Después de pasar al lado contrario de la isla Simón y yo empezamos a reconocer cosas que habíamos observado la última vez que estuvimos en ese lugar. De inmediato supimos dónde se encontraba la cueva en la que se nos había dado los pergaminos.
Cuando la encontramos, atamos dos sogas en el tronco de una palmera que creció al borde del abismo y poco a poco descendimos. En el fondo la oscuridad reinaba, las lámparas apenas nos iluminaban el camino, yo me preocupé ya que la última vez que estuvimos ahí un riachuelo nos arrastró, pero parecía un suelo el cual no había tenido agua desde hace mucho tiempo.
Caminamos hacia el único lugar que podíamos, hacia el interior de la caverna. Cuando llegamos al tope de esta, los símbolos eran diferentes se hab&
El frío, cada vez empeoraba más y más, tanto que tome una lámpara para usar un poco de su calor. La lluvia también se hizo presente y empeoraba la situación. Con el mar agitado perdimos el control del barco, mi corazón palpitaba fuerte, tenía mucho miedo. Todos salieron a cubierta, puesto que estaban dormidos, yo subí a la punta del mástil más grande para tratar de ver por encima de la niebla, pero esta cubría todo el barco.De repente el barco se estremeció bruscamente, todo se sacudió, pero no se podía ver nada. Parecía que otro barco había sido atrapado por la niebla y nos había embestido. No distinguía quienes eran los que estaban abordando, pero se veían bastante raros, bajé rápidamente y observé aterrado lo que estaba pasando en el barco, muchos esqueletos se amotinaban, era la tripulación de la muerte qu
Cuando llegó la mañana tomé una botella de licor y la bebí sorbo a sorbo. El viaje aún era bastante largo y sería muy aburrido, todos salían de sus hamacas para retomar el control del barco, la brisa era poca y las velas casi no se alzaban, la corriente marina era lo único que nos impulsaba.Tomé un poco de agua para hidratarme de mejor manera. Una pequeña isla que estaba en nuestra ruta sería el lugar donde tomaríamos unas frutas ya que la en el mapa se detallaba abundantes árboles de fruta y un estanque que se formaba si llovía. Es así que al llegar a esta lanzamos el ancla y un grupo designado bajo en los botes para tomar lo que necesitábamos para abastecerse.Regresaron rápidamente, con la novedad que solo encontraron el agua, pues, los árboles habían sido cortados. Yo supuse que había sido la real fuerza puesto que ese t
Todos tomaron cañones y armas que tenían y formaron fila. El frente no resistiría mucho, pero Rif vería que nos defenderíamos, eso tal vez lo haría desistir, o al menos era el plan. Íbamos a mantener el frente por unos días, eso sería suficiente para alejar a Rif.Cambiamos gran parte de nuestro licor para poder comprar comida que era lo que nos hacía falta, luego de un buen descanso empezamos a entrenar con nuestras armas. Aprendíamos cómo movernos con ellas. Ya que mi instrumento era una espada ya conocía como utilizarlo, pero el resto recién empezaba a saber todo su potencial, en especial Derian que nunca había usado un arco. Aprendió a darle al blanco desde varias posiciones, Simón aprendió a moverse con su hoz y atacar de manera efectiva y Kilian manejaba la lanza como una extensión de su cuerpo, la movía y atacaba de manera rá
Lo primero que hice fue buscar a Ester, aunque no quisiera, tenía que dejarla pelear, pero la preocupación me dominaba. Le dije que se cuidara y que se protegieran con Casandra la una a la otra.La marea sacudía el barco y los esqueletos eran muy difíciles de eliminar. La oportunidad que teníamos de vencer a los esqueletos era nula, gracias a Rif estábamos perdidos. Me empeñé en buscar a Rif, las preguntas que me atormentaban solo podían ser contestadas por él, pero por más que recorría el barco no había nadie. Opté por la segunda opción, atrapé a uno de los hombres de Rif y le dije.―¿Dónde se encuentra el capitán?, y no intentes mentir pues lo sabré, solo dímelo y te dejaré.―No sé nada, yo solo recibí una orden y era la de atacarlos, nunca pensé que me enfrentaría con unos esquele
Durante todo el tiempo que estuve en esa celda y contemplaba el atardecer desde la ventana. Lo veía como un atardecer menos antes de estar con la soga al cuello. No se podía escapar de la celda, la vigilancia era perpetua. Pero, había dos cosas que quería saber en ese momento. Quería saber cómo hubiera sido mi vida con Ester de haber podido estar juntos, y también cómo es que en una isla tan remota la Real maria aspera dio con nosotros. Era lo único que ocupaba mi mente, ni siquiera me preguntaba lo que había pasado con el barco de la tripulación de la muerte o con el mismo Rif.El guardia que nos custodiaba se me hacía familiar así que comencé a charlar.―Ya que vamos en dirección a nuestra muerte, por qué no me cuentas cómo fue que lograron encontrarnos en medio de la noche en una isla casi perdida.―Ya que eres literalmente un hombre mu
Me sentía muy cansado, no podía resistir más el sueño. Me recosté en una esquina de la celda, pero antes de quedarme dormido divisé por la ventana dos seres muy peculiares, se veían exactamente iguales a unas muy hermosas mujeres, parecían estar sentadas en la superficie del mar; no se hundían. Pretendí que era producto de la falta de sueño y las ignoré, caí profundamente dormido.Mi sueño se vio interrumpido por el sonido de una gaviota hambrienta en la ventana, me reincorporé para acercarme a la ventana y poder respirar un poco de aire fresco, pero el día soleado que esperaba no era más que una ilusión, todo se encontraba lleno de nubes, incluso el frío empezó a hacerse presente. Empecé a preocuparme, eran las condiciones que se daban cuando la tripulación de la muerte se encontraba cerca, sin nuestras armas no podrí
Pensé por un largo tiempo, entonces un recuerdo vino a mi mente. Había guardado los cuatro pergaminos de las esencias del tiempo en una pequeña caja de madera, la última vez que la vi estaba en una esquina del cuarto de navegación del barco que había enviado Rif para matarnos, pero ese barco se hundió, la caja se encontraba en el fondo del mar.En ese momento todo se veía mal, pero supe de inmediato que era lo mejor, si nos hubiesen encontrado con los pergaminos que indicaba que eran armas poderosas, ellos se hubiesen apoderado de todas sus cualidades. Con mi mente ya despejada de todos esos asuntos, podía relajarme, otra vez. Me senté a lado de la ventana, esa noche el cielo estaba despejado, y las estrellas brillaban de una manera que jamás había visto, me recordaban a Ester. A pesar de lo duro de los tablones logré quedarme profundamente dormido. No sé qué hora era exac
No pasaron ni cinco minutos y ya habíamos dejado el pueblo atrás, nos adentramos en unos matorrales, era casi imposible caminar. Tuvimos que darnos modos, el día nublado se transformó en uno caluroso y soleado, lo cual hacía más difícil el cruzar por los matorrales. El camino parecía no tener fin, pero después de mucho esfuerzo llegamos al puerto, era pequeño y muy sucio, algo común en los puertos piratas. Sara entró en una taberna y dijo que esperáramos afuera. Pasaron cinco minutos, luego diez y luego treinta minutos. Kilian se cansó de esperar, y entró, yo entré detrás de él. Sara no estaba consiguiéndonos un barco, solo entró para emborracharse con otras dos mujeres. Kilian quedó desconcertado, caminó hacia ella y le dijo.―No tenemos todo tu tiempo. Te di lo que querías, ahora dame un barco para salir de este agu