"Quién con monstruos lucha cuide a su vez de no convertirse en monstruo."– Friedrich Nielsen.
— ¿Fue lo mejor que se les pudo ocurrir? — grita con tanta desesperación que los demás retroceden.Se quedan callados, quietos, se sumen en un silencio gutural, es tenebroso y el lugar tampoco da una sensación estable.— La quería, lo sabes, no se anda con juegos. — dice uno de ellos. — Hablamos de esa pandilla, la más temida.— ¡Joder! — sus manos tiemblan, sus nudillos están blancos y su mandíbula muy rígida.— Los cobra nos ganan solo por unos pasos. — no responde, no los mira, la rabia en su interior es mayor.— Nos buscará. — su voz tiembla. — Lo hará. — su respiración se agita.— Tenemos eso controlado.— miente, nadie podría controlarla, no a ella, jamás a ella.Pero dudan, por primera vez están atascados, la oscuridad en la que se sumergen es como si estuvieran en un gran hoyo negro, sin aire, sin nada. Lo saben, están seguros de lo que ocurrirá, aunque nadie lo dice, saben que cuando menos se lo esperen ella atacará.— Es ágil. — dice con tanta lentitud que los demás tragan grueso.— ¡Es una niña! — primera regla en este mundo frío, jamás subestimes a tu oponente.Niña o no, el monstruo que vive dentro de ella, el monstruo que es ella, es real, tan real como el viento. El cual no se puede ver, pero está allí, latente y persistente cada día.Caminan por los alrededores, la buscan con tanta desesperación que un dolor de cabeza los invade. No la consiguen. El asombroso lago titulado como Pozo negro, se abre paso frente a ellos, como su nombre lo específica, es como un pozo negro, uno que no parece tener fondo... Ni fin.— ¿La ves por algún lado? — pregunta tratando de aligerar el ambiente, pero su compañero niega de inmediato.— Mejor sigamos. — asienten recorriendo el lugar.Están en un bosque largo y grande, decenas y decenas de árboles se extienden frente a ellos, están temblando, claro que sí, el lugar es inmenso y le han perdido la pista, ella es astuta y no se deja engañar.— Nos matará. — dice entre dientes. — Estoy seguro de que lo hará.Nadie responde, han perdido las agallas, han bajado la guardia, se les ha escapado de las manos, el asunto trascendió mucho más allá de lo que ellos pudieron hacer. Son tan estúpidos que su cerebro no da para más, los idiotas se juntan con otros idiotas, pero estos sobre pasaron los límites.Mientras ellos buscan una pista nula, ella ha desaparecido por completo, no ha dejado rastro, no está cerca, su lejanía es segura y eso la enorgullece mucho.— Cobra. — repite en voz baja, pero audible. — Nos volveremos a encontrar.Mira a su alrededor y por unos segundos se encuentra perdida, no había nada, solo sus macabros pensamientos y ella.Deseó en silencio volver a repetir la acción anterior, sentir el líquido carmesí le dio una descarga de adrenalina a su cuerpo tan pronunciada que la dejó con ganas de muchísimo más.Bajó la mirada a su cuerpo, estaba manchada por completo de sangre, estaba seca, pero el simple hecho de tenerla sobre ella ocasionaba algo tan inefable que con desesperación busco un lugar para poder limpiarse.Encontró un pequeño pozo, parecía una piscina natural, sonrío para sus adentros, quitó la asquerosa bata blanca, llevaba solo su ropa interior y era púrpura, su color favorito... Se dejó caer sobre este lago y se limpió con paciencia, quitando de ella todo rastro de sangre de su cuerpo. Talló y limpió bien, dentro de pocos minutos se encontraba lista como si nada hubiese ocurrido.Salió de allí y se sentó sobre la roca, era dura y estaba fría. Miró el cielo estrellado y se vio reflejada en aquellas estrellas, brillante y jamás pasando desapercibida.Le recorría un placer poco común al recordar las imágenes de lo acontecido, la sonrisa no se había borrado de su rostro, al contrario, con el pasar de los segundos solo se ensanchaba más.Arrebatar esa vida había sido el inicio, uno el cual estaba lleno de cosas terroríficas e inimaginables, pero que para ella le resultaban fascinantes. De solo pensar en el terror de la expresión del rostro de la víctima la dejaba sedienta de más.Se levantó de su lugar y se dio la vuelta para poder desaparecer.Pero en vez de alejarse, simplemente regresó por donde había venido, el camino fue corto y el auto ya no estaba. Así que con mucha cautela ingresó de nuevo en la casa, la sangre seguía en el suelo, todo estaba tal cual ella lo había dejado. Se colocó unos guantes y fue directo al lugar donde provenía el ruido¡Bingo! Pensó rápido al ver el teléfono allí.Lo tomó entre sus manos y este le pedía que ingresará el patrón, rápidamente, sabiendo lo estúpidos que eran coloco 1 2 3 4 y al instante este se abrió revelando la información que tanto había querido. Sonrío con malicia y lo tomo prestado, claro sin derecho a devolución.Se levantó rápido, con cautela observó el lugar para ver si encontraba algo de ropa, no podía irse de esa manera, a lo lejos vio alguna, no era suya, pero le serviría, de eso estaba segura.Se vistió de manera rápida y con las mismas decidió irse, pero antes de salir observó la carpeta que había en la encimera, el color púrpura llamo su atención.Expediente.Fue lo primero que leyó al tenerlo en sus manos, sus ojos viajaron por todas las hojas dejándola anonadada de lo que estaba viendo ¿Era real? Así lo parecía y sin duda alguna era un plus para ella.La malicia en ella era mucha, así que antes de poder irse fue a la estantería al final de la sala y leyó en voz alta.— ¿Ácido sulfúrico o ácido clorhídrico? — fingió pensar, aunque ella ya sabía la respuesta. — Por supuesto, ambas.Se acercó al cuerpo y con una sonrisa, vació el contenido sobre este. Sus pupilas se dilataron y la necesidad volvió a su cuerpo, pero por primera vez en la noche se calmó, lo único importante ahorita era desparecer.Habiendo terminado salió del recinto sin apuro alguno y camino lejos de la cabaña...Con los años aprendió a controlarse, aquella niña creyó que mucho más adelante lo de ese día le afectaría de forma muy notorio, pero no fue así, simplemente despegó una parte que ella escondía con toda sus fuerzas, pero que al final salió a la luz, cómo todo en esta vida.Aquella pandilla titulada Cobra, siguió buscándola sin éxito alguno, quiso encontrarla, pero fue como si ella se la hubiera tragado la tierra, se esfumó por completo.El tema murió allí, no volvieron a mencionar nada y dejaron que todo siguiera su curso.Pero ella no olvidó, sabía que lo venía, su venganza apenas comenzaba, su juego estaba a punto de empezar y ellos serían el centro de atracción.Vivían con miedo, pero no estaba preparados para lo que ella les tenía, sus vidas acabarían, nadie la humillaba y esta no sería la excepción.¿Recuerdan la primera regla? Jamás subestimes a tu oponente, lamentablemente lo hicieron, les hizo creer algo, los dejó quietos, los envolvió en su juego y cayeron redonditos ante este.Los días se contaban, las horas se acaba, el tic tac del reloj avanzaba y su venganza estaba más que lista.Tenía todo en orden, el plan de venganza sería ejecutado y el juego sería terminado con ella de ganadora."Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti."— Friedrich Nielsen.Chanel:Estoy sentada sobre mi cama, tengo tanta pereza de bajar, con el simple hecho de saber que debo estar rodeada de más personas y ponerles buena cara... No, no y no, que se jodan.Unos toques en la puerta me irritan al instante.— ¿Por qué no bajas? — menudo idiota ¿Quién le dio permiso de entrar?— ¿No leíste el letrero de la puerta? — el ríe, provoca golpearlo. — Dice no ingreses a menos de que quieras sufrir ¡En mayúsculas!Rhett me mira divertido mientras relame sus labios, me gustaría que esa lengua estuviera sobre los míos, definitivamente.— Es más divertido molestarte. — me levanto para sacarlo de la habitación, pero él es más rápido y me taclea hacia la pared.— Tu olor es putamente embriagador.— mete su rostro en mi cuello y un escalofrío me recorre al instante.Lleva sus manos a mi feminidad y la roza de manera lenta.— No andes con juegos.— siseo entre dientes.— Con es
"La maldad puede ser fácilmente absorbida cuando se está en contacto constante con ella."— Desapareciste. — escucho a mis espaldas, no me giro, sé perfectamente quién es.— No es tu asunto. — digo sin mirarlo, es mejor que se mantenga al margen. — Aléjate.— Oh vamos, dulzura. — dice mientras roza su nariz con mi cuello, ese simple acto causa escalofríos en mi cuerpo.— Rhett es mejor que te apartes. — lo tomo de la muñeca muy fuerte y él solo se ríe.Quiero golpearlo en ese hermoso rostro, el condenado sabe que está bueno y con eso intenta manipularme.— Dulzura... — se acerca al lóbulo de mi oreja. — Sabes que no puedes resistirte a mí. — me río en su cara.— En tus sueños. — sentenció apartándolo de mí. — Tus juegos de conquista y manipulación pueden servir con cualquiera, excepto conmigo y lo sabes. — me toma de la cintura y me pega a su cuerpo, su aliento se choca con el mío y comienzo a sentir la humedad entre mis piernas.— Eso ya lo veremos. — ríe una última vez y se aparta p
" Los monstruos son reales, viven dentro de nosotros, y a veces, ellos ganan."— Stephen King.¿?Porque la oscuridad jamás se ha conocido como tal, porque ella puede ser luz y al mismo tiempo abismo. Con sus labios púrpura te engaña y te lleva en sus redes, es hermosa, lo sabe, su belleza es atrapante, atrayente a la vista. Su sensualidad te envuelve, te hace desearla, mirarla y jamás soltarla, cuando eso sucede ya has caído en su juego y para volver atrás, será demasiado difícil...¿Mujer frágil? Nunca ha sido así, su determinación y fortaleza es tan grande como sus pechos, claro, eso es si me piden un ejemplo.La miro desde la lejanía, sé perfectamente lo que hace, sé lo que quiere, ella es así, le encanta envolver a las personas en su juego y solo soltarlas en el último momento, pero no para nada bueno. Por eso me fascina...No es tonta, su manipulación y forma calculadora de ver las cosas me pone tan duro en muchas ocasiones, sabe lo que quiere y hace hasta lo inimaginable para c
“Todo el que crea un monstruo, tarde o temprano ha de destruirlo, o el monstruo lo destruye a él.”Chanel:Me miro al espejo, me veo jodidamente preciosa; un vestido con cuello en forma de V me acompaña, resalta mis pechos y es lo que más me encanta. Este es largo, con una abertura en la pierna derecha y ajustado en la cintura, seré el centro de atención, como debe ser siempre. Mi melena cae en hondas, amo mi hermoso cabello largo, un cobrizo demasiado hermoso para ser real, pero que se puede hacer, yo soy así.Me retoco por última vez el maquillaje y cuando me siento lista agarro mi pequeño bolso junto con las llaves de mi camioneta, había pensado en llegar en compañía de Rhett, pero hoy no estoy para soportar a nadie y solo quiero hacer mi aparición por mi cuenta, es lo único que deseo.Salgo de mi apartamento y voy directamente al estacionamiento, al llegar me subo a la camioneta y me encamino directamente al psiquiátrico Northwestern, hoy es la gran primicia y como invitada especi
“Los monstruos que salían de sus tumbas no son nada comparados con los que llevamos en el corazón.”— Max Brooks.Cinco de la mañana, me despierto y siento la emoción recorrerme el cuerpo, hoy será mi primer día en el psiquiátrico, podré verlo de cerca, sentirlo y sobre todo estar ahí mirando cada cosa que me rodea.Me alisto con tranquilidad, aún tengo mucho tiempo, me gusta levantarme temprano para poder rendir. Tomo una ducha algo larga, lavo mi cabello y mi cuerpo con paciencia, hoy tengo más energía que cualquier otro día y eso realmente me agrada. Salgo del baño envuelta en una toalla, elijo mi ropa, prefiero hoy colocarme un lindo vestido color Vinotinto, realza mis curvas y me queda bastante bien.Así que me visto con tranquilidad, me coloco mis tacones y me dispongo a terminar de arreglarme, no uso mucho maquillaje, solo algo de mascara de pestaña, mi labial púrpura que jamás puede faltar y me coloco perfume.Mi móvil suena en la mesita de noche, pero lo ignoro, busco mi bols
“El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer, y en ese claro oscuro surgen los monstruos.”Chanel Maxwell:Caminamos por el largo pasillo, este espacio es silencioso, no hay muchos enfermeros cerca, ya me va agradando la idea de estar aquí. Lo sigo de cerca, no menciona palabra alguna, ambos nos mantenemos en silencio, se frena, saca las llaves de su bata y abre la puerta frente a él.— Es aquí. — pronuncia sin mirarme, no digo nada. Ambos ingresamos en esta, no es tan grande, pero si es espaciosa. — Puedes decorarla a tu gusto y como lo desees.— Muchas gracias. — recorro la habitación, es tan gris, definitivamente necesita mi toque aquí. — Eso haré.— Ahora quiero enseñarte la sala de descanso. — me entrega las llaves de mi oficina y luego caminamos hacia la sala que mencionó.Ambos ingresamos en esta, adentro está Rhett, Jake y Daniel, los tres hombres posan sus ojos sobre mí y me escanean por completo, puedo notar como sus ojos se desvían mucho más hacia mis pechos y mis c
Narrador Omnisciente:Sus tacones suenan por toda la estancia, su vestido blanco realza sus curvas, su cabellera cobriza la hace lucir divina. Sube las escaleras y llega al segundo piso, no hay nadie allí, está vacío, una sonrisa cínica se forma en sus labios.— Justo como lo predije. — dice mientras se ríe, parece una desquiciada, se encuentra sola, se queda unos segundos observando el lugar.Hace días que él escapó, lo sabe, y eso solo la llena de energía, porque detonó lo que verdaderamente estaba esperando, su personalidad real. Su trastorno se hizo presente y eso solo la deja extasiada, al saber que ella fue su detonante.Su teléfono suena, lo agarra de inmediato y al ver de quién se trata la hace cantar victoria internamente.— Ich habe es bei mir. — pronuncia aquel hombre, la sonrisa que se forma en sus labios es notable.«Lo tengo conmigo.»— Gerade rechtzeitig. — sale de la habitación, baja las escaleras, y se encamina a la puerta trasera del lugar. — Voy en camino. — le dice
Rhett:He llegado temprano, no hay nadie cerca, todo está desolado, pero como de costumbre Amanda está allí en la recepción, camino directamente hacia ella.— Buenos días, Doctor. — sus mejillas se ruborizan.— Buen día, Amanda. — sus ojos brillan cuando menciono su nombre. — ¿Algo por aquí? — ella asiente al instante.— Si, Doctor, Aubrey acaba de despertar. — me pasa su ficha médica. — Lo está esperando.— Gracias. — la dejo allí y me encamino rápido para ir a la habitación de ella.Debo ir al cuarto piso, no muchos saben de la existencia de este, más que todo solo se menciona el tercero, máxima seguridad, pero el cuarto son los altamente peligrosos y allí está Aubrey. Estoy en el ascensor, tengo el café en mi mano, reviso su expediente un par de veces, lo más seguro es que no quiera verme, pero he avanzado con ella el último mes, así que debo proseguir.Al llegar las puertas del ascensor se abren y yo salgo de este rápidamente, le doy un sorbo a mi café y camino hasta la habitació