casi diez años después—— Pues… Si no te lo contó a ti, mucho menos a otras personas—— Quiero matar a ese desgraciado—— Es bastante comprensible la verdad. Tengo el presentimiento de que no se quedará quieto hasta que obtenga lo que quiere… Y que Gabriela será la herramienta perfecta para conseguirlo—— No será tan fácil quitárnoslo de encima ¿No? — se sacudió un poco el cabello— Ya se nos ocurrirá algo— le hizo un gesto para que juntos pasaran a la mesa— ¿Dónd
Por primera vez en dos días pudo realmente descansar física y emocionalmente mientras dormía, lo cierto es que contar con Josh ahí y tener la posibilidad de contarle toda su verdad luego de tantos años, había ayudado bastante. Pero dormir para siempre nunca podría llegar a ser una opción— ¿Isa? — escuchó entre su adormilamiento que daban suaves toques a la puerta, pudo reconocer la voz de Zuri— Pasa— respondió con voz rasposa por el repentino despertar. La mujer no tardó demasiado en cruzar el umbral de la habitación—Te traje desayuno—— Dios… Ni siquiera te escuché entrar— comenzó a desperezarse lentamente, peinándose el cabello con los dedos— Imaginé que estarías muy cansada, por eso no quisimos molestarte y no te lo traje más temprano—
Pasó la mañana y gran parte de la tarde con Marisa, pero tal y como ambos imaginaron, llegó el punto en el que solicitaron su presencia, aunque fuera de manera remota, en la oficina… Y muy a su pesar tuvieron que darse espacio para que pudiera concentrarse. Jace no tardó en entrar al cuarto para informarle que ya debía irse, le dijo que tenía asuntos del trabajo que atender, pero mintió en parteAparcó frente a la pintoresca casa y se bajó con una calma que rara vez se daba el lujo de tener, el afán diario a veces era demasiado. Tocó el timbre, una señora delgaducha y bajita abrió segundos después, la madre de Alessandra— Señor Smith, que gusto verlo por aquí… Pase por favor—— Gracias señora, pero me temo que deberé quedarme en mi lugar hasta que usted acepte llamarme por mi nombre—La mujer
Salieron de la casa en busca del lugar más cercano para poder encontrar un helado y degustarlo. Gabriela caminaba con las manos en los bolsillos y la vista perdida en el suelo— ¿Y qué tal te ha ido en la escuela estos días? — la niña arrugó el rostro viéndolo de reojo— No muy bien, tuve un examen y saqué la peor nota del curso… Nunca me había pasado, me sentí fatal—— Sé que no se siente nada bonito, pero no dejes que esas malas experiencias te bloqueen el camino… En el próximo examen seguramente sacarás una nota mucho mejor, y hasta entonces puedes remediar el sabor amargo con un dulce y suculento helado— eso le sacó una sonrisa, una que ya no se borróSe sentaron dentro de una pequeña tienda y pidieron dos de los helados más grandes que vendían, Jace sintió que regr
Josh llegó respirando tan entrecortadamente que por un momento tuvo que detenerse a respirar antes de que se desmayara y la ambulancia tuviera que atender a dos personas — Mari… ¿Qué diablos fue lo que pasó? — se agachó junto a ellos, revisándola por todos lados — Estoy bien— le dijo apenas comenzó a tantear su cuerpo en busca de nuevas heridas — ¿De verdad? — le arqueó una ceja — No me digas— retiró el limpión ojeando la cortada en su frente — Buen trabajo con la herida, controlaste la hemorragia… Los paramédicos deben estar por llegar— — Menos mal— Jace intentó mantener a raya su furia, no era el momento ni el lugar… Ninguno de los presentes tenía la culpa tampoco — ¿Cuándo llegaste ya se había ido? — Josh cuestionó, aunque era bastante obvio — Si hubiera estado cuando llegué, te aseguro que estaría pagando esto con sangre— Antes de que cualquiera pudiera decir algo más, entraron para atenderla y llevarla al hospital. Iba a n
Solo había una palabra en capacidad de describir cómo se sentía en aquellos momentos; molida Ya había tenido unos días horribles, pero la presencia nocturna de Manolo Jiménez en su casa había terminado de empeorarlo todo. Nunca pensó que las cosas fueran a escalar a tanto, después de todo, Marisa no sabía hasta que punto Manolo quería vengarse de la supuesta ofensa que ella había cometido en su contra años atrás Dejó que el agua tibia relajara sus músculos tensos y lavó con mucho cuidado la sangre seca que tenía en la cara, cuello y hombros. La herida en la frente le palpitaba aunque no se moviera, y hacía un rato ya que el efecto del analgésico había pasado… Al pasar la pequeña esponja por el cuello, sintió el dolor propio de los moretones que le habían quedado luego de que ese hombre… Intentara matarla Marisa lo vio en sus ojos, él no iba a detenerse hasta ver que la vida la abandonaba, aún no entendía cómo es que seguía con vida. Por un momento, mientras el aire se le escapaba y