Claire se encontraba acostando a la bebé, cuando escuchó que alguien tocaba el timbre. Intrigada por saber quién era, acomodó rápido a Maggie y salió apresurada de la habitación para atender a la repentina visita. Al momento de abrir la puerta, su corazón dio un vuelco al ver que frente a ella se encontraba Leo, que lucía demasiado nervioso. —¡Leo! ¿Qué… qué haces aquí? —preguntó aturdida, mientras se cubría el escote con la bata que traía puesta. —Hola, ¿puedo pasar? —saludó el pelirrojo con agitación. —¡Ah! Claro, adelante —contestó ella mientras se hacía un lado para darle paso. Sin esperar más, el chico pelirrojo entró rápido a la casa. Su actitud extrañó a Claire, que tras cerrar la puerta, preguntó intrigada. —Leo, ¿qué sucede? Por… No pudo terminar su frase, ya que en ese momento el chico pelirrojo la interrumpió. —Lo siento por venir de repente. Realmente quería verte. —¿Cómo? No entiendo —señaló Claire aturdida. Leo caminó hacia la sala y se desparramó en el primer
“¿Realmente me amas?” Esta frase retumbó en la mente del chico pelirrojo, que por un momento se quedó sin argumentos para contestar. Esto lo llevó a recordar las pesadillas que había sufrido por su rechazo el día de la boda y fue a partir de ese momento se enfocó en arrancar de su corazón el dolor que sentía por no estar con ella. —Claire —comenzó a decir con tristeza—, ¿sabes cuántas veces imaginé lo que sería de nosotros si me hubieras aceptado? Y lo peor es que siempre que intentaba olvidarte, Mike aparecía para recordarme que tú estabas esperando un hijo mío. Al escuchar esto, “Violeta” interpretó que Leo sólo la anhelaba, pero no estaba del todo enamorado de ella, por lo que inmediatamente señaló: —Entonces, no me amas, sólo te sientes como un niño que jamás tuvo el juguete que quería para Navidad. —¡No! —exclamó el pelirrojo con desesperación—. Jamás pensé eso de ti, realmente me dolía mucho el no estar a tu lado e hice todo lo posible para olvidarte, pero… pero mi corazón
Leo estaba sorprendido al escuchar que Claire no tenía familia. Al ver su expresión de desconcierto, ella suspiró pesadamente y comenzó a relatar. —Como te dije, soy huérfana. Mis padres murieron hace 20 años y durante mi adolescencia viví con una tía materna que me cuidó hasta que llegué a la mayoría de edad. No fue la mejor etapa de mi vida, pero agradecí que ella me diera un lugar donde alojarme y no terminar en casas de acogida. Conmocionado, el pelirrojo volvió a preguntar. —¿Has vuelto a hablar con tu tía después de mudarte de su casa? —Mmm… bueno, la última vez que la vi fue hace 10 años, pero tiempo después ella murió y técnicamente me quedé sola —respondió con una sonrisa amarga. —¿Cómo? ¿No tienes a nadie más? Digo, algún otro tío o pariente. —Es probable que tenga algún otro tío, por parte de mi padre, pero cuando él murió, no dejó pistas de quiénes eran sus familiares, así que es poco probable que los encuentre. Sintiéndose avergonzado por la triste historia de Clai
Una semana después de su encuentro con el presidente de Master Games, Leonard y Luis volvieron a la compañía para firmar el nuevo contrato que “obligaría” al chico pelirrojo a fingir una relación con la amante de James Hong, a cambio de un aumento salarial y trabajar con ellos por un año más. Cuando llegaron, el malicioso presidente se encontraba en su escritorio acompañado de su abogado. —Buenos días, muchachos. Se ve que están ansiosos por firmar con nosotros —saludó cínicamente. Leo hizo una mueca de burla al escuchar esto, pero luego se dirigió a su mánager para que tomara la palabra. —¿Ya está el contrato? Queremos revisarlo antes de firmar —dijo Luis seriamente. Escandalizado, James Hong señaló: —¿Por qué van a hacer eso? ¿Acaso no confían en la compañía? Ante esto, Leo respondió atrevidamente. —¿Por qué el escándalo? Si lo que está escrito en el contrato está en el marco legal, no debe haber ningún problema. —Todo está revisado cuidadosamente por los abogados y no hay
Leo brincó del susto al ver a esa caprichosa mujer, quien casualmente se encontraba afuera del ascensor. —¿Rose? ¿Qué haces aquí? —cuestionó nervioso. Manteniendo su expresión cínica, ella se acercó y respondió maliciosamente: —Supe que ya firmaste el contrato. Oficialmente somos una pareja y, como te advertí antes, no te podrás escapar de mí. Ante esta situación, Luis se interpuso y señaló fríamente. —Supongo que el señor Hong no le dijo antes, pero en el contrato se estipula que todo encuentro entre mi representado, Leonard Brown, y usted debe ser programado con una semana de antelación y aprobado por dirección… —¡Al diablo con las reglas! Acabo de hablar con mi papi y le pedí permiso para juntarnos de una vez. Es más me urge subir a mi cuenta de Instafoto una fotografía junto con Leo y así volver oficial lo nuestro —replicó Rose con descaro, empujando a Luis hacia un lado y agarrando a Leo para sacarlo a rastras. Incómodo con esta acción, el pelirrojo se apartó bruscamente y
Tras cumplir con varios compromisos de su agenda, Leo se encontraba esperando a Luis dentro del vehículo. Hasta ese momento no había tenido oportunidad de hablar con Mike, así que aprovechó para escribirle un mensaje diciendo que estaba yendo a su casa. Sin embargo, al pasar los minutos, su atolondrado amigo no veía su texto, a pesar de que aparecía en línea en la aplicación de mensajería. Extrañado, murmuró: —¡Qué raro! Mike siempre atiende rápido. Supongo que debe estar entrenando, como para no ver sus mensajes. Mientras meditaba esto, Luis entró repentinamente al vehículo. —Listo, ya nos vamos ahora. Por cierto, ¿quieres pasar a tu departamento antes? —preguntó. —Mmm… No te preocupes, afortunadamente llevo una muda de ropa en mi maletín, así que no es necesario ir a mi departamento —respondió Leo rápidamente. —Bien, entonces, te llevaré con Mike. —Ajá —respondió Leo distraído. Luis notó que el pelirrojo mantenía su vista fija en el teléfono móvil, así que preguntó con curi
Aunque estaba seguro de que Jenny era quien había llegado, Mike decidió abrir la puerta con mayor precaución para no volver a cometer el mismo error dos veces. Cuando comprobó que era ella, se quedó congelado al ver que esta lucía completamente distinta sin su bata de hospital. —Hola, Mike —saludó ella con una sonrisa cálida. —Hooo…. la, Jenny —balbuceó el chico, sumamente consternado con la preciosa aparición. Al notar que su anfitrión parecía confundido, ella dijo a modo de broma. —¿Qué pasa? ¿Acaso tengo algo raro en la cara? —¿Eh? ¡No! Al contrario, estás completamente diferente. ¡Vaya! No sé cómo explicarlo —comenzó a explicar con nerviosismo. Este comentario sorprendió bastante a Jenny, a lo que respondió avergonzada. —¿Qué dices? ¿Tan mal me veo? —¿Qué? ¡No! Al contrario, estás bellísima —exclamó el chico sin reparo. La joven se sonrojó con el halago de ese descarado hombre, pero antes de decir algo más, notó la presencia de Leo, quien estaba parado mirando con asombro
En el momento en que Leo se fue, Mike se sintió un poco culpable por dejar que su amigo se marchara así, ya que ni siquiera tuvo oportunidad de preguntarle la razón de su visita. Por su parte, Jenny notó que su anfitrión parecía afligido e intentó saber qué le ocurría. —¿Pasa algo malo? —¿Eh? No. No es nada. Solo me sorprendió mucho que él apareciera de repente. —¿Ah sí? ¿No esperabas la visita de tu amigo? —Bueno, algo así. En realidad, Leo no suele venir a mi casa a menos que sea algo importante. Últimamente se ha mantenido desconectado, pero imagino cuál era la razón por la que vino aquí —dijo un tanto reflexivo. Al ver que Mike parecía bastante nostálgico, Jenny se sintió un poco culpable e inmediatamente se disculpó. —Lo siento mucho, tal vez si hubiera llegado más tarde… —¡No! —exclamó Mike avergonzado—. Al contrario, habíamos programado esto para hoy, así que no podemos retrasarlo por más tiempo. —Bueno… igual y podemos estudiar en otro momento. Digo, tal vez tu amigo