Pensé por un largo tiempo, entonces un recuerdo vino a mi mente. Había guardado los cuatro pergaminos de las esencias del tiempo en una pequeña caja de madera, la última vez que la vi estaba en una esquina del cuarto de navegación del barco que había enviado Rif para matarnos, pero ese barco se hundió, la caja se encontraba en el fondo del mar.
En ese momento todo se veía mal, pero supe de inmediato que era lo mejor, si nos hubiesen encontrado con los pergaminos que indicaba que eran armas poderosas, ellos se hubiesen apoderado de todas sus cualidades. Con mi mente ya despejada de todos esos asuntos, podía relajarme, otra vez. Me senté a lado de la ventana, esa noche el cielo estaba despejado, y las estrellas brillaban de una manera que jamás había visto, me recordaban a Ester. A pesar de lo duro de los tablones logré quedarme profundamente dormido. No sé qué hora era exac
No pasaron ni cinco minutos y ya habíamos dejado el pueblo atrás, nos adentramos en unos matorrales, era casi imposible caminar. Tuvimos que darnos modos, el día nublado se transformó en uno caluroso y soleado, lo cual hacía más difícil el cruzar por los matorrales. El camino parecía no tener fin, pero después de mucho esfuerzo llegamos al puerto, era pequeño y muy sucio, algo común en los puertos piratas. Sara entró en una taberna y dijo que esperáramos afuera. Pasaron cinco minutos, luego diez y luego treinta minutos. Kilian se cansó de esperar, y entró, yo entré detrás de él. Sara no estaba consiguiéndonos un barco, solo entró para emborracharse con otras dos mujeres. Kilian quedó desconcertado, caminó hacia ella y le dijo.―No tenemos todo tu tiempo. Te di lo que querías, ahora dame un barco para salir de este agu
Las criaturas de ese lugar eran fantásticas, parecía un paraje detenido en el tiempo. Había unas tortugas tan grandes que se movían tan lento como los caracoles, pájaros con patas azules, era hermoso, las piedras eran algo distintas a lo que yo había visto antes, estaban hechas de manera salvaje y aun así quedaron perfectas, todo era algo mágico y único.Solo había dos o tres cabañas que tenían luces encendidas, un par de velas asomaban por la ventana. En sí, los animales eran los que más ocupaban la isla, fui con Derian y Casandra a una de las cabañas mientras los demás preparaban todo para pasar la noche, me atendió una señora y su marido. Los padres de Derian.—!Hijo mío al fin te veo después de tanto tiempo! —dijo la madre de Derian.—Madre, Padre, me alegra volver a verlos —dijo él.
En aquel amanecer una embarcación llegó a puerto con la bandera de España ondeando en lo alto, era un barco de la Real maria aspera. Descendieron de su barco y entraron al pueblo, destruían todo a su paso sin misericordia alguna, una pequeña formación de cinco hombres dio con nuestro refugio, avisaron de nuestra posición y súbitamente cientos de oficiales aparecieron y nos rodearon.Saqué mi arma y Simón hizo lo mismo, eran muchos, pero solo estaban parados, no se movía. Todo fue de mal en peor, Lander apareció y dijo.―Vaya, su plan de escape fue muy bueno, incendiar el barco y liberar a todos para un motín. ― Lander nos observó fijamente―. ¿Dónde están los otros, Kilos y Derian?―Ellos ya descansan en paz, tú también deberías hacerlo. ¿Cómo saliste vivo?―No sabes cómo lamento la noticia. Sal&ia
Había caballos por doquier que se movían rápidamente, edificaciones hermosas y varias iglesias, pero lo que más había era el maltrato a los indígenas. Era igual a donde se mirara, los terratenientes se creían superiores a toda forma viviente, me llenaba de ira. Lo peor era que no podía hacer nada para cambiarlo, si nos encarcelaban y se daban cuenta de que éramos piratas la pena de muerte seria nuestro destino.En aquel lugar las quebradas abundaban, había que andar con cuidado de no caer, lo primero que se me ocurrió fue conseguir algo de comida, no podíamos tomarla y correr, había muchos guardias. Pensaba que ese sería un lugar desolado, pero en ese pueblo había una gran concentración de la fuerza proletaria. Tendríamos que seguir trabajando, pero aquí el trabajo era más duro y al trabajador no le pagaban lo suficiente.Día
Eran cortos los lapsos de tiempo que tocábamos tierra firme en las orillas del río para recolectar frutos, pero siempre con los ojos bien abiertos, cualquier animal salvaje podía estar esperando una oportunidad de atacar mientras se ocultaban en la espesura de la selva. Una oportunidad se acercó de entre las sombras, un animal que parecía un cerdo de color negro y que tenía una pequeña trompa alargada que llegaba a su boca, era la guanta y seria gran comida esa noche, pero era escurridiza. Se la acorraló entre los tres y con el golpe certero y contundente del cuchillo de Simón cayó. Esa noche, aún en tierra, dando gracias a Dios nos servimos de tan suculento banquete de carne. No se desperdició ni un hueso, pues con ellos hicimos anzuelos de pesca, y martillos muy rudimentarios.Para evitar contratiempos navegábamos siempre cerca de las orillas, faltaban solo días para lle
Ya era de mañana cuando el capitán Terr acabó de narrar una historia tan majestuosa como el sol que salía por el horizonte. Cada hombre a excepción de Simón tenía la boca abierta. El que se encontraba más atónito era Thomas, su imaginativa mente no podía maquinar en sus ideas las cosas que describió el capitán. Terr se colocó de pie y dijo.―Escuchen, presten su oído, espero que esta larga historia haya contestado todas las preguntas que tenían, además, les conté para que supieran lo peligroso que es enfrentar a la tripulación de la muerte, entenderé a los tripulantes que decidan quedarse en Bahía grail.Regresó a mirarlos a todos y dio la orden de recoger cada suvenir al barco, retornaría a Bahía grail por un poco de descanso y provisiones.Al ver que nadie movía un dedo y seguían sentados
Cuando el sol volvió a proyectar sus rayos en la mañana Terr tuvo un presentimiento. La noche anterior había soñado con Ester, recordando aquellos momentos felices, Terr presentía que todo iba a mejorar, que lograría finalmente deshacerse de este terrible peso que cargaba enzima.Todos los hombres heridos se habían recuperado de una buena manera. Con provisiones y mucho licor solo tenían que esperar que los vientos cambiaran para salir de puerto trial de regreso a bahía grail. Al medio día los vientos eran favorables y salieron a mar abierto, la marea estaba baja, el barco se mecía de un lado al otro, todo era apacible. En el salón principal del barco Terr retomó el tema de discusión, cómo usar el humo para detener a los esqueletos. El plan tenía unas pocas fallas, no era una mala idea, pero faltaba que se perfeccione.En la punta del mástil se encontr
Tuvieron paciencia, hasta que el momento de la verdad. La tripulación de la muerte se acercaba a toda velocidad por la popa del Santa Fe. Colocaron el bote justo en la popa y esperaron que la tripulación de la muerte llegara. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, encendieron el bote, cuidando de protegerlo para que durara lo suficiente.Lanzaron ganchos contra el marea negra, aseguraron cada nudo. Los esqueletos saltaron enfurecidos, y el humo cubría ambos barcos, el plan funcionaba y las cuerdas eran excelentes guías. Cada hombre de la tripulación cruzó la marea negra, y contaron diez pasos hacia el frente y diez a la derecha. Para poder orientarse usaban la corriente de aire, siempre se dirigían en dirección al viento. Se agruparon todos y sin hacer ruido prepararon espadas y pistola, Terr sintió la puerta y la empujo, corrieron en búsqueda del reloj de arena. El interior del barco era oscuro y tal como