Theo estacionó el auto deportivo dentro del estacionamiento privado que su padre tenía en cada uno de sus establecimientos. Se tomó un momento antes de apagar el motor y suspirar con fuerza. Sacando un cigarrillo de la guantera mientras veía a los empleados cerrar las puertas de seguridad. Se tronó los nudillos después de llevarse el cigarrillo a los labios y encenderlo con ayuda de un cerillo que lanzó hacia afuera una vez que lo apagó.
Unos cuantos hombres retrocedieron unos pasos al verlo bajar del auto, fumando mientras se colocaba sus característicos lentes negros de diseñador. Su camiseta roja haciendo lucir cada uno de sus músculos.
—Bienvenido, es un placer volver a verlo por aquí.
—¿Dónde está
El sonido de los gritos de Larissa la despertó aquella mañana. Aurora se movió con rapidez en la cama, levantándose para correr hacia la puerta de su habitación. Creyendo que algo estaba sucediendo, creyendo que debía de huir de su habitación. Imaginando que al abrir la puerta se encontraría con un operativo. Con su libertad, realmente anhelaba ver a un oficial frente a su puerta, uno que la sacara de ese infierno para ayudarla a regresar a casa pero al abrir la puerta lo único que encontró fue a Theo con el rostro tenso. Parecía estar furioso, su mirada era penetrante y la miraba con odio. Justo como lo había hecho cuando ella había intentado escapar.Aurora observó las bolsas de ropa que él traía entre sus manos. Por un momento ella retrocedió unos cuantos pasos con discreción que no pasaron por desapercibidos ante el radar de Theo. Estar frente a Th
Aurora mantenía su mirada perdida en el jardín, observando como los jardineros se pasaban de un lado a otro, arreglando el perfecto jardín de la mansión de Theo. Él se encontraba pegado al auto mientras hablaba por teléfono. Las demás mujeres de Theo se mantenían cerca de él, hablando de la clase de diseñador que vestían.Aurora sin darse cuenta comenzó a acercarse a un hombre que se encontraba vertiendo una clase de polvo blanco sobre unos cuantos rosales. Atraída por completo por el delicioso aroma que desprendían los rosales.
Aurora bajó del auto, suspirando mientras volteaba a ver a Theo.—¿Por qué me haces esto?—le preguntó.—¿Hacerte qué, el favor de protegerte de ellas por una vez en tu vida? Nunca ayudo a nadie, tienes suerte de obtener mi ayuda. Te ven como una puta carnada y prefieres quedare ahí.—¿Acaso eso no es lo que soy?—preguntó al verlo abrir la puerta del auto.—¿No fue eso lo que fui para tu padre y para ti?—Sí, si lo eres pero solo eres mía.— soltó antes de señalar el interior del auto— sube de una puta vez.— exigió con la voz ronca. Aurora observó su traje oscuro, elegante como él parecía vestirse siempre.Ella no dijo ni una sola palabra. Únicamente lo obedeció y subió al auto. Theo suspiró por un momento antes de caminar nuevamente hacia l
Aurora caminó levemente, abrazando su cuerpo mientras mantenía su rostro en completa seriedad, prometiéndose que se pondría a llorar en cuanto la puerta metálica se cerrara pero no frente a él por lo que únicamente caminó, abrazando las pocas pertenencias que tenía en esos momentos. Theo la observó caminar con seriedad hacia la habitación, viendo como ella luchaba para ocultar sus sentimientos.—¿No te vas a poner a llorar, suplicar o al menos ponerte de rodillas? Tal vez si te pones de rodillas y haces un buen trabajo te permito irte conmigo.Aurora se detuvo por un momento al escucharlo, negando suavemente antes de simplemente caminar hacia la habitación y entrar en ella sin ninguna expresión o sonido.—¿Por qué tienes que ser tan diferente a las demás?—le preguntó él— realmente me frustra no poder entende
Theo se acercó levemente hacia aquel hombre, dando pequeños pasos que iban cargados de ira y frustración. Ver a aurora pidiéndole ayuda le había revuelto el estómago por completo porque sabía que la situación en la que ella se encontraba era su culpa. Era su culpa por la simple razón de haber permitido que aquel hombre entrar, subir dejado la puerta cerrada como se encontraba, ella no estaría herida mucho menos suplicándoles para que lo dejaran en paz.—Conoces perfectamente las reglas, sabes que no tienes que dañar la mercancía, no debes de tocar a las mujeres que no son tuyas y sobretodo no debes de comportarte como si fueras el maldito dueño de este lugar. No sabes lo que me molesta tener que estar aquí perdiendo el tiempo con un imbécil como tú, tocaste mi mujer y no pienso quedarme con los malditos brazos cruzados. Tú decides dónde qu
Theo golpeó la pared con fuerza antes de llevarse ambas manos hacia el rostro, soltando un gran suspiro lleno de frustración. No podía creerlo, realmente Aurora se estaba tomando el tiempo de ponerse con una actitud completamente estúpida. Simplemente no le parecía razonable la manera en la que ella se enojaba por el simple hecho que él no quería llevarse a las otras mujeres. Únicamente se la quería llevar a ella, estaba herida y su nariz no dejaba de sangrar así que lo más razonable para él era llevársela de aquel lugar pero ella simplemente se negaba porque le repetía una y otra vez que no se le hacía justo qué ella fuera liberada de ese lugar y las demás no. No estaba humor para estarla escuchando en su papel de heroína. Su plan había sido llevarla hasta el auto cargándola para asegurarse que ella no pudiera escaparse pero en cuanto él
El aire de la ciudad golpeó con fuerza a Aurora mientras corría por la ciudad, estaba asustada, aterrada y cansada por estar corriendo sin ninguna dirección en específico. No conocía la ciudad, estaba perdida y no sabía cuánto tiempo le costaría hasta que Theo pudiera encontrarla. Cada vez que corría con más fuerza su nariz sangraba, pidiéndole que se detuviera pero en sus planes no se encontraba detenerse. Al menos no hasta que encontrara un lugar seguro donde pudiera esconderse de Theo.El sol comenzaba a esconderse por lo que se le comenzaba a dificultar el hecho de distinguir a las personas. Tenía la esperanza de poder volver a ver a sus padres, tenía fe que encontraría una manera de llegar de regreso a casa sin que Theo o Scott pudieran detectarla. A unos cuantos metros pudo ver el centro comercial, era probable que en un lugar tan poblado Theo no pudiera obligarla a i
Aurora salió de su escondite unas cuantas horas después, específicamente cuando el centro comercial finalmente se vació por completo y cerró sus puertas. Las luces del centro comercial estaban encendidas pero casi todas las luces de las tiendas están apagadas por lo que algunos lugares en el centro comercial se encontraba en completa oscuridad. Realmente sentía que necesitaba ir a la farmacia pero no tenía dinero y entrar a alguna farmacia sería como si estuviera robando por lo que simplemente no era una opción. Después de unos cuantos segundos se arrepintió por completo de no haber llevado consigo la libreta y el polígrafo que Theo le había regalado porque al menos así podría escribir lo que estaba viviendo en esos momentos. Se estaba muriendo de hambre y estaba terriblemente cansada pero sabía que no se podía rendir únicamente por un poco de hambre y sueño. Lo único razonable que se le ocurrió hacer en ese momento fue el sentarse en una de las bancas de madera blanca que se encont