Leo brincó del susto al ver a esa caprichosa mujer, quien casualmente se encontraba afuera del ascensor. —¿Rose? ¿Qué haces aquí? —cuestionó nervioso. Manteniendo su expresión cínica, ella se acercó y respondió maliciosamente: —Supe que ya firmaste el contrato. Oficialmente somos una pareja y, como te advertí antes, no te podrás escapar de mí. Ante esta situación, Luis se interpuso y señaló fríamente. —Supongo que el señor Hong no le dijo antes, pero en el contrato se estipula que todo encuentro entre mi representado, Leonard Brown, y usted debe ser programado con una semana de antelación y aprobado por dirección… —¡Al diablo con las reglas! Acabo de hablar con mi papi y le pedí permiso para juntarnos de una vez. Es más me urge subir a mi cuenta de Instafoto una fotografía junto con Leo y así volver oficial lo nuestro —replicó Rose con descaro, empujando a Luis hacia un lado y agarrando a Leo para sacarlo a rastras. Incómodo con esta acción, el pelirrojo se apartó bruscamente y
Tras cumplir con varios compromisos de su agenda, Leo se encontraba esperando a Luis dentro del vehículo. Hasta ese momento no había tenido oportunidad de hablar con Mike, así que aprovechó para escribirle un mensaje diciendo que estaba yendo a su casa. Sin embargo, al pasar los minutos, su atolondrado amigo no veía su texto, a pesar de que aparecía en línea en la aplicación de mensajería. Extrañado, murmuró: —¡Qué raro! Mike siempre atiende rápido. Supongo que debe estar entrenando, como para no ver sus mensajes. Mientras meditaba esto, Luis entró repentinamente al vehículo. —Listo, ya nos vamos ahora. Por cierto, ¿quieres pasar a tu departamento antes? —preguntó. —Mmm… No te preocupes, afortunadamente llevo una muda de ropa en mi maletín, así que no es necesario ir a mi departamento —respondió Leo rápidamente. —Bien, entonces, te llevaré con Mike. —Ajá —respondió Leo distraído. Luis notó que el pelirrojo mantenía su vista fija en el teléfono móvil, así que preguntó con curi
Aunque estaba seguro de que Jenny era quien había llegado, Mike decidió abrir la puerta con mayor precaución para no volver a cometer el mismo error dos veces. Cuando comprobó que era ella, se quedó congelado al ver que esta lucía completamente distinta sin su bata de hospital. —Hola, Mike —saludó ella con una sonrisa cálida. —Hooo…. la, Jenny —balbuceó el chico, sumamente consternado con la preciosa aparición. Al notar que su anfitrión parecía confundido, ella dijo a modo de broma. —¿Qué pasa? ¿Acaso tengo algo raro en la cara? —¿Eh? ¡No! Al contrario, estás completamente diferente. ¡Vaya! No sé cómo explicarlo —comenzó a explicar con nerviosismo. Este comentario sorprendió bastante a Jenny, a lo que respondió avergonzada. —¿Qué dices? ¿Tan mal me veo? —¿Qué? ¡No! Al contrario, estás bellísima —exclamó el chico sin reparo. La joven se sonrojó con el halago de ese descarado hombre, pero antes de decir algo más, notó la presencia de Leo, quien estaba parado mirando con asombro
En el momento en que Leo se fue, Mike se sintió un poco culpable por dejar que su amigo se marchara así, ya que ni siquiera tuvo oportunidad de preguntarle la razón de su visita. Por su parte, Jenny notó que su anfitrión parecía afligido e intentó saber qué le ocurría. —¿Pasa algo malo? —¿Eh? No. No es nada. Solo me sorprendió mucho que él apareciera de repente. —¿Ah sí? ¿No esperabas la visita de tu amigo? —Bueno, algo así. En realidad, Leo no suele venir a mi casa a menos que sea algo importante. Últimamente se ha mantenido desconectado, pero imagino cuál era la razón por la que vino aquí —dijo un tanto reflexivo. Al ver que Mike parecía bastante nostálgico, Jenny se sintió un poco culpable e inmediatamente se disculpó. —Lo siento mucho, tal vez si hubiera llegado más tarde… —¡No! —exclamó Mike avergonzado—. Al contrario, habíamos programado esto para hoy, así que no podemos retrasarlo por más tiempo. —Bueno… igual y podemos estudiar en otro momento. Digo, tal vez tu amigo
Tras abandonar la casa de su amigo, Leo se encontró perdido. Aunque se sentía estúpido escondiéndose de Rose, en ese momento sólo deseaba estar en un lugar que le inspire estar en casa. —¡Ah! Olvidé que Mike también tenía una vida propia —murmuró para sí al tiempo que miraba con nostalgia el complejo de departamentos. Después de esto, comenzó a caminar sin rumbo fijo, sin deseos de llamar a Luis para que lo ayudara a buscar otro refugio. «Si voy con mi padre, tal vez me hará muchas preguntas y no estaré de humor para contestarlas. Tampoco me gustaría molestar a Claire, ya bastante tiene con cuidar a Maggie, como para tener que lidiar con el estrés de protegerse de la loca de Rose», meditó. Tras andar varios metros, se detuvo en un parque y tomó asiento para poder pensar con calma. «¡Arg! Todo esto es absurdo, por culpa de esa loca tengo que huir como un cobarde. Si tan sólo hubiera una forma para lidiar con ella», se quejó mentalmente. Mientras pensaba en tales cosas, sintió que
Leo sintió escalofríos al escuchar este llamado e hizo un enorme esfuerzo por mantener la calma. En tanto, Rose, que estaba parada detrás de él, volvió a repetir. —¡Leonard Brown! ¿Acaso piensas seguir huyendo de mí? Jonathan miró aturdido a la extravagante mujer que acababa de llegar y se dirigió a su compañero con intriga. —Leo, ¿conoces a esta persona? Antes de que el pelirrojo pudiera decir algo, la atrevida fémina se atrevió a contestar: —Ese hombre tiene un asunto pendiente conmigo… —¿Acaso eres una acosadora? —gritó Leonard con el poco valor que le quedaba. Indignada, Rose dijo respondió atrevidamente: —¿Me estás acusando de acosadora? —¡Claro! ¿O cómo le llamarías a una persona que se la pasa llamándome todo el día a mi móvil y hasta entra a la fuerza a mi departamento sólo para buscarme? —exclamó el pelirrojo bastante alterado. A pesar de este reclamo, la descarada streamer cortó el espacio entre ambos y continuó diciendo: —No hemos terminado con nuestro asunto. Te
Leo no esperaba su fin tan pronto. Así que cuando escuchó la voz del temible James Hong, sintió tanto pánico, que sin querer apretó el botón de grabación de llamada. Nervioso, respondió. —Se… ¿Señor Hong? —¿Qué m****a le hiciste a Rose? Te dije claramente que no debías meterte con ella… —Se… señor… déjeme explicarle… —¡Basta! ¡Violaste el contrato y vas a atenerte a las consecuencias! —amenazó el presidente de Master Games. «¡Maldita sea! Estoy perdido», pensó Leo bastante nervioso, mientras intentaba pensar en un argumento válido para enfrentar al fúrico hombre. En tanto, James Hong continuó escupiendo su rabia a través del teléfono. —No sé que vas a hacer, pero tendrás que arreglar el escándalo que provocaste. Por tu culpa, todos están hablando mal de Rose y lo peor es que sólo a ella es a quien reconocen, porque tu sucia cara no se ve en el maldito vídeo. Leo sintió una especie de alivio al enterarse de que su rostro no destacó en la transmisión, por lo que inmediatamente co
Una hora después de haber sido detenida por causar escándalo en el bar “Temptation”, Rose se encontraba en la comisaría, donde un oficial intentaba tomar su declaración. —Señorita, dígame su nombre completo —solicitó con fastidio. —Ya te dije que sólo hablaré cuando venga mi abogado —replicó la desdeñosa joven. En ese punto, el hombre estaba harto de tener que lidiar con las sandeces de esa descarada mujer, que sentenció. —Bien, si no quieres cooperar, se le añadirá 10 horas más por no cooperar con la ley. —¡Eso es injusto! ¡Yo no hice nada! ¡Exijo que me liberen ahora mismo! —demandó la joven indignada. —Mire, hagamos esto más sencillo. Usted me dices tu nombre y me encargaré que pases el menor tiempo aquí, ¿entendido? —¡No tengo por qué responder! —reviró orgullosa. —Su nombre es Rosaline Winchester —respondió un hombre, que en ese momento acababa de llegar. Al escuchar esto, ella volteó a ver quién se había atrevido a decir esto, pero se congeló al ver que era el asistente