••Preséntamelo•••—¿Cómo sigue tu cuello?.Mitchell miró a Zeida, después de salir del trabajo, Uriel los llevaba a la casa de la chica, Mitchell no quería dejar pasar ni un día más, estaba entretenido con sus pensamientos y solo ella podía interrumpirlo sin hacerlo molestarse. —Mejor, ya no me duele tanto.—Que bueno.—¿Estas preocupada por mi?.—Un poco—Respondió ella con sinceridad, y armándose de valor, hizo la pregunta que no dejaba de rondar en su cabeza. —Usted…, ¿Si quiere casarse?.—Te lo diré luego.Zeida asintió y no insistió más, era obvio que Mitchell solo cumplía las órdenes de su abuela, ella estaba segura de eso, pero tenía esperanza, iba a esforzarse.Al llegar a su casa ella se quedó mirando desde la ventanilla de aquel lujoso auto, ver su casa nunca antes le causó ansiedad, el techo no era el mejor, la pintura de las paredes estaba desgastada, se preguntaba si su madre había limpiado o no.—¿Aquí vives?—Preguntó Mitchell fingiendo no saber, él ya había ve
•••El asombroso Mitch•••—Mamá, por favor, ¿Podrías tratarlo bien?.—¿Y eso?.—Es que, me gusta mucho, y no quiero que se asuste o se sienta incomodo.—Si es un buen hombre entonces no deberías de temer que yo lo trate mal, ¿Por qué lo haría si es bueno?.Zeida asintió, su madre sería severa, no importaba que tan asombroso fuera él, ella se iba a encargar de ver los defectos que sus ojos enamorados no veían, caminó hasta la sala y con cada paso trataba de calmarse así misma. Mitchell estaba ahí de pie, luciendo tan espectacular como siempre, con ese traje y ese rostro, con esa aura autoritaria e intimidante y con esos ojos que parecían atravesar cualquier cosa.La madre de Zeida, la señora Valentina se quedó anonadada al ver al impresionante caballero, estaba consiente de que su hija era bonita y de que tenia un carisma sin igual, pero jamás pensó que pudiera atrapar a un hombre tan atractivo, la había subestimado mucho, ahora se daba cuenta de eso.—Mamá él es Mitchell Maxwell
•••Un beso y algo más •••Y de pronto…Mitchell se puso de pie, se arrodilló junto a Zeida y ella lo miró con los ojos muy abiertos, ¿Ahora que hacia ese hombre?.Sus manos sudaban y su corazón latía tan rápido que su pecho dolía.Mitchell se había preparado, tenía sus métodos y su manera de saber las cosa, mandó a comprar un anillo de compromiso para ella, escogió entre muchos, hasta que encontró uno que se ajustaba a ella, un hermoso anillo con un zafiro brillante, iba a lucir hermoso en el delicado dedo de Zeida, Mitchell pudo imaginarlo a la perfección.Quería que fuera algo extravagante y glamuroso, que ella recordara por siempre cuando él le pidió matrimonio, pensó en muchos escenarios, llevarla de sorpresa a Dubai, o en un lujoso yate, pero aquel momento se sintió tan perfecto que él solo lo hizo sin pensar. Sacó de su saco una pequeña caja y la abrió delante de ella quien estaba en shock.—Zeida…, si aceptas casarte conmigo, juro y prometo aquí delante de tu madre y tu h
•••El beso•••—¿Y como es?.Zeida miró a su hermana. —¿Cómo es que?.—Él, mi cuñado. Es que es tan guapo, ¿Cómo es salir con alguien así?, ¿Cómo se te declaró?, parece un millonario extravagante.—No le digas a mamá, él es el dueño de la empresa donde trabajo.—¡¿Qué?!.—Shhhh.—Lo siento— susurró Támara.—¿Y entonces…, como es?.“¿Salir?”, Zeida se dio cuenta de que realmente no conocía a Mitchell, era gruñón en el trabajo, arrogante hasta el último cabello de su ser, casi nunca reía, y siempre salía acompañado de esa mujer, Grace Taylor, la ejecutiva respingada que se pavoneaba con una sonrisa en su rostro cada que estaba junto a él.Zeida empezó a sentir celos de solo recordar.—Es muy…, lindo.—¿Lindo?, algo me dice que tu y él no han llegado a tercera base.—¿Qué?.—Ayer ni siquiera te besó, ¿Si te lavaste la boca?.Zeida fulminó a su hermana e hizo una mueca, —Muy graciosa, ya me voy, es tarde.—Está bien, me saludas a mi cuñado, dile que me presente a un primo, ¿T
•••Celos•••Cuando Mitchell se apartó, la miró esperando una reacción negativa, pero todo lo contrario, Zeida estaba ruborizada y con las pupilas dilatadas.Aún perdida en su mente, ella reaccionó al ver su rostro, dio un vistazo rápido a su alrededor y lo golpeo ligeramente en el hombro. —Tu abuela nos está mirando.—No se preocupen por mi, bésense de nuevo si quieren.Mitchell regresó a su lugar y se sobó los labios teniendo el sumo cuidado de no borrar el beso de su chica, prefería no besarla de nuevo o temía perder el control con ella.—Con respecto a la fecha, en una semana será nuestra boda—Dijo Mitch tratando de pensar en otra cosa.—¿Una semana?—Preguntó Zeida más alterada de lo que quería sonar.—Tranquila, todo estará preparado.—No es eso lo que me preocupa— dijo ella.—¿Entonces?—Preguntó la abuela.—Mi madre…—¿Acaso tu madre no está al tanto del amor que se tienen?.—No, no es eso señora, pero…—No te preocupes— Dijo Mitchell. —Hablaremos con ella nuevamente
•••Grace•••—Mitch…¡Mitchell!.Mitchell parpadeo y miró a Grace. —¿Si?.Grace suspiró, había estado hablando sola por casi diez minutos, Mitchell estaba en cuerpo, pero su mente estaba quien sabe en donde, era muy raro para ella verlo tan distraído.Por un largo tiempo, Grace estuvo enamorada del guapo hombre que era él, siempre tan educado y tan inalcanzable, Grace quiso tenerlo en su cama, pero fue imposible, Mitchell jamás la dejó ir más allá de un beso en la mejilla.Con el tiempo, Grace solo lo empezó a ver como el amigo sexi al que podía presumir.—¿Qué te ocurre?.Mitchell se sobó la barbilla. —Nada…bueno, tu eres mujer ¿Verdad?.—¡Vaya!, al fin te das cuenta.—Dime algo, ¿Qué les gusta a las mujeres?.Grace enarcó una ceja y sonrió. —No me lo creo, no me digas… ¿No me digas que estas interesado en una mujer?, ¿Quién es?.—No sé como impresionarla, es que ella es tan…, tan diferente, las cosas insignificantes la hacen sonreír, ¿Por qué?.Grace negó. —La hacen sonreí
•••Cine•••“Está noche eres mía, ¿Esta noche eres mía?”.—Zeida, el jefe y tú…Zeida miró a Jackson y sonrió. —Si, vamos a casarnos— dijo ella sintiéndose muy extraña.—Vaya…, no sabía que ustedes estaban en una relación…—Jackson se quedó sin palabras, y después de un silencio sepulcral, sonrió. —Pues felicitaciones.—Gracias.—Ahora si me disculpas, tengo que seguir con mis deberes.Durante el resto de la tarde Zeida trató de concentrase, pero los cuchicheos no cesaban ni un poco, todos hablaban de lo ocurrido esa mañana, Zeida era una chica muy reservada, nadie se atrevía a preguntarle directamente, nadie quería ofenderla o incomodarla, no sabiendo que iba a ser la esposa del demonio Mitch.Pero había una persona que no se sentía asustada por saber.—Hola, ¿Zeida verdad?.Zeida alzó la vista y su estómago se revolvió un poco al ver a Grace, con su perfecto cabello y esa sonrisa de dientes blancos.—Si, así es.—¿Sabes si Mitchell está en su oficina?.—Si, él aún está en
•••Solo uno más•••—Oigan, no pueden hacer eso aquí.Zeida y Mitchell se alejaron un poco, casi habían olvidado que no estaban solos en aquel cine, una pareja los veía desde abajo.Zeida salió rápidamente a paso veloz, mientras que Mitchell se disculpaba amablemente y caminaba con tranquilidad.Una vez fuera, la pobre chica se abrazó así misma, ¿Qué había ocurrido ahí dentro?.Cuando miró a Mitchell venir, se avergonzó tanto que su rostro se puso rojo.—No hagas tanto drama— dijo Mitch con indiferencia al ver la vergüenza de Zeida, si le restaba importancia, tal vez ella no se sentiría de ese modo.Por otro lado, Zeida se sentía más y más tonta, ¿Acaso él solo estaba jugando?, después de todo, era Mitchell Maxwell, el hombre podía hacer todo lo que quisiera sin temor a las represalias.El silencio tortuoso se hizo presente de nuevo entre ambos mientras caminaban al auto.—Lo siento—Murmuró Zeida mientras veía la espalda ancha y bien formada de Mitch.Mitchell rodó los ojos y