A Dionisio no le agrado lo que dijo su padre, pero decidió callar para escucharlo.—Es algo que he estado meditando desde que salí del hospital, vamos a hacer oficial la tregua con los Santori, y nada mejor que una boda para sellar nuestra alianza.El rostro de Donatello se ensombreció al comprender las implicaciones, su padre pensaba unir a su familia con la de su mayor enemigo.Aún dudando de lo que había escuchado, preguntó a su padre para estar seguro.—No estarás pensando en comprometer a un miembro de nuestra familia con esos... —siseó entre dientes, negándose a terminar la frase.Dionisio asintió solemnemente, su expresión no dejaba lugar a dudas sobre la decisión que había tomado.—Dina, ella será la prometida de Arien Santori, el hijo de Vito —declaró con calma— es un sacrificio necesario para garantizar nuestra seguridad y nuestros negocios, Donatello, lo entiendes, ¿No es así?El mayor de los Damasco guardó silencio, comprendiendo que ningún argumento haría cambiar de opini
Claire la hizo retroceder para mirarla a los ojos con ternura.—Oh, cariño, eres tan joven, tan llena de sueños e ilusiones —suspiró, enjugando sus lágrimas con los pulgares— pero tu padre y yo sabemos lo que es mejor para , ti, este matrimonio te dará la oportunidad de formar un hogar digno y respetable, lejos de los señalamientos que tu relación con Tanya te traería, es un pequeño sacrificio a cambio de la felicidad que encontrarás al lado del hombre adecuado.Dina abrió la boca para reclamar, pero su madre la volvió a callar con un gesto.—Ahora ven, debemos prepararte para la celebración de compromiso, será mañana por la noche, los Santori quieren que se haga de inmediato el anuncio del compromiso— dijo mientras la conducía hacía la salida para ir a la ciudad y comprar un vestido.La joven la siguió como en trance, demasiado aturdida para procesar lo que estaba sucediendo, su madre fue quién eligió los vestidos que debía probarse.—Todo saldrá bien, hija, ya lo verás —murmuró mien
Vito soltó una risita grave, divertido ante la osadía de Dina.—Siempre tan apasionada, ¿No es así? Me recuerdas a ese muchacho que te acompañaba en la boda de campo —la observó con atención, simulando hacer memoria de aquel recuerdo— un joven muy gallardo, por cierto, y tan protector contigo...Dina se tensó al instante, sintiendo cómo se le erizaba la piel. ¿Acaso aquel hombre sabía algo sobre Darius? ¿Pretendía amenazarlo para doblegarla? Un escalofrío la recorrió de pies a cabeza ante esa posibilidad, decidió que lo mejor sería mentir para protegerlo.—Eso fue hace mucho tiempo —replicó con aire despreocupado, encogiéndose de hombros en un intento por aparentar indiferencia— y no era más que un simple amigo, un conocido que me hizo el favor de acompañarme ese día, nada importante, en realidad.—¿De veras? Qué extraño... —Vito entrecerró los ojos con suspicacia— yo podría jurar que se trataba de algo más que simple amistad entre ustedes.Dina negó con la cabeza y se obligó a esboza
Dina asintió ante la pregunta de Dante, secándose las lágrimas con el dorso de la mano en un gesto desesperanzado.—Después del incidente con Tanya... cuando papá estuvo al borde de la muerte por el infarto —su voz se quebró, pero se obligó a continuar— él... él me pidió que me casara con Arien Santori como condición para recuperarse. ¡Y yo accedí, Dante! ¡Accedí porque no podía soportar la idea de perder a nuestro padre!Un jadeo ahogado escapó de los labios de Dante, era inconcebible que su padre hubiera puesto en esa posición a su única hija, obligándola a ceder a sus caprichos egoístas, la indignación crecía en su interior como lava hirviente.—Pero Dina... ¿Cómo pudiste aceptar semejante locura? —preguntó con voz ronca por la ira contenida— ¡Eso es chantaje emocional! Nuestro padre no tenía ningún derecho a forzarte de esa manera, debiste plantarte y negarte rotundamente.Dina negó con la cabeza, sollozando con más fuerza.—¡No lo entiendes, Dante! Era la vida de papá lo que esta
Vane se sintió apenada por molestarlo, pero el estado de Tanya la preocupaba demasiado.—Hola Don, soy Vanessa —saludó ella con voz suave— lamento molestarte, sé que debes estar muy ocupado con lo sucedido a tu padre.—Ah, Vanessa —la impaciencia de Donatello pareció disiparse un poco— no te preocupes, siempre tengo tiempo para atender las llamadas importantes, ¿Sucede algo en el corporativo?—En realidad nada urgente —respondió Vanessa con tono casual— sólo quería informarte que hemos cerrado un nuevo contrato con los proveedores de Portland, tal como lo pediste. También me llegaron los reportes financieros del último trimestre, si quieres puedo enviártelos por correo.—Gracias, me serán de utilidad, puedes enviarlos cuando tengas un momento —aceptó Donatello— creo que tardaré un poco más acá, ya sabes, cosas que suceden en la familia.Vanessa captó la oportunidad para investigar, adoptando un tono despreocupado, comentó.—Bueno, espero que tu padre esté mejorando y no continúe delic
Fue Katrina quien finalmente rompió el hielo, adelantándose hacia Tanya con aire decidido.—Tranquila, primita —le dijo con calma, posando una mano sobre su hombro— no tienes que justificarte ante nosotras, ¿De acuerdo? No existe nada malo con amar a una mujer, es tu corazón después de todo.Sarah y Marianne intercambiaron miradas entre el horror y la comprensión antes de acercarse también.Criadas bajo los estatutos Coldwell, jamás habían imaginado algo así, su férrea educación se había enfocado en tácticas para conquistar a los hombres, pero al tratarse de su prima, no pensaban por ningún motivo darle la espalda, “siempre todas como una”, así se manejaban.—Claro, Tanya, no te preocupes —la apoyó Marianne posando su mano sobre el otro hombro de la rubia— si Dina te ama, lucharemos por su amor sin importar a quién tengamos que enfrentar.—Incluso si es a esos malnacidos Damasco —gruñó Sarah apretando los puños— da asco imaginar que dos de nuestras primas han caído en las garras de se
Donatello no llevó a las chicas Coldwell a la villa principal de su familia, en su lugar, las condujo a su propia residencia privada, una imponente mansión de estilo clásico rodeada de extensos viñedos y jardines exquisitamente cuidados.—Serán mis invitadas especiales —declaró con una sonrisa amistosa mientras las limusinas se detenían frente a la majestuosa entrada— espero que se sientan cómodas y a gusto aquí.Las chicas descendieron del vehículo una por una, luciendo radiantes con sus ropas casuales pero elegantes.Donatello las observó con creciente desconcierto, percibiendo un increíble parecido entre todas ellas, eran como distintas versiones de la misma muñeca de porcelana, solo que cada una con matices únicos.—Disculpa mi curiosidad, Vanessa —la abordó cuando finalmente descendió— pero todas tus "amigas" parecen... bueno, bastante similares a ti, como si fueran de la misma familia.Vanessa le dedicó una sonrisa resplandeciente.—No te equivocas en eso, Don —admitió con aire
Los apuestos Damasco tenían toda su atención puesta sobre las chicas, las observaban con asombro.—¡Por Dios, jamás había visto una colección de cuerpos tan perfectos! —jadeó David dejándose caer pesadamente en uno de los camastros de mimbre— ¿Están seguros de que son completamente humanas?—Por supuesto que son humanas, tonto —gruñó Daniel echándose hacia atrás y sirviéndose un trago largo de su coctelera— pero hay que reconocer que estas mujeres no son como las demás, podría apostar que hay algo más que simple genética detrás de esos cuerpos esculturales.—Oh, vamos —al escucharlos, Vanessa se recostó con gracia felina sobre el borde de la piscina y les dedicó una sonrisa traviesa— después se dirigió a sus primas —no es que seamos modestas, chicas, pero por supuesto que somos pura genética Sanders al cien por ciento natural.Katrina resopló y sacudió su melena rubia con gesto desdeñoso.—Habla por ti misma, Vane, algunas de nosotras tuvimos que recurrir a un poco de... ayuda extra pa