Presenciar ese maravilloso momento en el que Jake fue condecorado, fue indescriptible, por un lado, sentí un enorme orgullo por el padre de mi hija, y por otro una gran tristeza, la realidad de lo que él había vivido en ese infierno me golpeó. Jamás podría llegar a imaginar lo que era vivir algo como eso. Estar continuamente al borde de la muerte, ver morir a la gente a tu alrededor. No podía siquiera imaginarlo, o no volvería a respirar con normalidad cuando él estuviera lejos de nosotras.
Nos tomaron varias fotos, a los tres solos y también con el presidente. Luego nos despedimos y yo aproveché para secar algunas lágrimas que caían por mis mejillas, lágrimas de emoción y conmoción.
—Felicitaciones Jake. Es un enorme honor el que te dieron.
—No Becks, no lo es. Es solo un recordatorio de los hombres que perdí en batalla.
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Me giré para salir del cuarto de mi hija cuando me encontré con Becca apoyada en la puerta observándonos.—¿Qué haces? —pregunté intrigado.—Guardo momentos.—¿Guardas?—Sí, para cuando no los tenga.—No pienses en esas cosas. Estaremos bien. Lo prometo amor.La tomé entre mis brazos y la estrujé con cariño. Cruzó sus brazos en mi cintura y yo acaricié su cabello. La tomé de la mano y la dirigí a la habitación.—Quítate la ropa —le indiqué mientras me sentaba en la cama a observarla.—¿Qué? —dijo con el rostro preso de la vergüenza.—Ya me oíste, desnúdate para mí. Dame un momento para guardar en mi memoria.Mordió su labio dubitativa y lentamente comenzó a moverse al ritm
Esa noche me costó conciliar el sueño, no tener a Jake a mi lado en la cama, me causó una extraña sensación. Me había acostumbrado a dormir en sus brazos, y al encontrarme sola, me sentí abandonada. Y el miedo se instaló en mi pecho, esa rara sensación de que algo estaba mal. Antes de las 7.00 a.m., cansada de dar vueltas en la cama, me levanté. Me di una ducha mientras seguía dándole vueltas en mi cabeza a todo. sequé mi cabello y me maquillé suavemente.Luego de ponerme el uniforme, me dediqué a preparar unos ricos hot cakes para mi hija.Una vez que todo estuvo listo fui a despertarla.—Hora de levantarse muñeca —dije con dulzura en su oído mientras besaba sus rubios rizos.—Buenos días mamá —respondió mi ángel con voz ronca por el sueño.—Arriba peque&nti
—Hace varios años atrás, luego de mi primera gira en Afganistán, estaba muy mal. Mi vida era un desastre y estar vivo me torturaba, intenté poner fin a mi existencia, pero el suicidio me parecía cobarde, por lo que me limitaba a meterme en muchos problemas. Mi mejor amigo Tyler me invitó a pasar un tiempo con él y su familia a Londres, allí conocí a su hermana melliza, Blair. Ella salvó mi vida Becks, me dio una razón por la que seguir adelante, pero es bastante especial, sufre de Trastorno Bipolar y es Maníaca Depresiva. Para mí ayudarla se convirtió en lo único que me hacía volver, sabía que, si me perdía a mí, ella moriría. Eventualmente nos hicimos pareja, llevamos juntos unos cuantos años ya. Como sabes, solo tú eres la dueña de mi corazón, siempre te perteneció, s
El camino de regreso hacia el hospital fue una verdadera penuria. Aún me costaba asimilar que una vez más la vida me separaba de Becks. La única diferencia era que esta vez no perdería a mi hija en el camino. Nada en este mundo lograría separarme de Hope.Al pasar por la sala de espera me crucé con el padre de Blair y Tyler. Mi amigo se acercó a mí.—Despertó. Pregunta por ti —me dijo en voz baja. Su padre me miró de soslayo. Me culpaban por lo que le había pasado a su hija, y lo entendía. Asentí y me dirigí a la habitación.Ni bien abrí la puerta vi a su madre parada al lado de la cama de Blair sosteniendo su mano amorosamente, se giró al escuchar el ruido, sonreí cordialmente, ella no me devolvió el saludo.—Hola amor —la voz de mi novia sonaba triste, apagada, temerosa y culpable. Sus ojos…
Desde mi despedida con Jake, todo se volvió gris. El mundo volvió a perder color para mí. Una vez más me encontraba con el corazón en pedazos por culpa de su amor. ¿Por qué decidí volver a sentirlo? ¿Cómo dejé que se metiera bajo mi piel una vez más?Enterarme de lo de su novia fue un golpe bajo, pero no estaba enojada con él. Lo estaba conmigo, por volver a confiar en que podíamos estar juntos. Estaba claro que lo nuestro era algo imposible. Era hora de olvidarlo para siempre…Esa noche derramé las ultimas lágrimas que me quedaban para él, no volvería a llorar por Jake Gilbert nunca más. Pero no podía pagar mi dolor con mi hija, ella seguiría teniendo relación con su padre, nadie más, ni siquiera yo, le volvería a quitar eso.Hice lo imposible por no cruzarme con él, solo lo ve&iacu
Luego de hacer el amor con Becks, el vacío en mi pecho creció considerablemente. Solo en sus brazos era cuando no sentía ese enorme peso aplastante en mi torso. Pero al momento que su cuerpo abandonó el mío, volvió.—Debes irte Jake. Esto fue hermoso y lo recordaré siempre, pero es nuestra despedida —dijo con los ojos llenos de lágrimas.—Lo sé muñeca. De verdad espero que puedas ser feliz, que encuentres un hombre que te merezca, aunque dudo que exista alguien capaz de merecerte.Volví a besar sus labios, pero suavemente y me vestí, ella se metió al baño, no la seguí. De hacerlo solo empeoraría todo. Cuando terminé de vestirme salí de la habitación y nos encontramos. Ninguno dijo nada, ya todo estaba dicho… estiré mi mano para acariciar su rostro y plantar un suave y profundo beso en sus labios, lue
Ver a Jake dando el sí, fue lo más doloroso que hice en mi vida, pero también absolutamente necesario. Tenía que cerrar ese capítulo de mi vida. Dejarlo ir… dejarnos ir…Me metí en el bar “Destellos” del novio de mi compañera y amiga Silvi. Y por supuesto ella estaba ahí, a su lado.—Hola preciosa. Tienes cara de necesitar un trago —dijo apenas me vio y a modo de saludo.—Unos cuantos diría yo —respondí mientras me subía a una de las banquetas de la barra.—¿Quieres hablar de eso?—¿Qué quieres que te diga? Acabo de ver a mi único y verdadero amor casarse con otra mujer. Una que también le dará un hijo, uno que podrá disfrutar desde el principio, no como a nuestra hija.—Lo siento tanto Becca. No puedo imaginar lo duro que fue para ti.
Luego de la boda, Blair pareció calmarse un poco. Comenzaba a disfrutar de estar en California, del clima, del paisaje y eso me dio un respiro. Aún lidiaba con las rabietas de mi hija. Y con una niña caprichosa tenía suficiente. Mike se fue, pero prometió volver pronto. Estaba planeando mudar su PYME a California. Se montó una pequeña empresa de ingeniería electrónica y le estaba yendo bien, la ventaja de su trabajo era que podía realizarlo desde donde quisiera. Tenerlo cerca otra vez sería una gran ayuda, ya que Tyler se preparaba para volver con los Rangers.—No puedo creer que no vengas —dijo mientras tomábamos una cerveza y mirábamos un partido de futbol.—No puedo dejar a Blair durante el embarazo y lo sabes.—Igual es una mierda.—Lo sé. Tendrás que cuidar tu propio trasero ¿