Todos tomaron cañones y armas que tenían y formaron fila. El frente no resistiría mucho, pero Rif vería que nos defenderíamos, eso tal vez lo haría desistir, o al menos era el plan. Íbamos a mantener el frente por unos días, eso sería suficiente para alejar a Rif.
Cambiamos gran parte de nuestro licor para poder comprar comida que era lo que nos hacía falta, luego de un buen descanso empezamos a entrenar con nuestras armas. Aprendíamos cómo movernos con ellas. Ya que mi instrumento era una espada ya conocía como utilizarlo, pero el resto recién empezaba a saber todo su potencial, en especial Derian que nunca había usado un arco. Aprendió a darle al blanco desde varias posiciones, Simón aprendió a moverse con su hoz y atacar de manera efectiva y Kilian manejaba la lanza como una extensión de su cuerpo, la movía y atacaba de manera rá
Lo primero que hice fue buscar a Ester, aunque no quisiera, tenía que dejarla pelear, pero la preocupación me dominaba. Le dije que se cuidara y que se protegieran con Casandra la una a la otra.La marea sacudía el barco y los esqueletos eran muy difíciles de eliminar. La oportunidad que teníamos de vencer a los esqueletos era nula, gracias a Rif estábamos perdidos. Me empeñé en buscar a Rif, las preguntas que me atormentaban solo podían ser contestadas por él, pero por más que recorría el barco no había nadie. Opté por la segunda opción, atrapé a uno de los hombres de Rif y le dije.―¿Dónde se encuentra el capitán?, y no intentes mentir pues lo sabré, solo dímelo y te dejaré.―No sé nada, yo solo recibí una orden y era la de atacarlos, nunca pensé que me enfrentaría con unos esquele
Durante todo el tiempo que estuve en esa celda y contemplaba el atardecer desde la ventana. Lo veía como un atardecer menos antes de estar con la soga al cuello. No se podía escapar de la celda, la vigilancia era perpetua. Pero, había dos cosas que quería saber en ese momento. Quería saber cómo hubiera sido mi vida con Ester de haber podido estar juntos, y también cómo es que en una isla tan remota la Real maria aspera dio con nosotros. Era lo único que ocupaba mi mente, ni siquiera me preguntaba lo que había pasado con el barco de la tripulación de la muerte o con el mismo Rif.El guardia que nos custodiaba se me hacía familiar así que comencé a charlar.―Ya que vamos en dirección a nuestra muerte, por qué no me cuentas cómo fue que lograron encontrarnos en medio de la noche en una isla casi perdida.―Ya que eres literalmente un hombre mu
Me sentía muy cansado, no podía resistir más el sueño. Me recosté en una esquina de la celda, pero antes de quedarme dormido divisé por la ventana dos seres muy peculiares, se veían exactamente iguales a unas muy hermosas mujeres, parecían estar sentadas en la superficie del mar; no se hundían. Pretendí que era producto de la falta de sueño y las ignoré, caí profundamente dormido.Mi sueño se vio interrumpido por el sonido de una gaviota hambrienta en la ventana, me reincorporé para acercarme a la ventana y poder respirar un poco de aire fresco, pero el día soleado que esperaba no era más que una ilusión, todo se encontraba lleno de nubes, incluso el frío empezó a hacerse presente. Empecé a preocuparme, eran las condiciones que se daban cuando la tripulación de la muerte se encontraba cerca, sin nuestras armas no podrí
Pensé por un largo tiempo, entonces un recuerdo vino a mi mente. Había guardado los cuatro pergaminos de las esencias del tiempo en una pequeña caja de madera, la última vez que la vi estaba en una esquina del cuarto de navegación del barco que había enviado Rif para matarnos, pero ese barco se hundió, la caja se encontraba en el fondo del mar.En ese momento todo se veía mal, pero supe de inmediato que era lo mejor, si nos hubiesen encontrado con los pergaminos que indicaba que eran armas poderosas, ellos se hubiesen apoderado de todas sus cualidades. Con mi mente ya despejada de todos esos asuntos, podía relajarme, otra vez. Me senté a lado de la ventana, esa noche el cielo estaba despejado, y las estrellas brillaban de una manera que jamás había visto, me recordaban a Ester. A pesar de lo duro de los tablones logré quedarme profundamente dormido. No sé qué hora era exac
No pasaron ni cinco minutos y ya habíamos dejado el pueblo atrás, nos adentramos en unos matorrales, era casi imposible caminar. Tuvimos que darnos modos, el día nublado se transformó en uno caluroso y soleado, lo cual hacía más difícil el cruzar por los matorrales. El camino parecía no tener fin, pero después de mucho esfuerzo llegamos al puerto, era pequeño y muy sucio, algo común en los puertos piratas. Sara entró en una taberna y dijo que esperáramos afuera. Pasaron cinco minutos, luego diez y luego treinta minutos. Kilian se cansó de esperar, y entró, yo entré detrás de él. Sara no estaba consiguiéndonos un barco, solo entró para emborracharse con otras dos mujeres. Kilian quedó desconcertado, caminó hacia ella y le dijo.―No tenemos todo tu tiempo. Te di lo que querías, ahora dame un barco para salir de este agu
Las criaturas de ese lugar eran fantásticas, parecía un paraje detenido en el tiempo. Había unas tortugas tan grandes que se movían tan lento como los caracoles, pájaros con patas azules, era hermoso, las piedras eran algo distintas a lo que yo había visto antes, estaban hechas de manera salvaje y aun así quedaron perfectas, todo era algo mágico y único.Solo había dos o tres cabañas que tenían luces encendidas, un par de velas asomaban por la ventana. En sí, los animales eran los que más ocupaban la isla, fui con Derian y Casandra a una de las cabañas mientras los demás preparaban todo para pasar la noche, me atendió una señora y su marido. Los padres de Derian.—!Hijo mío al fin te veo después de tanto tiempo! —dijo la madre de Derian.—Madre, Padre, me alegra volver a verlos —dijo él.
En aquel amanecer una embarcación llegó a puerto con la bandera de España ondeando en lo alto, era un barco de la Real maria aspera. Descendieron de su barco y entraron al pueblo, destruían todo a su paso sin misericordia alguna, una pequeña formación de cinco hombres dio con nuestro refugio, avisaron de nuestra posición y súbitamente cientos de oficiales aparecieron y nos rodearon.Saqué mi arma y Simón hizo lo mismo, eran muchos, pero solo estaban parados, no se movía. Todo fue de mal en peor, Lander apareció y dijo.―Vaya, su plan de escape fue muy bueno, incendiar el barco y liberar a todos para un motín. ― Lander nos observó fijamente―. ¿Dónde están los otros, Kilos y Derian?―Ellos ya descansan en paz, tú también deberías hacerlo. ¿Cómo saliste vivo?―No sabes cómo lamento la noticia. Sal&ia
Había caballos por doquier que se movían rápidamente, edificaciones hermosas y varias iglesias, pero lo que más había era el maltrato a los indígenas. Era igual a donde se mirara, los terratenientes se creían superiores a toda forma viviente, me llenaba de ira. Lo peor era que no podía hacer nada para cambiarlo, si nos encarcelaban y se daban cuenta de que éramos piratas la pena de muerte seria nuestro destino.En aquel lugar las quebradas abundaban, había que andar con cuidado de no caer, lo primero que se me ocurrió fue conseguir algo de comida, no podíamos tomarla y correr, había muchos guardias. Pensaba que ese sería un lugar desolado, pero en ese pueblo había una gran concentración de la fuerza proletaria. Tendríamos que seguir trabajando, pero aquí el trabajo era más duro y al trabajador no le pagaban lo suficiente.Día