El día de la boda.
Buzo y Gaviota me veían inexpresivos en la puerta de la habitación. El personal contratado por Olivia me maquillaba y ella revisaba que todo estuviera perfecto con la ropa y la recepción, le exigí que fuera algo pequeño pero se negó, decía que todo el país debía saber del enlace.
—¿Qué les pasa a ustedes dos?—pregunté.
—¿Tú tío te va a llevar al altar? ¿O Ramsés? ¿O Valentín?—preguntó Gaviota.
—No lo había pensado, pero obviamente serás tú Gaviota, eres como mi hermano mayor, el que siempre me ha cuidado a mí a Buzo, Tú.
Rio asintiendo.
—Voy a ponerme traje entonces—dijo contento y salió de la habitación.
—Estaba preocupado de que no se lo pidieras—dijo Buzo.
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Estaba hermosa. Preciosa, y era mía. Yo no me lamentaba llorando sobre que debía ser yo quien se casara con ella, me pertenecía en cuerpo y alma, sabía que no podíamos estar juntos, no sufría por eso, su bien mayor era mi prioridad y el de esa criatura si es que existe. Como pronostiqué, ella estaba también más familiarizada con la idea de hacer una familia con Eitor y desistir de la locura de quedarse a mi lado.Eitor también lo entendió. Sobre todo porque la dejaría a su lado, él la amaba, logró derribar todas sus barreras, como derribó las mías.—Señor, el helicóptero está listo.—Vamos.Lola se subió a mi lado y examinó mi rostro con diversión.—¿Qué es gracioso?—pregunté.—Lo harás ¿No? Te quedarás con la mercanc&i
Jelena estaba rara, nerviosa, suponía que por Gael. Una relación que me vi obligado a aceptar por dos cosas: él la dejaría ir, no quería meterla en su mundo y una relación entre los dos sería imposible y también porque ella lo amaba, no a mí, pudo amarme pero el destino fue más fuerte y ella terminó enamorada de él, supuse que era inevitable.No me sentía cómodo, era el maldito indeseable de las Van de Venter, primero Olivia y después Jelena, pero me importaba el bien de Jelena, por eso supe que la amaba, quería que no llorara por Gael, aunque me dolía verla amándolo, la consolaba. Pensé en ella incluso cuando me dieron la noticia sobre Valerio. Gael estaría destrozado, pensé. Debía decírselo a Jelena, a todos.—Familia—dije mientras levantaban la mesa donde desayunamos todos juntos, incluso Nathani
Dos meses después.El día que no decían el sexo del bebe estaba dos veces emocionada, una porque sabría el sexo de la criatura y dos porque vería a Gael, Eitor lo convenció de vernos en una apartamento de su propiedad para compartir la noticia con él. Eitor no estaba de acuerdo, fue idea mía, extrañaba a Gael y quería verlo, me sometía a la tortura de no verlo, no hablarle con el asunto de mi seguridad como excusa. Eitor y yo compartíamos la cama, la habitación, los secretos, lo veía y no podía creer que hubiese llegado a representar tanto para mí cuando lo recordaba vestido tan ridículo en la playa.—¿De qué te ríes?—Te recordaba usando gel fijador para el cabello en plena playa—reí.—¿Lo superarás algún día?—No. La verdad no.Me abraz&o
Era el día en que nacería Juan Pablo. Lola insistió en hacerme el desayuno, estaba emocionada, yo también, aunque trataba de disimularlo, al terminarlo, lo sirvió, hizo que me sentara a la mesa y se subió sobre mi regazo, insistió en dármelo en la boca, reímos como tontos. —Estás muy graciosa. —Estoy feliz esposo mío—dijo recostando su cabeza de mi hombro. Busqué su boca y besé sus labios. El día que nos casamos me dijo que sabía que lo hacía para forzar a Jelena a avanzar, dijo estar de acuerdo, no hubiese podido tener mejor compañía en el infierno en el que vivía. Ella era perfecta. Me convenció de hablar de vez en cuando con Jelena, la verdad eso la hizo sentir más aliviada. Seguía sin superarme pero lo llevaba un poco mejor con nuestras esporádicas conversaciones. Nos sentamos en la sala de estar y conectamos las cámaras, Eitor arregló que Buzo, uno de los amigos de Jelena grabara todo y él se ocuparía de la transmisión en vivo. Sin Lola no había
Un año después. Juan Pablo corrió detrás de Amelia y entre los dos arruinaron la decoración, en pocas horas llegarían los invitados y las decoradoras estaban a punto de renunciar; Juan Pablo era travieso pero Amelia salió a su madre, pura maldad como Olivia. ¿Cómo esos dos chiquillos de un año podían causar tanto desastre y con tanta saña? —Amor, ¿Qué haces? Encierra a los niños—gritó Jelena. —¿Yo? ¿Y las niñeras? ¡Para lo que quedé!, puede que guarde a Juan Pablo pero la pequeña diabla de Olivia que la guarden sus padres—me quejé. —Las chicas de la decoración están molestas, renunciaron—comentó Ramsés. —¡Dios y ahora!—exclamó Jelena, pero como siempre no había terminado de decir nada cuando ya Gaviota y Buzo inflaban globos y armaban todo junto con Ramsés. Suspire aliviado. —Al menos no tengo que inflar globos. Jelena se colgó de mi cuello. —Está noche te iba a compensar soplándote a ti, si ayudabas con la deco
Elena Testa era una chica atractiva sin ser despampanante, sus sueños de ser actriz se acabaron el día que el dueño de una de las productoras cinematográficas más grandes del país se fijó en ella, Jeremías Van de Venter, la vio en una audición que hacía Elena en un teatro, al que él asistió por visitar a un amigo, él tenía 56 y ella 20 años de edad, siendo un hombre atractivo y poderoso la joven Elena cayó ante sus encantos y promesas de trabajos de actuación.Vivieron una aventura por años, la esposa de Jeremías se enteró y le hizo la vida imposible a la joven, cuando ella le contó a Jeremías que estaba embarazada, él no solo lo negó, sino que la desprecio y la hizo huir de la ciudad con amenazas graves. Valentín caminaba de un lado al otro de la habitación, no decía nada pero tenía ese semblante de angustia y preocupación que solía tener cuando sentía que la situación se le podía salir de las manos, ¿Qué podía salir mal? pensaba para mí mientras aún estaba revolviéndome en las sábanas de seda de mi cama con mi cuerpo desnudo y deseoso.—¡Valentín! Ven, te necesito —susurré.Él se giró a mirarme y lanzó una mirada reprobatoria.—¿Qué? No me puedes follar porque mi papá se murió. Lleva una semana muerto, y estuvo enfermo meses antes de eso y follamos felices, y yo quiero follar ahora, ven —demandé con un tonoCapítulo 1: Olivia
—¡Oli! —escuché decir a mi marido.Solo usa ese diminutivo conmigo cuando teme mi reacción, me mantuve en la cama, aferrada a las sábanas como si del pasado se tratara, ¡Una hermana! Mi hermana.Crecí sola, feliz de ser hija única, pedí una hermana o hermano hasta los 9 años, entonces comprendí que me convenía ser solo yo, en ese entonces no lo supe pero la relación de mis padres estaba muerta hacía años, quizás nunca estuvo viva.Habrá pasado trabajo, ¿Estará bien? ¿Querrá todo esto? Por supuesto que sí. Va a querer quitarme todo. Le daré un cheque grande y me olvidaré de ella, pensaba.—¡Estoy bien Valentín! Solo impactada, todo va a estar bien.—¡Te ves horrible! Estás pálida aún, entiendo todo, yo te apoyo, ya veremos qui&eac