Lazos de amor
Lazos de amor
Por: Marian.C.
1

—  ¡Aléjense! 

Gritaba Lena mientras que le tiraba piedra a tres chicos que estaban acorralando a su mejor amiga en un rincón. Aquellos tres chicos hacían parte de las familias más influyentes de toda la ciudad y se creían que podían hacer lo que se les viniera en gana. Mientras tanto Sonia, lloraba y suplicaba para que no le hicieran nada. 

— Por favor no me hagan esto. — las lágrimas de Sonia bajaban si parar por sus mejillas. — juro que si me dejan salir no hablaremos nada de este incidente. 

— Cállate. — suelta uno de los chicos dándole una fuerte bofetada a Sonia, la cual cayó al suelo, quedando aún más expuesta. 

Mientras tanto Lena tenía su teléfono en la mano llamando al 911. 

— Por favor vengan rápido, hay tres chicos tratando de abusar de mi amiga. — ella también lloraba. — Sus nombres son Sean Wood, Patrick Paul y Andrew Sanderson. Estamos en la escuela elemental de Belkershire. 

Diez minutos tardaron los policías en llegar, mientras que Lena seguía defendiendo a su amiga, ellos estaban ensañados con ella, porque Sonia era una de las chicas más inteligente de toda la escuela y se negó a hacer las tareas de estos tres chicos y como venganza pretendían violentarla en todas formas existentes. Como precaución Lena tomó video de todo este caso que puede ser usado en contra de los tres.

Reposaba sudorosa, con el cabello revuelto y con los ojos rojos gracias al llanto y la impotencia. Sonia se encontraba en el cuarto siendo interrogada, los chicos esposados y en una celda, los padres de cada uno estaban gritándole a los policías muchas babosadas que Lena no estaba soportando. 

— ¡Mi hijo es incapaz de dañar a alguien! — Exclama un padre.

— Cállese la boca si no sabe cómo realmente sucedieron las cosas. — Lena se atreve a hablar. — La policía tiene las grabaciones de lo que hicieron. 

Ella conocía a ese hombre, fue un socio muy importante de su padre, pero tiene negocios turbios.

— ¿Acaso no respetas a tus mayores niña? — le da una mala mirada. 

— No, sobre todo si las personas mayores quieren encubrir el crimen de su hijo. 

— ¡Esa chica debió provocar a mi Andrew, debe ser una ramera! — esta vez estalla la madre. 

— Esa chica a la que usted llama ramera, es la mejor de toda la escuela, con un promedio de 9.8, con un futuro brillante y prometedor, irá a la universidad de Harvard, no tenía problemas con nadie, hasta que su angelito junto a sus otros amigos llegó. 

— ¡Lena! 

La voz de su madrastra la coloco aun más de mal humor, a Elizabeth Summer, lo único que le importaba era su reputación y conseguirle a su hija un apuesto y rico esposo, y por supuesto seguir manteniendo la costosa vida que quieren llevar a costa del dinero del padre de Lena. 

Su madre murió cuando tenía 6 años y justo cuando estaba cumpliendo 8 años su padre le presentó a Elizabeth y como todo al principio, era muy buena, pero con el pasar de los meses sacó sus garras demostrándole a Lena que ella iba a quedar en el olvido y que la enviaría lejos, específicamente a un internado. 

Para Lena le seguía pareciendo maravillosa la idea, no pretendía soportarla a ella y a su hermanastra Sasha Peters. Tres años mayor que ella. Pero también le dolía dejar a su padre en las manos de las arpías, a pesar de que él ya se había olvidado casi de su existencia. 

Ocupado con todo su trabajo, reuniones y viajes de negocios, lo seguía queriendo. 

— ¿Cómo se te ocurre hablarles así a los señores Sanderson? — Elizabeth se hace al lado de Lena. — Ahora pídeles disculpas. 

— No voy a hacer tal cosa. — escupe con rabia Lena. — Podrán decirme de cuanta cosa, pero haber denunciado a un depredador en potencia no es algo de lo que tenga que arrepentirme. 

—Tu padre va a saber todo este comportamiento que estás teniendo con sus socios. 

— Si fueras una mujer presente en casa, sabrías que mi padre cortó toda relación con los Sanderson por tener negocios turbios. 

Los padres de Andrew se quedaron viendo entre sí y luego al oficial detrás del mostrador. 

— Esta situación la vamos a arreglar en casa Lena, eso tenlo muy por seguro. — Susurra entre dientes Elizabeth. 

— Independientemente de lo que haya sucedido, nuestros hijos deben estar libres. — habla la madre de Patrick Paul. — Si lo que esa mocosa quiere es dinero, pues se lo daremos. 

Lena se carcajea ante la idea de la mujer, llevándo la mala mirada de los padres presentes.

— Señoras y señores, deben entender que lo que sus hijos hicieron es un delito que merece ser penado con cárcel. — el oficial estaba guardando toda su energía para evitar y explotar en frente de todos ellos.

En aquel instante las puertas de la estación de policías se abren, dejando ver a un hombre de por lo menos 25 años, con un elegante traje pulcro y una gabardina que lo protegía del invierno, estaba perfectamente peinado hacia atrás y con una expresión en su rostro bastante seria. Al dar un paso adentro se sintió como si todo el aire de la estación se fuera hacia él, era verdaderamente guapo y con una altura bastante imponente. 

— Buenas noches. — Su voz era simplemente fascinante y varonil. — soy Elijah Wood y quiero saber que hizo el idiota de mi hermano. 

— Señor Wood. — Elizabeth fue la primera en hablar. Lena la miro con cara de pocos amigos. — creemos que solo fue un pequeño altercado. 

¡Pequeño! — se escandaliza Lena. — ¡Intentaron violar a Sonia! 

Elijah coloca los ojos sobre Lena. 

—- Eso suena muy serio. — Elijah da pasos decididos hacia Lena. — ¿Tienes alguna prueba de eso? 

— Claro que sí, la tengo en mi teléfono, lo envié a mi correo electrónico y los envié a cierto lugar donde no podrán dar con él, si algo me sucede será subido de inmediato a las redes sociales, estoy perfectamente protegida, porque sé cómo son ustedes los ricos. 

La sangre de Elijah hirvió, su hermano nuevamente lo había metido en problemas y esta vez eran muy serios, pero no iba a dejar que una niña tonta lo manipulara de esta forma y lo iba a tratar con los mayores a cargo.

— ¿Qué les parece si nosotros los mayores hablamos a solas? — propone Elijah. — claramente junto a la autoridad competente y los familiares de la chica. 

— Los padres de la chica se encuentran ahora mismo junto a ella en una habitación donde la están interrogando. — Responde el oficial. 

— No puedo creer esta porquería. 

Lena se aleja de los adultos y se sienta en una silla junto a dos hombres esposados. 

— Entendemos perfectamente como debes sentirte ahora mismo señorita, pero no debe desesperarse. —Más que todo voy a estar decepcionada, eso lo sé, porque él. — señala a Elijah. — los va a convencer de desistir. 

—¿Por qué crees eso? — Elijah enarca una ceja. 

Antes de que pudiera hablar su madrastra se acerca a ella y se susurra al oído:

—Los Wood son socios de tu padre, los que más dinero le inyectan a la empresa. Sí llegas a decir algo más estoy segura que desistirán del trato con tu padre y todos quedaremos en bancarrota. 

—-Tú nunca vas a cambiar Elizabeth. — la ve con asco. — ahora aléjate de mi camino. — como pudo la hizo a un lado chocando su mirada con la de Elijah. — Escúchame muy bien señor Wood, porque estoy 100% segura de que habrá soborno aquí. 

Elijah enarca una ceja. 

— Adelante, desahógate.

—-Si mi amiga no recibe justicia, usted lo va a pagar muy caro, no lo tome como una simple amenaza por parte de una mortal como yo, pero le recuerdo que el Karma es una perra.

Y sin más Lena se reclinó sobre la silla bajo la mirada de todos, incluyendo la de los criminales esposados a su lado.

Tal cual como Lena lo predijo, Andrew, Patrick y Sean caminaban por el pasillo hacia la salida de la estación de policía, cada uno le lanzó una mala mirada. Los padres de Sonia tenían su mirada gacha, no era justo que dos personas trabajadoras se vean intimidados con familias grandes, su mejor amiga ni siquiera pudo despedirse de ella porque sus padres no la dejaron, el corazón de Lena se rompió en muchos fragmentos, perdió a una muy buena amiga por tres idiotas con aires de dioses. 

Él último en salir fue Elijah, el cual se quedó en medio del pasillo viendo hacia Lena, sus miradas chocaron. 

— Escúchame niñita. — Elijah posa en frente de ella. 

— No me digas niñita, voy a cumplir 17 años. 

— Créeme, eso no me interesa. Sé que intentaste hacer algo bueno, pero debes entender que el dinero siempre lo va a resolver todo, las leyes se corrompen y los accidentes pasan y nada se va a interponer en el camino. — Lena escucha con atención cada palabra de Elijah. — Ten, esta es mi tarjeta, porque estoy segura de que esos idiotas la van a tomar contra ti, puedes amenazarlos con llamarme, y también llamarme por cualquier tontería que Sean haga, porque las pagará y muy caro. 

Elijah se va dejando atrás a Lena. Elizabeth se acerca a ella con una sonrisa triunfante.

— Ese hombre va a ser el futuro esposo de tu hermana. 

— Pues los dos son tal para cual.

Los dos hermanos salieron de la estación de policía sin saber que aquella tarde uno de los dos iba a morir, un fuerte accidente se produjo kilómetros delante de la estación de policía. Él hijo promesa de los Wood tenía ahora un futuro incierto.

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