En riesgo

Una de las chicas del servicio se acercó al umbral del gimnasio y le avisó que Sander la esperaba para desayunar.

Vania dejó de saltar y detuvo el movimiento de la cuerda mientras intentaba regular su respiración. Se miró al espejo y asintió satisfecha en dirección a su entrenadora personal. Había desarrollado músculos que ni sabía que tenía.

Ella se fue por la otra puerta y Vania acompañó a la chica por uno de los pasillos, no sin antes tomar una toalla de la repisa y secar el sudor que cubría su rostro y parte de su cuerpo.

—Dile que no me tardo. Me daré un baño.

—No. El señor me pidió que la llevara directo a la mesa. Tiene prisa y no quiere comer sin usted.

Eran esos pequeños detalles de Sander que no podía dejar pasar sin más. El griego la procuraba y se sentía mal consigo misma por no ser capaz de desarrollar emociones más acordes con su trato, verlo de forma distinta.

—Te ves preciosa.

Él se puso de pie para ayudarle con la silla y esperó hasta que la vio acomodarse, dedicándol
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo