Después de vestirse con uno de sus mejores trajes y colocar su colonia que estabiliza el olor a feromonas, Brendan salió de su condominio y se dirigió a su auto.
Sentado en el asiento trasero, sacó su celular e hizo una llamada.
"¿Qué quieres?" Dijo el hombre al otro lado de la línea.
"¿Aún estás con Noah?" Preguntó el Alfa, mientras miraba por la ventana del auto.
"... Sí." Respondió con la respiración entre cortada. Se podían escuchar unos suaves gemidos en el fondo.
"Trata de no dejarlo embarazado." Comentó de forma indiferente.
"No te prometo nada, hermano." Le respondió con una carcajada.
Colgó la llamada y se arregló la chaqueta para salir del auto, ya habían llegado al club donde se celebraría la fiesta de bienvenida.
Al entrar se sintió satisfecho cuando observó el lugar. El Alfa era un perfeccionista y no le gustaba que cometieran errores. Caminó hacia uno de los invitados y lo saludó con una sonrisa elegante y un poco seductora, de esas que cautivan a la gente.
Era un manipulador experto y le salía con naturalidad. Se ganaba la confianza de todos y siempre obtenía lo que se proponía. En solo minutos ya tenía a todos en la palma de sus manos.
Recorrió el lugar con su mirada para asegurarse de que había saludado a la gente importante. El espacio estaba lleno de periodistas que no paraban de tomar fotos y escribir notas, pero se mantenían a cierta distancia.
Se quedó mirando hacia al bar y vio una cara que reconocía. Era Ivan, alguien que conocía desde su adolescencia y que no paraba de competir con él—lo consideraba molesto. Sin embargo, a su lado había alguien más, un hombre de cabello rubio plateado y ojos azules claros como el cielo despejado. Llevaba un traje elegante de color gris que acentuaba su silueta en los lugares adecuados. A pesar de que no era un traje de una marca que reconocía, se veía caro e impecable por el simple hecho de que esa persona lo llevaba puesto.
Brendan sonrió levemente al ver que el hombre tan cautivador era Jun, y se acercó hacia ellos mientras saludaba algunas personas brevemente en el camino.
Al llegar pudo ver que Jun se sonrojó al verlo y se sintió complacido. Desde aquel día de introducción no ha podido sacarlo de su mente y llegó a la conclusión de que pronto debía acostarse con él para que su curiosidad terminara. Para ser un Beta, debió aceptar que era muy hermoso. Era alto, esbelto, y un poco tonificado como un modelo.
Al terminar su conversación con Ivan y después de que se retirara, se sintió irritado al verlo tomar la tarjeta, pero ignoró el sentimiento.
Se pasó la noche entera saludando y conversando con el Beta a su lado. Honestamente, sintió una satisfacción al ver las miradas de envidia que los alfas a su alrededor le lanzaban, solo por el hecho de que lo acompañaba.
Interesante.
Pensó mientras miraba su perfil, mientras sonreía ante los halagos. El Beta tenía un Aura a su alrededor que atraía a la gente, principalmente a los Alfas.
Que mal que solo sea un simple Beta.
En un punto a lo largo de la fiesta, llegó a colocar su mano en la espalda baja de Jun, y no pudo evitar darse cuenta de que le gustó como se sentía. Era como si perteneciera allí.
Al final de la exitosa fiesta caminó hacia su auto para finalmente retirarse. Le pareció graciosa su expresión al decirle que subiera al auto, como si no se lo esperaba.
Llegaron a un vecindario frente al Parque Central, y se veía un tanto decadente y solitario, ciertamente no era un lugar muy seguro. Jun salió del auto y se despidió del Alfa, pero no le respondió porque sintió que no era necesario.
El auto arrancó y sacó su celular.
"Te espero en mi casa en una hora. No llegues tarde."
Envió el mensaje y guardó su teléfono celular en el bolsillo de su chaqueta.
Después de llegar a casa, se dio un baño y se vistió con un pantalón holgado de tela suave y, unas pantuflas—la parte superior de su cuerpo al descubierto mostrando sus músculos bien definidos. Se preparó una copa de su whisky favorito y se sentó en el sofá.
Sonó el timbre, y le envió un mensaje a su seguridad estacionada afuera para que dejara pasar la visita.
Varios minutos más tarde entró un chico de estatura baja, cabello castaño claro y ojos verdes. Tenía unos labios carnosos y rojizos, acompañado por pecas que se veían a simple vista. Luego llegó el olor de las feromonas y sonrió, era un olor increíblemente delicioso. El Omega era una belleza.
Uno de los tantos juguetes que conservaba—hasta que se aburriera.
El Omega se acercó y tiró su bolso en el suelo. Se colocó frente a él y deslizó sus manos por sus brazos, acariciándolo lentamente. Luego se inclinó, le dio un beso breve en los labios, y sonrió pícaramente.
"Creí que no me llamarías de nuevo," dijo mientras acariciaba su pecho. "Te extrañé mucho."
El Alfa removió sus manos de su cuerpo, se paró y caminó hacia su alcoba.
"El bolso..." Se detuvo en la entrada del pasillo sin mirar atrás. "Recógelo."
El chico se enojó un poco por el comentario, ya que se veían desde hace meses y, aun así, lo trataba tan indiferente. Apresuradamente, recogió el bolso y lo enganchó en el armario de invitados cerca de la entrada. Siguió a Brendan hacia la habitación y lo encontró parado frente a un pequeño bar, sirviéndose otro trago.
"Quítate la ropa,"
Le dijo, y el Omega se desvistió lentamente. Se acostó en la cama desnudo y se tocó su miembro, masturbándose suavemente, haciendo movimientos de arriba hacia abajo.
Se bebió de un tirón el whisky, caminó hacia la cama y sin más preámbulos derramó sus feromonas.
El Omega se estremeció instantáneamente y de su miembro empezó a salir líquido preseminal. Su agujero empezó a humedecerse y lanzó su cabeza hacia atrás.
"Hmm... Brendan... Ahh,"
Las feromonas del Omega se intensificaron debido al celo inducido.
"Date la vuelta," Ordenó y el hermoso chico no dudó en hacerlo.
Con su cabeza presionada contra la almohada, levantó su trasero y empezó a moverlo de lado a lado como si no pudiera esperar para ser penetrado.
El Alfa colocó dos de sus dedos en su entrada y acarició su agujero suavemente. Sus dedos se humedecieron con ese líquido que olía tan dulce como la miel.
"¿Quieres que la meta aquí?"
"¡Si! Sí... Por favor ¡Ah!"
Se bajó los pantalones, agarró al Omega por sus caderas y, colocó su gruesa y erecta polla en su entrada. Pero no hizo ningún movimiento, el Omega desesperado empezó a empujar sus caderas hacia atrás, como si quisiera tragársela. Soltó una risita de burla y separó más sus piernas para ponerse entre ellas.
"Por favor..." Gimió el Omega mientras temblaba.
Sin previo aviso, el Alfa metió su polla bruscamente y empezó a moverse sin piedad. Embistiéndolo una y otra vez mientras el castaño gritaba de placer.
"Ah...ahhh...umm,"
Continuó moviéndose y presionó su mano en la espalda baja del Omega para arquearla de manera seductora.
"¡AH! Ahhh...!"
Recordó cuando tocó a Jun en la fiesta y por un momento se lo imaginó a él cogiendo su polla.
"Ahh...hng, un poco... hm. Más lento,"
Sus movimientos se volvieron aún más bruscos y el Omega empezó a gritar con más fuerza. Lágrimas empezaron a derramarse sobre sus mejillas, pero el Alfa no se detuvo.
Pasaron dos horas y Brendan se vino esparciendo su semen en la espalda del Omega quien en ese momento se encontraba tirado en la cama. Pero a pesar de que había llegado a su clímax, no se sentía satisfecho.
Se retiró de la cama y fue a darse un baño. Recordó los ojos de Jun, sus labios y su pequeña cintura. Se rio al ver su miembro reaccionar instantáneamente ante la visión y se dio cuenta de que ya era hora de obtener un nuevo juguete.
Ya había pasado una semana, la fiesta estaba en boca de todos, ya que los tabloides se desbordaron escribiendo historias del evento, y un montón de fotografías fueron publicadas. Jun fue el tema de conversación en muchas de ellas, querían saber quién era debido a que se pasó la noche entera al lado de Brendan, se preguntaban cuál era la relación entre ellos. El cautivante chico del traje gris. Le llamaban. Jun se sentía un poco incómodo debido a las miradas que recibía en la oficina, pero decidió ignóralos, incluyendo las preguntas un tanto personales de algunos. ¿Qué demonios les hizo pensar que salgo con Brendan? Pensó, no podía entender por qué había tal malentendido, no es como si hubiesen actuado como pareja—o como que eran cercanos. Todo fue muy profesional. Había un alboroto porque el Alfa se iba a instalar en una de las oficinas de su piso, y eso los tenía un tanto nerviosos. Aparentemente, el edificio completo ahora le pertenecía a Russeau & Andriano y le estaban haciend
El domingo llegó más rápido de lo que se esperaba. El trabajo en la oficina estuvo normal esa semana, y todos se dedicaron en poner al día a los nuevos dueños y empleados que se habían integrado. La verdad es que a pesar de todos sus intentos, no pudo negarse a la petición de su hermano de hace unos días, y ahora tenía el compromiso de asistir a la cena. Su alarma sonó muy temprano en la mañana, y tomó unas horas para limpiar su auto y hacer algunos recados. Debido a que su familia vivía en otra ciudad, decidió salir temprano, ya que es un viaje de tres horas. Tomó las llaves de su auto y se dirigió a la casa de su infancia, pero durante todo el camino tuvo un nudo en el estómago. Sabía que no era una buena idea, pero ya no tenía excusas para evitar la situación. Salió de la ciudad, y horas más tarde la vista empezó a cambiar de zonas rurales y casas pequeñas, a mansiones rodeadas de grandes pinos y árboles. Giró a la derecha, y se detuvo en una mansión al final de la calle, y sol
Ya era lunes, inicio de semana. No escuchó la alarma y salió apurado de casa. Para su buena suerte el tránsito no estaba tan pesado, así que llegó a tiempo. Se sentó en su escritorio y encendió su computador. Noah entró a la oficina y saludó a Jun asintiendo brevemente. Los dos pasaron las primeras horas trabajando sin decirse nada. Tenía un fuerte dolor de cabeza y se acarició suavemente la sien con los dedos, para ver si el dolor se aliviaba. "¿Te duele la cabeza?" Preguntó con preocupación. "Si, ayer me acosté un poco tarde y creo que no me hizo bien," Respondió un tanto sorprendido de que el Omega haya hablado primero. En realidad no podía dormir y solo descansé tres horas, pero eso solo son pequeños detalles. "Tengo una pastilla aquí que creo que te ayudaría." "Oh, gracias." Expresó, sonriendo. Noah buscó en su bolso y le pasó una diminuta pastilla azul, la cual no dudó en tomarse. Una hora más tarde ya se sentía mejor, la pastilla le ayudo a aliviar el dolor, el cual J
"Señor," Jun finalmente pudo hablar—visiblemente avergonzado, esperaba no haberse tomado mucho tiempo para responder. Se apresuró a pararse del asiento para saludarlo. "No tienes que hacer eso, solo continúa lo que estabas haciendo." Brendan sonrió y mientras tanto Noah solo seguía usando su celular. Sentándose frente a él, Brendan le hizo una seña al chef e inmediatamente fue a la mesa, y el Alpha ordenó su almuerzo. Se sentía intimidado por su presencia, honestamente estaba frente a un Alfa dominante, por lo que su reacción era entendible hasta cierto punto. Sin embargo, había algo que no conseguía entender, y era el hecho de que sentía un cosquilleo, es su estómago por alguna razón. ¿Nervios? Quizás. "No sabía que venías a esta sala," Comentó el Alfa, mientras miraba a Jun con sus brillantes ojos dorados como el sol, escaneando su cara. "Yo lo invité," Noah puso su celular en la mesa. "No quería comer solo así lo traje aquí. Pensé que tenía una cita con el representante de Er
El viernes pasó pacíficamente, apenas pudo terminar el trabajo que le dejó Charles, pero extrañamente le dijo que podría entregarlo la semana entrante. Él continuó almorzando en la sala dorada, pero Brendan no pudo asistir debido a que tenía una reunión. Gracias a Dios. Finalmente, era sábado y necesitaba materiales de pintura, así que decidió salir de casa. Como también quería salir a explorar, quizás encontrar un bonito lugar y dibujar un poco, pensó que podría matar dos pájaros de un tiro. Se cambió sencillo y salió hacia uno de los centros comerciales cerca de su apartamento. Eligió ese específicamente porque estaba a unas esquinas de un parque con muy bonita arquitectura europea y quería dibujarlos. Antes de llegar al centro comercial pudo notar una tienda que no había visto antes y se detuvo para hechar un vistazo. La tienda se veía sencilla, pero tenía a la venta muchos buenos materiales y a buen precio. Tomó uno de los cuadernos de los estantes y empezó a revisar sus ho
Al paso de dos horas Jun se encontraba frente al bar en el distrito rojo. Decidió arreglarse un poco más de lo habitual, la verdad era que al tener tanto tiempo sin salir no sabía qué ponerse. Estaba usando unos pantalones ajustados negros, con una playera gris sin diseños y encima una chaqueta negra, ya que hacía un poco de frío. Decidió ponerse unas botas para estar más cómodo. Su cabello estaba estilizado y se veía muy guapo. Pudo darse cuenta de que estaba llamando mucho la atención de las personas que estaban en la larga fila afuera del lugar, pero solo ignoró las miradas y continuó caminando hacia la entrada. Entró al bar después de proporcionarle su nombre al portero y pudo percatarse de que ya estaba un tanto lleno, a pesar de que solo eran las nueve de la noche. Eso dejaba en evidencia lo popular que era el sitio. Al parecer era un poco exclusivo porque no todo el mundo podía entrar, pero de alguna forma Mikhail pudo agregarlo a la lista de invitados. El Alfa no había ll
"Amor, ¿quieres que ordene algo para ti?" Un Omega de estatura pequeña y con pecas en su bonita cara le preguntó coquetamente al Alfa, mientras lo abrazaba. A pesar de que tenían unos meses teniendo encuentros sexuales, el chico se estaba tomando libertades que no le correspondían. Aún no le creía que se habían encontrado por coincidencia en el bar, pero lo estaba ignorando por ahora. "... No." Respondió cortante. "Brendan, ¿ya pensaste qué compañía escoger para tu siguiente campaña?" Preguntó abruptamente uno de los Alfas al otro lado de la mesa. Este tipo de situaciones no eran nuevas para él, siempre intentaban hablar de negocios, incluso cuando solo salía a divertirse. Creían que tendrían mayor oportunidad por creer que eran cercanos. "No vine aquí para hablar de negocios, Frank." Dijo mientras terminaba su trago. "Solo vine a divertirme un poco, dejemos ese tipo de conversaciones para horarios laborables." "S-sí, tienes razón." Respondió el hombre apenado. Alguien a su la
Llegaron al condominio, y el Alfa lo colocó en su cama. Caminó hacia su pequeño y acogedor bar y se preparó un trago de whisky, lo usual. Jun estaba respirando apresuradamente y soltando unos gemidos que cruzaban la línea entre dolor y necesidad. Brendan se acercó a un costado de la cama y el Beta se inclinó hacia donde él estaba, como si sintiera su presencia. El Beta tenía sus ojos cerrados y la boca un poco abierta. "Ahh... hace… mucho calor." Susurró. Su cuerpo temblaba, y gotas de sudor recorrían su frente. Intentó quitarse su chaqueta, pero se detuvo debido a que fue inútil. "¡Ugh!" Exclamó un tanto frustrado. No tenía fuerzas en sus extremidades. Brendan colocó su copa en la mesa más cercana y luego lo ayudó a quitarse la ropa. Primero removiendo su chaqueta, su playera—la cuál estaba empapada y por último el pantalón que estaba un tanto ajustado, pero que le quedaba increíblemente bien. Se quedó mirando sus piernas por unos momentos, eran demasiado bonitas, no muy mascul