Para Lena fue muy difícil seguir con aquel año escolar, su única amiga se había ido de la ciudad por miedo a que volviera a suceder algo parecido, Sonia ni siquiera le había querido dar la cara a su mejor amiga porque se sentía avergonzada y completamente sucia. Era muy difícil discutir con tu mente y si no la sabes controlar lo más probable es que te lleve a la locura. En cuanto al chico Wood, nunca más lo volvió a ver y eso fue lo mejor de todo, porque ella se prometió romperle la cara sin importar las consecuencias.
Justo cuando su ceremonia de grado término se fue casa para recoger todas sus cosas, su padre ni siquiera se había presentado porque tenía un trabajo enorme que terminar, su madrastra no iba a perder el tiempo yendo a una simple ceremonia que dura años en acabarse y prefería matar el tiempo estando en el salón de belleza. "Vaya porquería" pensó Lena. Su vida se había ido en picada desde que su madre murió, pero ahora estaba en una fosa a 5 mil kilómetros de profundidad y la única forma de salir de allí, es yéndose de casa para nunca más volver. Todas sus cosas estaban perfectamente empacadas, solo quedaba subirlas al auto y viajar muy, pero muy lejos de su infierno, agradeció por primera vez a su padre haberle regalado algo que realmente le iba a ser útil. Un automóvil. Caja por caja subió a su auto hasta no dejar rastro de su existencia, lo último que tomó fue una fotografía suya junto a su madre justo unas horas después de su nacimiento, la pegó contra su pecho, miró por última vez su habitación y bajó hasta salir de casa y embarcarse en una nueva aventura o más bien un nuevo inicio de su vida. 7 años después— Hay por dios. Lena se gira para ver a su mejor amiga, la cual se encontraba viendo las noticias en la televisión. — ¿Qué sucede? — Se levanta de su asiento y se recuesta en una de las columnas que adornan el lugar. — ¿Ese no es tu padre? — Señala la pantalla. Una punzada en su corazón hizo que todos los pelos de su cuerpo se erizarán, efectivamente su padre se encontraba en las noticias y el titular decía "¿Empresario en quiebra? — Oye, sé que la relación de padre e hija que tienen no es muy buena, pero creo que deberías llamarlo. — No. — Responde con sequedad. Desde que Lena se fue, jamás tuvo la dignidad o el tiempo de llamarla para saber si estaba bien o necesitaba de algo, ella asumió toda su independencia y nunca tuvo que pedirle ayuda, trabajo durante mucho tiempo como mesera para poder vivir, se dormía hasta tarde estudiando y muchas veces debía elegir entre comer o colocarle gasolina al auto. Afortunadamente pudo conocer a Bethany, y los gastos se redujeron al vivir juntas. Pero el señor Summer, nunca la busco, así que ella tampoco lo buscaría. —Le… — No Beth, ese fue el destino que él eligió al dejar a su hija por su otra familia la cual probablemente lo tenga en bancarrota con todas las excentricidades de su madrastra e hija. — Sabes que el rencor nunca es un buen camino.— ¿Y donde queda mi dignidad? — Aun la tienes, te fuiste de tu casa para evitar asuntos mayores, y ahora eres feliz. ¿No? ahora tienes una de las mejores Editoriales del continente, con mucho esfuerzo lograste construir un imperio y sin ayuda de papá, ve y demuéstrale que tienes todo tu apoyo para que el se de cuenta de lo que se perdió durante 7 años.Todas aquellas señales que le enviaba su cerebro alegando que no fuera, eran muy recurrentes, pero su corazón también le dictaminó que fuera ayudar a su padre en aquel momento tan… desagradable de su vida, pero aunque él no lo crea, comenzó desde el momento en que se metió con su madrastra, esa mujer no tenía ningún tipo de escrúpulos y él se había dejado engatusar.— Para mi es muy difícil. — agacha su mirada. — Prefiero que no vuelvas a tocar este tema. — Jefa. — Su secretaria se une a la conversación. — Hay alguien que la está buscando en el primer piso, no lo han dejado pasar porque está borracho, pero dice que es su padre.Lena de inmediato le lanza una mirada de preocupación a su amiga y ella simplemente se encoge de hombros. — Espero que no tengas nada que ver con esto. — le advierte. — Oye, al igual que tú me acabo de enterar. — Beth levanta sus manos al aire.Lena hace una mueca de disgusto. — Ok, yo bajaré. — mira a su asistente. — Si tengo alguna reunión con algún escritor por favor diles que me perdonen, pero me surgió un problema familiar. — Como diga. — la asistente anota en su Ipad. — ¿Quieres que vaya contigo? — Pregunta Beth. — No, esto es algo que debo hacer sola, hablamos otro día. Se va hacia su oficina, donde tomó su bolso y una chamarra, gracias al frío que ya se estaba avecinando, a través del gran ventanal de su oficina podía ver las hojas ahora pintadas de rojo caídas sobre el suelo. Tomó una fuerte bocanada de aire al salir de la oficina y se dijo así misma mentalmente que debía ser fuerte y afrontar la realidad que ahora debía vivir. las puertas del elevador se abren dejando ver el lugar vacío, presionó el botón del primer piso y este comenzó a descender.los nervios corrían a flor de piel a medida que llegaba a la planta baja. las puertas se abren y un escalofrío recorre todo su cuerpo, al ver el panorama, se dio cuenta que ya las señoras del servicio se encontraban limpiando el desastre. — ¿Dónde está? — Habla en un tono lo suficientemente alto para que resuene en todo el lugar y llame la atención de las personas. Comenzó a taconear hasta llegar con los guardias de seguridad. — ¿Dónde está el hombre? — A un lado en la acera. — Responde uno de ellos. — Gracias. Sale del edificio y lo primero que ve al girar su mirada a la derecha, es a su padre completamente sucio, parecía como si un auto lo hubiera arrollado. — Señorita le recomendamos no acercarse, se nota que es agresivo. — habló el otro guardia. — Él no es agresivo, nunca lo ha sido. — responde y sin más se acerca a él. — Papá. Él al escuchar la voz de su hija de inmediato levanta su mirada, su verdadero mundo se encontraba al frente de él y nunca se dio la tarea de realmente consolarla, se dedicó simplemente a tener a otra mujer para no pasar su vejez solos, y ahora se encuentra sin un solo peso en su bolsillo para pagarle a sus empleados, su mujer le pidió el divorcio y le quito la mayor parte de sus bienes.— Ayudanme a levantarlo. — Lena llama a los guardias y ellos lo levantan como si no pesara nada. — Lo sentimos señorita, no sabíamos que era su padre. — No tienen porque disculparse por hacer sus trabajos, mejor ayudenme a subirlo en mi auto. Lena se adelanta para abrir la puerta del copiloto de su auto, estacionado en frente del edificio, algunos peatones la miraban con desconfianza o comenzaban a murmurar. sin prestarles mucha atención se sube al auto y se adentra entre todo el tráfico de la ciudad.— Vamos, tú también debes ayudarme. Lena acomodo por décima vez a su padre borracho, los dos se encontraban en el elevador de camino al penthouse de Lena. — Lo perdí todo. — hablaba de una forma entorpecida. — tanto que me costó levantar mi imperio. — Eso le pasa a cualquiera. — responde Lena. — No, porque lo que más perdí, fue a tí. te deje ir como si no fuera nada para mi, pero tu eres mi todo Lena. — gimotea muy fuerte. El corazón de Lena comienza a latir con fuerza, podía pensar que nunca iba a perdonar a su padre por todo lo que le ocasionó, pero en el fondo aun lo seguía queriendo por los buenos recuerdos que tiene de su familia antes de la muerte de su madre. — Será mejor que primero se te pase la borrachera para poder hablar de lo que sucedióLas puertas se abren y como pueden llegan hasta la puerta, afortunadamente para Lena, solo es colocar su huella dactilar y la puerta se abre por sí sola. pasaron al departamento y dejó a su padre en uno de sus costosos sillones, es
¿Conocen la escena de Shrek cuando va a conocer a los padres de Fios y están cenando en un silencio incómodo? Bueno, exactamente esa es la situación que está viviendo Lena junto a su padre y su amiga. — Es un gusto conocerlo señor Summer. — Berth habla para aliviar el ambiente. — Me llamo Bethany Wells.— Mucho gusto Bethany, es la primera vez que conozco a una amiga de mi hija. — Pues las hubieras conocido no pasarás trabajando. — responde Lena. — Amiga ya por favor. — Beth le lanza una mala mirada. — Es imposible que sea condescendiente con él, cuando nunca lo fue conmigo. Él padre baja su mirada apenado por la actitud de su única hija, definitivamente había le había hecho un gran daño, así que irreparable. — Yo no quiero provocar malos términos entre ustedes, será mejor que me marche. — Se levanta de la mesa sin ni siquiera probar las sopas que su hija le preparó. — No señor Summer, por favor quédese, es entendible el desconcierto de Lena, pero ella también debe entender que
Un hombre, casi de la misma edad que el padre de Lena, quizás con unos años más, estaba sentado en frente de ellos con una gran sonrisa en el rostro, recibió a su padre con un gran abrazo y por supuesto no pudieron faltar los puros. Lena nunca pudo entender cómo es que las personas adineradas hacían esas clases de cosas, ella al igual que aquel sujeto era importante y vivía de la forma menos costosa posible, lo más caro que podía tener, estaba en su casa y los cuidaba con mucho, comprendió el valor de los esfuerzos que se hacen para obtener todas aquellas cosas. — Que bueno que hayas venido Lena, tu madre me habló mucho de ti, incluso sé que también tienes tu propia empresa, felicidades. — el hombre le tiende la mano y ella la recibe por educación. — Me alegro que hayas aceptado la propuesta. — Bueno… En realidad vine junto a mi padre porque voy a declinar esa oferta, ya que debe haber otra forma con la que nos podamos entender a la perfección, sin llegar hasta esos extremos del mat
Aquella chica… la conocía, algo en su vaga mente le decía que la conocia de algun lado, pero gracias al accidente poco recordaba de aquella tarde, bueno, más bien todo le parecía estar borroso, pudo notar la sorpresa en su rostro, eso me confirmaba de una u otra forma que ya nos habíamos visto, o quizás estaba sorprendida de verme en silla de ruedas, eso lo dudaba un poco, mi silla se ve desde kilómetros de distancia. Ella se inclina hacia delante y planta sus labios sobre los labios de aquel hombre el vitoreo de algunos hacen que mis nervios de Elijah se coloquen de punta, está no era situación para celebrar, la unión de dos seres en el mundo que aparentemente nunca se habían visto. — Te cargaría en mis brazos, pero como puedes ver… ni siquiera puedo conmigo. — habla Elijah para aminorar la incomodidad entre los dos. — No… no te preocupes. — ¿Te puedo hacer una pregunta? — Ajá. — Nos conocemos de algún lado, es que creo que te he visto.Una llama de furia se instaló en el vient
Definitivamente la vida de casada definitivamente no era tal cual como Lena lo había escrito en sus libros, a pesar que intentaba no romper la realidad con la ficción, haber escrito muchos finales felices después de todo si la habían afectado. Junto a Elijah decidieron no tener una luna de miel, aquel gasto de dinero lo iban a tener, a cambio se iban a ir a la hacienda Wood, donde tienen una variedad de frutas y verduras, las toman y las venden en los mercados más cercanos al pueblo. Lena decidió tomar esta experiencia para inspirarse, ya que hace dos años que no escribe una nueva novela, y qué mejor forma que su boda por contrato y el lugar hermoso donde ahora residía. La brisa vespertina se caló por su cuerpo, veía el sol asomarse con sus característicos colores, naranjas, rojos y amarillos y por supuesto combinando con el azulado y las nubes. llevó su taza de café bien cargado e inspiró lo limpio del aire dentro del campo. — ¡Buenos días señorita Summer! — La saluda uno de los
— Ok Beth, entonces hoy comenzaré con todo. Bethany su amiga la había llamado desde la empresa porque algunos socios estaban ansiosos por ver una historia nueva por parte de Lena y es que ella no le dijo a nadie con respecto a lo que estaba sucediendo, un bloqueo de escritor es lo peor que le puede suceder a un escritor cuando está en la cima de su carrera, se reservó su sentir y su pensar para a toda costa para que nadie la estuviera todo el tiempo atosigando, si iba a escribir un libro lo haría a su forma y sin estar bajo la lupa de alguien. Dejó su teléfono sobre la mesa y llevó las manos a su cabeza, el estrés después de todo un tiempo reservado se hizo notar. Elijah le lanzó una mirada un tanto confundida, sin embargo la cambió rápidamente cuando ella la vio a los ojos. — Pensé que iba a tener más tiempo para eso. — Murmura para sí misma. — ¿Qué cosas? — Curiosea Elijah. — Para que un escritor sea muy notable en el medio cada cierto tiempo debe escribir una novela, un poema,
— ¡Shrek! — la puerta se abre de un portazo. Lena se sobresalta al escuchar semejante escándalo. En su silla eléctrica Elijah se acerca a ella enfadado. — ¿En serio? ¿Shrek? Lena coloca los ojos en blanco, mientras que recorría la casa se encontró con una habitación completamente vacía y tenía un ventanal perfecto para ver en los momentos de bloqueo. Acomodo su computador, su máquina de escribir en el suelo, porque no tenía nada para organizarse.— Oye lo siento ¿Si? Pero es que la señora del mercado te describió perfectamente. — se levanta del suelo. — además debía actuar como si… tuviéramos un recorrido de pareja. — Pero pudiste haberme defendido— Sí… pero para mí no era una opción. — se encoge de hombros. — Además ¿Qué haces allí? — Bueno, necesito un lugar para escribir y mientras merodeaba por la casa encontré esta habitación con este ventanal y la hice mía. — responde Lena.— Mm… bueno… ¿Y de donde sacaste esa máquina de escribir? — A un señor, su tienda tenía todo en liqui
— ¡Diablos!Elijah abrió los ojos cuando escuchó un fuerte ruido y una maldición, miró hacia su reloj en la mesa de noche y este mostraba que eran las 7:30am. Su rutina era simple, se levanta de la cama, se lava los dientes y baja a desayunar, no le gustaba bañarse tan temprano porque el agua sale muy fría, así que esperaba unas cuantas horas, abre la puerta y sale de la habitación y se encuentra con una Lena agachada en el suelo recogiendo hojas que se le había caído al suelo, se pellizcó el puente de la nariz. Definitivamente no estaba soportando a aquella niñata con la que su padre lo obligó a casarse, en su cabeza no cabía cómo es que ella era una exitosa y reconocida escritora si… tonta. — Buenos días Elijah. — Saluda con una felicidad excesiva. Se coloca de pie con sus hojas. — ¿Qué tiene de bueno? — Bufa Elijah.— Vaya, alguien amaneció de muy malas pulgas. Claramente ella se había levantado de un muy buen ánimo. a su cabeza una muy buena idea para su nueva novela, escribi