Zack finalmente regresó a casa con el tiempo en contra, no quería que Alessandra se llevara una decepción… Esperaba no quedarse dormido en medio de la cita
Lo primero que notó al entrar, el olor de su platillo favorito; acarajé
— ¿Hola? —
No tardaron en asomarse sus hermanos, los pequeños se le lanzaron encima para abrazarlo
— ¿Estás preparando acarajé? — cuestionó, Cassie negó adoptando una sonrisa misteriosa
— Acertaste en lo que es, pero yo no soy la que lo está preparando—
— ¿Mamá está cocinando? —
— Algo así, creo que deberías verlo por ti mismo—
Se acercó a la cocina, grande fue su sorpresa cuando encontró a Ale con el viejo delantal que solían usar. Su mamá estaba a su lado, dándole indicaciones y
Marisa se levantó muy temprano para preparar el desayuno de su hija, rara vez cocinaba, pero no había día más propio para hacerlo que ese. Aprovechó para enviar uno que otro mensaje a Josh, que se estaba quedando en un hotel para no arruinar el factor sorpresa, y los demás, que se supone que llegarían tan pronto ellas dejaran el edificio para comenzar a decorar— ¿A dónde vamos mami? —— A donde quiera la cumpleañera, hoy es tu día cielo… Iremos y haremos lo que tú quieras… Pero luego de desayunar regresaremos porque tu nani y Alessa querrán felicitarte y pasar tiempo contigo—— Y yo con ellas— comentó contenta mientras abordaban el ascensorFueron a desayunar y después a un parque temático del que Gabriela llevaba hablando desde hacía un mes, subieron a absolutamente todo lo que pudieron&
— Gaby, tu madre nunca quiso hacerte daño cariño— volvió a intentar hacerle ver— Dijo que yo no tenía papá— se cruzó de brazos, su rabia y dolor iban en aumento— Debe existir una explicación, pero para poder recibirla tienes que escucharla—— No quiero verla, no quiero escuchar más mentiras de su parte porque al parecer solo eso sabe hacer— soltó con amargura. De repente no parecía la niña dulce y tierna de siempre— Ella te ama—No respondió, Alessandra soltó un suspiro de agotamiento¿Qué carajos había pasado? ¿Quién era ese tipo y por qué ella no sabía nada al respecto? Se supone que ella y Marisa eran buenas amigas, nunca hizo el intento de hablarle sobre esa aparente parte de su pasado— ¿Por qué no regresas a t
Marisa no podía dejar de pensar en lo mismo una y otra vez, ya estaba más tranquila… Ver a Jace dormir la ayudaba a encontrar algo de paz, pero no la suficienteY entonces no lo soportó más, abandonó la cama para regresar a la sala y darles vía libre a sus preocupacionesNo supo cuánto tiempo pasó exactamente desde que sacó los álbumes de fotos y comenzó a ojearlos, pero debió ser bastante, porque la luz ya empezaba a filtrarse. No es como si le importara demasiadoPasó los dedos por una foto en particular de Gabriela cuando era pequeña, la tomó el día que, por fin, luego de mucho esfuerzo había logrado traerla a vivir con ella nuevamente… Recordaba la inmensa alegría que sintió al tener a su hija, se sintió completa por primera vez en mucho tiempoLas ganas que tenía de llorar eran
Alessandra estaba preocupada por su amiga, y también por la pequeña que dormía todavía en su cama. Había llorado toda la noche, pero no se lo había contado a Marisa para que no se sintiera peor… Ya tenía suficiente con lo que lidiar como para agregarle algo más a su lista de preocupacionesDejó de divagar cuando su teléfono comenzó a vibrar en la mesita de noche. No tuvo chance de ver quién era, así que solo contestó— ¿Diga? —— Buenos días, novia— sonrió como si lo tuviera frente a ella— Buenos días novio—— ¿Cómo ha ido todo por allí? ¿Gaby está mejor? —— Estuvo llorando toda la noche… La pobre aún está rendida… Marisa y Jace vendrán en un rato, quiere hablar con ella—&m
— No sé si quiero saber qué hay dentro— comentó mirando fijamente la caja— Cuando estés lista— le aseguró — ¿Quieres que la abra por ti? —— Por favor— casi suplicóZack la puso sobre sus piernas y la abrió rápidamente, era ridículo seguir prolongando la torturaLe dio una ojeada a lo que había dentro, pero para él no tenía demasiado sentido— ¿Y bien? —— ¿Esto significa algo para ti? — sacó una pequeña manta que Marisa reconoció al instante— Era de Gabriela, de cuando era bebé— se sentó a su lado para poder ver el resto de cosas que quedaban dentro — Son las cosas que dejé cuando me marché de Virginia… No podía llevarme todo, tuve que dejar mucha ropa de ambas, los juguetes de
La conversación con su hermano la había dejado más nerviosa de lo que estaba dispuesta a admitir. Sinceramente, no esperaba verlo en un buen tiempo, no había tenido tiempo de prepararse psicológicamente para enfrentarlo luego de todo lo que había ocurrido días atrás Y como si hubiera sido invocado, el teléfono empezó a repicar en su mano y su nombre iluminó la pantalla — Hola— saludó tímidamente — Cassie… Ya extrañaba el sonido de tu voz… ¿Hablaste con tu hermano? — — Sí, me dijo que pasarías por mí hoy… No era necesario— — Pues… Soy yo el que quiere hablar ¿No? Lo justo es que sea yo quien pase a buscarte— Cassie pensó en qué decir — ¿Dónde estás? Voy regresando a la escuela, ya estaba llegando a la parada de autobús cuando Zack me llamó— — Parqueado en frente, pero si te queda mejor puedo ir a donde estás— — Descuida, voy llegando. Ya te veo— colgó No mucho tiempo después logró divisarlo recostado cont
— ¿Lo dices en serio? — fue lo que salió de su bocaCassie se aturdió un poco con su pregunta— ¿De verdad crees que bromearía con algo así Raúl? —— No lo sé, ¿Acaso este es un programa de bromas? ¿Dónde están las cámaras? — bromeó y Cassie sonrió divertida— Déjame recordarte que esta es tu casa, no tuve tiempo de esconder ninguna… Ni siquiera sabía en dónde vivías hasta hace unos minutos—— ¿Entonces es verdad? —— Claro que lo es tonto—— Vaya, pues gracias por lo que me toca—— Tienes que admitir que en este momento estás siendo bastante tonto—— Vale, creo que nos estamos desviando un poco del tema—— Tú empezaste— le reprochó
Manolo siempre fue un hombre incapaz de concebir la idea de perder, en lo que fuera, siempre tenía que ser el vencedor. Siempre le gustó aprovecharse de muchachitas ilusas y sus soñadoras aspiraciones para poder jugar con ellas a su antojo, pero lo de Marisa fue diferente… Porque se obsesionó. Nunca la vio ni a ella ni a ninguna como una persona, sino como simples piezas ocupantes de su tablero que podía mover a su antojo. De eso se trataba, un juego enfermizoCuando la conoció quedó encantado, no le importó el hecho de que fuera una madre soltera muy joven y sin demasiada experiencia laboral, es más, lo percibió como una situación de la cuál poder sacar provecho cuando llegara el momento adecuadoDisfrutó cada segundo enamorarla, para luego romperla por completo y desenmascararse frente a sus ojos, era obvio que para Marisa lo más importante siempre sería su