Luz Marina. El fin de semana finalmente llegó y nos dirigimos a nuestra empresa para celebrar el trigésimo aniversario de su fundación. A medida que caminábamos por los pasillos, recordaba vívidamente las historias que mi tío Raúl y mi tío Rodrigo solían contarme sobre los primeros días de la compañía, mucho antes de que Ben naciera. La emoción y el orgullo de pertenecer a esta familia empresarial resonaban en cada paso que dábamos. Me arreglé meticulosamente para la ocasión, eligiendo un vestido elegante en tono rojo que resaltaba contra mi piel. Maxon estaba a mi lado, sujetando mi brazo con firmeza mientras avanzábamos hacia el evento. Su mirada preocupada y protectora revelaba su deseo de cuidarme, aunque no pudiera borrar por completo los rastros de los problemas recientes. — Estás radiante, Luzma — me susurró Maxon al oído mientras nos dirigíamos hacia la entrada. — Gracias, Maxon. Es importante que todo salga bien esta noche — respondí, intentando ocultar mis nervios tr
Maxon Chrysler No puedo creer que mis hombres sean tan inútiles. Se dejaron robar una mercancía muy importante. Obviamente, ellos me la pagarán con su vida, y ese maldito ladrón lo contaré en pedacitos cuando descubra de quién se trata. Nadie le roba a Maxon Chrysler. Ese miserable del jefe de la DEA me está pisando los talones. Pronto le daré un regalito; tiene una hermanita que puede servir para el negocio.Luego de un largo día de trabajo, llegué a mi habitación, me di un baño y me uní a Luzma en la cama. Dejé un beso en sus labios, el cual ella siguió. Anoche me enfadé cuando no la vi en la fiesta y, luego al regresar a casa, le pegué.Estuve varias horas enojado con ella, pero ya se me ha pasado el enojo. No entiendo por qué Luz Marina saca lo peor de mí. Desde que era una niña la amo.—Ya entendiste que eres solo mía —dije con firmeza, observándola fijamente.Ella agachó la mirada y asintió con la cabeza.—No sabes mentir, Luzma —le reproché, notando su vacilación.—No te amo.
Luz Marina Hoffmann.Convencer a Maxon de que me permita ver a mi hermano una última vez fue una batalla. Ben está grave, y los médicos creen que no pasará la noche. Han investigado y descubierto que el cuerpo en el ataúd no corresponde al de mi hermano. Logré maquillar el golpe que me dio Maxon y también me coloqué anteojos de sol para que no se noten mis moretones.—Llevas tu anillo —pregunta Maxon, mirándome con esos ojos que nunca sé si me estudian o me condenan.—Sí, mi amor —respondo, intentando que mi voz no tiemble.Él deja un beso en mi mejilla. —Me costó una fortuna, pero vale la pena —dice, como si eso justificara todo.Es verdad que el diamante de mi anillo de compromiso es muy valioso, me pesa la mano al llevarlo. En la mente de Maxon, él cree que con el anillo olvidaré sus golpes o maltratos. Es increíble cómo algunos días puede ser un amor y otros me ofende en la primera oportunidad. Si lo amara, estaría destrozada por su actitud, pero él solo me inspira odio. No compre
Maxon Chrysler Cuando me cansé de escuchar hablar a Jaqueline, me dirigí al consultorio de la ginecóloga. Sin embargo, fui sorprendido al escucharla decir que Luzma se fue al baño hace algunos minutos. Le pedí a dos de mis hombres que me ayuden a buscarla, pero no hay rastro de ella.De inmediato me dirigí a la salida para preguntarle a los hombres que vigilan, pero ellos no la vieron salir en ningún momento. Solamente algunos pacientes y dos ambulancias dejaron el lugar. Regresé a la clínica, donde me espera Jaqueline. Solo con verla, sé que ella está detrás de la desaparición de mi Fernanda.—¿No encontraste a Luzma? —pregunta Jaqueline, fingiendo preocupación.—Sabes perfecto que no —respondo con un tono amenazante.—¿Por qué lo sabría, Maxon? —replica ella con una sonrisa burlona.No me contuve y llevé mis manos a su cuello, sin importarme que varias personas me están observando.—¿Dónde está mi mujer, estúpida? —grité, apretando más fuerte.—No sé nada y suéltame. Existen demasi
Damon Chrysler Es increíble lo hermosa que se ve al estar completamente dormida, desde la primera vez que la vi he pensado que mi mujer tiene rostro de ángel. Es tan hermosa y tiene un carácter que me vuelve loco, pero últimamente se ha apagado. La veo tan vulnerable, tan diferente a la mujer fuerte y decidida que conocí.No puedo evitar unir mis labios a los suyos, extrañaba demasiado la dulzura y suavidad de sus labios. Ese simple contacto me hace sentir un poco más humano, me recuerda lo que estoy luchando por proteger. Me centro en su estómago, es muy pequeño, pero puedo comenzar a notar cómo está creciendo. No puedo creer que ya los tengo conmigo y dentro de pocos meses tendré a mi bebé conmigo. Haré lo que sea para protegerlos del demente de mi primo. No me importaría dar mi vida por ellos. Mis gemelas, mi nuevo bebé y Luzma son mi vida entera.Dejo un beso en su vientre y murmuro, "Mi bebé, sé que me equivoqué demasiado, pero te amo y haré lo que sea para que tú y tu mamá est
A pesar de que soy libre nuevamente, me siento presa. Maxon Chrysler me sigue asechando como siempre. Creo que nunca podré ser libre por completo; siempre me sentiré paranoica.La casa de campo tiene un tamaño normal. En la planta baja están la biblioteca, la sala, la cocina, y un despacho. En el primer piso, las habitaciones, cada una con su respectivo baño. Luego está el jardín, repleto de rosas, jazmines, tulipanes y diferentes tipos de flores, con un enorme árbol y una hamaca en la que estoy sentada ahora.—Te debo querer mucho para soportar estar en este lugar sin wifi —bromea mi hermano, Benjamín, con una sonrisa torcida.Él camina con dificultad, siempre acompañado de una enfermera. Cuando esta locura acabe, deberá tomar rehabilitaciones para volver a caminar.Reí fuerte. —Nunca cambiarás, Benjamín.—Soy único e inigualable —replica, inflando el pecho con orgullo falso.—Además de modesto. Extraño demasiado a mis gemelas. No tienes idea de lo traviesas que son las dos.—Ya me l
Luzma Han transcurrido más de tres meses y tengo el estómago enorme, pero finalmente ha llegado el momento del juicio. Con seis meses de embarazo, mi bebé no deja de pegar patadas. Acompañada de varios escoltas, hemos regresado a la ciudad. Mientras camino hacia la casa, veo los rostros de mis gemelas, Amina y Alisson, quienes corren hacia mí y me abrazan las piernas. Las he extrañado tanto. —Cuidado con el estómago de mamá. Mis princesas —dice Damon una sonrisa, abrazándome. —Te extrañé muchísimo, princesas hermosas. Las amo a las dos, mi Amina y mi Alisson —les digo, agachándome con dificultad para abrazarlas. —El abuelo Harry nos dijo que papi y tú estaban de viaje y nos traerían un hermanito de regalo —dice Amina, con ojos llenos de curiosidad y emoción. La ternura de sus palabras me desarma. Me esfuerzo por no llorar mientras las abrazo con más fuerza, sintiendo el amor que tengo por ellas crecer con cada día. —Sí, mi amor, un hermanito —respondo, besándoles las f
Maxon Chrysler He estado un maldito mes en prisión. Debido a la gravedad del delito del que se me acusa, no tuve derecho a fianza. Sin embargo, finalmente ha llegado el momento del juicio. El tiempo en esta celda ha sido una tortura, no solo por el encierro, sino por la incertidumbre de lo que sucederá. Ni siquiera me han tocado los demás presos porque he pagado protección. Ahora estoy aquí, en la sala del tribunal, con las esposas aún apretadas alrededor de mis muñecas. Frente a mí está Luzma, y se ve tan jodidamente hermosa con ese vestido rojo. El rojo siempre ha sido mi debilidad, y mucho más cuando lo porta mi mujer. No puedo evitar sentir una mezcla de deseo y frustración al verla así. Pero mi mirada se desvía hacia Damon, ese miserable que se atreve a rodear su cintura y tocar su pequeño vientre abultado. Siento cómo la rabia me consume. Odio que mi mujer esté embarazada, que esté esperando un hijo de ese miserable. Yo debería ser el padre de sus hijos, nadie más. Prim