Cap. 2 La Bobis

Felicia trabajaba en la revista local “Generación Estilo”, está revista se dedicaba a difundir lo nuevo y de moda para adolescentes. Además, solía colaborar con la revista financiera “Negocios en Ecuador”, que era de publicación semestral y en ella se cubría todo acerca del lanzamiento de marcas nuevas y productos ecuatorianos. Su puesto era en el departamento publicitario junto a su jefa Julia Klein. Como era la mano derecha de Julia, compartían oficina. Faltaba una semana para San Valentín y ya se alistaba la publicación para antes de la fiesta; el ambiente ya olía a chocolates y rosas. La Recepcionista se encargaba de adornar los pasillos con corazones, Cupidos regordetes por doquier, globos, en fin todo un sinnúmero de artilugios sobre el tema del amor y la amistad.

Esa mañana estaba sola, pues su jefa estaba con permiso médico; entonces, alguien se asomó por la puerta y una voz chillona la sacó de onda:

Hola ¿La tienes?

Pudo reconocer a la nueva recepcionista, Malena, una hermosa joven de unos 26 años aproximadamente, ganadora de una escultural figura y decía esto, porque cuando fue la repartición de cuerpos Malena llegó en primer lugar que todas. Tenía una diadema de corazones saltones y un ping de dos corazones entrelazados, se veía que era algo costoso. Felicia entonces preguntó:

¿Te refieres a la programación publicitaria?

…-entró mirando a todos lados- Hablo de la hoja de anotaciones del amigo secreto.

La joven miraba todo alrededor, era oficina bastante elegante. Felicia entonces comentó:

No sé de qué hablas...

La joven explicó entonces:

Vamos a realizar el amigo secreto por San Valentín y estamos circulando la hoja de inscripciones.

La tradición del amigo secreto de San Valentín… sentía aversión desde que alguien en su país le “obsequio” un portarretrato dañado.

Aún no la recibo...

La joven miraba todo con curiosidad y comentó:

Tu oficina es linda.

No es mi oficina es de Julia Klein, soy su asistente y ambas la compartimos.

La conozco-dijo con su tono bobis-Es toda una dama y tiene una clase increíble y da miedo.

Ella, en cambio, estaba en tensión pues la blusa ceñida de Malena era tan estrecha que daba la impresión de que sus grandes senos iban a salirse en cualquier momento.

Sí, así es...

Siempre te veo; pero, rayos nunca he hablado contigo y casi no te conozco.

Malena para todos los casos encajaba en el cuadro de las Bobis o sea una mezcla de rica engreída y belleza, o como decían en su país: una aniñada.

Me llamo Felicia Serrano-se presentó.

Malena Floinstein ¿sabes una cosa?

Sería súper que me tocaras tú, ya tengo una idea de tu obsequio.

Cielos ¿qué podía pasar por la mente de esa joven para que dijera eso?

¡Qué bien!

Entonces pasaron al plano personal de una sola jugada:

¿Tienes novio?

Yo sí tengo y es divino, apuesto, inteligente y rico-cantaba cada palabra.

Más m****a en su cara… Otra “afortunada” de la vida.

Te felicito.

Mi chico cree que este trabajo es ¡Súper!-y añadió- A mí me encanta contestar el teléfono, es bonito.

Después de todo eres la recepcionista...

¡Sí!-aplaudía al decirlo.

Su entusiasmo era grande y le comentó:

Yo fui recepcionista.

Malena abrió los ojos enormemente como si escuchase la revelación del siglo y tomó asiento en una de las sillas y exclamó:

¡No te lo puedo pensar!

Sí, así fue...

Pero, eres tan exitosa-estaba estupefacta y entonces hizo la pregunta-¿Crees que yo pueda terminar como tu algún día?

¿Podría? Solo pudo decirle…

Con constancia... Y con mucha constancia, sí considero que sí...

Se levantó como un resorte y proclamó.

Voy a llamar a mi chico y le contaré... Es más te invito a almorzar hoy.

Eso fue muy raro y solo pudo decirle:

No te olvides de anotarte...

Quedó sola mirando la puerta y consideró que aunque Malena tuviera fama de Bobis, le ponía entusiasmo a todo y hacía de una simple transición algo especial. Le contó a Julia la extraña visita de la recepcionista a la oficina y esta preguntó curiosa:

¿Qué deseaba la súper Bobis contigo?

Que me anotará en la lista del amigo secreto...

¿Y te anotaste?

Aún no; no obstante, lo haré después...

Pues hazlo, a veces recibir un obsequio es motivante-se acomodó en su sillón de cuero y murmuró-En cambio, en pareja es más complicado, se debe planear una velada o algo romántico.

Julia era una mujer poco dada al romance; aunque, lo que dijo posteriormente la sorprendió:

Felicia supongo que te lo dirán a menudo; pero, creo que debes buscarte un novio, alguien que te quiera.

Estoy considerando mucho aquello...

…-la miró analítica- Tú lo has considerado demasiado; eres joven e inteligente y además muy seria y esa seriedad asusta a los hombres.

Logró desconcertarla y preguntó:

¿Los asusto?

Sí, te ves tan determinante con tu presencia, eres rígida...-entonces añadió-Relájate un poco, coquetea más, no serás una belleza; pero, tienes lo tuyo.

- Por el consejo.

Julia se caracterizaba por su aplastante sinceridad. Ese comentario la hizo evaluarse: castaña, de ojos marrones claros y expresivos, un poco alta, cuerpo esbelto y bien cuidado; sin embargo, como ella había muchas. A la hora del almuerzo se reunió con Malena.

Yo como la dieta-comentó Malena-tengo que cuidar mi figura... Por mi chico, él me quiere linda siempre para él.

Supuso que un millonario deseaba que su joven novia luciera siempre espectacular.

Yo lo hago por mi salud-entonces le preguntó-¿Quieres mucho a tu novio?

Lo adoro...

Sonrió de ver la felicidad que la joven despedía al decirlo y entonces Malena la miró detenidamente y dijo entusiasmada.

¡Eres bonita!

… Gracias.

¿Qué vas a hacer en San Valentín?

Nada en especial.

Solo ver películas románticas, atragantarse de helado y llorar viendo el romance a flor de piel en cada escena y añorar ser la actriz afortunada con un final feliz.

¿Quieres hacer algo súper?

¿Cómo qué?

Voy con mi chico a una cena y el mejor amigo de mi lindo, no tiene pareja y pensé que puedes acompañarlo.

De repente se sintió en la dimensión desconocida y hasta podía oír la música detrás de ella; al voltear alguien tenía el ring tone de dicha serie y solo pudo decir:

No lo creo… ...

Será genial, el joven del que te hablo se llama Víctor y es muy apuesto-rio chillonamente y me confió-Casi salgo con él, únicamente que Vic es muy Vic; no obstante, es inteligente y tiene personalidad.

¡Wow! Eso si fue extraño…

Malena te lo agradezco; pero, jamás he hecho algo así y...

Eres perfecta te lo aseguro y a la vez te diviertes, anímate y me das una respuesta positiva.

Quedó totalmente impactada, por increíble que parezca le estaban consiguiendo ¡Una cita a ciegas! Y con un hombre real. La idea la acechó toda la tarde y al llegar a casa seguía allí, hasta que se volvió atractiva y conversó con Edgar sobre el tema:

¿Qué crees que deba hacer?

Ir, será genial, excitante diría yo.

No puedo...

Volvían las barreras mentales y Edgar le explicó:

Toda cita a ciegas tiene sus riesgos; sin embargo, no deja de tener su atractivo.

¿Cuántas citas a ciegas has tenido?

Él sonrió con malicia:

Muchas, es más a veces iba y les decía que asistiría vestido de una forma y me presentaba de otra, solo para ver si valía la pena.

¿Y cuándo no valía?

Se alzó de hombros y confesó:

Me iba y se acababa.

Cielos, si alguien se atreviera hacerle eso se quedaba traumada para siempre…

Pues, no sé...

Edgar fue más entusiasta:

Lo primero que debes hacer es comprarte ropa linda, luego ir y divertirte.

Eso es lo malo, soy del tipo tiesa, aburrida...

No es cierto, eres brillante y bonita, tienes buena conversación, no se morirá de tedio.

Intentaba ser más coherente y le recordó un punto olvidado por él:

Edgar te olvidas de algo-lo miré detenidamente- El hombre con quien saldría ¿Quién es? ¿Cómo es? ¿Y qué tan desesperado está para proponer una cita a ciegas en pleno San Valentín?

El hombre en cuestión

En uno de los edificios de la zona comercial de New York, se encontraban las oficinas del bufete de abogados Evans-Jaume & Drouet; un bufete de élite; allí trabajaba Víctor Drouet, un apuesto abogado de 32 años, con uno de los mejores físicos que había: alto como torre, ojos verdes intensos y de mirar de águila, cabello rubio oscuro; era un tipo que hacía voltear miradas por la arrogancia de sus pasos. La vida para Víctor era bastante buena: tenía su propio departamento en una zona residencial, auto del año, estudios destacados; sin embargo, en el plano sentimental… no todo era color de rosa.

Esa mañana charlaba con su mejor amigo y colega David Lane:

Te tengo una noticia. Hable con mi chica...

¿Y qué tiene eso de bueno para mí? ¿Acaso se volvió una sabia en poco tiempo y me va a resolver todos mis problemas?

Escucha y verás...-dijo muy serio David- Mi superchica ya te consiguió la cita que esperabas.

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