Al paso de dos horas Jun se encontraba frente al bar en el distrito rojo. Decidió arreglarse un poco más de lo habitual, la verdad era que al tener tanto tiempo sin salir no sabía qué ponerse. Estaba usando unos pantalones ajustados negros, con una playera gris sin diseños y encima una chaqueta negra, ya que hacía un poco de frío. Decidió ponerse unas botas para estar más cómodo. Su cabello estaba estilizado y se veía muy guapo. Pudo darse cuenta de que estaba llamando mucho la atención de las personas que estaban en la larga fila afuera del lugar, pero solo ignoró las miradas y continuó caminando hacia la entrada. Entró al bar después de proporcionarle su nombre al portero y pudo percatarse de que ya estaba un tanto lleno, a pesar de que solo eran las nueve de la noche. Eso dejaba en evidencia lo popular que era el sitio. Al parecer era un poco exclusivo porque no todo el mundo podía entrar, pero de alguna forma Mikhail pudo agregarlo a la lista de invitados. El Alfa no había ll
"Amor, ¿quieres que ordene algo para ti?" Un Omega de estatura pequeña y con pecas en su bonita cara le preguntó coquetamente al Alfa, mientras lo abrazaba. A pesar de que tenían unos meses teniendo encuentros sexuales, el chico se estaba tomando libertades que no le correspondían. Aún no le creía que se habían encontrado por coincidencia en el bar, pero lo estaba ignorando por ahora. "... No." Respondió cortante. "Brendan, ¿ya pensaste qué compañía escoger para tu siguiente campaña?" Preguntó abruptamente uno de los Alfas al otro lado de la mesa. Este tipo de situaciones no eran nuevas para él, siempre intentaban hablar de negocios, incluso cuando solo salía a divertirse. Creían que tendrían mayor oportunidad por creer que eran cercanos. "No vine aquí para hablar de negocios, Frank." Dijo mientras terminaba su trago. "Solo vine a divertirme un poco, dejemos ese tipo de conversaciones para horarios laborables." "S-sí, tienes razón." Respondió el hombre apenado. Alguien a su la
Llegaron al condominio, y el Alfa lo colocó en su cama. Caminó hacia su pequeño y acogedor bar y se preparó un trago de whisky, lo usual. Jun estaba respirando apresuradamente y soltando unos gemidos que cruzaban la línea entre dolor y necesidad. Brendan se acercó a un costado de la cama y el Beta se inclinó hacia donde él estaba, como si sintiera su presencia. El Beta tenía sus ojos cerrados y la boca un poco abierta. "Ahh... hace… mucho calor." Susurró. Su cuerpo temblaba, y gotas de sudor recorrían su frente. Intentó quitarse su chaqueta, pero se detuvo debido a que fue inútil. "¡Ugh!" Exclamó un tanto frustrado. No tenía fuerzas en sus extremidades. Brendan colocó su copa en la mesa más cercana y luego lo ayudó a quitarse la ropa. Primero removiendo su chaqueta, su playera—la cuál estaba empapada y por último el pantalón que estaba un tanto ajustado, pero que le quedaba increíblemente bien. Se quedó mirando sus piernas por unos momentos, eran demasiado bonitas, no muy mascul
Brendan miró su cara que se encontraba enrojecida y, sus ojos azules, intensos y brillantes—desbordados de lujuria. Sacó su miembro lentamente solo dejando la punta en su entrada y, observó las expresiones en su cara a medida que lo entraba completamente y se perdía dentro de él. "¡Hmm...!" El Alfa se retiró un poco, y posteriormente lo enterró de golpe otra vez, haciendo que gritara de placer. "AHH..." Sonrió maliciosamente y, empezó a moverse más rápido con cada estocada, sin darle tiempo a que procesara lo que estaba sucediendo. Sus gemidos se volvieron más y más escandalosos. Sentía dolor y placer al mismo tiempo cada vez que lo penetraba con tanta fuerza—esa sensación lo volvía loco. "Más—despacio, por favor...ah." "Dices eso, pero continúas moviéndote como una puta en celo." "Uhh no, Brendan…ahhh, espera." El Alfa metió tres de sus dedos en su boca y Jun no dudó en lamerlos gustosamente mientras gemía, líneas de saliva salían de las esquinas de su boca ante su ofuscaci
Semanas antes, Brendan estaba en la cocina preparándose unas tostadas como acompañamiento a su café. Escuchó cuando una puerta rechinó suavemente y supo que Jun ya se había despertado. El Beta pensó que estaba siendo muy sigiloso, pero estaba al tanto de todos sus movimientos. Se giró y pudo verlo tratando de escapar y le causó gracia. "Pensé haberte escuchado decir que me agradecerías por la ayuda." Jun se exaltó como un gatito asustado y el Alfa disfrutó ver su cara de sorpresa. Ya había visto muchas de sus expresiones y no podía esperar para descubrir más de ellas. "¿Señor? ¿Cómo es que—" Pudo ver sus pensamientos reflejados en su cara, era obvio que estaba recordando lo que había ocurrido anoche. Incluso para él fue algo increíble, ya que no pararon hasta casi el amanecer. No entendía que era lo que le atraía tanto del Beta, pero no podía quitarle los ojos de encima. Había pasado mucho tiempo desde que le había interesado tanto alguien. Si hubiese sabido que sería tan bueno
Jun se acercó nervioso, pero Brendan no le quitó los ojos de encima ni por un instante. Notando la intensidad en su mirada y lo que quería, se inclinó colocando sus rodillas en el suelo, posicionado su cuerpo en medio de sus piernas. El Alfa lo miraba con una expresión de satisfacción en su rostro, acercó una de sus manos y retiró un mechón de cabello de su frente y lo colocó detrás de su oreja. Sus ojos se revolotearon al sentir sus largos y elegantes dedos tocar su cara. Recorrió su cuello con la yema de sus dedos y aflojó un poco su corbata. Revisando su cuello en busca de las marcas que había dejado semanas anteriores. "... Ya no están." Expresó el hombre, y juró que por un momento sonó decepcionado. Brendan alejó su mano y se acomodó en su silla. Jun no entendía el porqué de su posición tan vergonzosa y trató de ponerse de pie. "No te he dicho que te muevas." "Pero—" "Desabrocha mi cinturón." Jun lo miró para saber si cambiaría de opinión, no obstante su expresión estoica
Se dirigió a su escritorio, pero no sin antes notar las miradas que le lanzaban algunos de sus compañeros. Eran aquellos que habían sido trasladados desde Russeau & Andriano al edificio, después de la adquisición. Las miradas parecían ser de desprecio y otras de curiosidad. Jun—sintiéndose incómodo, desvió su mirada y trató de no prestar atención a los murmullos mientras pasaba. Llegó a su escritorio en la oficina que compartía con el Omega, quien se paró inmediatamente de donde estaba sentado y se acercó a él, preocupación evidente en su cara. "¿Qué pasó—?" Noah se paró en seco, y lo miró de arriba, abajo—sorprendido y colocó su bolso en su escritorio. "Cierra la puerta." Le dijo mientras buscaba algo insistentemente. "¿Qué está pasando?" Preguntó, confundido. "¿Por qué todos me miran así? Noah lo miró extrañado y luego su expresión cambió, como si hubiera recordado algo importante. "A veces olvido que eres Beta, Junne. Lo siento." "¿Okey? No entiendo nada, explícame qué está
Después de intentar llamar varias veces, Evandro se veía aún más enojado y le lanzó una mirada de desprecio. Retiró el teléfono de su oreja y lo guardó en su bolso. "Al parecer hoy es tu día de suerte. Brendan no contesta." Dijo con una sonrisa distorsionada. "Estoy saliendo con él, ¿sabías? Disfruta tus últimas horas aquí, porque se van a arrepentir de la vergüenza que me hicieron pasar." "... Solo hago mi trabajo." "Un trabajo en el que apestas, maldito inútil." El Omega lo miró detenidamente de pies a cabeza. "Eres... ¿Omega? No, eres demasiado alto para serlo, y demasiado pequeño para ser un Alfa." No respondió y solo lo miró tranquilamente mientras el Omega continuaba mirándolo con interés en sus ojos. "No me digas que eres Beta," Jun frunció el ceño. "Já ... Increíble, cómo se atreve un Beta a tratarme de esta manera," Dijo Evandro, alzando su voz atrayendo aún más la atención. "Actúa acorde a tu asignación, basura." "¿Quieres decir que tú estás actuando de acuerdo a la