“Hoy todo va a salir bien” es la frase que repito una y otra vez en mi cabeza, mi abuela decía que ideas positivas atraen cosas buenas así que intento confiar en ella, hasta el momento nada ha salido mal.
Anoche Clark se ofreció para llevarme a mi nuevo trabajo, al menos hoy no tengo necesidad de tomar un taxi, el metro o el autobús.
En el camino charlamos sobre su nuevo proyecto de trabajo. Él estudió economía pero es el dueño de una pequeña cafetería y por lo que me cuenta tiene planes de ampliar el negocio, lo escucho mientas habla con emoción sobre el tema, me hace feliz verlo tan centrado ante este nuevo proyecto, hasta hace unos meses se encontraba totalmente devastado por la ruptura con su ex novia Emily, la cual luego de cinco años de relación se marchó sin dar ninguna explicación y dejando el corazón de mi amigo hecho pedazos. Ver cómo logra salir adelante, me hace sentir muy orgullosa.
Por un momento nos quedamos en un silencio, que no es nada incómodo y solo se escucha una canción de Maroon 5 que suena en la radio.
—Creo que tendré que comprarme un auto —digo sin más— Tengo dinero que me dejó papá y ya voy a comenzar a trabajar, por lo que esa idea ha estado rondando mi cabeza desde esta mañana, al final necesito ir todos los días a mi trabajo
—Sabes que puedo llevarte cada mañana, no me es ninguna molestia
—Lo sé, pero no serás mi esclavo Clark, tú tienes tu vida y negocios, no todos los días puedes traerme.
—Oye —me interrumpe— Me ofrecí a ser tu chófer no tu esclavo —Me mira por unos segundos antes de volver la vista al frente y ambos reímos.
—Lo sé, solo he pensado que por mi puesto no siempre tendré que ir directamente a mi oficina, conozco muy bien el mundo de la publicidad por lo que sé que tendré más trabajo con los medios que con mis propios compañeros.
—Haz lo que quieras pero luego no digas que no me ofrecí a ser tu chófer, ese honor lo tienen pocas
—Lo sé, gracias de todas formas —Le digo mientras lo miro pero él está concentrado en aparcar frente al edificio de la revista.
Después de despedirme y agradecer que me trajera bajo del auto. Tomo un fuerte respiro y a un paso no tan apresurado pero firme y seguro me dirijo a la entrada, muestro mi credencial al portero y nadie me detiene porque sí oficialmente formo parte de esta empresa, es tan maravilloso que aún me cuesta creerlo. Continúo mi camino hasta el elevador el cual está casi al cerrar sus puertas pero alguien que no logro ver lo detiene para que pueda entrar en él.
Todo aquí es elegante y eso no excluye al elevador que es de cristal igual que todo el edificio, sus puertas tienen un espejo interior donde observo mi reflejo para comprobar si me veo bien.
Para el día de hoy elegí un vestido ajustado color crema con una raya fina en línea recta a cada lado, esta es de color negro al igual que mis zapatos puntifinos con tacón no muy alto y mi bolso del mismo color. Mi cabello luce un semirecogido y el maquillaje es muy sencillo pero se nota que me detuve un tiempo a arreglarme en la mañana, no estoy escandalosa pero si elegante.
Lo primero que hago es dirigirme a recursos humanos para comprobar que todo en mi contratación esté en orden, o si me necesitan para algo, la carta que recibí me decía que tenía que venir a primera hora en la mañana.
Una vez termino y estoy segura de que todo se encuentra en orden me dirijo al piso del departamento de Relaciones Públicas.
—Wao —digo casi en un susurro
Este sitio es maravilloso, todo es muy colorido y hay mucha vida en la decoración. El lugar es maravilloso hay varias oficinas a cada lado se puede ver que estas son de cargos importantes. Las paredes son de cristal por lo que se puede ver todo en su interior. En el centro hay varios puestos de trabajo individuales todos y al final se ve que hay una oficina que tiene una larga mesa estoy segura que es la sala de reuniones.
En un principio no sé muy bien que hacer pero veo a Matilda en una oficina de las que catalogué como de cargos importantes, me dirijo hacia ella y al hacerlo noto que no se encuentra sola. Doy un suave toque en la puerta de cristal y Matilda ve hacia mí y me da una sonrisa de bienvenida.
—Buenos días Abigail
—Buenas Matilda
—Entra —eso hago— Te presento a Tania ella también estará de prueba contigo en el puesto de publicista —Le extiendo mi mano y ella hace lo mismo
—Mucho gusto soy Abigail —Asiente y me da una sonrisa que juraría que o no es muy verdadera o esta chica es algo tímida. Tania es muy bonita su cabello y ojos son de color miel, en las puntas de su pelo hay un tono más rubio, tiene un flequillo muy abundante es delgada y alta sus labios son carnosos
—Abigail siéntate —dice Matilda —. Le explicaba a Tania que ambas tendrán que ponerse al día con nuestros antiguos proyectos además de familiarizarse con el personal, tienen esta semana para eso cualquier duda pueden preguntar al equipo o al Director de Publicidad y en caso de que él no se encuentre, a mí. Aquellos escritorios de allá —dice señalando dos de los puestos individuales del medio de la oficina —son para ustedes pueden acomodarse en ellos hasta las nueve, que tendremos una reunión con todo el equipo de Relaciones Públicas y el de la Editorial. Espero y les valla muy bien en este mes de prueba, de más está decirles que espero resultados favorables o ya conocen las consecuencias —Tania y yo asentimos sonrientes y nos dirigimos a nuestros puestos.
Miro el reloj y veo que faltan quince minutos para que sean las nueve. Por lo que decido sacar la laptop de mi bolso y acomodar algunas cosas que traje de casa que me harán falta durante mi estancia en el trabajo.
Tania se acerca a mí con una sonrisa —Espero y nos llevemos bien— Me dice, la observo y me doy cuenta de que es una de las mujeres que noté el día de la entrevista, la reconozco como la chica tímida.
—Claro, no veo porque no sería así —respondo
—¿Qué edad tienes? yo tengo veinticuatro
—Tengo veintidós
—No eres de aquí verdad, tu acento me suena... pero no sé de dónde
—Soy de Colombia pero llevo diez meses viviendo aquí y mi padre era español —. La interrumpo para aclarar sus dudas.
—¿Y qué te trajo a vivir aquí? —En un principio pensé que solo quería conocerme pero ya veo anda demasiado curiosa y para mí no es fácil hablar de mi vida, el motivo no puedo siquiera decirlo en voz alta y mucho menos a alguien que acabo de conocer, así que miro mi reloj y veo que faltan cinco minutos para las nueve.
—Creo que deberíamos ir a la sala de juntas ya van a ser las nueve —Asiente mientras yo recojo una agenda un bolígrafo y mi celular el cual pongo en silencio mientras camino a la sala de juntas. Siento como me mira pero trato de ignorarlo, no quiero ser desagradable pero tampoco soy muy habladora.
Al entrar en la sala donde será la reunión veo que ya hay varias personas, saludo con unos buenos días y me siento, a mi lado se coloca Tania, creo que intenta hacernos amigas y tiene lógica ya que tendremos que hacer muchos trabajos juntas. Pero yo soy tan amargada y cerrada que no dejo a todos conocerme, por eso no quiero darle tantas esperanzas.
—Lamento haberte incomodado —me dice
—Tranquila, no pasa nada —respondo y ninguna de las dos vuelve hablar
Pasa el tiempo y más personas van llegando son las nueve y diez y Matilda anuncia que solo faltan tres personas que ya están en camino. Debería darles pena ser impuntuales, pero al parecer a la jefa eso no parece molestarle, cosa que veo rara porque ella se hace ver como si fuera muy estricta con el cumplimiento del trabajo.
Casi al momento entra una mujer rubia muy hermosa que porta una sonrisa con la podría dejarnos ciegos, todos los hombres la observan y ella parece algo incómoda con eso, después entra un hombre vestido de traje que debe tener unos cuarenta años luce muy bien para su edad lo sigo con la mirada y este se sienta casi al frente de mí, pero no, sería demasiado bueno tener tan maravillosa vista. Siento que alguien más abre la puerta pero no me molesto en revisar porque estoy segura que es la última persona.
De repente siento como Tania me da un golpe con un pie, la miro y ella me hace un gesto con una sonrisa para que mire algún sitio —Mira qué guapo— dice casi en un susurro para que solo yo la escuche, busco el lugar donde va su mirada y no lo creo. Cierro los ojos y los vuelvo abrir y sí, no estoy ciega veo bien muy bien, demasiado bien.
La persona que Tania dice es un encantador hombre vestido con un hermoso y elegante traje gris y azul claro, alguien tan apuesto que podría comprarse con un bizcocho.
Estoy creyendo que la frase de mi abuela si funciona, el universo hoy está a mi favor porque el único puesto vacío es justo frente a mí y ahí es donde se sienta el caramelito, deja sobre la mesa unos papeles, eleva su vista y nuestras miradas se cruzan, es como si me dieran electro shocks porque siento una corriente que recorre cada parte de mi cuerpo.
Esos ojos, como olvidarlos nos miramos de tal forma que estoy empezando a olvidar donde estoy, como me llamo, todo. El parece darse cuenta porque muestra una pequeña sonrisa hasta que acaba mi felicidad.
Alguien se aclara la voz y me saca de la burbuja en la que estaba. Y todos los presentes nos están mirando, al momento siento tanta vergüenza que puedo sentir como el calor llega a mis mejillas. Dios que momento más incómodo, no quiero ni me gusta ser el centro de atención.
Matilda me mira un poco raro, pero después mira hacia otro lado y da inicio a la reunión. En general entiendo todo lo que hablan y como explican el modo en que nos organizaremos para sacar la edición mensual de la revista Magic. A Tania y a mí nos dan varias tareas que vienen con el cargo como generar ideas innovadoras para obtener mayor atención de los medios, organizar las próximas ruedas de prensas, asistir a ellas entre otras cosas, que sabía que nos tocaría hacer. También nos recuerdan que debemos ponernos al día con los trabajos anteriores. Realmente fue una reunión productiva y siento unas ganas enormes de empezar a trabajar en todo lo que me han ordenado.
Al concluir me dirijo rápidamente a la puerta sé que parece que estoy huyendo pero en realidad me urge ir al baño, estoy nerviosa y eso es un síntoma que lo demuestra. Aunque una parte de mi realmente sabe que sí, estoy huyendo de volver a hacer el ridículo frente a todos mis compañeros y también de tener que cruzar mirada con el encantador bizcocho de ojos verdes.
Estoy pidiendo a esa suerte que me ha acompañado todo el día que cuando regrese, el causante de mi acelerado corazón ya no esté presente por lo que me tardo un poco más de lo normal en el baño.
Cuando regreso noto que estoy de muchísima suerte, definitivamente es mi día porque no, no está. Voy a mi puesto a sentarme pero sobre la agenda que dejé antes de ir al baño, hay una nota.
Veo que huyes de mí Abigail, pero no será así siempre, espero verte pronto, me hubiera gustado saludarte.
Por un momento dudo quien escribió la nota, pero nadie más me conocía por lo que estoy asumiendo que es él, obviamente es él soy tonta al creer que se trata de alguien más, aún recuerda mi nombre y me siento extraña ante el hecho de que lo haga, porque creo que me gusta que así sea.
Siento como un vapor sube por mis mejillas nuevamente, a este paso terminaré como un tomate, una ligera emoción recorre cada centímetro de mí, no sé porque una simple nota me hace sentir de este modo tan extraño. Tengo muchas preguntas sobre esto. ¿Por qué se tomó la molestia de escribirme? ¿Acaso quería decirme algo? De repente una voz me saca de mis pensamientos.
—El apuesto editor principal lo dejó sobre tus cosas antes de irse
—Si ya veo —respondo fingiendo que me da igual
—¿Lo conocías de antes? —me dice Tania
—En realidad no, bueno solo un poco, casi nada
—Allá adentro no pareció eso, todos lo notamos, la tensión
—Bueno solo he hablado con él una vez
—Qué suerte la tuya, deberías aprovechar él también se quedó bobito contigo.
—No es cierto solo fue la sorpresa de vernos, nada más.
—Lo que digas, el parecía muy feliz de verte.
—Bueno ¿Cuándo empezamos con el trabajo?
—Quieres cambiar el tema, chica lista, te seguiré la corriente —dice con una sonrisa que no le había visto antes y esta vez sí pareció natural y no forzada —Vuelvo enseguida voy por mis cosas para comenzar
Asiento y espero a que Tania regrese, mientras la espero le escribo un mensaje a mi hermanita para que sepa que mi primer día va genial.
Al final mi abuela tenía razón un poco de positivismo no está mal, puede que lo empiece aplicar un poco más de lo normal.
Ha pasado una semana desde que empecé a trabajar y ya conozco a todos en la oficina. Tania y yo nos hemos vuelto muy unidas teniendo en cuenta que pasamos la mayor parte del día juntas, no nos queda de otra que llevar la fiesta en paz y tampoco es que me caiga mal, parece ser una chica muy tierna, aunque no le gusta hablar mucho sobre su vida, cosa que entiendo porque soy igual, lo mejor de todo es que en términos de trabajo se desenvuelve de maravilla en este mundo de la publicidad.El día de hoy la prensa sensacionalista es decir la prensa amarilla, solo habla del mismo tema, relacionado con nuestra revista, somos el tema del momento y para nuestra desgracia no por buenos motivos, al parecer el personal de publicidad que fue despedido por hacer mal su trabajo se fue con chismes y calumnias a algún periodista que volvió la noticia titular en los principales periódicos del país, por lo que Tania y yo tuvimos que redactar un comunicado para aclarar todo a la prensa y así evitar que se c
Mi día empezó demasiado temprano a causa de un viaje de trabajo, específicamente en el Parador de Toledo, es mediodía y acaba de finalizar el evento de una famosa marca de maquillaje que sacó una nueva línea y desea promocionarse a través de nuestra revista, lo mejor de haber venido es que ahora tengo maquillaje nuevo y gratis, lo cual es perfecto porque parte del maquillaje que me dieron se lo voy a regalar a Alexa por su cumpleaños ella ama esta marca así que sé que le encantará su regalo.Al terminar nos informan que tenemos disponible un rico almuerzo en el restaurante del hotel donde me encuentro, que es extremadamente caro, ni en mis sueños más locos pensé que pasaría un día en él y mucho menos que disfrutaría de su comida. Así que ahora estoy con otras personas de la empresa y la marca que también tuvieron que viajar y juntos degustamos un delicioso almuerzo con una espectacular vista de la ciudad.Cuando todo acaba hay una pequeña reunión donde nos agradecen por venir y nos dan
—¿Qué hace él aquí? —murmuro para mí.—¿Quién? —Miro a mi lado y veo Alexa.—Kenneth —Ella sabe quién de quien hablo porque le hice la historia de nuestro primer y segundo encuentro.—Oh en serio, donde está quiero verlo.—En la barra del bar, mira disimuladamente que te conozco —Vuelvo mi vista hacia donde se encontraba hace un momento, pero ya no está.—Amiga acaso pediste el gusto, dime que no es ese —dice señalando a un señor que nos mira porque Alexa no es nada discreta cuando la señala —bajo su brazo con el que apuntaba y la volteo por los hombros hacia mí —para ser sincera su mirada me provocó escalofríos—dice risueña —tenías razón sí que tiene una mirada intensa.—Estás loca, ahora ese tipo va a pensar cosas que no son, no seas boba ese no es, no sé a dónde fue —le digo.—Es una lástima, quería ver si realmente era un bombón como decías.—¿Buscas a alguien Abigail? —dice una dulce en mi oído, oh no, dios de la vergüenza ven y llévame contigo, trágame tierra, miro a un lado y es
Kenneth.Siento un ruido a lo lejos, pero a pesar de ello no soy capaz de abrir los ojos, me duele horrible la cabeza. Lentamente y con torpeza intento abrir los ojos, pero la molesta la luz que se cuela por las ventanas de cristal, me impide observar todo a mí alrededor, me cuesta un poco, pero al final logro orientarme y localizo el ruido molesto que me despertó, es mi celular, vibra sin cesar sobre la mesa de noche. —Diga —contesto tratando de disimular mi voz de sueño.—¿En dónde diablos estás? —la voz de una mujer me grita, alejo el teléfono para leer el nombre en la pantalla, es mi jefa Matilda, dejo ir un suspiro porque sin duda esto será molesto.—Lo siento, amanecí enfermo y no he podido salir de casa —miento descaradamente, pero no creo que le guste saber que estoy sufriendo de la peor jaqueca de mi vida y teniendo en cuenta sus evidentes celos tampoco le gustará saber que tuve una noche alocada con una chica. —Oh en serio, quieres que te lleve un doctor, o necesitas algo —
AbigailMe encuentro esperando un taxi en el hotel en el que desperté con un desconocido al lado, estoy ansiosa, nerviosa, me duele la cabeza y además estoy molesta. Siento como si me estuvieran persiguiendo y que en cualquier momento el tipo que estaba a mi lado saldrá por el ascensor en mi búsqueda y sin duda no deseo pasar semejante vergüenza. —Eres una estúpida —Susurro, no sé qué sucedió anoche, pero sé que me comporté como una adolescente.Me avisan que mi taxi ya llegó y salgo de este lujoso hotel dando grandes zancadas, solo espero y esa habitación no la haya pagado yo, porque lo último que necesito es despilfarrar el dinero en estupideces, puede que no esté mal económicamente pero el dinero no es eterno y si no supero la fase de prueba en Magic tendré que subsistir con mis ahorros hasta encontrar un nuevo empleo, solo espero y eso no suceda, quizás por primera vez la mala suerte no me acompañe. Entro al auto y le doy mi dirección, aunque en realidad voy a casa de Alexa, para
KennethHace diez minutos llegó Martin a mi casa, ambos estamos sentamos en mi sala y dejé que se sirviera de mi whisky más caro, se está aprovechando de la situación, porque normalmente nunca lo dejaría hacer eso.—¿Y bien? Vas a quedarte ahí mirándome o vas a decir algo —Le digo a mi amigo, desde que llegó lo único que ha hecho es mirarme y tomar de su vaso con whisky, en un principio no me quejé porque le conté todo lo que recuerdo y como empezó mi día, pero ya esto me desespera esta actitud en la que no habla, normalmente suelo tener mucha paciencia, pero hoy no estoy en mis mejores días.—Estoy atando cabos —Se nota que lleva rato pensando, pero no acaba de soltar lo que le perturba.—¿De qué?—¿Cuándo te hiciste un tatuaje? ¿Y cómo es posible que yo no lo haya visto? Me ofende el no saber de su existencia.—¿Cómo sabes tú que tengo un tatuaje? —Casi nadie sabe que lo tengo, no es que lo oculte pero no es algo decorativo, tiene significado sentimental, me hace sentir que tengo cer
AbigailNo puedo creer nada de lo que acaba de pasar, tampoco entiendo porque Kenneth le dijo esas mentiras a Matilda, sé que no tiene que saber la verdad, pero tampoco creo que hubiera necesidad de mentir, no es que quiera que le diga que nos besamos, pero de cierta forma me molestó un poco su respuesta. Algo que me tiene muy curiosa es la actitud de ella hacia él, no hay que ser ciego para darse cuenta de su interés ¿lo estará él hacia ella? Me regaño mentalmente porque, ¿qué hago yo pensando en esto? Si ni siquiera me importa, lo que el haga con su vida no es mi problema.—Escúchame bien Abigail —me dice Matilda con un tono que me desagrada, lo bueno es que me saca de mis pensamientos y dejo de pensar en bobadas.—Te escucho —digo algo confundida y por su rostro deduzco que le molesta mi respuesta, pero no es algo que me importe, por lo que simplemente la ignoro.—¿Has leído las reglas de esta empresa?—Supongo que son las mismas de las demás, no suelen haber muchas variaciones —Tr
Finalmente, el día de mi cita con Kenneth ha llegado, estoy un poco nerviosa, bueno mentira, me encuentro muy alterada, quizás en un inicio no acepté, pero justo ahora agradezco haberlo hecho. Esta mañana me arreglé el cabello y las uñas, ya me tocaba y tenía cita desde hace algunos días. No es por Kenneth que me arreglo, aunque no niego que me emociona el hecho de que justo hoy estaré más bella de lo normal y una parte de mi realmente espera gustarle.Salgo del salón y camino por una calle llena de tiendas, aún no sé qué me podré, miro por si algún vestido es de mi interés. Le pregunté a Kenneth cómo debía vestirme porque aún no sé a dónde me lleva, pero luego de mucho insistir me dijo el nombre del restaurante, busqué fotos y es muy elegante. Caminando entre infinidad de vestidos y resistiendo esa tentación de decir me los llevo todos, encuentro uno de color rojo parece ser ajustado y por su largo diría que llega justo sobre mi rodilla, sus tirantes son muy finos y se cruzan es su es