Jun se acercó nervioso, pero Brendan no le quitó los ojos de encima ni por un instante. Notando la intensidad en su mirada y lo que quería, se inclinó colocando sus rodillas en el suelo, posicionado su cuerpo en medio de sus piernas. El Alfa lo miraba con una expresión de satisfacción en su rostro, acercó una de sus manos y retiró un mechón de cabello de su frente y lo colocó detrás de su oreja. Sus ojos se revolotearon al sentir sus largos y elegantes dedos tocar su cara. Recorrió su cuello con la yema de sus dedos y aflojó un poco su corbata. Revisando su cuello en busca de las marcas que había dejado semanas anteriores. "... Ya no están." Expresó el hombre, y juró que por un momento sonó decepcionado. Brendan alejó su mano y se acomodó en su silla. Jun no entendía el porqué de su posición tan vergonzosa y trató de ponerse de pie. "No te he dicho que te muevas." "Pero—" "Desabrocha mi cinturón." Jun lo miró para saber si cambiaría de opinión, no obstante su expresión estoica
Se dirigió a su escritorio, pero no sin antes notar las miradas que le lanzaban algunos de sus compañeros. Eran aquellos que habían sido trasladados desde Russeau & Andriano al edificio, después de la adquisición. Las miradas parecían ser de desprecio y otras de curiosidad. Jun—sintiéndose incómodo, desvió su mirada y trató de no prestar atención a los murmullos mientras pasaba. Llegó a su escritorio en la oficina que compartía con el Omega, quien se paró inmediatamente de donde estaba sentado y se acercó a él, preocupación evidente en su cara. "¿Qué pasó—?" Noah se paró en seco, y lo miró de arriba, abajo—sorprendido y colocó su bolso en su escritorio. "Cierra la puerta." Le dijo mientras buscaba algo insistentemente. "¿Qué está pasando?" Preguntó, confundido. "¿Por qué todos me miran así? Noah lo miró extrañado y luego su expresión cambió, como si hubiera recordado algo importante. "A veces olvido que eres Beta, Junne. Lo siento." "¿Okey? No entiendo nada, explícame qué está
Después de intentar llamar varias veces, Evandro se veía aún más enojado y le lanzó una mirada de desprecio. Retiró el teléfono de su oreja y lo guardó en su bolso. "Al parecer hoy es tu día de suerte. Brendan no contesta." Dijo con una sonrisa distorsionada. "Estoy saliendo con él, ¿sabías? Disfruta tus últimas horas aquí, porque se van a arrepentir de la vergüenza que me hicieron pasar." "... Solo hago mi trabajo." "Un trabajo en el que apestas, maldito inútil." El Omega lo miró detenidamente de pies a cabeza. "Eres... ¿Omega? No, eres demasiado alto para serlo, y demasiado pequeño para ser un Alfa." No respondió y solo lo miró tranquilamente mientras el Omega continuaba mirándolo con interés en sus ojos. "No me digas que eres Beta," Jun frunció el ceño. "Já ... Increíble, cómo se atreve un Beta a tratarme de esta manera," Dijo Evandro, alzando su voz atrayendo aún más la atención. "Actúa acorde a tu asignación, basura." "¿Quieres decir que tú estás actuando de acuerdo a la
Jun se acercó a la oficina y tocó suavemente en la puerta. "Pasa." Dijo una voz profunda y varonil. Entró ignorando la mirada del guardaespaldas, quien lo observaba curioso. Estaba seguro de que era uno de los que estaban en casa del Alfa aquella vez. Cerrando la puerta detrás de él, pudo ver al Alfa parado sirviéndose un trago, su chaqueta estaba en un costado de su silla y su corbata desatada le colgaba del cuello. Se dirigió al sillón frente a su escritorio con un trago de whisky en su mano, y se sentó elegantemente. No dijo nada, pero era obvio que esperaba que Jun hiciera lo mismo—así que se sentó frente a él en el sofá, puso el informe en la mesa y luego colocó sus manos en su regazo, un tanto nervioso. "¿Cómo te fue con el concurso?" Preguntó, mientras lo miraba de pies a cabeza. "Hmm... hubo un problema." Brendan quien iba a dar un trago de su exquisito licor, se paró de inmediato, y lo colocó en la pequeña mesa que tenía en frente. "Hubo un problema..." Repitió el Alf
Jun miró a Brendan tratando de entender la situación. Nunca había experimentado algo así. "Vístete." Dijo el Alfa mientras se acercaba a su escritorio. "Aún tenemos que discutir el informe del concurso." Se abotonó la camisa y se arregló los pantalones que estaban todos arrugados. Toda la situación le parecía ridícula. Se paró frente a él y le proporcionó los detalles de lo que había sucedido en la selección, dejando fuera el altercado con Evandro. Le pasó los documentos que había preparado con detalles de cada uno de los concursantes, incluyendo los comentarios de los jueces. El Alfa se quedó mirando el documento y luego siguieron unos minutos en silencio, tornando la atmósfera un tanto incómoda. "¿Quién redactó este documento?" Preguntó el Alfa mientras ojeaba. "Fui...yo." Respondió, nervioso. "¿Hay algún problema señor?" Brendan frunció el ceño, era curioso el hecho de que tan pronto tenían sexo—Jun lo llamaba por su nombre, y por alguna razón le irritaba que le hablara con
Jun se encontraba sentado frente al escritorio de Brendan, mientras que Charles estaba a su lado—tratando de mostrar una postura perfecta. El Alfa revisaba unos documentos que tenía en frente y Jun pudo reconocer algunos, ya que eran informes que le había entregado a su jefe—Charles. Los trabajos que había completado en su nombre. Además de que tenía una idea de a qué se debía la reunión y estaba un poco estresado, no se sentía muy bien. Despertó varias veces en la madrugada debido a una fiebre tan intensa que pensó que moriría. Al final pudo dormir un poco después de darse un baño en medio de la noche, sintiéndose un poco mejor esa mañana—pero se veía cansado. Brendan lo miró por varios segundos y luego se dirigió a Charles. "Los llamé aquí porque me he percatado de algo mientras revisaba los informes de Junne y los tuyos, Director." Dijo mirándolo intensamente, entonando la última palabra. "Es evidente que una sola persona redactó todos estos documentos." Charles tragó en seco
Brendan sacó su teléfono y le marcó a alguien pidiendo un medicamento para bajar una alta fiebre—el cual llegó después de unos minutos a manos de uno de los guardaespaldas. Le pasó dos pastillas y un vaso de agua, y Jun tomó lo ofrecido con manos temblorosas, mientras que el Alfa solo lo observaba como si estuviera, confirmando que se las bebería como debía. Se recostó en el sofá con sus ojos cerrados, esperando que la medicina hiciera efecto, pero el dolor de cabeza no cesaba. Nunca había experimentado algo así, pero le recordaba un poco a su infancia, y se preguntaba si debía volver a las citas médicas que sus padres le forzaban—debido al asma y alergias. Los malestares que sentía ahora no se parecían a lo que sentía en ese entonces, pero pensó que quizás estaban conectados. Nunca ha dejado de tomar los medicamentos que le prescribieron desde que era un adolescente. Sin embargo, admitió que últimamente, debido a lo ajetreado que ha estado con el trabajo, se le había olvidado toma
Brendan volvió a la habitación luego de que Jun se quedará dormido— trabajando por unas horas. Lo miró por unos minutos y paró cuando se percató de lo que estaba haciendo. Salió de la alcoba y se dirigió a la sala con su iPad en la mano. En el sofá se encontraba Donatella, bebiendo una taza de té. También había una copa extra en la mesa y unas galletas de jengibre—sus favoritas cuando era niño. "Siéntante un momento." El Alfa se sentó en el sofá opuesto a ella, pero no tocó el té, ya no era un niño que necesitaba ese tipo de tratos, pero al parecer Donatella no lo entendía. Elegantemente, retiró la taza de sus labios y miró a su nieto. "¿Quién es él?" Preguntó en un tono serio, no parecía la misma persona que había hablado con Jun anteriormente. "No pude sentir sus feromonas, ¿no es Omega?" "No es de tu incumbencia." "Brendan, haz lo que tengas que hacer con él y luego déjalo." Dijo retomando su taza. "Recuerda que somos de la élite y tu compañero debe serlo por igual, por más