La amenaza de Rose no surtió efecto en Leo y esperó a que ella se alejara lo suficiente para poder salir del edificio. Mientras pensaba en lo que haría ahora que se encontraba en esa situación peligrosa, su mánager lo sacó de sus pensamientos. —¿Acaso me mentiste cuando dijiste que ibas a aceptar quedarte? Ante esto, el pelirrojo respondió con serenidad. —Realmente había considerado la posibilidad, pero no esperaba que las cosas terminaran de esta forma. —¿Qué tanto grabaste? —volvió a preguntar. —Lo suficiente como para manchar la imagen del señor Hong. —¡Estás loco! ¿Por qué quieres meterte con ese hombre? ¿Acaso no sabes que él puede destruirte si quiere? —exclamó Luis sorprendido por la arrogancia con la que Leonard hablaba. Leo sabía que era demasiado absurdo enfrentarse con alguien como el dueño de Master Games, pero si podía usar algo de la grabación para doblegarlo, estaría dispuesto a hacerlo. —Luis, ya no soy un ingenuo. Sé cómo se manejan ustedes en este negocio y p
Ante la insistencia de la mujer, Leo reprodujo el audio donde claramente podían escuchar toda la conversación que tuvieron con el señor Hong y posteriormente con Rose. Cuando finalmente terminó la grabación, ambos hombres se mantuvieron expectantes a la resolución de Marissa, quien parecía bastante pensativa. «¿Qué pasará por la cabeza de esa mujer? Aunque le he visto en pocas ocasiones, es la primera vez que trato con ella. ¿Será que la grabación que le mostré será suficiente para ella?», meditó Leo. Al poco rato, Marissa rompió el silencio. —Tienes razón, no dicen mucho, pero servirme para algo. ¿Cuánto pides por él? —preguntó con seriedad. —¿No habíamos acordado una suma mayor para ambos? —señaló Leo. La mujer lanzó una mirada fría a Luis, quien permaneció inmutable ante el aura sombría de su jefa. —¿Estás de acuerdo con cooperar conmigo? —preguntó. Al ver que se dirigía a él, Luis contestó con firmeza: —Hasta este momento he actuado conforme los intereses de la compañía y m
Cuando Leo se despidió, Claire y Mike se quedaron un rato mirando cómo este se marchaba apresurado. —No pensé que Leo se hubiera entusiasmado al conocer a Maggie —mencionó Claire repentinamente. Ante esto, Mike añadió: —También me sorprendió bastante. En realidad, es la primera vez que lo veo tan entusiasmado con una persona. Supongo que la sangre llama, ¿no? Este comentario consternó un poco a Claire, que luego de mirar a Maggie, señaló. —Puede ser, aunque también me sorprendió que Maggie no se sintiera incómoda con él, y es que los bebés siempre tienen la particularidad de atraer a las personas. En ese momento, su exmarido volteó a verla y le preguntó: —Claire, si Leo tuviera intenciones de acercarse a ti para que cuiden juntos a Maggie, ¿lo aceptarías? Claire parpadeó sorprendida con esta pregunta e inmediatamente respondió avergonzada. —¿Qué dices? ¿Por qué Leonard haría algo así? Además, no me parece correcto que él se obligue a estar conmigo sólo porque Maggie es nuestr
Desesperado, Mike abrió la puerta de la habitación y exclamó asustado: —¡Claire! ¿Todo bien? Cuando su exmarido apareció de repente, ella estaba vistiendo a la bebé, así que alzó la mirada y preguntó confundida. —Sí, ¿por qué estás tan agitado? Sin prestar atención a su alrededor, Mike se acercó apresuradamente para constatar con sus propios ojos que ambas estuvieran bien. —¡Claire! ¿Seguro no pasó nada? Acabo de escuchar un grito —preguntó ansioso. La joven madre frunció el ceño y respondió con tranquilidad. —¿Un grito? ¡Ah! Supongo que fue cuando me mojé mientras sacaba a Maggie de la bañera. Lo siento, no pensé que me escucharías. —¿Gritaste porque te mojaste? —preguntó Mike confundido. —¡Así es! Perdón si te asusté, pero todo está bien —insistió Claire. Al escuchar esto, Mike dirigió su mirada hacia la bebé, que parecía bastante adormilada, y luego añadió. —¡Oh! Lo siento, es que me… Claire entendió a qué se refería Mike, así que tras terminar de vestir a Maggie y abraz
Mike sintió una punzada en el estómago al reconocer quién lo estaba llamando e inmediatamente volteó para saludar con entusiasmo. —¡Hola! Tiempo sin verte. —Lo mismo digo, ¿qué pasó contigo? —reclamó Jenny fingiendo indignación. El gamer se dio un golpe mental por haber olvidado comunicarse con esa linda chica y, juntando las manos, se disculpó. —¡Lo siento mucho! Realmente quería hablarte esta semana, pero tuve que lidiar con unos asuntos urgentes. —¿Asuntos urgentes? —¡Sí! Luego de que dieron de alta a mi entonces esposa, me enfoqué en apoyarla con la bebé y ver todo lo concerniente a los trámites del divorcio —contestó Mike con sinceridad. A Jennifer le incomodó mucho escuchar esto, ya que le recordó el día en que vio salir a ese hombre acompañando a una paciente que acababa de dar a luz. «No puedo creer lo que estoy escuchando, ¿en realidad se divorció de su hermosa esposa?», pensó. —¡Ah! Cierto, me parece que dijiste algo así el otro día —señaló ella fingiendo poco interés
Claire se encontraba acostando a la bebé, cuando escuchó que alguien tocaba el timbre. Intrigada por saber quién era, acomodó rápido a Maggie y salió apresurada de la habitación para atender a la repentina visita. Al momento de abrir la puerta, su corazón dio un vuelco al ver que frente a ella se encontraba Leo, que lucía demasiado nervioso. —¡Leo! ¿Qué… qué haces aquí? —preguntó aturdida, mientras se cubría el escote con la bata que traía puesta. —Hola, ¿puedo pasar? —saludó el pelirrojo con agitación. —¡Ah! Claro, adelante —contestó ella mientras se hacía un lado para darle paso. Sin esperar más, el chico pelirrojo entró rápido a la casa. Su actitud extrañó a Claire, que tras cerrar la puerta, preguntó intrigada. —Leo, ¿qué sucede? Por… No pudo terminar su frase, ya que en ese momento el chico pelirrojo la interrumpió. —Lo siento por venir de repente. Realmente quería verte. —¿Cómo? No entiendo —señaló Claire aturdida. Leo caminó hacia la sala y se desparramó en el primer
“¿Realmente me amas?” Esta frase retumbó en la mente del chico pelirrojo, que por un momento se quedó sin argumentos para contestar. Esto lo llevó a recordar las pesadillas que había sufrido por su rechazo el día de la boda y fue a partir de ese momento se enfocó en arrancar de su corazón el dolor que sentía por no estar con ella. —Claire —comenzó a decir con tristeza—, ¿sabes cuántas veces imaginé lo que sería de nosotros si me hubieras aceptado? Y lo peor es que siempre que intentaba olvidarte, Mike aparecía para recordarme que tú estabas esperando un hijo mío. Al escuchar esto, “Violeta” interpretó que Leo sólo la anhelaba, pero no estaba del todo enamorado de ella, por lo que inmediatamente señaló: —Entonces, no me amas, sólo te sientes como un niño que jamás tuvo el juguete que quería para Navidad. —¡No! —exclamó el pelirrojo con desesperación—. Jamás pensé eso de ti, realmente me dolía mucho el no estar a tu lado e hice todo lo posible para olvidarte, pero… pero mi corazón
Leo estaba sorprendido al escuchar que Claire no tenía familia. Al ver su expresión de desconcierto, ella suspiró pesadamente y comenzó a relatar. —Como te dije, soy huérfana. Mis padres murieron hace 20 años y durante mi adolescencia viví con una tía materna que me cuidó hasta que llegué a la mayoría de edad. No fue la mejor etapa de mi vida, pero agradecí que ella me diera un lugar donde alojarme y no terminar en casas de acogida. Conmocionado, el pelirrojo volvió a preguntar. —¿Has vuelto a hablar con tu tía después de mudarte de su casa? —Mmm… bueno, la última vez que la vi fue hace 10 años, pero tiempo después ella murió y técnicamente me quedé sola —respondió con una sonrisa amarga. —¿Cómo? ¿No tienes a nadie más? Digo, algún otro tío o pariente. —Es probable que tenga algún otro tío, por parte de mi padre, pero cuando él murió, no dejó pistas de quiénes eran sus familiares, así que es poco probable que los encuentre. Sintiéndose avergonzado por la triste historia de Clai