Definitivamente hoy no es mi día, la alarma no ha sonado, mi pelo por alguna razón decidió amanecer rebelde, el atuendo que desde ayer planifiqué no luce tan elegante como imaginé, por lo que me vi obligada a gastar otros quince minutos de mi tiempo para encontrar la vestimenta adecuada, por esta razón me retrasé y perdí el bus así que ahora me encuentro en un taxi donde seguro tendré que pagar una cantidad de dinero exagerada para que me lleve a mi entrevista de trabajo a la cual, voy con cinco minutos de retraso.
Si todo sale bien entonces podré ejercer finalmente mi título universitario. Desde que me gradué hace meses nadie me ha querido contratar a pesar de mis brillantes notas, pues al parecer carezco de cierta experiencia que no sé cómo obtendré si no me contratan.
Luego de muchos intentos fallidos de entrevistas, al fin encontré una empresa donde no les parece importar el nivel de experiencia y si todo sale bien hoy seré uno de los miembros de una de las mejores revistas de Madrid.
Esto no me tiene nada inquieta, para nada más que nerviosa estoy que me muero, en estos momentos me estoy cuestionando mi existencia y si realmente tengo o no mi título de Comunicador Social.
Me concentro en mi respiración porque reconozco que me siento algo agitada por toda esta situación, poco a poco el edificio al que me dirijo se va volviendo más grande. Al llegar pago el taxi rápidamente sin pensar mucho en que si no quedo en la entrevista, todo el dinero gastado en este viaje habrá sido en vano.
Aliso con mis manos la falda negra ajustada que me llega justo debajo de las rodillas y reviso mi camisa verde de mangas largas y con pequeños detalles en sus puños espero y aún luzca tan bella como cuando salí de casa, paso la mano por mi cabello y tomo un profundo suspiro apretando muy fuerte mi bolso como si este fuera a huir de mí, me lleno de valor y lentamente avanzo al gigantesco rascacielos en donde se encuentra en estos momentos mi mayor reto, ser una de las elegidas.
Al llegar al piso quince, tengo entendido que es el de administración, noto que hay muchas chicas la mayoría son un poco más maduras que yo.
Muy segura de mí avanzo para comprobar que efectivamente estoy en el piso adecuado y que aún no me han llamado, siento un ligero alivio al saber que no llego realmente tarde, pues mi turno aún no llega.
Tomo asiento y saco mi celular en un intento de no parecer nerviosa y ocupar mi mente en algo, pero mi objetivo no es logrado, no sé porque siempre que estoy a punto de vivir un momento importante mi mano derecha tiembla, es algo que nunca he conseguido controlar.
Tengo varios mensajes que responderé más adelante, todos son de mi familia dándome ánimos para la entrevista que sería como yo la llamo el trabajo de mis sueños. Guardo de nuevo el celular y empiezo a analizar a las personas que se encuentran a mí alrededor, es una manía que tengo desde hace años y me ayuda a controlar la angustia que atravieso en este momento.
Hay tres mujeres que parecen sacadas de una revista tanto su vestimenta como por aparentar ser una muñeca plástica, todo en ellas grita dinero sus ropas se ven bastante caras, yo las describiría en una sola palabra: falsedad, se mantienen hablando entre ellas, tienen el mismo pase de visitante que me dieron en la entrada, son las que más llaman la atención en el sitio ya que sus risas resuenan por el lugar. Imagino que al igual que yo estén aquí por las entrevistas que se realizarán a lo largo del día, lucen muy calmadas y relajadas, disfrutan de lo que sea que estén hablando y se comportan como si no estuvieran en un sitio de trabajo, yo debería tratar de hacer lo mismo y de una buena vez dejar de temblar tanto.
Me aburro de las señoras glamurosas y poso mis ojos en otra chica, se ve más nerviosa que yo, es más joven y aunque se nota que es de clase humilde me percato que seguramente es muy amable porque cuando nota mi mirada me sonríe con alegría, le devuelvo el gesto y mi atención regresa a las mujeres que se creen que andan en un café ya que una de ellas suelta una risa que resuena por lo largo del pasillo, varias de las personas las miran molestos, suelto un suspiro y regreso mi atención al móvil, alguien se sienta a mi lado y una colonia deliciosa inunda mis pulmones.
Es un apuesto joven que debe ser tres o cuatro años mayor que yo, tiene unos increíbles ojos verdes, sin duda los más bellos que he visto en mi vida. Me siento idiotizada por ellos, me sonrojo al notar que están en mi dirección estoy segura que podría pasar todo un día mirándolos y guardando para mi cada detalle. En un intento de parecer normal, trato de concentrarme en mi teléfono, me muevo entre aplicaciones sin saber que hacer ya que en mi mente solo tengo la imagen de su mirada, no aguanto la tentación y termino volteándome hacia el nuevamente, tiene unas largas pestañas que se le ven de un modo espectacular, su rostro parece que acaba de ser rasurado porque no hay rastro de barba, su cabello castaño está peinado hacia atrás, su rostro es hermoso, tanto como el de un modelo.
Lleva puesto un elegante traje color azul oscuro, si este hombre esta para lo mismo que yo aquí entonces estoy bien jodida porque tiene que irle muy bien en su vida como para poder comprarse un traje y unos zapatos tan elegantes pues juraría que son de marca, tiene esta aura que te atrapa y te hace querer mirarlo todo el tiempo.
El me mira y me da una pequeña sonrisa, le devuelvo el gesto avergonzada y en un intento de no parecerle demasiado rara, teniendo en cuenta que lo acabo de mirar de arriba abajo sin medirme ni un poco regreso mi atención a las tres mujeres anteriores que ahora se encuentran anonadas con el adonis que se encuentra a mi lado.
Escucho se aclaran la garganta, antes de empezar a hablar y una voz varonil algo ronca susurra unas palabras en mi oído, la piel se me eriza y volteo el rostro en dirección al papasito que tengo al lado.
—Estoy seguro que se acaban de conocer y están compitiendo entre ellas a ver cuál es la mejor —Si definitivamente este hombre es un bizcocho, como se diría en Colombia me mira con una breve sonrisa en sus labios, como soy tan educada se le devuelvo el gesto.
—Seguro andan de cotillas —Le contesto, me mira como si esta vez fuera el quien me estuviera detallando, desde el mismo modo en que yo hice con él antes.
Su mirada se dirige a mis ojos y extiende su mano derecha hacia a mí —Soy Kenneth Brown Smith —Le devuelvo el gesto sin eliminar la sonrisa de mis labios
—Mucho gusto, Abigail Rodríguez Peralta —Lentamente recupero mi mano y no sé si decir algo o seguir de chismosa viendo a las tres mujeres, pero él parece notarlo porque nuevamente me habla.
—¿Estás para la entrevista de Editor Principal? —Siento un ligero alivio al saber que este hombre no se encuentra aquí para amenazar el puesto que tanto anhelo, eso lo hace aún más perfecto
—No —Respondo, me mira a espera de algo más que un simple no, pero me encuentro tan embobada que tardo en reaccionar —. Estoy solicitando el puesto de publicista.
Una mujer sale de una habitación y llama a alguien, nombre de un hombre resuena por la habitación, yo estoy tan anonada que ni siquiera noto que llaman a este apuesto bombón que habla conmigo, se levanta y empieza caminar hacia la joven que al verlo sonríe coqueteándole, pero antes de seguir a la chica se da la vuelta y me mira.
—Te deseo buena suerte Abigail —Se gira y la sigue sin darme tiempo a reaccionar o contestar.
El chico se marcha, noto que me encuentro mucho más relajada porque por un instante conseguí concentrarme en algo más que no fuera el motivo por el que estoy aquí. Una parte de mi espera volver a ver esos hermosos ojos verdes, la otra solo piensa en cuándo me llamarán.Como si lo hubiera convocado alguien dice mi nombre y miro hacia el chico que me busca por la sala no es tan apuesto como el bizcocho que estaba a mi lado, suspiro antes de pararme y levantar una mano haciéndole saber dónde estoy, él me hace un gesto para que me acerque y es lo que hago.Al estar frente a él me saluda y dice que es mi turno. Cierro los ojos un momento y pido para que esta sea la última de la lista de mis tantas entrevistas fallidas, me repito una y otra vez que puedo con esto y mucho más.Al entrar a el lugar que me indico el amable trabajador veo una pequeña oficina, donde hay un sofá en una esquina y en el centro un buró con dos sillas enfrente, me siento donde me indica el chico desde la puerta y l
Aunque mi familia se encuentra lejos siempre podemos usar la tecnología para comunicarnos, ni siquiera mis abuelos son tan ambiguos, es por ello que mi curiosidad va en aumento leo el remitente en el sobre pero se encuentra en blanco, supongo que tendré que abrirlo de una vez para saber de qué se trata.Camino a mi habitación, que confieso y es mi lugar favorito en la casa. Yo amo este lugar, es un poco diferente al resto de la casa que solo tiene colores pasteles pero me da igual porque está decorada a mi gusto.Las paredes son de color malva y todos los muebles son negros y blancos esos tres juntos son mis favoritos y me encantan combinados, pero lo que más me gusta es que una pared entera es un espejo y es justamente la que se encuentra frente a la cama. Sé que puede parecer raro o ególatra por mi parte pero a mí me encanta exactamente como es.La habitación tiene una cama doble, una mesita de noche con una lámpara y la otra se encuentra una foto con mi hermana. A la derecha está
“Hoy todo va a salir bien” es la frase que repito una y otra vez en mi cabeza, mi abuela decía que ideas positivas atraen cosas buenas así que intento confiar en ella, hasta el momento nada ha salido mal.Anoche Clark se ofreció para llevarme a mi nuevo trabajo, al menos hoy no tengo necesidad de tomar un taxi, el metro o el autobús.En el camino charlamos sobre su nuevo proyecto de trabajo. Él estudió economía pero es el dueño de una pequeña cafetería y por lo que me cuenta tiene planes de ampliar el negocio, lo escucho mientas habla con emoción sobre el tema, me hace feliz verlo tan centrado ante este nuevo proyecto, hasta hace unos meses se encontraba totalmente devastado por la ruptura con su ex novia Emily, la cual luego de cinco años de relación se marchó sin dar ninguna explicación y dejando el corazón de mi amigo hecho pedazos. Ver cómo logra salir adelante, me hace sentir muy orgullosa.Por un momento nos quedamos en un silencio, que no es nada incómodo y solo se escucha una
Ha pasado una semana desde que empecé a trabajar y ya conozco a todos en la oficina. Tania y yo nos hemos vuelto muy unidas teniendo en cuenta que pasamos la mayor parte del día juntas, no nos queda de otra que llevar la fiesta en paz y tampoco es que me caiga mal, parece ser una chica muy tierna, aunque no le gusta hablar mucho sobre su vida, cosa que entiendo porque soy igual, lo mejor de todo es que en términos de trabajo se desenvuelve de maravilla en este mundo de la publicidad.El día de hoy la prensa sensacionalista es decir la prensa amarilla, solo habla del mismo tema, relacionado con nuestra revista, somos el tema del momento y para nuestra desgracia no por buenos motivos, al parecer el personal de publicidad que fue despedido por hacer mal su trabajo se fue con chismes y calumnias a algún periodista que volvió la noticia titular en los principales periódicos del país, por lo que Tania y yo tuvimos que redactar un comunicado para aclarar todo a la prensa y así evitar que se c
Mi día empezó demasiado temprano a causa de un viaje de trabajo, específicamente en el Parador de Toledo, es mediodía y acaba de finalizar el evento de una famosa marca de maquillaje que sacó una nueva línea y desea promocionarse a través de nuestra revista, lo mejor de haber venido es que ahora tengo maquillaje nuevo y gratis, lo cual es perfecto porque parte del maquillaje que me dieron se lo voy a regalar a Alexa por su cumpleaños ella ama esta marca así que sé que le encantará su regalo.Al terminar nos informan que tenemos disponible un rico almuerzo en el restaurante del hotel donde me encuentro, que es extremadamente caro, ni en mis sueños más locos pensé que pasaría un día en él y mucho menos que disfrutaría de su comida. Así que ahora estoy con otras personas de la empresa y la marca que también tuvieron que viajar y juntos degustamos un delicioso almuerzo con una espectacular vista de la ciudad.Cuando todo acaba hay una pequeña reunión donde nos agradecen por venir y nos dan
—¿Qué hace él aquí? —murmuro para mí.—¿Quién? —Miro a mi lado y veo Alexa.—Kenneth —Ella sabe quién de quien hablo porque le hice la historia de nuestro primer y segundo encuentro.—Oh en serio, donde está quiero verlo.—En la barra del bar, mira disimuladamente que te conozco —Vuelvo mi vista hacia donde se encontraba hace un momento, pero ya no está.—Amiga acaso pediste el gusto, dime que no es ese —dice señalando a un señor que nos mira porque Alexa no es nada discreta cuando la señala —bajo su brazo con el que apuntaba y la volteo por los hombros hacia mí —para ser sincera su mirada me provocó escalofríos—dice risueña —tenías razón sí que tiene una mirada intensa.—Estás loca, ahora ese tipo va a pensar cosas que no son, no seas boba ese no es, no sé a dónde fue —le digo.—Es una lástima, quería ver si realmente era un bombón como decías.—¿Buscas a alguien Abigail? —dice una dulce en mi oído, oh no, dios de la vergüenza ven y llévame contigo, trágame tierra, miro a un lado y es
Kenneth.Siento un ruido a lo lejos, pero a pesar de ello no soy capaz de abrir los ojos, me duele horrible la cabeza. Lentamente y con torpeza intento abrir los ojos, pero la molesta la luz que se cuela por las ventanas de cristal, me impide observar todo a mí alrededor, me cuesta un poco, pero al final logro orientarme y localizo el ruido molesto que me despertó, es mi celular, vibra sin cesar sobre la mesa de noche. —Diga —contesto tratando de disimular mi voz de sueño.—¿En dónde diablos estás? —la voz de una mujer me grita, alejo el teléfono para leer el nombre en la pantalla, es mi jefa Matilda, dejo ir un suspiro porque sin duda esto será molesto.—Lo siento, amanecí enfermo y no he podido salir de casa —miento descaradamente, pero no creo que le guste saber que estoy sufriendo de la peor jaqueca de mi vida y teniendo en cuenta sus evidentes celos tampoco le gustará saber que tuve una noche alocada con una chica. —Oh en serio, quieres que te lleve un doctor, o necesitas algo —
AbigailMe encuentro esperando un taxi en el hotel en el que desperté con un desconocido al lado, estoy ansiosa, nerviosa, me duele la cabeza y además estoy molesta. Siento como si me estuvieran persiguiendo y que en cualquier momento el tipo que estaba a mi lado saldrá por el ascensor en mi búsqueda y sin duda no deseo pasar semejante vergüenza. —Eres una estúpida —Susurro, no sé qué sucedió anoche, pero sé que me comporté como una adolescente.Me avisan que mi taxi ya llegó y salgo de este lujoso hotel dando grandes zancadas, solo espero y esa habitación no la haya pagado yo, porque lo último que necesito es despilfarrar el dinero en estupideces, puede que no esté mal económicamente pero el dinero no es eterno y si no supero la fase de prueba en Magic tendré que subsistir con mis ahorros hasta encontrar un nuevo empleo, solo espero y eso no suceda, quizás por primera vez la mala suerte no me acompañe. Entro al auto y le doy mi dirección, aunque en realidad voy a casa de Alexa, para