El chico avanzó con pasos medidos y miró la puerta a su espalda, sonrió al ver que no habían moros en la costa. Era medianoche, y la tranquilidad de la madrugada daba apertura a muchas travesuras, como la que estaba a punto de cometer en ese momento.Salió por la ventana con un enorme entusiasmo, y se ayudó con un árbol que estaba justo fuera para descender al primer piso. Los guardias alrededor reían y charlaban, ocupados con sus fanfarrias y conquistas de mujeres y Omegas.Salió furtivamente, evadiendo ser atrapado, pero no respiró hasta encontrarse en el patio trasero, donde ocultaba su salida secreta. Era un hueco que a su suerte, todos desconocían de su existencia, y lo ocultaba con las ramas de los alrededores.Al salir y sentir el aire fresco, suspiró profundo. A pesar de lo inmenso que era su hogar, se sentía sofocado ahí dentro. Su padre era muy estricto y no podía interactuar con prácticamente nadie, además de los empleados, su nana y Aziel-su mejor amigo.Incluso asistía a u
"¿Está seguro de que fue buena idea traerlo aquí?"Salvatore observó a su mano derecha—William, quien tenía una expresión de peculiaridad en su rostro al hacer la pregunta. Luego miró a su hijo, quien inspeccionaba el panorama con interés en sus ojos. El chico siempre fue muy curioso, pero esto podría ser un problema si no lo controlaba."Tiene que aprender esta parte del negocio. Ya tiene dieciocho y además es un Alfa," le explicó con firmeza. "He's too soft." Es demasiado blando.** Le dijo en inglés al Alfa, quien era británico.Su mano derecha asintió, y observó a Dimitri, el Alfa le sonreía a los vendedores que trataban de convencerlo para que comprara algo a medida que pasaban en el auto por la zona.Era un pequeño mercado, pero muy concurrido en la ciudad y, a pesar del frío, las calles estaban abarrotadas de clientes. La mayoría eran turistas. "Cierra la ventana, Dimitri. Te vas a congelar," Ordenó su padre al ver que estaba a punto de caer ante las tácticas de los vendedores
Ambrose no era conocido por tomar las mejores decisiones y esa noche de nuevo lo demostraría. La verdad era que se encontraba tan triste que quería salir de allí para despejar su mente. ¿Por qué era tan malo que un Omega saliera a socializar? Nunca entendió la insistencia de su padre en mantenerlo encerrado en la mansión, o controlar tanto sus salidas y con quién hablaba.Se miró al espejo y suspiró lentamente, sus ojos estaban rojos, probablemente debido a lo mucho que había llorado.Observó el reloj en la mesa de noche, eran las ocho de la noche y era probable que el Alfa aún estuviera en la tienda de su padre. No le había avisado a Viktor que saldría a verlo esa noche, pero el Alfa era afable de las sorpresas y estaba seguro de que estaría feliz de verlo.Una vez se cambió a un lindo atuendo para salir de noche, arregló su cabello y se dirigió a la ventana. Nuevamente, tomó el mismo atajo y, una vez fuera de la propiedad, y al sentir la adrenalina calmarse, empezó a sentir el frío
En una noche lluviosa, un chico se encontraba en una tienda comprando algunos artículos debido a unos antojos que tuvo a mitad de la noche—decidió salir sin pensarlo dos veces y así saciar su hambre. Se retiró del lugar después de pagar su orden y eligió irse caminando debido a que su apartamento quedaba cerca. Sosteniendo su paraguas y viendo el agua caer, observó a su alrededor y se dio cuenta de que la noche estaba un tanto solitaria. Detrás de él empezó a escuchar unos pasos que poco a poco se acercaban, se puso un tanto nervioso y caminó más rápido pero los pasos no cesaban. Una mano lo agarró del brazo y al exaltarse, estuvo a punto de dejar caer sus bolsas—pero no pudo evitar soltar su paraguas. "...!" "Disculpa si te asusté," El extraño lo ayudó por un momento. "Dejaste caer algo cuando saliste de la tienda y quería devolverlo." Dijo mostrándole un postre en sus manos. "Solo pensé que debía ser muy importante ya que saliste con este clima." Agregó apenado al ver que no res
¿Por qué tienen que ser tan ruidosos? Mientras todos pedían tragos y hablaban escandalosamente, un hombre entró al salón junto a otra persona a unos pasos atrás, por lo que parecía ser su asistente. Ambos tenían una presencia tan imponente que hubo un silencio total por varios largos segundos.Uno de ellos era de piel pálida y cabello negro—labios rosa y muy tentativos—y un cuerpo esbelto y delicado. Parecía ser asiático. Pero claramente el más alto entre los dos era quien destacaba. Un hombre de piel bronceada, ojos dorados que brillaban como el sol, cabello castaño oscuro y un cuerpo que dejaba en evidencia sus increíbles músculos debajo de la ropa que llevaba. Nunca pensó que una persona podría lucir tan bien llevando un traje.Se paró frente a la mesa y los miró con desdén por unos instantes, como acostumbran a hacer todos los alfas —pero al menos trató de disimularlo y mostró una expresión más amable. Sin embargo, estaba casi seguro de que esa persona era un Alfa dominante.Todo
"Se ha pasado la noche entera observándolo," Dijo Noah después de salir del salón privado. "Puedo arreglarlo si así lo desea." "No. No es necesario." Respondió Brendan, apagando su cigarrillo. Ya sabía a lo que se refería, no había nada —ni nadie, que el Alfa no pudiera tener. Era así de simple. Sabía que su interés en el chico era un poco extraño, ya que no pasaba a menudo, pero por alguna razón no había podido parar de mirar al supervisor—Junne Castillo. Noah lo observó por un momento con una expresión un tanto dudosa. "Bueno, ¿quiere que regresemos?" "No, ya las presentaciones fueron suficientes." Expresó arreglando su chaqueta. "No creo que pueda aguantar una hora más escuchando chistes malos, y mucho menos a los Omegas lanzándome miradas como perras en celo." Caminó hacia la puerta y directo a su carro donde su chauffeur lo estaba esperando. Noah lo alcanzó varios minutos después, cuando terminó de despedirse de Charles y decirles que podían continuar celebrando, ya que la cu
A pesar de qué el hombre era muy atractivo, no tenía la confianza para coquetear con él. Normalmente, se sentiría más cómodo con Omegas o Betas. Los Omegas están supuestos a salir solo con Alfas, pero hay ocasiones donde salen con Betas si sienten alguna atracción. Sin embargo, cuando les llega su celo necesitan de un Alfa para calmar sus feromonas. Por esta misma razón era muy raro ver un Alfa coqueteando tan intensamente con un Beta. Biológicamente no tenía sentido, ya que no emiten feromonas y no pueden quedar embarazados —por lo que Jun no entendía por qué tenía tanto interés en él. "¿De qué familia eres?" Preguntó el hombre con una sonrisa mientras daba un sorbo a su copa. No hablaba de su familia con nadie, así que no quería mencionar el apellido del que su padre se sentía tan orgulloso. Preferiría evitar que alguien le hiciera preguntas innecesarias —como el hecho de que no sabían que había un Beta en la familia. "Me llamo Junne," dijo extendiendo su mano para saludar al h
Después de vestirse con uno de sus mejores trajes y colocar su colonia que estabiliza el olor a feromonas, Brendan salió de su condominio y se dirigió a su auto. Sentado en el asiento trasero, sacó su celular e hizo una llamada. "¿Qué quieres?" Dijo el hombre al otro lado de la línea. "¿Aún estás con Noah?" Preguntó el Alfa, mientras miraba por la ventana del auto. "... Sí." Respondió con la respiración entre cortada. Se podían escuchar unos suaves gemidos en el fondo. "Trata de no dejarlo embarazado." Comentó de forma indiferente. "No te prometo nada, hermano." Le respondió con una carcajada. Colgó la llamada y se arregló la chaqueta para salir del auto, ya habían llegado al club donde se celebraría la fiesta de bienvenida. Al entrar se sintió satisfecho cuando observó el lugar. El Alfa era un perfeccionista y no le gustaba que cometieran errores. Caminó hacia uno de los invitados y lo saludó con una sonrisa elegante y un poco seductora, de esas que cautivan a la gente. Era