*Liam*El paso del tiempo trae consigo experiencias y crecimiento, tanto personal como familiar. Liam, hoy día y después de siete años de matrimonio, lo sabía mejor que nadie. Siempre supo que la vida no es color rosa y que estuviera casado con el hombre de su vida y que lo amara con su corazón y alma, no significaba que no habría problemas. Oh, había muchos de eso último. ¿Dormir en el sofá después de una discusión con Nick? Sí. ¿No ponerse de acuerdo para festejar los cumpleaños de sus hijos? Sí. ¿Pelear por quien saca la basura? ¿Discutir por el color de las cortinas del comedor? ¿Poner el grito en el cielo por encontrar las toallas regadas por el piso del baño después de su uso? Sí, sí y sí. ¿Quién dijo que sería fácil tener una familia y un esposo, y aprender a convivir entre todos y no matarse mutuamente en el intento? Ah… Lo dijo Kael, aunque solo una vez. No importa. La cuestión es que Liam pronto aprendió que estar casado y tener dos hijos, no era un trabajo, no era como esta
*Nick*Había estado mirando fijamente a su esposo desde hacía un buen rato y le encantaba. Ver a Liam siendo un hombre de negocios tenía todo el potencial para desatar todo tipo de escenarios pecaminosos en su mente y Nick haría realidad esos mismos escenarios una vez su esposo terminara de hablar con Lukas, uno de los bartenders.Es que no todos los fines de semanas Nick tenía la oportunidad de ver a Liam vistiendo trajes, porque claro, Liam seguía odiando vestir formal. Nimiedades aparte. La verdad es que Liam estaba para ser arrastrado a la oficina y ser comido vivo por Nick. Y que Nick sintiera que su pantalón lo apretara en la entrepierna, era algo seguro que haría justamente eso si las cosas…—Lo estás desnudando con la mirada. Pervertido. —Parpadeando, Nick se dio cuenta que no estaba solo en la mesa—. Deja al atractivo y sexy hombre hacer su trabajo.—¿Disculpa? ¿Acabas de decir atractivo y sexy? ¿A Liam, mi esposo? —inquirió, viendo la burla escrita en la cara de Alex.—Oye,
¿Alguna vez te has sentido con una inmensa tristeza? ¿El no poder tener el valor para enfrentarte a los problemas, solo querer salir corriendo sin mirar atrás?¿Por qué es tan difícil expresar lo que realmente sentimos? ¿Es más fácil decir la verdad a medias, tratando de maquillarla lo mejor posible?Creo que sí, a veces uno mismo se sumerge en los pensamientos, olvidando por completo la realidad.Mi historia no comienza como en un cuento de hadas, con el típico «había una vez...». Mi historia no comienza narrando mi primer día en este mundo. Mi historia no comienza contando paso a paso las etapas de mi niñez, adolescencia, juventud y adultes.Mi historia comienza cuando lo conocí a él...
Me encontraba en un bar. Se suponía que tenía que olvidarme de todos los problemas que acarreaba en mi vida; la misma rutina día tras día era bastante insoportable.Mis amigos se hallaban en la misma mesa y los observé detenidamente y no puede evitar cuestionarme qué sentían al tener un amigo como yo porque no soy como ellos. León, Kael y Nick. Creo que no podría pedir más a la vida teniéndolos a ellos, sobre todo a Nick. Sin embargo, dejando los sentimientos al margen, ¿por qué tenían que ser tan malditamente altos? Sobre todo Nick. Digamos que eso me dejaba como el más bajo del grupo con mi metro setenta y cinco de estatura.—Liam, ¿estás bien? —preguntó Kael, sacándome de mi ensimismamiento.—Sí, todo bien —repliqué, esbozando una leve sonrisa.—Bueno, propongo un brindis &mdash
¿Cómo llegué hasta aquí? Lo último que recordaba era a Nick perdiéndose entre la multitud y después de eso... nada. Creo que bebí todo el alcohol que habían dejado en la mesa y, ¿en qué momento perdí el conocimiento? ¿Cómo llegué a mi departamento?Me incorporé de la cama, sintiendo el cuerpo pesado. Las nauseas no tardaron en aparecer, ocasionando que corriese hacia el baño. Todo lo que había en mi estómago terminó en el retrete. El dolor de cabeza... insoportable.Me quite la ropa e ingresé a la ducha. El agua fría ayudó a relajarme. Traté de recordar lo que hubo sucedido en la noche, pero la mente era una maraña borrosa, sin nada nítido. Todo estaba confuso, borroso.Posterior a finalizar con la higiene y necesidades fisiológicas, me dirigí hacia el living mientras a
*Nick*Hacía rato de que perdí la cuenta de las vueltas que di en la cama, tratando en vano de conciliar el sueño. No podía. La mente traicionándome, trayendo imágenes de Liam, ¿por qué siquiera pensaba en él? Hubo algo que tildó, algo que hizoclicy no sabía a ciencia cierta qué era.Posterior de haber hablado con Kael, la preocupación sobrevino (motivo por el cual fui, sin dudar, hasta el departamento de Liam). Jamás esperé ver a Liam... desnudo. No era como si él tuviese algo que otro chico no tendría, solo... verlo despojado de cualquier tipo de vestimenta, sumando su rostro sonrojado, no evité reír por tal escena en ese instante. Aun así, por una milésima de segundo, me pareció una imagen tierna, linda... ¿sensual? No, no puedo pensar de este modo. Es mi amigo, un chico igual que yo. No
Sinceramente, no recordaba a qué hora logré dormir. Lo único que tengo tan nítidamente en la cabeza es la imagen de Nick marchándose del departamento.Atisbo de cansancio y malestares físicos aún persistían y, a pesar de mi lamentable estado, acepté ir a trabajar en mi día libre. Don Tiago llamó, solicitando que cubriese a Max. Por supuesto, acepté, sobre todo porque la paga sería doble. Lo lamentable —para mí— era el hecho de que estaría en la barra del VIP, por ende, tenía que ir vestido formal.(…)Almorcé algo ligero luego acomodé el departamento. No era la gran cosa, pero el lugar era bastante cómodo. No tengo lujos ni adornos extravagantes, solo dispongo de lo esencial y básico para la vida diaria de una persona.Encendí el televisor, buscando algo entretenido hasta la hora de salir hac
—Perdón, ¿interrumpo?Esas palabras sonaron como un gruñido. Tosco y con ápice de irritación.Por poco y terminó en el piso en el instante en el cual me separé de Lex. Miré en torno a la persona que se encontraba casi pegado al pelirrojo. Deseé que el suelo se abriese y me tragase por completo, ¿por qué? ¿Por qué justo ahora?—¿Nick? —susurré, temiendo a no sé qué en realidad.—Estás perdonado —espetó Lex, escrutando a Nick de pies a cabeza—. Creo que seguiremos luego, Li.Su mirada color miel fija en la mía y esbozó una sonrisa. Sabía muy bien que el alcohol estaba haciendo lo suyo en su organismo.—Por lo que veo, estás muy entretenido, Liam —imperó Nick.Me miró, pero no hallé nada en sus ojos, solo fr&iac