Desesperado, Mike abrió la puerta de la habitación y exclamó asustado: —¡Claire! ¿Todo bien? Cuando su exmarido apareció de repente, ella estaba vistiendo a la bebé, así que alzó la mirada y preguntó confundida. —Sí, ¿por qué estás tan agitado? Sin prestar atención a su alrededor, Mike se acercó apresuradamente para constatar con sus propios ojos que ambas estuvieran bien. —¡Claire! ¿Seguro no pasó nada? Acabo de escuchar un grito —preguntó ansioso. La joven madre frunció el ceño y respondió con tranquilidad. —¿Un grito? ¡Ah! Supongo que fue cuando me mojé mientras sacaba a Maggie de la bañera. Lo siento, no pensé que me escucharías. —¿Gritaste porque te mojaste? —preguntó Mike confundido. —¡Así es! Perdón si te asusté, pero todo está bien —insistió Claire. Al escuchar esto, Mike dirigió su mirada hacia la bebé, que parecía bastante adormilada, y luego añadió. —¡Oh! Lo siento, es que me… Claire entendió a qué se refería Mike, así que tras terminar de vestir a Maggie y abraz
Mike sintió una punzada en el estómago al reconocer quién lo estaba llamando e inmediatamente volteó para saludar con entusiasmo. —¡Hola! Tiempo sin verte. —Lo mismo digo, ¿qué pasó contigo? —reclamó Jenny fingiendo indignación. El gamer se dio un golpe mental por haber olvidado comunicarse con esa linda chica y, juntando las manos, se disculpó. —¡Lo siento mucho! Realmente quería hablarte esta semana, pero tuve que lidiar con unos asuntos urgentes. —¿Asuntos urgentes? —¡Sí! Luego de que dieron de alta a mi entonces esposa, me enfoqué en apoyarla con la bebé y ver todo lo concerniente a los trámites del divorcio —contestó Mike con sinceridad. A Jennifer le incomodó mucho escuchar esto, ya que le recordó el día en que vio salir a ese hombre acompañando a una paciente que acababa de dar a luz. «No puedo creer lo que estoy escuchando, ¿en realidad se divorció de su hermosa esposa?», pensó. —¡Ah! Cierto, me parece que dijiste algo así el otro día —señaló ella fingiendo poco interés
Claire se encontraba acostando a la bebé, cuando escuchó que alguien tocaba el timbre. Intrigada por saber quién era, acomodó rápido a Maggie y salió apresurada de la habitación para atender a la repentina visita. Al momento de abrir la puerta, su corazón dio un vuelco al ver que frente a ella se encontraba Leo, que lucía demasiado nervioso. —¡Leo! ¿Qué… qué haces aquí? —preguntó aturdida, mientras se cubría el escote con la bata que traía puesta. —Hola, ¿puedo pasar? —saludó el pelirrojo con agitación. —¡Ah! Claro, adelante —contestó ella mientras se hacía un lado para darle paso. Sin esperar más, el chico pelirrojo entró rápido a la casa. Su actitud extrañó a Claire, que tras cerrar la puerta, preguntó intrigada. —Leo, ¿qué sucede? Por… No pudo terminar su frase, ya que en ese momento el chico pelirrojo la interrumpió. —Lo siento por venir de repente. Realmente quería verte. —¿Cómo? No entiendo —señaló Claire aturdida. Leo caminó hacia la sala y se desparramó en el primer
“¿Realmente me amas?” Esta frase retumbó en la mente del chico pelirrojo, que por un momento se quedó sin argumentos para contestar. Esto lo llevó a recordar las pesadillas que había sufrido por su rechazo el día de la boda y fue a partir de ese momento se enfocó en arrancar de su corazón el dolor que sentía por no estar con ella. —Claire —comenzó a decir con tristeza—, ¿sabes cuántas veces imaginé lo que sería de nosotros si me hubieras aceptado? Y lo peor es que siempre que intentaba olvidarte, Mike aparecía para recordarme que tú estabas esperando un hijo mío. Al escuchar esto, “Violeta” interpretó que Leo sólo la anhelaba, pero no estaba del todo enamorado de ella, por lo que inmediatamente señaló: —Entonces, no me amas, sólo te sientes como un niño que jamás tuvo el juguete que quería para Navidad. —¡No! —exclamó el pelirrojo con desesperación—. Jamás pensé eso de ti, realmente me dolía mucho el no estar a tu lado e hice todo lo posible para olvidarte, pero… pero mi corazón
Leo estaba sorprendido al escuchar que Claire no tenía familia. Al ver su expresión de desconcierto, ella suspiró pesadamente y comenzó a relatar. —Como te dije, soy huérfana. Mis padres murieron hace 20 años y durante mi adolescencia viví con una tía materna que me cuidó hasta que llegué a la mayoría de edad. No fue la mejor etapa de mi vida, pero agradecí que ella me diera un lugar donde alojarme y no terminar en casas de acogida. Conmocionado, el pelirrojo volvió a preguntar. —¿Has vuelto a hablar con tu tía después de mudarte de su casa? —Mmm… bueno, la última vez que la vi fue hace 10 años, pero tiempo después ella murió y técnicamente me quedé sola —respondió con una sonrisa amarga. —¿Cómo? ¿No tienes a nadie más? Digo, algún otro tío o pariente. —Es probable que tenga algún otro tío, por parte de mi padre, pero cuando él murió, no dejó pistas de quiénes eran sus familiares, así que es poco probable que los encuentre. Sintiéndose avergonzado por la triste historia de Clai
Una semana después de su encuentro con el presidente de Master Games, Leonard y Luis volvieron a la compañía para firmar el nuevo contrato que “obligaría” al chico pelirrojo a fingir una relación con la amante de James Hong, a cambio de un aumento salarial y trabajar con ellos por un año más. Cuando llegaron, el malicioso presidente se encontraba en su escritorio acompañado de su abogado. —Buenos días, muchachos. Se ve que están ansiosos por firmar con nosotros —saludó cínicamente. Leo hizo una mueca de burla al escuchar esto, pero luego se dirigió a su mánager para que tomara la palabra. —¿Ya está el contrato? Queremos revisarlo antes de firmar —dijo Luis seriamente. Escandalizado, James Hong señaló: —¿Por qué van a hacer eso? ¿Acaso no confían en la compañía? Ante esto, Leo respondió atrevidamente. —¿Por qué el escándalo? Si lo que está escrito en el contrato está en el marco legal, no debe haber ningún problema. —Todo está revisado cuidadosamente por los abogados y no hay
Leo brincó del susto al ver a esa caprichosa mujer, quien casualmente se encontraba afuera del ascensor. —¿Rose? ¿Qué haces aquí? —cuestionó nervioso. Manteniendo su expresión cínica, ella se acercó y respondió maliciosamente: —Supe que ya firmaste el contrato. Oficialmente somos una pareja y, como te advertí antes, no te podrás escapar de mí. Ante esta situación, Luis se interpuso y señaló fríamente. —Supongo que el señor Hong no le dijo antes, pero en el contrato se estipula que todo encuentro entre mi representado, Leonard Brown, y usted debe ser programado con una semana de antelación y aprobado por dirección… —¡Al diablo con las reglas! Acabo de hablar con mi papi y le pedí permiso para juntarnos de una vez. Es más me urge subir a mi cuenta de Instafoto una fotografía junto con Leo y así volver oficial lo nuestro —replicó Rose con descaro, empujando a Luis hacia un lado y agarrando a Leo para sacarlo a rastras. Incómodo con esta acción, el pelirrojo se apartó bruscamente y
Tras cumplir con varios compromisos de su agenda, Leo se encontraba esperando a Luis dentro del vehículo. Hasta ese momento no había tenido oportunidad de hablar con Mike, así que aprovechó para escribirle un mensaje diciendo que estaba yendo a su casa. Sin embargo, al pasar los minutos, su atolondrado amigo no veía su texto, a pesar de que aparecía en línea en la aplicación de mensajería. Extrañado, murmuró: —¡Qué raro! Mike siempre atiende rápido. Supongo que debe estar entrenando, como para no ver sus mensajes. Mientras meditaba esto, Luis entró repentinamente al vehículo. —Listo, ya nos vamos ahora. Por cierto, ¿quieres pasar a tu departamento antes? —preguntó. —Mmm… No te preocupes, afortunadamente llevo una muda de ropa en mi maletín, así que no es necesario ir a mi departamento —respondió Leo rápidamente. —Bien, entonces, te llevaré con Mike. —Ajá —respondió Leo distraído. Luis notó que el pelirrojo mantenía su vista fija en el teléfono móvil, así que preguntó con curi