"Se ha pasado la noche entera observándolo," Dijo Noah después de salir del salón privado. "Puedo arreglarlo si así lo desea."
"No. No es necesario." Respondió Brendan, apagando su cigarrillo. Ya sabía a lo que se refería, no había nada —ni nadie, que el Alfa no pudiera tener. Era así de simple.
Sabía que su interés en el chico era un poco extraño, ya que no pasaba a menudo, pero por alguna razón no había podido parar de mirar al supervisor—Junne Castillo.
Noah lo observó por un momento con una expresión un tanto dudosa. "Bueno, ¿quiere que regresemos?"
"No, ya las presentaciones fueron suficientes." Expresó arreglando su chaqueta. "No creo que pueda aguantar una hora más escuchando chistes malos, y mucho menos a los Omegas lanzándome miradas como perras en celo."
Caminó hacia la puerta y directo a su carro donde su chauffeur lo estaba esperando. Noah lo alcanzó varios minutos después, cuando terminó de despedirse de Charles y decirles que podían continuar celebrando, ya que la cuenta estaba paga. Brendan se sentó en el asiento trasero, con Noah al frente mientras lo actualizaba con algunos temas de negocios.
Se sentía un poco inquieto por alguna razón, y a su mente llegó una imagen de aquellos labios rosados y carnosos.
Para ser un Beta, tiene labios muy lascivos.
Pensó mientras miraba fuera de la ventana y se dio cuenta de que ya casi estaba en casa. Dando golpecitos en la puerta con el dedo un tanto emocionado, sonrió al creer que quizás no era tan mala la idea, y que sería bueno tenerlo en su cama al menos por una noche.
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Pasaron tres semanas y el trabajo en la oficina incrementó. Todos comentaban que era probablemente debido a Brendan, ya que era alguien muy famoso en el negocio del entretenimiento y debido a que ahora era el CEO de la compañía.
Actualmente, se encontraba en un viaje de negocios, y Jun estaba agradecido porque tener un Alfa Dominante dando órdenes directamente sería un poco estresante.
Sin embargo, la tranquilidad era solo temporal porque en una semana Brendan trasladaría a la compañía y su oficina estaría prácticamente al frente.
"Necesito que termines esto en dos días."
Charles dejó una pila de documentos en su escritorio y se retiró sin esperar una respuesta, como si no fuera nada. Todos sabían que estaba abusando de su poder, pero no podían quejarse. Para evitar problemas, nunca decía nada, pero debía admitir que estaba llegando a su límite.
Los días pasaron sin muchos inconvenientes y luego Charles anunció que habría una fiesta para darle la bienvenida a Brendan en los medios, donde participarían mucha gente reconocida.
Debido a que su familia reside en Francia e Italia, todos estaban muy emocionados de tener un Rousseau viviendo definitivamente en la ciudad. Estaban esperando la oportunidad de socializar con el magnate.
Dos días antes de la fiesta —que sería un sábado en la noche, la oficina estaba un tanto deprimida porque no todos podrían asistir. Charles se encontraba en un viaje de negocios, y como supervisor de departamento, Jun estaba invitado para sustituirlo.
Debido a que no tenía ropa adecuada para poder asistir a la fiesta, decidió ir a un centro comercial a comprarlas. Después de mirar por bastante tiempo no pudo elegir nada hasta que encontró una tienda con trajes espléndidos en el tercer nivel.
Sin pensarlo dos veces entró a la tienda y empezó a inspeccionar las prendas. Había un traje de color azul oscuro, de tres piezas, y pensó que le quedaría bien. Agarró la etiqueta y se sorprendió al ver el precio—era demasiado caro.
A pesar de ser de una familia prominente, no tocaba la cuenta en la que su madre le depositaba dinero mensualmente, y actualmente no ganaba una cantidad tan sustancial para costear un traje de esos.
"Te recomiendo que lo compres, ya que te quedaría muy bien."
Mientras Jun sufría por no poder comprar el traje, un hombre alto de cabello rubio y brillante como el oro lo observaba sonriendo. El hombre tenía un atractivo increíble y llamaba mucho la atención. Unos ojos verdes con toques de ámbar, y una mirada penetrante lo observaban con interés.
"Gracias, pero por ahora solo estoy mirando." Contestó mientras observaba otro de los bellos trajes.
"Ya veo," Dijo el hombre mirando la pieza que sostenía. "¿Quieres que te ayude a elegir?" Preguntó con una sonrisa resplandeciente, mirándolo directamente a los ojos.
Se sintió extraño, porque parecía como si estuviera coqueteando con él. También cruzó por su mente que quizás era un empleado de la tienda y quería ganar una comisión, pero por su apariencia más bien parecía ser el dueño.
Aceptando la propuesta del hombre, lo siguió por la tienda mientras le mostraba las prendas. Curiosamente, era muy bueno en ello, y luego le confesó que era un diseñador de ropa. Su nombre era Mikhail.
Jun terminó eligiendo uno de los trajes que le mostró y también se llevó unos zapatos. Mikhail de alguna forma le dio un descuento, por lo que sintió que valió la pena—supuso que quizás el traje pertenecía a su línea de ropa.
"Entonces, ya me tengo que ir. Agradezco mucho la ayuda." Le expresó genuinamente mientras caminaba a la salida con Mikhail a su lado.
"Ya veo. Que mal que no podamos conversar un poco más,"
"Así es..."
"Me gustaría intercambiar contactos contigo. Si te parece bien,"
"Por supuesto." Sonrió ampliamente.
La verdad era que se sentía muy bien mientras conversaban. Desde que decidió mudarse a la ciudad, no había podido hacer amigos cercanos y su único mejor amigo era Kayden, quien vivía en Francia debido a sus estudios.
Mikhail no podía dejar de mírarlo, solo podía pensar en lo hermoso que eran sus ojos y lo seductivos que eran sus labios. Cabello rubio plateado, ojos azules tan claros como el Mar Caribe y la piel un poco pálida—se veía tan hermoso que parecía haber salido de una pintura. Aparte de esto, olía muy bien.
"Disculpa Junne, pero me da curiosidad, ¿cuál es el nombre del perfume que estás usando?" A pesar de que sintió que estaba siendo un poco entrometido, no pudo evitar preguntar.
"¿Perfume? No estoy usando ninguno. ¿Por qué?" Preguntó un tanto confundido.
"Ah no— es solo que percibí una fragancia muy buena y pensé que era tuya." Explicó, mostrando una sonrisa un tanto incómoda. "Discúlpame si me sobrepasé."
"No, está bien." Respondió y luego intercambiaron contactos.
Sin embargo, pensó que era curioso como dos personas habían mencionado su supuesta fragancia. Un compañero de trabajo había hecho el comentario hace unos días y se sentía un poco incómodo porque no paraba de mencionarlo cuando se encontraban.
Que raro.
Ambos se despidieron y acordaron juntarse en un futuro.
El sábado en la noche, Jun llegó un poco temprano como de costumbre y se sorprendió mucho por lo magnífico que se veía todo. No era una simple fiesta, eso era seguro.
Debido a que miembros de familias muy importantes se encontraban allí, tomaron medidas muy estrictas y todo se veía perfecto.
El salón estaba lleno de celebridades y pudo reconocer a muchos de ellos. También notó que por alguna razón había muchas miradas dirigidas hacia él mientras entraba al salón, así que se dirigió al bar.
Honestamente, el traje le quedaba espléndido. Mikhail era muy buen estilista y Jun estaba sorprendido porque nunca pensó que le quedaría tan a su medida.
Sin embargo, últimamente se sentía como si todos lo estuvieran mirando cada vez que entraba a un lugar e incluso intentaban obtener su número de teléfono a toda costa. Normalmente le pasaba con Omegas y Betas quienes lo confundían con un Alfa debido a su físico.
Aunque su cuerpo no era muy musculoso, para ser Beta estaba bien tonificado y tenía buena estatura, por lo que era entendible la confusión. Sin embargo, en ese momento quienes lo acechaban eran—Alfas.
Se sentó en una silla en el bar y ordenó algo suave para evitar el fiasco de la última vez y observó curiosamente el salón. Se bebió el trago de un tiro y arrugó un poco la cara, ya que no le gustó el sabor.
"Deberías ordenar un Appletini, es más suave."
Dijo un hombre en un traje de diseñador sentado a su lado. Cabello negro y ojos grises, no se podía negar que era atractivo.
"¿Ah si? Quizás debería, este no me gustó tanto." Respondió con una suave sonrisa.
El hombre bajó su mirada a sus labios y se podía ver el deseo en sus ojos, estaba un poco cohibido ante la atención. Porque de nuevo, el hombre que estaba coqueteando con él en ese momento—era un Alfa.
A pesar de qué el hombre era muy atractivo, no tenía la confianza para coquetear con él. Normalmente, se sentiría más cómodo con Omegas o Betas. Los Omegas están supuestos a salir solo con Alfas, pero hay ocasiones donde salen con Betas si sienten alguna atracción. Sin embargo, cuando les llega su celo necesitan de un Alfa para calmar sus feromonas. Por esta misma razón era muy raro ver un Alfa coqueteando tan intensamente con un Beta. Biológicamente no tenía sentido, ya que no emiten feromonas y no pueden quedar embarazados —por lo que Jun no entendía por qué tenía tanto interés en él. "¿De qué familia eres?" Preguntó el hombre con una sonrisa mientras daba un sorbo a su copa. No hablaba de su familia con nadie, así que no quería mencionar el apellido del que su padre se sentía tan orgulloso. Preferiría evitar que alguien le hiciera preguntas innecesarias —como el hecho de que no sabían que había un Beta en la familia. "Me llamo Junne," dijo extendiendo su mano para saludar al h
Después de vestirse con uno de sus mejores trajes y colocar su colonia que estabiliza el olor a feromonas, Brendan salió de su condominio y se dirigió a su auto. Sentado en el asiento trasero, sacó su celular e hizo una llamada. "¿Qué quieres?" Dijo el hombre al otro lado de la línea. "¿Aún estás con Noah?" Preguntó el Alfa, mientras miraba por la ventana del auto. "... Sí." Respondió con la respiración entre cortada. Se podían escuchar unos suaves gemidos en el fondo. "Trata de no dejarlo embarazado." Comentó de forma indiferente. "No te prometo nada, hermano." Le respondió con una carcajada. Colgó la llamada y se arregló la chaqueta para salir del auto, ya habían llegado al club donde se celebraría la fiesta de bienvenida. Al entrar se sintió satisfecho cuando observó el lugar. El Alfa era un perfeccionista y no le gustaba que cometieran errores. Caminó hacia uno de los invitados y lo saludó con una sonrisa elegante y un poco seductora, de esas que cautivan a la gente. Era
Ya había pasado una semana, la fiesta estaba en boca de todos, ya que los tabloides se desbordaron escribiendo historias del evento, y un montón de fotografías fueron publicadas. Jun fue el tema de conversación en muchas de ellas, querían saber quién era debido a que se pasó la noche entera al lado de Brendan, se preguntaban cuál era la relación entre ellos. El cautivante chico del traje gris. Le llamaban. Jun se sentía un poco incómodo debido a las miradas que recibía en la oficina, pero decidió ignóralos, incluyendo las preguntas un tanto personales de algunos. ¿Qué demonios les hizo pensar que salgo con Brendan? Pensó, no podía entender por qué había tal malentendido, no es como si hubiesen actuado como pareja—o como que eran cercanos. Todo fue muy profesional. Había un alboroto porque el Alfa se iba a instalar en una de las oficinas de su piso, y eso los tenía un tanto nerviosos. Aparentemente, el edificio completo ahora le pertenecía a Russeau & Andriano y le estaban haciend
El domingo llegó más rápido de lo que se esperaba. El trabajo en la oficina estuvo normal esa semana, y todos se dedicaron en poner al día a los nuevos dueños y empleados que se habían integrado. La verdad es que a pesar de todos sus intentos, no pudo negarse a la petición de su hermano de hace unos días, y ahora tenía el compromiso de asistir a la cena. Su alarma sonó muy temprano en la mañana, y tomó unas horas para limpiar su auto y hacer algunos recados. Debido a que su familia vivía en otra ciudad, decidió salir temprano, ya que es un viaje de tres horas. Tomó las llaves de su auto y se dirigió a la casa de su infancia, pero durante todo el camino tuvo un nudo en el estómago. Sabía que no era una buena idea, pero ya no tenía excusas para evitar la situación. Salió de la ciudad, y horas más tarde la vista empezó a cambiar de zonas rurales y casas pequeñas, a mansiones rodeadas de grandes pinos y árboles. Giró a la derecha, y se detuvo en una mansión al final de la calle, y sol
Ya era lunes, inicio de semana. No escuchó la alarma y salió apurado de casa. Para su buena suerte el tránsito no estaba tan pesado, así que llegó a tiempo. Se sentó en su escritorio y encendió su computador. Noah entró a la oficina y saludó a Jun asintiendo brevemente. Los dos pasaron las primeras horas trabajando sin decirse nada. Tenía un fuerte dolor de cabeza y se acarició suavemente la sien con los dedos, para ver si el dolor se aliviaba. "¿Te duele la cabeza?" Preguntó con preocupación. "Si, ayer me acosté un poco tarde y creo que no me hizo bien," Respondió un tanto sorprendido de que el Omega haya hablado primero. En realidad no podía dormir y solo descansé tres horas, pero eso solo son pequeños detalles. "Tengo una pastilla aquí que creo que te ayudaría." "Oh, gracias." Expresó, sonriendo. Noah buscó en su bolso y le pasó una diminuta pastilla azul, la cual no dudó en tomarse. Una hora más tarde ya se sentía mejor, la pastilla le ayudo a aliviar el dolor, el cual J
"Señor," Jun finalmente pudo hablar—visiblemente avergonzado, esperaba no haberse tomado mucho tiempo para responder. Se apresuró a pararse del asiento para saludarlo. "No tienes que hacer eso, solo continúa lo que estabas haciendo." Brendan sonrió y mientras tanto Noah solo seguía usando su celular. Sentándose frente a él, Brendan le hizo una seña al chef e inmediatamente fue a la mesa, y el Alpha ordenó su almuerzo. Se sentía intimidado por su presencia, honestamente estaba frente a un Alfa dominante, por lo que su reacción era entendible hasta cierto punto. Sin embargo, había algo que no conseguía entender, y era el hecho de que sentía un cosquilleo, es su estómago por alguna razón. ¿Nervios? Quizás. "No sabía que venías a esta sala," Comentó el Alfa, mientras miraba a Jun con sus brillantes ojos dorados como el sol, escaneando su cara. "Yo lo invité," Noah puso su celular en la mesa. "No quería comer solo así lo traje aquí. Pensé que tenía una cita con el representante de Er
El viernes pasó pacíficamente, apenas pudo terminar el trabajo que le dejó Charles, pero extrañamente le dijo que podría entregarlo la semana entrante. Él continuó almorzando en la sala dorada, pero Brendan no pudo asistir debido a que tenía una reunión. Gracias a Dios. Finalmente, era sábado y necesitaba materiales de pintura, así que decidió salir de casa. Como también quería salir a explorar, quizás encontrar un bonito lugar y dibujar un poco, pensó que podría matar dos pájaros de un tiro. Se cambió sencillo y salió hacia uno de los centros comerciales cerca de su apartamento. Eligió ese específicamente porque estaba a unas esquinas de un parque con muy bonita arquitectura europea y quería dibujarlos. Antes de llegar al centro comercial pudo notar una tienda que no había visto antes y se detuvo para hechar un vistazo. La tienda se veía sencilla, pero tenía a la venta muchos buenos materiales y a buen precio. Tomó uno de los cuadernos de los estantes y empezó a revisar sus ho
Al paso de dos horas Jun se encontraba frente al bar en el distrito rojo. Decidió arreglarse un poco más de lo habitual, la verdad era que al tener tanto tiempo sin salir no sabía qué ponerse. Estaba usando unos pantalones ajustados negros, con una playera gris sin diseños y encima una chaqueta negra, ya que hacía un poco de frío. Decidió ponerse unas botas para estar más cómodo. Su cabello estaba estilizado y se veía muy guapo. Pudo darse cuenta de que estaba llamando mucho la atención de las personas que estaban en la larga fila afuera del lugar, pero solo ignoró las miradas y continuó caminando hacia la entrada. Entró al bar después de proporcionarle su nombre al portero y pudo percatarse de que ya estaba un tanto lleno, a pesar de que solo eran las nueve de la noche. Eso dejaba en evidencia lo popular que era el sitio. Al parecer era un poco exclusivo porque no todo el mundo podía entrar, pero de alguna forma Mikhail pudo agregarlo a la lista de invitados. El Alfa no había ll