Abigail de veintidós años lleva diez meses desde que se graduó en una universidad de Colombia y tras su graduación decide abandonar su país ya que el hijo de un narcotraficante se obsesiona con ella, viaja a España tras la muerte de su padre intentando escapar de ese pasado que la tortura y en un intento de iniciar una nueva vida.
Lo que no se esperaba es que junto al trabajo de sus sueños encontrará también algo más, que no buscaba pero que puso su vida de cabeza dándole un giro de ciento ochenta grados. No se imaginó que conocer a Kenneth traería esa felicidad que le fue arrebatada en Colombia.
Kenneth es un hombre muy exitoso, que no se niega al amor, pero su prioridad es su trabajo, por lo que no tiene tiempo para citas, además lidia con una ex jefa loca que no hace más que acecharlo y espantar a las mujeres de su alrededor. Para él lo más importante es su familia, su trabajo y al amor lo dejó de lado hace mucho tiempo, no se imagina que alguien aparezca para cambiar ese orden al que está acostumbrado y poner su mundo de cabeza.
Definitivamente hoy no es mi día, la alarma no ha sonado, mi pelo por alguna razón decidió amanecer rebelde, el atuendo que desde ayer planifiqué no luce tan elegante como imaginé, por lo que me vi obligada a gastar otros quince minutos de mi tiempo para encontrar la vestimenta adecuada, por esta razón me retrasé y perdí el bus así que ahora me encuentro en un taxi donde seguro tendré que pagar una cantidad de dinero exagerada para que me lleve a mi entrevista de trabajo a la cual, voy con cinco minutos de retraso.Si todo sale bien entonces podré ejercer finalmente mi título universitario. Desde que me gradué hace meses nadie me ha querido contratar a pesar de mis brillantes notas, pues al parecer carezco de cierta experiencia que no sé cómo obtendré si no me contratan.Luego de muchos intentos fallidos de entrevistas, al fin encontré una empresa donde no les parece importar el nivel de experiencia y si todo sale bien hoy seré uno de los miembros de una de las mejores revistas de Mad
El chico se marcha, noto que me encuentro mucho más relajada porque por un instante conseguí concentrarme en algo más que no fuera el motivo por el que estoy aquí. Una parte de mi espera volver a ver esos hermosos ojos verdes, la otra solo piensa en cuándo me llamarán.Como si lo hubiera convocado alguien dice mi nombre y miro hacia el chico que me busca por la sala no es tan apuesto como el bizcocho que estaba a mi lado, suspiro antes de pararme y levantar una mano haciéndole saber dónde estoy, él me hace un gesto para que me acerque y es lo que hago.Al estar frente a él me saluda y dice que es mi turno. Cierro los ojos un momento y pido para que esta sea la última de la lista de mis tantas entrevistas fallidas, me repito una y otra vez que puedo con esto y mucho más.Al entrar a el lugar que me indico el amable trabajador veo una pequeña oficina, donde hay un sofá en una esquina y en el centro un buró con dos sillas enfrente, me siento donde me indica el chico desde la puerta y l
Aunque mi familia se encuentra lejos siempre podemos usar la tecnología para comunicarnos, ni siquiera mis abuelos son tan ambiguos, es por ello que mi curiosidad va en aumento leo el remitente en el sobre pero se encuentra en blanco, supongo que tendré que abrirlo de una vez para saber de qué se trata.Camino a mi habitación, que confieso y es mi lugar favorito en la casa. Yo amo este lugar, es un poco diferente al resto de la casa que solo tiene colores pasteles pero me da igual porque está decorada a mi gusto.Las paredes son de color malva y todos los muebles son negros y blancos esos tres juntos son mis favoritos y me encantan combinados, pero lo que más me gusta es que una pared entera es un espejo y es justamente la que se encuentra frente a la cama. Sé que puede parecer raro o ególatra por mi parte pero a mí me encanta exactamente como es.La habitación tiene una cama doble, una mesita de noche con una lámpara y la otra se encuentra una foto con mi hermana. A la derecha está
“Hoy todo va a salir bien” es la frase que repito una y otra vez en mi cabeza, mi abuela decía que ideas positivas atraen cosas buenas así que intento confiar en ella, hasta el momento nada ha salido mal.Anoche Clark se ofreció para llevarme a mi nuevo trabajo, al menos hoy no tengo necesidad de tomar un taxi, el metro o el autobús.En el camino charlamos sobre su nuevo proyecto de trabajo. Él estudió economía pero es el dueño de una pequeña cafetería y por lo que me cuenta tiene planes de ampliar el negocio, lo escucho mientas habla con emoción sobre el tema, me hace feliz verlo tan centrado ante este nuevo proyecto, hasta hace unos meses se encontraba totalmente devastado por la ruptura con su ex novia Emily, la cual luego de cinco años de relación se marchó sin dar ninguna explicación y dejando el corazón de mi amigo hecho pedazos. Ver cómo logra salir adelante, me hace sentir muy orgullosa.Por un momento nos quedamos en un silencio, que no es nada incómodo y solo se escucha una
Ha pasado una semana desde que empecé a trabajar y ya conozco a todos en la oficina. Tania y yo nos hemos vuelto muy unidas teniendo en cuenta que pasamos la mayor parte del día juntas, no nos queda de otra que llevar la fiesta en paz y tampoco es que me caiga mal, parece ser una chica muy tierna, aunque no le gusta hablar mucho sobre su vida, cosa que entiendo porque soy igual, lo mejor de todo es que en términos de trabajo se desenvuelve de maravilla en este mundo de la publicidad.El día de hoy la prensa sensacionalista es decir la prensa amarilla, solo habla del mismo tema, relacionado con nuestra revista, somos el tema del momento y para nuestra desgracia no por buenos motivos, al parecer el personal de publicidad que fue despedido por hacer mal su trabajo se fue con chismes y calumnias a algún periodista que volvió la noticia titular en los principales periódicos del país, por lo que Tania y yo tuvimos que redactar un comunicado para aclarar todo a la prensa y así evitar que se c
Mi día empezó demasiado temprano a causa de un viaje de trabajo, específicamente en el Parador de Toledo, es mediodía y acaba de finalizar el evento de una famosa marca de maquillaje que sacó una nueva línea y desea promocionarse a través de nuestra revista, lo mejor de haber venido es que ahora tengo maquillaje nuevo y gratis, lo cual es perfecto porque parte del maquillaje que me dieron se lo voy a regalar a Alexa por su cumpleaños ella ama esta marca así que sé que le encantará su regalo.Al terminar nos informan que tenemos disponible un rico almuerzo en el restaurante del hotel donde me encuentro, que es extremadamente caro, ni en mis sueños más locos pensé que pasaría un día en él y mucho menos que disfrutaría de su comida. Así que ahora estoy con otras personas de la empresa y la marca que también tuvieron que viajar y juntos degustamos un delicioso almuerzo con una espectacular vista de la ciudad.Cuando todo acaba hay una pequeña reunión donde nos agradecen por venir y nos dan
—¿Qué hace él aquí? —murmuro para mí.—¿Quién? —Miro a mi lado y veo Alexa.—Kenneth —Ella sabe quién de quien hablo porque le hice la historia de nuestro primer y segundo encuentro.—Oh en serio, donde está quiero verlo.—En la barra del bar, mira disimuladamente que te conozco —Vuelvo mi vista hacia donde se encontraba hace un momento, pero ya no está.—Amiga acaso pediste el gusto, dime que no es ese —dice señalando a un señor que nos mira porque Alexa no es nada discreta cuando la señala —bajo su brazo con el que apuntaba y la volteo por los hombros hacia mí —para ser sincera su mirada me provocó escalofríos—dice risueña —tenías razón sí que tiene una mirada intensa.—Estás loca, ahora ese tipo va a pensar cosas que no son, no seas boba ese no es, no sé a dónde fue —le digo.—Es una lástima, quería ver si realmente era un bombón como decías.—¿Buscas a alguien Abigail? —dice una dulce en mi oído, oh no, dios de la vergüenza ven y llévame contigo, trágame tierra, miro a un lado y es
Kenneth.Siento un ruido a lo lejos, pero a pesar de ello no soy capaz de abrir los ojos, me duele horrible la cabeza. Lentamente y con torpeza intento abrir los ojos, pero la molesta la luz que se cuela por las ventanas de cristal, me impide observar todo a mí alrededor, me cuesta un poco, pero al final logro orientarme y localizo el ruido molesto que me despertó, es mi celular, vibra sin cesar sobre la mesa de noche. —Diga —contesto tratando de disimular mi voz de sueño.—¿En dónde diablos estás? —la voz de una mujer me grita, alejo el teléfono para leer el nombre en la pantalla, es mi jefa Matilda, dejo ir un suspiro porque sin duda esto será molesto.—Lo siento, amanecí enfermo y no he podido salir de casa —miento descaradamente, pero no creo que le guste saber que estoy sufriendo de la peor jaqueca de mi vida y teniendo en cuenta sus evidentes celos tampoco le gustará saber que tuve una noche alocada con una chica. —Oh en serio, quieres que te lleve un doctor, o necesitas algo —