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Cap. 3 Una cita muy a ciegas p. 2

Víctor tenía que ser muy paciente con su amigo, desde que se había ennoviado con una chica top y con la cabeza más fofa del mundo, estaba insoportable narrándole lo feliz que era cada día con ella y entonces le preguntó burlón a su amigo:

Trabaja rápido la Bobis...-dijo despectivamente.

Es mi chica perfecta de revista.

Entonces corrigió a su amigo:

Recepcionista de una revista.

Como sea, no puedes negar que es linda.

¡Y tonta!

Víctor deja de ser cruel.

Aunque se esforzara por ser cordial, no podía, por eso para paliar ese momento le preguntó:

… Cuéntame ¿cómo es ella? ¿Te la describió?

No exactamente-se rascó la oreja.

Se levantó exasperado de la silla y exclamó:

¡Entonces saldré con un fantasma!

Malena dice que es súper.

Lo mismo dice de ti y mírate-se reía guaso.

Santa paciencia con el sujeto:

Ya basta, Víctor, Malena dice que es inteligente, bonita y que también fue recepcionista como ella.

Víctor meditó en lo descrito por su amigo y exclamó angustiado:

¡Estoy perdido!-tiró la pluma dorada en el escritorio y analizó los hechos- Si fue recepcionista y es tan lista como Malena, estoy perdido.

Pues lo siento por ti querido amigo, ya no hay tiempo para retractarse, me pediste ayuda y te la di lo mejor que pude, si no te gusta pues lo siento.

No es suficiente...-estaba estresado.

Entonces David le narró su cita perfecta:

Mis planes eran ir a un hotel con mi caramelito y en vez de eso tengo que ir a un restaurante contigo y la fulana.

¿Qué harías en un hotel después de 10 o 15 minutos de acción?-preguntó irónico-¿Jugar con tus bolas y las de ella?

Estás insoportable hoy, Víctor.

Al menos dime que es bonita. Perdono que no sea inteligente; pero, al menos que tenga buen cuerpo.

David meneó la cabeza y le manifestó a su amigo:

Ese plan tuyo me está dando jaqueca.

Y a mi migraña-se acercó a él y le dijo en tono confidente-¿Recuerda? Te dije que en ese restaurante estará la dueña de mi corazón, Rachel, y ella es perfecta y no puedo presentarme ante ella con un adefesio.

En el mismo tono confidente le dijo:

Te daré un consejo amigo...-lo miró detenidamente-Olvídate de esa mujer, detente, has invertido tiempo y dinero en esa reconquista y nada.

Víctor dijo muy seguro de lo que sentía:

No puedo y no quiero.

¡Tonto!-pateó el suelo-Esto te va a causar más de un dolor de cabeza y no digas que no te lo advertí.

Víctor hizo una mueca y volvió a su rutina; si un defecto tenía Víctor era ser testarudo, y cuando algo lo obsesionaba como lo hacía el tema de su exnovia Rachel, no medía las consecuencias y en más de una ocasión eso le causaba problemas y está vez podría suceder lo mismo.

Había aceptado la cita, no era algo que normalmente sucediese; pero, la sentía tentadora y para no decepcionar investigó todo acerca de primeras citas; entró a portales de Internet, incluso descargó de la red el manual de citas en las que había todo un archivo de apartados de conversación para mantener una charla agradable y nada aburrida. Según el manual no era obligación que el sujeto gustara, eso la relajó mucho y luego esa voz en su cabeza le dijo: No; pero, seamos francas si pide una cita a ciega no ha de ser un príncipe.

¡Qué alguien me ayude! Necesitaba toda la ayuda del mundo para salir de esto con bien.

Las ofertas en ropa para San Valentín eran tentadoras; adquirió un vestido color naranja, con escote en la espalda y en la parte de adelante un V generosa y corte asimétrico en la falda; zapatos altos a juego y accesorios, además de cultivar una buena actitud, estaba preparada para todo y solo pensó en si Cosmopolita se enterara de esto sacaría un titular diciendo:

¡¡INSÓLITO…! ¡Joven ecuatoriana va a asistir a su primera cita a punto de cumplir los 30 años!.

Si ella divagaba en estupideces ¿Qué le pasaría al sujeto? ¿Estaría nervioso como yo?, tal vez ni pensaba en la cita ¿O también se equivocaba?

Nervios

Víctor tenía muchas dudas y miedo a última hora, veía la pasividad de su compañero y no lo soportó más y le dijo:

Me estoy arrepintiendo.

Hombre ya es muy tarde...-consultó con su reloj y dijo-Faltan pocas horas para ese menester.

Sandy, la prima de Rachel, me lo confirmó, ella estará cenando con su familia en ese restaurante-se levantó nervioso y camino a mirar por el ventanal.

El movimiento a esa hora era intenso, la avenida estaba congestionada y comentó:

Debo impresionar a todos.

Y tú escogiste darle celos a tu ex con una desconocida.

Víctor no lo escuchaba estaba abstraído con lo que veía por la ventana y dijo de pronto:

¿Tiene nombre la fulana?

Espera y te lo averiguo y sea de paso llamo a mi linda...-sacaba de su chaqueta un moderno celular y marcó un número y...-Hola mi Afrodita, sí, sí yo también te extraño tanto, mi cosita rica...

¡Dios Santo! Eso era el colmo, se fue a su escritorio. Entonces escuchó a su amigo decir:

¿Se le puede hacer una pregunta a la reina? Facilita no más como para su preciosa cabecita... ¿Cómo se llama su amiga?-escuchó la respuesta-Gracias mi reina, hasta la nochecita, besitos...

Víctor hizo ademán de vomitar y David le hizo una mueca y le dijo.

Ya te tengo el dato... Se llama Felicia Serrano.

…-se levantó ceremonialmente y a modo de presentación práctica- Rachel te presento a Felicia; Felicia te presento a Rachel... ¿Qué tal sonó?

Muy reverencioso para mi gusto, solo preséntala a todos como Felicia tu cita.

Sí será lo mejor...-se sentó y anotó en una hoja el nombre- lo que sé de esa mujer es que se llama Felicia Serrano, trabaja en el departamento publicitario de la revista Generación Estilo y debe ser espectacular físicamente.

De camino

Estaba nerviosa, tal se diría que esa cita iba a ser determinante en su vida, entonces a su mente acudían los errores de siempre: pospuso el amor a la edad de 15 decía que estaría bien a los 18; luego llegaron los 18 y dijo al término de la carrera y después siguió diciendo: mejor cuando ya esté estable en un trabajo, no vino el hombre especial que soñó y a los 29 estaba sola: esperando un milagro que transforme su vida ¿Cómo una persona puede alejarse tanto de su ideal de vida? No se había dado cuenta de que era observada atentamente por Julia y ella interrumpió sus reflexiones:

Puedo adivinar lo piensas.

¿En serio?

Es muy simple-pausa y-¿En qué parte del camino me perdí? ¿Tengo razón?

Sí...-dijo avergonzada de ser tan evidente.

Esa cita es hoy ¿Verdad?

Sí...-afirmó-Saldré con un amigo de Malena.

Cuidado con los regalos de los griegos- y añadió a sus comentarios-Creo que después de todo es interesante saber qué tipo de persona puede conocer una bobis como ella.

¡Esperen! No se había hecho esa pregunta y escuchó la risa de Julia.

Espero, únicamente espero que no sea un bobis como ella-reía sin parar.

Ella sale con alguien que según dice es inteligente y lindo.

¡Súper!-reía Julia imitándola.

Es el mejor amigo del súper.

Julia toda guasa riéndose de su suerte comentó:

Ya veo, es un superamigo...

En cambio, a ella nada podía sacarle una sonrisa y entonces inquirió:

¿Y si no me gusta?

Te excusas y te vas...

¿Así de simple?

Julia pensó un poco:

Tengo una táctica-se levantó y se acercó a su escritorio- Media hora después de conocerlo, haces que un familiar te llame y te pregunte si todo va bien y si dices no, te inventas una eventualidad: mata a tu abuela, a tu madre a quien sea; pero, sales de eso inmediatamente.

La idea resultó atractiva y por supuesto que la pondría en práctica, sería Edgar quien haría esa llamada, antes de salir leí un post que decía:

“Sea como sea el sujeto, no te olvides que la verdadera estrella eres tú”.

La cita sería en un prestigioso restaurante y de pronto sintió un morboso deseo de que ese sujeto no estuviera a su altura para poder rechazarlo.

Hola Felicia-me dio un beso-te voy a presentar a mi superchico.

Fue con ella tomada de la mano y el joven, apuesto a rabiar la miró sorprendido, de hecho se quedó impactado viéndola.

David, mi querido, te presento a mi amiga y compañera Felicia.

Quería conocerte, mi linda me habla bastante de ti.

Ahora solo falta el histérico de Víctor.

Desde ya tenía una idea de lo agradable que era el sujeto, notó que David tenía cara de circunstancias y parecía nervioso.

De repente el gigantón de la entrada pasó rozándola y le preguntó a su amigo:

No he visto a la dichosa amiga de tu novia...

Vic, Víctor amigo, ella está detrás de ti...-se pasaba una mano por el cabello y le indicó al disimulo

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