«Laila»
No me acostumbraba aquella imagen borrosa en el espejo, a la temperatura helada de mi cuerpo, ni aquellos ojos amarillentos que debia disimular muchas veces con lentes de contacto, era extraño sentirme tan sedienta y aborrecer por completo la comida humana. Extrañaba, aunque suene extraño, la avena que Joseph nos hacia comer todas las mañanas.
— ¿Lista? —miré a mi costado donde Lara me observaba con tanto cariño y por primera vez me senti unida a ella, por primera vez comprendi por todas las cosas que ella habia pasado para estar con mi padre.
—Si —dije, mientras tomaba la toga y el birrete que descansaban sobre la cama.
No podia creer que este dia habia llegado, la escuela había terminado y aquello me causaba cierta nostalgia. Mi hermano, Matthew y yo nos veriamos fisicamente como ahora toda la vida, aquel habia sido uno de mis ma
No soy de las personas que se dejan convencer con facilidad, ni siquiera por aquellos que están a mi alrededor dígase familia y amigos, pero esa noche Joshua termino convenciéndome de hacerlo, lo mire por unos segundos aun cuestionándome, el ¿Por qué debía hacer esto?, y no solo seguía como siempre, siendo fría y distante, siendo como siempre él me ha dicho desde que tengo uso de razón su rara hermana favorita.—Si papá y mamá se enteran de esto, toda la culpa recaerá sobre ti —dije con sequedad, típico de mi personalidad.—No se darán cuenta de nada, así que deje el pesimismo Laila —dice mi hermano mirándome expectante.Nos escabullimos por la ventana de la habitación de Joshua, el frió invadió mis huesos en cuanto mis manos tocaron el pasto mojado, del patio trasero de nuestra casa cerca de l
«Laila»Ya me había acostumbrado al roce de las frías manos de mi madre por las mañanas, como siempre corría las cortinas dejando que los tibios rayos del sol invadieran mi habitación iluminando cada rincón y haciendo que me removiera bajo las sabanas, Lara era la mujer más hermosa de este mundo, era un deleite mirarla, hasta para mí que había nacido de su vientre.—Arriba mi pequeña, se hace tarde para la escuela —dijo Lara mirándome con ternura, algo que me causaba un poco de malestar, las muestra de afecto no son mis favoritas.— ¿Joshua ya despertó? —Pregunte sentándome sobre la cama.Mama sonrió nuevamente pero ahora con una sonrisa cómplice eso solo significaba que Joshua seguía dormido y que hoy era mi oportunidad de entrar primero al baño, por lo único que
«Laila»Me aferre al brazo de mi hermano y deje caer al piso la nota, no entendía ¿qué pasaba? o ¿Quién pretende hacernos daño a Joshua y a mí?, la historia de mis padres arrastraba muchas cosas, ellos dos habían escalado una muralla para estar juntos, pero era lo único que ellos no habían dicho, no sabíamos nada de su pasado o el de mi madre antes de ser un vampiro, pero no sé porque presentía que todo esto era por ellos.—Salgamos de aquí —dijo Matt poniéndose de pie y acercándose a nosotros. —no podemos, ni debemos estar aquí. —Agrego.Salimos los tres juntos de aquel sitio verificando que nadie nos viera, dejando también allí el cuerpo de la chica. Mis latidos estaban acelerados y sentía una presión en el pecho que dificultaba mi respiración, por
«Laila»Las clases en realidad habían sido suspendidas, eso me asustaba un poco, porque me hacía pensar ¿Qué otra cosa podría hacerse realidad de aquella pesadilla? Josh y yo vamos en los asientos de atrás del auto de nuestros padres, camino al servicio fúnebre que será oficiado en el salón de eventos de la escuela, en honor a Sarah Daniels, la chica asesinada, los dos vamos inmersos en nuestros pensamientos muy alejados de la dinámica conversación que tienen entablada Lara y Joseph.—Laila —dijo mi madre girando en su asiento. — ¿conocías a la chica que asesinaron? —ella me miraba con cierta expectativa.La mire por unos segundo en silencio y luego de resople un sonoro. —no, madre. —Y volví mí vista al tétrico paisaje de Green Lake.***El estacionamiento de la esc
«Laila»— ¿Qué fue lo que escuchaste? —pregunto mi padre, con voz dura y la mirada oscurecida.— ¿Cuál parte exactamente? —pregunte con sarcasmo. —la que ustedes nos guardan secretos Joseph, ¿dónde quedaron los padres honestos que dicen ser? —pregunte ahora con el rostro sombrío y haciéndose notorio mi enojo.Mi padre separo los labios, pero luego volvió a unirlos ahora formándose en ellos una dura línea, yo seguía a la espera de alguna respuesta por parte de los mayores a mi alrededor, pero ninguno se atrevía a pronunciar palabra. Los pasos de Matt y Joshua irrumpieron en el patético silencio que se había formado en aquel lugar, mi hermano nos miró cruzando sus cejas y con su mirada recorrió cada uno de los presentes hasta llegar a mí.— ¿Y ahor
«Laila»Mi madre estos días, se veía cansada y decepcionada, no me atreví a preguntarle, que había pasado con aquel individuo, porque era más que evidente que no habían podido sacarle ninguna información y eso solo llevaba a una conclusión ya aquella criatura no existía. El ambiente en casa durante esta larga semana, había pasado de ser tranquilo y acogedor a ser tedioso, pesado y poco llevadero, en verdad ha sido una semana melodramática.—Iré con papa a la ciudad, ¿necesitas algo?—Joshua entro a mi habitación sin previo aviso, no aprende mi hermanito.Lo mire por el rabillo del ojo y regrese mi vista a los libros de historia, que habían esparcidos por toda la cama, aunque las clases habían sido suspendidas por el resto de esta semana, yo seguía llenando y recargando mi cerebro con inadmisible c
«Laila»La sangre que se escurría por mi brazo, había machando por completo mi camiseta y parte del suéter de Matt, el rasgo parte del mismo y lo coloco despacio sobre mi herida, me ayudo a ponerme de pie, sin dejar de hacer presión, haciendo que se me escaparan algunos gruñidos por el dolor que provocaba aquello en mí.—Tenemos que ir al hospital —dice el con cierto grado de preocupación y el rostro perturbado, yo hice absoluto silencio.Joshua seguía sin aparecer y esa inquietud dentro de mí por no saber su paradero iba en aumento. Nos abrimos paso entre los escombros de la casa Brown, que estaba totalmente destruida, con nuestros pies hacíamos a un lado las cosas, pues el caminar con aquello en medio era más que tedioso. Josh apareció de la nada y haciendo a un lado a los pocos presentes que aún seguían all&
«Laila»El Lunes había llegado, el maldito lunes y el fin de semana paso de lo más extraño, mis padres no me preguntaron, sobre lo que había ocurrido en mi habitación aquella madrugada del sábado, Joseph solo se dedicó a arreglar aquella pared con Joshua y mi madre se la paso entre conversaciones secretas con la tía Anastasia, yo no pude sacar de mi cabeza lo que había ocurrido y que ahora el odio de Theodore hacia mi podría ser expresado de la manera que menos me esperaría, así que debía estar alerta.—Laila, Joshua espera por ti —escuche la voz de mi madre desde el piso de abajo.—Si ya voy madre —dije desganada…Hoy es la famosa excursión al museo de Washington y si me preguntan ¿Cómo están mis ánimos?, les diré que odio Progress y ahora la odio mucho m&