Le pedí a Patrick que no mencionara nada por el momento sobre mi posible trabajo junto a Gabriela, de alguna forma le estaba pidiendo que mintiera y sabía que eso no estaba bien, pero no quería que me criticaran nada, porque a veces por más familia que fueran eso hacían y no me agradaba por completo. Pensaba en esa hipótesis, un tanto ridícula, en la que mi madre encontraría una razón para que no lo hiciera así como encontró una razón para que volviera de la ciudad, esta vez creía que nada podía ser peor que aquella noticia que me desarmó pero no quería correr el riesgo a tener que sorprenderme por haber estado equivocada. La letra de esa canción simplemente era magia: Hablaba de amor, de uno que tan pocas personas conocen, donde con este se busca proteger al otro por más de que cause dolor, de la comprensión por estas razones, de una verdad que se escondía. La comencé a practicar sin conocerle el ritmo pero aun así la sentía latiendo en mi pecho y eso me hacía saber que tenía el
Pasó una semana, Iván terminó viniendo cuatro días y en esos mismos pasó Julián cada día a buscarlo y eso me generaba ciertas sospechas de que podía ser un plan preparado con antelación, pero eso sólo el tiempo lo diría, quizá estaba prejuzgando muy rápido. La verdad era que mi semana se había encontrado por demás atareada y poco había encontrado tiempo de ocio. Algo de él me intrigaba, con sólo mirarlo parecía que escondía muchos secretos detrás de su sonrisa que rara vez aparecía y eso me llamaba la atención, me decía que había algo más de lo que le mostraba a las otras personas. Eran las seis de la mañana y yo había confundido la hora, pensé que era un poco más tarde: Algún gracioso había tenido la fantástica idea de adelantar el horario del reloj dos horas pero no me había dado cuenta, tenía que estar a las ocho en la casa de Raúl para darle las clases correspondientes y ya estaba llegando tarde. Fui rápido hacia su casa por más oscuro que se encontraba todo. Antes de lleg
Esa noche me dejó exhausta de felicidad, la sensación que tenía era de que me sentía completa luego de mucho tiempo, todo a mi al rededor parecía tener más brillo, la música sonaba más bonita. Nos despedimos de todos y nos volvimos a casa, Naomi se quedó conmigo, ¡La extrañaba mucho!-Mañana iremos a la casa de Lucas –Afirmé.-Sí, sin dudas, quiero saber la noticia que nos tiene –Contestó Naomi.- ¿Cómo te fue en el viaje? ¿Conociste a alguien? –Pregunté.-Conocí a muchas personas, muchachas y muchachos, algunos bastante guapos, atractivos y con muy malas intenciones –Comentó Naomi y se puso seria- También conocí al señor Pablo Campos Orozco.- ¿Qué? –Pregunté sorprendida- ¿De verdad conociste a Pablo? -Sí, y la verdad es que te has quedado corta –Comentó Naomi.- ¿Acaso te acostaste con él? –Consulté más sorprendida. Y la sangre se me calentaba por bronca sin previo aviso, era algo que a ella le gustaba hacer y de cierto modo no tenía nada de malo ya que era su vida y lo solía h
Otro de esos grandes días para mi nueva carrera, para esta nueva ilusión que se estaba transformando en realidad estaba llegando, como una bocanada de aire fresco que me alentaba a seguir con el sueño que mi padre me hizo soñar, todo se lo debía a él. Las primeras noches habían sido un furor, euforia, alegría y paz ante todo, aunque todo demostrara un caos entre tanta multitud: A mí sólo me traía paz, me conectaba con todo lo que quería en mi vida, me ayudaba a reconectar con mi padre y en parte me hacía sentir que le devolvía un poco de todo lo que me había dado. Esta vez pedí que fuera más temprano porque si no mi fan número uno: Patrick, no podría verme y sinceramente creía que esta vez ya no me lo perdonaría. Era mi quinta presentación, eran cerca de las ocho de la noche, mi hermano sólo podía quedarse hasta las diez así que pretendí que así fuera. Gabriela hoy no estaba, sólo estaba para ayudarme Julián, quien cada vez se comportaba más cortante y odioso conmigo y eso sincera
Y sí, tenía que tomar ese coraje absurdo que complicaría todo, que me metería en un torbellino de emociones distintas, respiré profundo, tuve que ir al estudio de grabación para continuar con este trabajo que amaba pero que en este momento no quería estar ejerciendo. No quería ver a Julián, me generaba demasiada vergüenza no poder recordar ni uno solo de los besos que me dijeron que nos dimos, o cada momento, que debería al menos ser recordado vagamente y no ser algo que simplemente me han contado que pasó. Y es que me niego a pensar que esas cosas podían quedar en el olvido tan fácilmente, que un beso podía volverse efímero producto del mal uso del alcohol. Quería recordar cómo era que sabían sus labios y siquiera si eso me había generado algo pero la verdad era que solo era una laguna sobre una película que alguien más me había contado.-Hola –Saludé. Su silencio se hacía presente, su rostro no denotaba ningún gesto, ya no sabía si era peor no recordar o esto. Volvió a manifes
Me puse el vestido más nuevo, más fino y más especial que tenía sólo para mi cita con Julián, ¡Una cita! ¿Cómo debía comportarme? Apenas si lo conocía, con Pablo todo había sido completamente distinto: Me sentía distinto, sabía que podía equivocarme mil veces y de ello nos terminaríamos riendo juntos, sabía que era algo más sencillo, éramos buenos amigos, confidentes; Pero Julián sólo era el secretario de Gabriela, y el hermano del mejor amigo de mi hermano, ¿Qué hacía cuando se enojaba? ¿Qué comía cuando se sentía triste? ¿Qué le gustaba hacer una tarde de domingo? ¿Era necesario saberlo para tener una primera cita? No estaba bien comparar a dos personas o las situaciones que se podían vivir con las mismas, pero en el fondo sabía que no tenían ni la más mínima comparación. Se sentía extraño volver a empezar, eso también me generaba miedo. Sobretodo luego de pretender que no existieran otras manos que te tocaran ni otros labios que te besaran, dar permiso a ocupar ese sitio se sen
Pasó una semana, hice otras dos sesiones: Una en las vías del tren y la otra en la peatonal más importante de mi pequeña ciudad, la cual era bastante concurrida en todos los horarios. Canté tres noches en bares y eso me hacía sentir tan rara: Pues en cada una de estas exhibiciones yo no era anunciada sino que proporcionaba un show sorpresa, para personas que no conocía, personas que no sabía si les gustaría lo que yo iba a hacer. Para mi fortuna siempre había recibido una respuesta más positiva de la que podía estar esperando, era lindo sentir la calidez del público conmigo. Al mismo tiempo se sentía tan extraño, me desesperaba en algunas ocasiones, me llenaba de nervios, pues tenía que hacer que personas que no fueron por mí se sintieran cómodas con mi presencia. Con lo que hacía, tenía que manejar el hecho de no tapar sus voces si en realidad querían hablar y no escucharme y al mismo tiempo tenía que hacer lo que venía a hacer, tenía que jugar con el hecho de que algunas person
Me fui de la cabaña sintiéndome tan extraña, tan distinta, no podía sentirme yo misma, parecía imposible, era como si un vacío me estuviera consumiendo por dejar fluir esa pasión que me costó encender pero que acabé haciendo que ardiera, era verdad que no fue del todo en contra de mi voluntad pero si hubiese sido por mí, hubiera esperado mucho más tiempo: Era algo normal para gran mayoría de las personas conocer y “consumar el acto”, “Cerrar el trato”, entre dos personas que eran pareja o pretendían serlo. Sin embargo, yo sentía que era algo imposible de que me pudiera acostumbrar, podía adecuarme, a intentar sentir placer sin sentir ningún otro sentimiento. Pero ¿Cómo podían comparar el bienestar que generaba ese acto cuando se estaba enamorado de la otra persona con algo esporádico o casual? ¡Eran un mar de diferencias! De todos modos, eso me ayudó a querer apostar a esa relación, para ver si podía volver a sentir y tal vez de ese modo, lograrme olvidar de Pablo y de esa relació