Leo estaba sorprendido al escuchar que Claire no tenía familia. Al ver su expresión de desconcierto, ella suspiró pesadamente y comenzó a relatar. —Como te dije, soy huérfana. Mis padres murieron hace 20 años y durante mi adolescencia viví con una tía materna que me cuidó hasta que llegué a la mayoría de edad. No fue la mejor etapa de mi vida, pero agradecí que ella me diera un lugar donde alojarme y no terminar en casas de acogida. Conmocionado, el pelirrojo volvió a preguntar. —¿Has vuelto a hablar con tu tía después de mudarte de su casa? —Mmm… bueno, la última vez que la vi fue hace 10 años, pero tiempo después ella murió y técnicamente me quedé sola —respondió con una sonrisa amarga. —¿Cómo? ¿No tienes a nadie más? Digo, algún otro tío o pariente. —Es probable que tenga algún otro tío, por parte de mi padre, pero cuando él murió, no dejó pistas de quiénes eran sus familiares, así que es poco probable que los encuentre. Sintiéndose avergonzado por la triste historia de Clai
Una semana después de su encuentro con el presidente de Master Games, Leonard y Luis volvieron a la compañía para firmar el nuevo contrato que “obligaría” al chico pelirrojo a fingir una relación con la amante de James Hong, a cambio de un aumento salarial y trabajar con ellos por un año más. Cuando llegaron, el malicioso presidente se encontraba en su escritorio acompañado de su abogado. —Buenos días, muchachos. Se ve que están ansiosos por firmar con nosotros —saludó cínicamente. Leo hizo una mueca de burla al escuchar esto, pero luego se dirigió a su mánager para que tomara la palabra. —¿Ya está el contrato? Queremos revisarlo antes de firmar —dijo Luis seriamente. Escandalizado, James Hong señaló: —¿Por qué van a hacer eso? ¿Acaso no confían en la compañía? Ante esto, Leo respondió atrevidamente. —¿Por qué el escándalo? Si lo que está escrito en el contrato está en el marco legal, no debe haber ningún problema. —Todo está revisado cuidadosamente por los abogados y no hay
Leo brincó del susto al ver a esa caprichosa mujer, quien casualmente se encontraba afuera del ascensor. —¿Rose? ¿Qué haces aquí? —cuestionó nervioso. Manteniendo su expresión cínica, ella se acercó y respondió maliciosamente: —Supe que ya firmaste el contrato. Oficialmente somos una pareja y, como te advertí antes, no te podrás escapar de mí. Ante esta situación, Luis se interpuso y señaló fríamente. —Supongo que el señor Hong no le dijo antes, pero en el contrato se estipula que todo encuentro entre mi representado, Leonard Brown, y usted debe ser programado con una semana de antelación y aprobado por dirección… —¡Al diablo con las reglas! Acabo de hablar con mi papi y le pedí permiso para juntarnos de una vez. Es más me urge subir a mi cuenta de Instafoto una fotografía junto con Leo y así volver oficial lo nuestro —replicó Rose con descaro, empujando a Luis hacia un lado y agarrando a Leo para sacarlo a rastras. Incómodo con esta acción, el pelirrojo se apartó bruscamente y
Tras cumplir con varios compromisos de su agenda, Leo se encontraba esperando a Luis dentro del vehículo. Hasta ese momento no había tenido oportunidad de hablar con Mike, así que aprovechó para escribirle un mensaje diciendo que estaba yendo a su casa. Sin embargo, al pasar los minutos, su atolondrado amigo no veía su texto, a pesar de que aparecía en línea en la aplicación de mensajería. Extrañado, murmuró: —¡Qué raro! Mike siempre atiende rápido. Supongo que debe estar entrenando, como para no ver sus mensajes. Mientras meditaba esto, Luis entró repentinamente al vehículo. —Listo, ya nos vamos ahora. Por cierto, ¿quieres pasar a tu departamento antes? —preguntó. —Mmm… No te preocupes, afortunadamente llevo una muda de ropa en mi maletín, así que no es necesario ir a mi departamento —respondió Leo rápidamente. —Bien, entonces, te llevaré con Mike. —Ajá —respondió Leo distraído. Luis notó que el pelirrojo mantenía su vista fija en el teléfono móvil, así que preguntó con curi
Aunque estaba seguro de que Jenny era quien había llegado, Mike decidió abrir la puerta con mayor precaución para no volver a cometer el mismo error dos veces. Cuando comprobó que era ella, se quedó congelado al ver que esta lucía completamente distinta sin su bata de hospital. —Hola, Mike —saludó ella con una sonrisa cálida. —Hooo…. la, Jenny —balbuceó el chico, sumamente consternado con la preciosa aparición. Al notar que su anfitrión parecía confundido, ella dijo a modo de broma. —¿Qué pasa? ¿Acaso tengo algo raro en la cara? —¿Eh? ¡No! Al contrario, estás completamente diferente. ¡Vaya! No sé cómo explicarlo —comenzó a explicar con nerviosismo. Este comentario sorprendió bastante a Jenny, a lo que respondió avergonzada. —¿Qué dices? ¿Tan mal me veo? —¿Qué? ¡No! Al contrario, estás bellísima —exclamó el chico sin reparo. La joven se sonrojó con el halago de ese descarado hombre, pero antes de decir algo más, notó la presencia de Leo, quien estaba parado mirando con asombro
En el momento en que Leo se fue, Mike se sintió un poco culpable por dejar que su amigo se marchara así, ya que ni siquiera tuvo oportunidad de preguntarle la razón de su visita. Por su parte, Jenny notó que su anfitrión parecía afligido e intentó saber qué le ocurría. —¿Pasa algo malo? —¿Eh? No. No es nada. Solo me sorprendió mucho que él apareciera de repente. —¿Ah sí? ¿No esperabas la visita de tu amigo? —Bueno, algo así. En realidad, Leo no suele venir a mi casa a menos que sea algo importante. Últimamente se ha mantenido desconectado, pero imagino cuál era la razón por la que vino aquí —dijo un tanto reflexivo. Al ver que Mike parecía bastante nostálgico, Jenny se sintió un poco culpable e inmediatamente se disculpó. —Lo siento mucho, tal vez si hubiera llegado más tarde… —¡No! —exclamó Mike avergonzado—. Al contrario, habíamos programado esto para hoy, así que no podemos retrasarlo por más tiempo. —Bueno… igual y podemos estudiar en otro momento. Digo, tal vez tu amigo
Tras abandonar la casa de su amigo, Leo se encontró perdido. Aunque se sentía estúpido escondiéndose de Rose, en ese momento sólo deseaba estar en un lugar que le inspire estar en casa. —¡Ah! Olvidé que Mike también tenía una vida propia —murmuró para sí al tiempo que miraba con nostalgia el complejo de departamentos. Después de esto, comenzó a caminar sin rumbo fijo, sin deseos de llamar a Luis para que lo ayudara a buscar otro refugio. «Si voy con mi padre, tal vez me hará muchas preguntas y no estaré de humor para contestarlas. Tampoco me gustaría molestar a Claire, ya bastante tiene con cuidar a Maggie, como para tener que lidiar con el estrés de protegerse de la loca de Rose», meditó. Tras andar varios metros, se detuvo en un parque y tomó asiento para poder pensar con calma. «¡Arg! Todo esto es absurdo, por culpa de esa loca tengo que huir como un cobarde. Si tan sólo hubiera una forma para lidiar con ella», se quejó mentalmente. Mientras pensaba en tales cosas, sintió que
Leo sintió escalofríos al escuchar este llamado e hizo un enorme esfuerzo por mantener la calma. En tanto, Rose, que estaba parada detrás de él, volvió a repetir. —¡Leonard Brown! ¿Acaso piensas seguir huyendo de mí? Jonathan miró aturdido a la extravagante mujer que acababa de llegar y se dirigió a su compañero con intriga. —Leo, ¿conoces a esta persona? Antes de que el pelirrojo pudiera decir algo, la atrevida fémina se atrevió a contestar: —Ese hombre tiene un asunto pendiente conmigo… —¿Acaso eres una acosadora? —gritó Leonard con el poco valor que le quedaba. Indignada, Rose dijo respondió atrevidamente: —¿Me estás acusando de acosadora? —¡Claro! ¿O cómo le llamarías a una persona que se la pasa llamándome todo el día a mi móvil y hasta entra a la fuerza a mi departamento sólo para buscarme? —exclamó el pelirrojo bastante alterado. A pesar de este reclamo, la descarada streamer cortó el espacio entre ambos y continuó diciendo: —No hemos terminado con nuestro asunto. Te