Me siento un poco más relajada desde que hablé con Taylor anoche. En serio tengo mucho miedo de que nuestra relación se desgaste por la distancia, pero el hecho de que me dijera que me ama me hizo sentir más segura. Todo lo que tengo que hacer es confiar en él y calmar mi temperamento un poco. No hay nada de que preocuparse.Con esto claro me dispongo a entrar en el edificio de la aerolínea. Es viernes y los viernes no hay vuelos locales, pero los pilotos y copilotos exclusivos de esa división debemos asistir a una reunión semanal para discutir cosas como comentarios de los clientes, nuevos horarios, protocolos y otros temas. Son bastante aburridas, pero es lo que hay.Mientras Maxine habla yo hago lo posible por no reírme de las caras gracias que hace Joe cuando ella se voltea, pero es prácticamente imposible. Después de que carraspea y nos mira a ambos simultáneamente, decidimos parar. Una vez que la reunión acaba ella nos llama a su oficina.—Creo que estamos en problemas —le susur
Me quedo petrificado al ver a Kat frente a la puerta. Por su cara puedo ver que se está imaginando lo peor y sé que se ve muy mal, pero, y aunque suene a cuento barato, esto no es lo que parece.Las circunstancias que llevaron a que Rebecca estuviera en mi casa envuelta en una bata de baño comenzaron a unas semanas, cuando empezamos la planeación para la decoración del hotel.Al día siguiente de haber hablado con Kat, Rebecca me llamó para reunirnos. Había concertado varias reuniones con distintos escultores y paisajistas que podrían ser capaces de realizar obras hermosas con el concepto que quiero para él hotel.El primo era un chico joven de unos veinte minutos años más o menos. A pasar de su corta edad ya tenía una gran cantidad de clientes que demandaban sus esculturas. Mientras hablamos con el chico el teléfono de Rebecca sonó. Cuando lo sacó de su bolso para ver quién era se puso muynerviosa, rechazó la llamada y volvió a guardar el móvil.Cuando vio que la miraba me sonrió,
—Hola ¿puedo ayudarte? —Me pregunta la mujer en bata. —Claro, ¡podrías ayudarme explicándome quién diablos eres tú y que haces en la casa de mi novio! —respondo entrando en la casa colérica. La mujer me mira extrañada y luego mira a Taylor quien parece haberse quedado paralizado. Yo también lo miro esperando una respuesta, una que me convenza de que no estaba poniéndome el cuerno con esta fulana. —Bueno, yo soy Rebecca, amiga de Taylor y tú debes ser Kat, cierto. Estaba aquí de visita solamente —dice condescendiente. Aunque me moleste admitirlo la susodicha es bastante hermosa y sofisticada, me recuerda mucho a Victoria, la otra ex de Taylor. Es claro que las mujeres de rasgos refinados siempre han sido su tipo... nada que ver conmigo. —Ka... Kat —Por fin habló Taylor—. ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me avisaste que venías? —¿Querías que te diera tiempo de ocultar a tu amante? Porque para nada me trago el cuento de que vino de visita. Debí saber que no habías cambiado, sigues sien
Decido quedarme con Kat esta noche en su habitación de hotel. El desgraciado que intentó besarla despierta después de unos minutos y al vernos pone cara de horror y sale espavorido del cuarto. Kat llama su jefa y le explica lo que pasó. La conversación dura un largo rato hasta que por fin cuelga .—¿Estás bien? —pregunto preocupado.—Sí, es solo que… pensé que era un buen sujeto —dice cabizbaja.—Es porque eres increíble y ves lo mejor en las personas. Ahora ven, vamos a descansar —le dije guiándola a la cama.En ese momento mi teléfono vibra indicando que teléfono vibra indicando que acabo de recibir un mensaje. Lo reviso rápidamente: es de Rebecca indicándome que la policía acaba de atrapar a su ex y que regresó a su casa. No le contesto. Me alegro por ella y espero que todo salga bien, pero en este momento debo estar con Kat.Nos acostamos en la cama quedando el uno frente al otro.—Perdón por hacer una escena —dice apenada.—Perdón por haber estado ausente tanto tiempo. El hotel
Me quedo parada mirando el rostroesconcertado de Taylor y hago mi mayor esfuerzo para no estallar en carcajadas, mi Amelia imaginaria por su parte finge un desmayo muy teatral al escuchar mi respuesta.Desde la última vez que nos despedimos me he sentido como si faltara una parte de mí. Es cierto que hablamos por teléfono y tratamos de que la distancia no nos vuelva a afectar, pero es inevitable sentir la ausencia. Eso sumado al incidente con Joe me han hecho sentir devastada.Pero hora Taylor está aquí, en mi puerta, diciéndome que quiere casarse conmigo; nunca he sido una persona romántica, pero esto es como un hermoso sueño hecho realidad.Quiero torturarlo un poco más con mi actuación pero... ¡Demonios, Ya no puedo resistirme!—No aceptaré casarme contigo a menos que lo pidas de la manera correcta. Quiero verte de rodillas con un ramo de flores en una mano y un anillo en la otra —le digo con los brazos cruzados y fingiendo enojo—. Puede que sea una chica ruda, pero sigo siendo un
Seis meses después —¡Esto no puede ser! Es demasiado rápido, debe ser un error —exclamo alarmada.—Kat, el doctor ya te lo dijo. No es ningún error —confirma Stephanie. —Pues ese doctor debe de estar equivocado, seguro bebió de más antes de venir a su consultorio y por eso confundió las pruebas.—Señora Katherine Evans, puedo asegurarle que no he tomado ni una gota de alcohol y que no he cometido ningún error: usted está embarazada —dice el doctor que está sentado en si escritorio frente a nosotras y se ve algo irritado.Estoy perpleja, no puedo creerlo. Hace unos días me sentí un poco mareada después de volver de un vuelo de España. No le tomé mucha importancia hasta que vomite después almorzar un emparedado de pescado en la cena y Taylor me aconsejó que me hiciera unos exámenes para asegurarnos de que todo estaba bien.Hoy vine con Stephanie a buscar los resultados y resulta que estoy embarazada. ¿Pero cómo pasó esto? Es decir, si sé cómo pasó pero ¿Cuándo? Mi Amelia imaginaria
No he podido dormir en toda la noche, por fin, después de tanto tiempo el día ha llegado, ¡Es mi cumpleaños número veintiuno! Estiro la mano para apagar la alarma del despertador, me despojo de las sábanas tirándolas al suelo e intento levantarme de la cama a toda prisa, por lo que no noto que uno de mis pies está aún envuelto en los edredones, tropiezo con torpeza y caigo estrepitosamente al suelo. —¡Auch! —exclamo. Me pongo de pie de inmediato. Está bien, medigo a mi misma; no importa, ya que nada, absolutamente puede arruinar este maravilloso día. Me acerco a mi póster gigante de Amelia Earhart que ocupa casi por completo una de las paredesde mi cuarto. Está sonriéndome como siempre. Es mi heroína, mi ídolo, y a partir de hoy estaré siguiendo sus pasos. —Amelia, hoy es el gran día, ¡Hoy me convertiré en piloto! —le digo eufórica. «Katherine Manson, piloto experimentada. ¡Qué bien suena! » Estoy tan emocionada que podría asomarme por la ventana y empezar a gritar mi alegría a l
Me dirijo a la oficina de papá y, cuando por fin llego, noto que la puerta está entreabierta y se pueden escuchar algunas voces; al parecer mi padre esta con algún un cliente. No puedo evitar acercar mi oreja a la puerta para escuchar bien lo que dicen. —He oído que sus aviones son de los más seguros de Estados Unidos, señor Manson, además de que sus pilotos son de primera calidad.—La voz del futuro cliente pertenece a un hombre. —Así es, mis aviones son los más seguros del negocio y mis pilotos están altamente calificados, pero somos una compañía familiar bastante pequeña. —Esa precisamente es la razón principal por la que los he elegido a ustedes para hacereste viaje. De pronto noto preocupada que Peguie empieza hacer unos ruidos con el hocico. —Shh, cállate Peguie, nos van a descubrir —le susurro, pero ella no me obedece y sigue haciendo ruidos, además ahora empieza a moverse inquieta. Veo que está intentando atravesar la puerta y trato de detenerla agarrándola, pero es inút