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Capítulo 3: Fragancia

"Se ha pasado la noche entera observándolo," Dijo Noah después de salir del salón privado. "Puedo arreglarlo si así lo desea."

"No. No es necesario." Respondió Brendan, apagando su cigarrillo. Ya sabía a lo que se refería, no había nada —ni nadie, que el Alfa no pudiera tener. Era así de simple.

Sabía que su interés en el chico era un poco extraño, ya que no pasaba a menudo, pero por alguna razón no había podido parar de mirar al supervisor—Junne Castillo.

Noah lo observó por un momento con una expresión un tanto dudosa. "Bueno, ¿quiere que regresemos?"

"No, ya las presentaciones fueron suficientes." Expresó arreglando su chaqueta. "No creo que pueda aguantar una hora más escuchando chistes malos, y mucho menos a los Omegas lanzándome miradas como perras en celo."

Caminó hacia la puerta y directo a su carro donde su chauffeur lo estaba esperando. Noah lo alcanzó varios minutos después, cuando terminó de despedirse de Charles y decirles que podían continuar celebrando, ya que la cuenta estaba paga. Brendan se sentó en el asiento trasero, con Noah al frente mientras lo actualizaba con algunos temas de negocios.

Se sentía un poco inquieto por alguna razón, y a su mente llegó una imagen de aquellos labios rosados y carnosos.

Para ser un Beta, tiene labios muy lascivos. 

Pensó mientras miraba fuera de la ventana y se dio cuenta de que ya casi estaba en casa. Dando golpecitos en la puerta con el dedo un tanto emocionado, sonrió al creer que quizás no era tan mala la idea, y que sería bueno tenerlo en su cama al menos por una noche.

Pasaron tres semanas y el trabajo en la oficina incrementó. Todos comentaban que era probablemente debido a Brendan, ya que era alguien muy famoso en el negocio del entretenimiento y debido a que ahora era el CEO de la compañía.

Actualmente, se encontraba en un viaje de negocios, y Jun estaba agradecido porque tener un Alfa Dominante dando órdenes directamente sería un poco estresante.

Sin embargo, la tranquilidad era solo temporal porque en una semana Brendan trasladaría a la compañía y su oficina estaría prácticamente al frente.

"Necesito que termines esto en dos días."

Charles dejó una pila de documentos en su escritorio  y se retiró sin esperar una respuesta, como si no fuera nada. Todos sabían que estaba abusando de su poder, pero no podían quejarse. Para evitar problemas, nunca decía nada, pero debía admitir que estaba llegando a su límite.

Los días pasaron sin muchos inconvenientes y luego Charles anunció que habría una fiesta para darle la bienvenida a Brendan en los medios, donde participarían mucha gente reconocida.

Debido a que su familia reside en Francia e Italia, todos estaban muy emocionados de tener un Rousseau viviendo definitivamente en la ciudad. Estaban esperando la oportunidad de socializar con el magnate.

Dos días antes de la fiesta —que sería un sábado en la noche, la oficina estaba un tanto deprimida porque no todos podrían asistir. Charles se encontraba en un viaje de negocios, y como supervisor de departamento, Jun estaba invitado para sustituirlo.

Debido a que no tenía ropa adecuada para poder asistir a la fiesta, decidió ir a un centro comercial a comprarlas. Después de mirar por bastante tiempo no pudo elegir nada hasta que encontró una tienda con trajes espléndidos en el tercer nivel.

Sin pensarlo dos veces entró a la tienda y empezó a inspeccionar las prendas. Había un traje de color azul oscuro, de tres piezas, y pensó que le quedaría bien. Agarró la etiqueta y se sorprendió al ver el precio—era demasiado caro.

A pesar de ser de una familia prominente, no tocaba la cuenta en la que su madre le depositaba dinero mensualmente, y actualmente no ganaba una cantidad tan sustancial para costear un traje de esos.

"Te recomiendo que lo compres, ya que te quedaría muy bien."

Mientras Jun sufría por no poder comprar el traje, un hombre alto de cabello rubio y brillante como el oro lo observaba sonriendo. El hombre tenía un atractivo increíble y llamaba mucho la atención. Unos ojos verdes con toques de ámbar, y una mirada penetrante lo observaban con interés.

"Gracias, pero por ahora solo estoy mirando." Contestó mientras observaba otro de los bellos trajes.

"Ya veo," Dijo el hombre mirando la pieza que sostenía. "¿Quieres que te ayude a elegir?" Preguntó con una sonrisa resplandeciente, mirándolo directamente a los ojos.

Se sintió extraño, porque parecía como si estuviera coqueteando con él. También cruzó por su mente que quizás era un empleado de la tienda y quería ganar una comisión, pero por su apariencia más bien parecía ser el dueño.

Aceptando la propuesta del hombre, lo siguió por la tienda mientras le mostraba las prendas. Curiosamente, era muy bueno en ello, y luego le confesó que era un diseñador de ropa. Su nombre era Mikhail.

Jun terminó eligiendo uno de los trajes que le mostró y también se llevó unos zapatos. Mikhail de alguna forma le dio un descuento, por lo que sintió que valió la pena—supuso que quizás el traje pertenecía a su línea de ropa.

"Entonces, ya me tengo que ir. Agradezco mucho la ayuda." Le expresó genuinamente mientras caminaba a la salida con Mikhail a su lado.

"Ya veo. Que mal que no podamos conversar un poco más,"

"Así es..."

"Me gustaría intercambiar contactos contigo. Si te parece bien,"

"Por supuesto."  Sonrió ampliamente.

La verdad era que se sentía muy bien mientras conversaban. Desde que decidió mudarse a la ciudad, no había podido hacer amigos cercanos y su único mejor amigo era Kayden, quien vivía en Francia debido a sus estudios.

Mikhail no podía dejar de mírarlo, solo podía pensar en lo hermoso que eran sus ojos y lo seductivos que eran sus labios. Cabello rubio plateado, ojos azules tan claros como el Mar Caribe y la piel un poco pálida—se veía tan hermoso que parecía haber salido de una pintura. Aparte de esto, olía muy bien.

"Disculpa Junne, pero me da curiosidad, ¿cuál es el nombre del perfume que estás usando?" A pesar de que sintió que estaba siendo un poco entrometido, no pudo evitar preguntar.

"¿Perfume? No estoy usando ninguno. ¿Por qué?" Preguntó un tanto confundido.

"Ah no— es solo que percibí una fragancia muy buena y pensé que era tuya." Explicó, mostrando una sonrisa un tanto incómoda. "Discúlpame si me sobrepasé."

"No, está bien." Respondió y luego intercambiaron contactos.

Sin embargo, pensó que era curioso como dos personas habían mencionado su supuesta fragancia. Un compañero de trabajo había hecho el comentario hace unos días y se sentía un poco incómodo porque no paraba de mencionarlo cuando se encontraban.

Que raro.

Ambos se despidieron y acordaron juntarse en un futuro.

El sábado en la noche, Jun llegó un poco temprano como de costumbre y se sorprendió mucho por lo magnífico que se veía todo. No era una simple fiesta, eso era seguro.

Debido a que miembros de familias muy importantes se encontraban allí, tomaron medidas muy estrictas y todo se veía perfecto.

El salón estaba lleno de celebridades y pudo reconocer a muchos de ellos. También notó que por alguna razón había muchas miradas dirigidas hacia él mientras entraba al salón, así que se dirigió al bar.

Honestamente, el traje le quedaba espléndido. Mikhail era muy buen estilista y Jun estaba sorprendido porque nunca pensó que le quedaría tan a su medida.

Sin embargo, últimamente se sentía como si todos lo estuvieran mirando cada vez que entraba a un lugar e incluso intentaban obtener su número de teléfono a toda costa. Normalmente le pasaba con Omegas y Betas quienes lo confundían con un Alfa debido a su físico.

Aunque su cuerpo no era muy musculoso, para ser Beta estaba bien tonificado y tenía buena estatura, por lo que era entendible la confusión. Sin embargo, en ese momento quienes lo acechaban eran—Alfas.

Se sentó en una silla en el bar y ordenó algo suave para evitar el fiasco de la última vez y observó curiosamente el salón. Se bebió el trago de un tiro y arrugó un poco la cara, ya que no le gustó el sabor.

"Deberías ordenar un Appletini, es más suave."

Dijo un hombre en un traje de diseñador sentado a su lado. Cabello negro y ojos grises, no se podía negar que era atractivo.

"¿Ah si? Quizás debería, este no me gustó tanto." Respondió con una suave sonrisa.

El hombre bajó su mirada a sus labios y se podía ver el deseo en sus ojos, estaba un poco cohibido ante la atención. Porque de nuevo, el hombre que estaba coqueteando con él en ese momento—era un Alfa.

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