— Vamos, tú también debes ayudarme.
Lena acomodo por décima vez a su padre borracho, los dos se encontraban en el elevador de camino al penthouse de Lena. — Lo perdí todo. — hablaba de una forma entorpecida. — tanto que me costó levantar mi imperio. — Eso le pasa a cualquiera. — responde Lena. — No, porque lo que más perdí, fue a tí. te deje ir como si no fuera nada para mi, pero tu eres mi todo Lena. — gimotea muy fuerte. El corazón de Lena comienza a latir con fuerza, podía pensar que nunca iba a perdonar a su padre por todo lo que le ocasionó, pero en el fondo aun lo seguía queriendo por los buenos recuerdos que tiene de su familia antes de la muerte de su madre. — Será mejor que primero se te pase la borrachera para poder hablar de lo que sucedióLas puertas se abren y como pueden llegan hasta la puerta, afortunadamente para Lena, solo es colocar su huella dactilar y la puerta se abre por sí sola. pasaron al departamento y dejó a su padre en uno de sus costosos sillones, este soltó un chiflido admirando todo el lugar.— Siempre supe que ibas a ser una persona muy importante. — ¿Cómo supiste donde estaba? — Yo te deje ir, pero jamás te perdí de vista. — Eso vuelve todo aún peor. — suelta cabreada Lena. — Pase por muchas penumbras y tú nunca te dignaste a ayudarme. — ¿Eso crees? — ¿En donde estuviste cuando ese chico Wood quiso violar a Sonia? — Trabajando. — ¡Exacto! yo te llame a tí y enviaste a una víbora. ¿Dónde está ella ahora? — Me dejó y se llevó lo poco que me quedaba. — suelta sin más. — No sabes cuanto me alegra eso, porque la preferiste a ella antes que a mi que soy tu progenitora.— Lena, se que no he sido el mejor padre del mundo, pero realmente vengo por tu ayuda. — Papá, nuestras empresas son completamente diferentes como para que pueda ser tu socia, además… no tienes nada para ofrecerme si de eso se trata. — No se trata de eso. — su voz salió un tanto áspera. — Primero dame un poco de agua por favor, tengo mi garganta reseca. Lena hace una mueca y se va hasta la cocina, donde toma un vaso y vierte agua hasta el tope, sabía perfectamente lo que era la sed después de una borrachera, se dirigió hasta su botiquín donde guardaba sus pastillas y toma una para el malestar general que provoca el alcohol. — Ten. — le da el vaso y la pastilla. Ve como si padre se toma todo sin ni siquiera respirar un poco.— Dios, tengo ganas de tomarme todo un río.— Papá, yo realmente no he superado todo esto que sucedió, verte ahora mismo me dan ganas de querer salir corriendo de mi propio departamento y tampoco te estoy echando, pero… se me hace difícil de digerirlo todo. — No quiero que te sientas así. — el hombre se levanta tambaleante. — así que será mejor que me vaya. — Ya te dije que te puedes quedar, además no estás en las condiciones más óptimas. — Sé cuando no soy bienvenido en algún lugar. — Ya deja de ser un llorica y siéntate. — Lena coloca los ojos en blanco. — Mejor dime ¿Qué haces aquí? — Necesito que te cases. Lena queda estática al escuchar la petición de su padre y se echa a reír, aquel chiste le había salido muy natural a su padre incluso estando re borracho. — Espero que estes bromeando. — se limpia las lágrimas por la risa. — Estoy hablando enserio Lena. — Él hombre se mantuvo lo más estable posible, pero su cabeza se inclinaba al no mantenerse en pie, así que cayó al sillón. — O sea que tú literalmente me abandonas , te olvidas de mí por mucho tiempo y luego regresas diciendo que tengo que casarme. Bravo. — Comienza a aplaudir con sarcasmo. — Eres el padre del año. — No te estuviera pidiendo esto si no lo necesitara Lena, es la única forma que tengo para salvar la compañía, compañía que tambien sera tuya. — ¿Y por qué? ¿Por qué no le dijiste a tu otra hija? — No quiso casarse con él. — baja su mirada.Lena comienza a caminar de un lado a otro tratando de controlar toda la furia que se iba encarnando en su piel, no podía creer el descaro de su padre y lo cínico que se había vuelto, literalmente iba a vender a su hija al mejor postor. — Te voy a dejar algo en claro. — Lena se sienta en una silla frente a él. — No me pienso casar con alguien que ni siquiera conozco, segundo, dejare que te quedes a dormir y se te pueda pasar toda esa borrachera, luego te compare un billete de avión y volaras de regreso a casa. — No tengo casa Lena, se la llevaron toda en el divorcio. — Debe haber algo que no te hayan quitado. —habló la chica, pero el padre no respondió. — ¿Papá? — seguía sin responder. — ¿Papá?Se inclinó hacia delante y él ya se encontraba completamente dormido, maldijo por lo bajo y no le quedó más que buscar una sábana y arroparlo y por supuesto dejarlo descansar. Pronto el reloj marcó las 6 de la tarde, su mejor amiga pronto estará en el departamento, así que decidió preparar unas pastas a la carbonara y unas sopas para cuando su padre se levantara de su sofá, el cual nunca antes dejo que alguien durmiera en él y no solamente eso, lo vio babeando y de seguro le tocará lavarlo muy bien cuando se vaya a casa nuevamente. más sin embargo por su cabeza no dejaban de pasar aquellas palabras“Te tienes que casar” ¿Por qué lo haría? Ha permanecido soltera una buena parte de su vida, salió con varios hombres en la universidad, pero ninguno tenía el prospecto que tanto a ella le gustaba y quizás la única forma de encontrarlo es en los libros, donde los hombres son perfectamente escritos por mujeres. Definitivamente no iba a aceptar la petición de su padre, debía haber otra forma de ayudarlo a levantar la empresa sin necesidad de casamientos innecesarios.La puerta se abrió y vaya sorpresa que se llevó Berth al ver al padre de su amiga durmiendo en el sofá, dejó sus cosas a un lado y se fue hasta la cocina para tomar una botella con agua, pero allí se encontró a su amiga.
— ¿Qué sucedió? — No tienes ni idea de lo que me dijo. — Lena tira los fideos al agua ya caliente. — Y no solamente eso, ahora debo mandar a lavar el sillón porque está babeando. — Cuéntame entonces. — La arpía de su esposa lo dejó y se llevó todos los bienes de papá, además me pidió que me casara quien sabe quien quien ¿Puedes creerlo? desaparece de mi vida por mucho tiempo y luego regresa pidiéndome que me case con alguien para salvar la compañía, ¿Acaso vivimos en el medio oriente donde se le da el dote a la familia del novio? — Eso es una locura. ¿Y qué más te dijo? — Más nada porque se quedó dormido. — Bufa. — No puedo creer que mi propio padre me quiera vender como carne del mercado. — Bueno uno de tus libros cuenta una historia parecida.— Pero esto es la vida real Beth, esto es completamente real, no sé con qué clase de loco mi padre me quiera emparejar, además ni loca acepta algo así.— Nunca digas nunca, dijo Justin Bieber. — Ya déjalo pasar, ni siquiera quiero imaginarme a ese hombre, de seguro es un viejo verde que le gustan las niñitas para satisfacer sus necesidades más oscuras y retorcidas. — ¿Y si es un hombre guapo y millonario? — Millonario si puede ser, pero la inepta de mi hermanastra no lo acepto, eso quiere decir que el tipo debe estar arrugado como una uva pasa. — Que asco las uvas pasas. — Beth hace una mueca de vómito. — Ni me lo digas, no sé porque las incluyen en helados y ensaladas.— Buenas noches. — La voz de su padre llamó por completo su atención, ahora si se venia lo bueno.
¿Conocen la escena de Shrek cuando va a conocer a los padres de Fios y están cenando en un silencio incómodo? Bueno, exactamente esa es la situación que está viviendo Lena junto a su padre y su amiga. — Es un gusto conocerlo señor Summer. — Berth habla para aliviar el ambiente. — Me llamo Bethany Wells.— Mucho gusto Bethany, es la primera vez que conozco a una amiga de mi hija. — Pues las hubieras conocido no pasarás trabajando. — responde Lena. — Amiga ya por favor. — Beth le lanza una mala mirada. — Es imposible que sea condescendiente con él, cuando nunca lo fue conmigo. Él padre baja su mirada apenado por la actitud de su única hija, definitivamente había le había hecho un gran daño, así que irreparable. — Yo no quiero provocar malos términos entre ustedes, será mejor que me marche. — Se levanta de la mesa sin ni siquiera probar las sopas que su hija le preparó. — No señor Summer, por favor quédese, es entendible el desconcierto de Lena, pero ella también debe entender que
Un hombre, casi de la misma edad que el padre de Lena, quizás con unos años más, estaba sentado en frente de ellos con una gran sonrisa en el rostro, recibió a su padre con un gran abrazo y por supuesto no pudieron faltar los puros. Lena nunca pudo entender cómo es que las personas adineradas hacían esas clases de cosas, ella al igual que aquel sujeto era importante y vivía de la forma menos costosa posible, lo más caro que podía tener, estaba en su casa y los cuidaba con mucho, comprendió el valor de los esfuerzos que se hacen para obtener todas aquellas cosas. — Que bueno que hayas venido Lena, tu madre me habló mucho de ti, incluso sé que también tienes tu propia empresa, felicidades. — el hombre le tiende la mano y ella la recibe por educación. — Me alegro que hayas aceptado la propuesta. — Bueno… En realidad vine junto a mi padre porque voy a declinar esa oferta, ya que debe haber otra forma con la que nos podamos entender a la perfección, sin llegar hasta esos extremos del mat
Aquella chica… la conocía, algo en su vaga mente le decía que la conocia de algun lado, pero gracias al accidente poco recordaba de aquella tarde, bueno, más bien todo le parecía estar borroso, pudo notar la sorpresa en su rostro, eso me confirmaba de una u otra forma que ya nos habíamos visto, o quizás estaba sorprendida de verme en silla de ruedas, eso lo dudaba un poco, mi silla se ve desde kilómetros de distancia. Ella se inclina hacia delante y planta sus labios sobre los labios de aquel hombre el vitoreo de algunos hacen que mis nervios de Elijah se coloquen de punta, está no era situación para celebrar, la unión de dos seres en el mundo que aparentemente nunca se habían visto. — Te cargaría en mis brazos, pero como puedes ver… ni siquiera puedo conmigo. — habla Elijah para aminorar la incomodidad entre los dos. — No… no te preocupes. — ¿Te puedo hacer una pregunta? — Ajá. — Nos conocemos de algún lado, es que creo que te he visto.Una llama de furia se instaló en el vient
Definitivamente la vida de casada definitivamente no era tal cual como Lena lo había escrito en sus libros, a pesar que intentaba no romper la realidad con la ficción, haber escrito muchos finales felices después de todo si la habían afectado. Junto a Elijah decidieron no tener una luna de miel, aquel gasto de dinero lo iban a tener, a cambio se iban a ir a la hacienda Wood, donde tienen una variedad de frutas y verduras, las toman y las venden en los mercados más cercanos al pueblo. Lena decidió tomar esta experiencia para inspirarse, ya que hace dos años que no escribe una nueva novela, y qué mejor forma que su boda por contrato y el lugar hermoso donde ahora residía. La brisa vespertina se caló por su cuerpo, veía el sol asomarse con sus característicos colores, naranjas, rojos y amarillos y por supuesto combinando con el azulado y las nubes. llevó su taza de café bien cargado e inspiró lo limpio del aire dentro del campo. — ¡Buenos días señorita Summer! — La saluda uno de los
— Ok Beth, entonces hoy comenzaré con todo. Bethany su amiga la había llamado desde la empresa porque algunos socios estaban ansiosos por ver una historia nueva por parte de Lena y es que ella no le dijo a nadie con respecto a lo que estaba sucediendo, un bloqueo de escritor es lo peor que le puede suceder a un escritor cuando está en la cima de su carrera, se reservó su sentir y su pensar para a toda costa para que nadie la estuviera todo el tiempo atosigando, si iba a escribir un libro lo haría a su forma y sin estar bajo la lupa de alguien. Dejó su teléfono sobre la mesa y llevó las manos a su cabeza, el estrés después de todo un tiempo reservado se hizo notar. Elijah le lanzó una mirada un tanto confundida, sin embargo la cambió rápidamente cuando ella la vio a los ojos. — Pensé que iba a tener más tiempo para eso. — Murmura para sí misma. — ¿Qué cosas? — Curiosea Elijah. — Para que un escritor sea muy notable en el medio cada cierto tiempo debe escribir una novela, un poema,
— ¡Shrek! — la puerta se abre de un portazo. Lena se sobresalta al escuchar semejante escándalo. En su silla eléctrica Elijah se acerca a ella enfadado. — ¿En serio? ¿Shrek? Lena coloca los ojos en blanco, mientras que recorría la casa se encontró con una habitación completamente vacía y tenía un ventanal perfecto para ver en los momentos de bloqueo. Acomodo su computador, su máquina de escribir en el suelo, porque no tenía nada para organizarse.— Oye lo siento ¿Si? Pero es que la señora del mercado te describió perfectamente. — se levanta del suelo. — además debía actuar como si… tuviéramos un recorrido de pareja. — Pero pudiste haberme defendido— Sí… pero para mí no era una opción. — se encoge de hombros. — Además ¿Qué haces allí? — Bueno, necesito un lugar para escribir y mientras merodeaba por la casa encontré esta habitación con este ventanal y la hice mía. — responde Lena.— Mm… bueno… ¿Y de donde sacaste esa máquina de escribir? — A un señor, su tienda tenía todo en liqui
— ¡Diablos!Elijah abrió los ojos cuando escuchó un fuerte ruido y una maldición, miró hacia su reloj en la mesa de noche y este mostraba que eran las 7:30am. Su rutina era simple, se levanta de la cama, se lava los dientes y baja a desayunar, no le gustaba bañarse tan temprano porque el agua sale muy fría, así que esperaba unas cuantas horas, abre la puerta y sale de la habitación y se encuentra con una Lena agachada en el suelo recogiendo hojas que se le había caído al suelo, se pellizcó el puente de la nariz. Definitivamente no estaba soportando a aquella niñata con la que su padre lo obligó a casarse, en su cabeza no cabía cómo es que ella era una exitosa y reconocida escritora si… tonta. — Buenos días Elijah. — Saluda con una felicidad excesiva. Se coloca de pie con sus hojas. — ¿Qué tiene de bueno? — Bufa Elijah.— Vaya, alguien amaneció de muy malas pulgas. Claramente ella se había levantado de un muy buen ánimo. a su cabeza una muy buena idea para su nueva novela, escribi
Mientras caminaba por el patio de la gran casa, no paraba de pensar en lo que había hecho. Aquel acto impulsivo le había costado a Lena la vergüenza, ella jamás había sido así de impulsiva, siempre meditaba cada uno de sus pasos para que no se presentaran errores, y ahora había besado por voluntad propia a su esposo por contrato. ¿En serio escribí esto por lo que pase? fue lo que pensó cuando salió de aquella casa como alma que lleva el diablo. — Eres una idiota Lena. — Se dijo así misma. — ¡Como rayos lo pudiste besar! — ¿Con quién hablas? — Lena mira en la dirección en la que escucho la voz y allí se encontró con un hombre un tanto sucio que estaba en el granero. — ¿Quién eres tú? — Contraatacó ella viendo a todos lados en busca de una cara conocida. — Soy Ted. — Responde con una sonrisa. — ¿Y usted hermosa señorita? — Lena. — habla. — Bueno Lena, ya que nos hemos presentado ¿Con quien hablabas y porque no debiste besarlo? — Eh… No es algo que te incumba. — Ella trata de oc