Axxel
Morir no es tan malo como pensé. Aunque no me debería doler la garganta. «¿Para qué mierda lo hice si voy a seguir sufriendo?». Abro los ojos y nada de esto se parece al cielo o al infierno. Quizás cuando uno muere, va a otro lugar… uno en el que mamá está sentada en el sofá y papá mira por la ventana.
«¿Esto es una broma? ¡Qué mierda! Estoy vivo. Pero ¿Quién? ¿Cómo?».
—¡Axxel, cariño! Despertaste. Nos diste un susto terrible. ¿Por qué lo hiciste? Entre Hayley y tú quieren matarnos de un disgusto...
«Sí, mamá. Te respondería si no tuviese un jodido tubo atravesado en la garganta».
Le señalo mi cuello, pero ni al caso, ella podría hablar hasta que se deshielen los polos.
Salgo de la ducha y me pongo una camiseta blanca y mis vaqueros gastados favoritos, creo que ya debo ir por un par nuevo.Enciendo la máquina de café y me siento en el taburete de la encimera para esperar a Mel. Mi apartamento es amplio y está bastante limpio gracias a Lolita, una dulce señora argentina que hace el aseo una vez por semana.El timbre de la puerta suena y doy un salto del taburete al saber que es ella, mi princesa de ojos grises… mi Mel.«Bien Axx, puedes estar frente a Melanie sin intentar tocarla. Tú puedes.»Abro la puerta e intento no emocionarme mucho, pero mi corazón ya decidió por mí, siento como late con fuerza en mi pecho sin darme tregua.Melanie es tan bella que es jodidamente difícil no caer rendido a sus pies. Su dorada melena baila libre en sus hombros, incitándome a enredarlos en mis dedos. Bajo la mirada a los perfectos s
Melanie —¡Oh mi Dios! Él lo hizo. Axxel lo hizo. —solloza Hayley sobre el pecho de Maison.—Tranquila, pequeña. Eso te hace mal. —le pide para tranquilizarla.«¿Qué fue lo que hizo Axxel? ¡Dios mío! Tuvo que ser grave para que Hayley llore así». Una sensación de ahogo aprieta mi pecho, dificultando mi respiración. Todo a mi alrededor gira y las palabras se vuelven simples murmullos. Me siento atrapada entre paredes negras que me llevan a un lugar oscuro y sin oxígeno.—Melanie —susurra una voz masculina. ¿Axxel?—. Melanie ¿estás bien? —pregunta de nuevo. Abro los ojos para encontrarme con un par de iris celestes claros, los de Maison.—Él está bien, Melanie. Bueno, lo estará hasta que llegue porque lo voy a matar. —asegura
Axxel Si Melanie quería romperme el corazón y tomar venganza por mis errores, lo consiguió. Pero no me voy a rendir con Ryan. Ella no tiene derecho a juzgar mis sentimientos. Mi hijo se me ha metido en mi corazón, tan dentro de mi ser que estoy dispuesto a entregarle mi vida si con eso lo salvo.Pude ser un cobarde y un miserable al marcharme aquel día, pero nunca le mentí las veces que le dije que la amaba. Todo fue real. Pensar que yo tomaría ventaja de ella para ayudar a mi propio hijo es absurdo. Si en verdad ella cree que soy ese tipo de hombre, entonces todo está perdido.Necesito arrancarla de mi piel, de mi mente… de mi corazón.No será fácil porque es parte de mí, porque al tenerla entre mis brazos pude sentir esa conexión inexplicable que siempre hubo entre los dos… porque su boca gemía por mí.Qui
Melanie5 años antesEstoy sentada en la sala de espera del consultorio de la obstetra. Sonrisas destellan en los labios de las futuras madres, acompañadas por sus parejas. Están felices, desearon esto… yo también lo deseaba. Siempre soñé con formar mi propia familia, una verdadera y completa. No es que esté inconforme con mi bebé, me hace feliz tenerlo, pero no imaginé que sería una madre soltera y menos a mi edad. Entro al consultorio y me recuesto en la camilla donde me practicarán la ecografía. La doctora me habla de los rasgos de mi bebé y de su linda naricita. Pienso en Axxel, en la posibilidad de que sea como él, y ese pensamiento me hace sonreír. Tan estúpida como fui para entregarme a él, todavía lo quiero y me tomará mucho tiempo olvidarlo. Aún puedo sentir sus labios calentando los mí
Axxel llega temprano en la mañana como prometió. Las piernas me tiemblan. Su mera presencia despierta en mí un torbellino de emociones que me cuesta disimular.«Estúpidos estrógenos.»Mi niño sonríe feliz al verlo y le pide un nuevo regalo. Lo reprendo, no puede pretender que le dé algo cada vez que venga a verlo. —No lo retes, Melanie. Le prometí un premio si era valiente.—Y lo soy, mami. Soy valente. —sonríe.—Sí, mi amor, valiente. ¿A ver, qué se ganó mi niño?—Aquí tienes, campeón. —Ryan rompe sin piedad la envoltura del paquete que le entrega Axxel. Es un muñeco en miniatura del personaje de su película favorita.—¡Sí! —grita feliz—. Gracias, Axxel.Me alejo y miro la escena en segundo
Axxel —Axxel Darwin Wilson. ¿Cómo fuiste capaz de ocultarme que tenía un nieto? —reclama mi madre con los ojos llorosos.—No lo sabía, mamá. —admito avergonzado. Que mis padres no conocieran a su nieto, que Ryan no le diga tía a Hayley, todo eso es mi culpa.—Pero tiene cinco años, Axxel. No entiendo por qué no lo supiste antes. ¿Cómo pasó esto?—Fue mi culpa, lo arruiné con Melanie y se fue, pero eso ya quedó atrás, mamá.—¡Oh Dios! ¿Por eso llorabas aquella vez, cuando destrozaste tu habitación?—¿Tú lo viste llorando? —pregunta Hayley, sorprendida.—Sí, cariño, como un bebé pequeño. «Benditas mujeres Wilson».—Oigan, sigo aquí. &iq
Salgo de la habitación para sentarme en la sala de espera y mamá hace todas las preguntas que se le cruzan por la mente. Perdí la cuenta después de la número doce. ¿De dónde sacó palabras como inmunosupresores? ¿Inmunoglobulina? No tengo una jodida idea.—Mamá, déjalo ya, por favor. —pide Hayley, apiadándose de mí.Nick y Melanie están sentados no muy lejos de nosotros, tomados de la mano como un par de enamorados. Odio verla con él. Odio ser yo quien desee ocupar su lugar.«¡Mierda! ¿Por qué tú, Nick? ¿Por qué tú y no yo.»—Axx, tienes que dejarlo. Conozco el sentimiento, lo viví, pero fulminarlo con la mirada no hace la diferencia. —dice Maison, sentándose a mi lado.—¿Cómo lo soportabas? Estoy cerca, muy cerca de mata
MelanieAxx me tiene acorralada y no puedo decir que me esté obligando, no hay otro lugar en el que quisiese estar más que en este. Aunque se me ocurren un par de lugares más.«¿Y qué pasó con eso de luchar contra la tentación?», me acusa mi mente. Pero es que Axx me la pone muy difícil.—¿Lo amas? ¿Sus besos borraron los míos? —dice cada palabra con un susurro, tan lento y pausado que comienzo a sentirme embriagada. Cierro los ojos y permito que surque mi piel como a él le plazca porque solo nos queda este instante, porque cuando abra la boca, mis palabras lo harán naufragar.—Sí. —musito. Espero que le sea suficiente mi respuesta para cambiar de rumbo, para alejarse de mí antes de que ninguno pueda evitarlo.—Mel, repítelo de nuevo, repítelo mil veces si quieres,