Chanel:Mi teléfono seguía sonando con desespero, joder, quién sea que esté llamando, era un jodido dolor de cabeza, pero lo seguí ignorando, estaba de camino a donde quería ir. ¿Venía sola? ¡Por supuesto que no! A mi lado venía el tonto de Donovan, me hubiese encantado traer a Jared, pero sería estúpido de mi parte traerlo aquí de nuevo, y de igual manera, él debía quedarse resguardando mis pacientes especiales del piso tres.Me reí bastante al verlo con la boca abierta, muy jefe del FBI, pero estaba aquí a mi lado bien dormido y con la baba casi cayéndosele de la boca.— Ya estamos por llegar. — lo muevo para que se despierte, pero se resiste. — Donovan… ¡Joder! — se para automáticamente. — Llegamos. — asiente despertándose de inmediato.El gran hospital, en el cual hice mi residencia, estaba frente a mí nuevamente, incluso él se removió a mi lado, solo había venido un par de veces aquí, pero estar de vuelta y de esta manera, era tan extraño.Ingresé y estacioné el auto, estaba ansi
Donovan:Mi vuelo ya había aterrizado en tierras coreanas, estaba listo para entrar en mi sucursal y llevar todo esto acabo.— Ajeossi. — me recibe mi mano derecho, solo asiento y me subo en la camioneta.«Señor.»— ¿Todo listo con los demás? — saca la tableta y me la enseña.— Todos estamos en posición, usted solo debe dar la orden. — me encantaba la eficiencia de ellos.— Convoca al resto, el trabajo que tengo es arduo. — asiente y hace unas llamadas.Reviso un par de veces más los videos que ella me ha enviado, está su padre en ambos, es la misma camioneta, incluso las placas coinciden, eso quiere decir que los de ambos videos son cobras. Entonces fue algo que planeó o tal vez algo que se le salió de la manos.Llegamos a mi central, me bajo junto con mi mano derecha, mis pasos son rápidos, recibo saludos y asentimientos de cabeza.— Sajangnim-i yeogi iss-eoyo. — dicen ellos al verme, es grato volver a oír mi idioma natal…«El jefe está aquí.»No me detengo, los demás me están esper
Narrador Omnisciente:La mañana del martes era tranquila, sencilla, la brisa en el aire era fresca, otoño en su máximo esplendor. Aunque en el aire había suspenso, incluso con las personas cerca sintiendo la pesadez del momento, el martes parecía ser muy tranquilo.La camioneta blanca se estaciona frente a la casa, una desolada, tan sola en kilómetros, lo único que podía oírse era el viento corriendo, nada más, la ubicación era perfecta para hacer un asesinato, sin nadie cerca, solo aquella persona, en compañía de la soledad y nada más.El hombre bajó del auto con sus dos hombres, estaba tan cerca, solo a unos cuantos pasos de esto… Tocó la puerta frente a él y una voz resonó desde el otro lado.— Solo ingresas tú. — lo hombres a su lado no estaban contentos con esas palabras, pero él los tranquilizó, al final de todo, esto era más importante.La puerta se abrió, dejando ver una estancia algo oscura, donde el frío era el único que prevalecía, él ingresó, solo, sus hombres se quedaron
Chanel:Ocho de la mañana y por primera vez venía por mi propia voluntad a la casa, abrí la puerta con lentitud, traté de no hacer mucho ruido, la cerradura seguía siendo la misma. Al entrar en el salón principal no vi a nadie, caminé a la cocina y revisé la nevera, no mentiría, tenía hambre, solo un poco.— ¿¡Qué haces aquí!? — su grito no me alteró, solo sonreí, que imbécil.— Ah, es el idiota. — me miró de arriba abajo.— Y tú la puta. — me reí en su cara, era tan patético para los insultos.— ¿Es lo mejor que puedes decirme? — su molestia era muy notoria en su rostro. — Te creí más inteligente, vamos, te doy otra oportunidad.— ¡Cállate, puta! — se abalanzó sobre mí, pero antes de que yo pudiera siquiera golpearlo o él a mí, mi padre lo detuvo.— ¡Suficiente! Deja a tu hermana en paz y te largas. — murmuró con molestia entre dientes.— ¡Claro a la niña siempre lo mejor!— Basta envidioso, que no te quieran no es mi culpa. — sus ojos destilaban furia.— Acabaré contigo. — me burlé
Narrador Omnisciente:Unos tacones resonaron por todo el lugar, el frío se escabullía de forma rápida, el sitio estaba totalmente a oscuras, pero aun así no se detuvo en ningún momento, era importante lo que haría a continuación.Él había llegado de su largo viaje y ahora se hallaba allí solo por ella y su magnífico plan.— ¿Todo listo? — preguntó de forma pensativa al encontrarse con aquella chiquilla, que es toda una adulta ahora.— Por supuesto, siempre estoy muy lista, para todo. — aquello lo hizo sonreír.La conocía, él la había formado, a pesar de sus estúpidos padres, Dominick fue el que siempre la comprendió, porque él mismo era igual a ella.— Tienes a tu disposición todo mi equipo, no dudes de eso. — asintió sin dejar de mirar la pantalla de su teléfono. — ¿Comenzarás ahora?— Así es… ¿Y qué mejor cosa que comenzar contigo? — la sonrisa de ambos se elevó con cinismo.Un viejo dúo hecho tal para cual, uno que desde el principio se habían entendido a la perfección, conocían su
Chanel:Hoy el clima está en mucho mejor aspecto que lo habitual, el cielo despejado me recibe al salir a la calle, las nubes en este me hacen saber que no lloverá, al menos no por el momento, todo se ve muy bien, excelente para comenzar el día y de la mejor manera posible.Ajusto muy bien la bata a mi cuerpo y me adentro a los pasillos de las instalaciones. No he recibido ninguna llamada, eso ayuda mucho, ninguno sospecha de nada. Me detengo en seco cuando veo una escena algo perturbadora, aunque bueno, para mí no lo es.— ¿¡Dónde está el doctor Rhett!? — grita con mucho nerviosismo el enfermero.— ¿Qué sucede? — Evan llega a su encuentro.Me mantengo al margen por unos segundos más, estoy alejada lo suficiente como para que no me vean, pero si para escuchar, es lo único que me importa justo ahora.— El paciente cuatro está fuera de control. — capta toda mi atención por completo. — Me ha atacado, no sé como actuar, no consigo al Doctor Rhett y él solo quiere ser atendido por la Docto
Estoy tranquila en mi oficina, el bullicio de hoy ha terminado, y al final de todo, yo no fui la que hice algo malo. Miro por la ventana y veo como el atardecer comienza a caer en el cielo despejado, la puerta se abre, esta golpea con la pared, sé perfectamente quién ha ingresado a este lugar, pero no me inmuto. Mi vista sigue sobre los archivos sobre mi escritorio, ni siquiera me importa quién ha llegado y mucho menos lo que a continuación sucederá. — ¡No lo tienes permitido! — y el escándalo se dispara en la oficina. — ¡Es mi jodido paciente! — no me inmuto, no me interesa lo que él desea justo ahora. — ¡Mírame cuando te hable! — siento como su mano me toma de la mandíbula. Ah no, ¡en mi jodida guardia no! De un golpe lo empujo muy rápido, su espalda golpea automáticamente la pared, su sonrisa de cinismo no se hace esperar. — ¡No te permito venir a mi oficina y tocarme de esa manera! — no se inmuta, me giro para dejar de verlo. — Así que lárgate de aquí. — Ni en tus mejores sueñ
Corre y corre muchísimo más, no se detiene ¿Por qué hacerlo?Está agotada, sus pies duelen y sangran, su mirada perdida no sé hace esperar, su pecho sube y baja con ferocidad. ¿Cómo fueron capaces de hacerle algo así? Ella no puede más, pero sabe que si se detiene lo lamentara, le cuesta mucho trabajo seguir, pero lo consigue.Gritos a lo lejos… La sangre de su cuerpo no ha dejado de salir, se contiene nuevamente de seguir, pero no se para pensarlo, ella sigue en su camino hacia la libertad, hasta que…— ¡Suéltame! — grita ella con desespero.— ¡La encontré! — la sostiene con tanta fuerza que sus extremidades duelen, pero no se queja, no llora, simplemente se queda quieta.Caminan de regreso hacia la oscura cabaña, la sangre le hierve de rabia, sus pupilas están dilatadas y las ganas de acabar con todo a su paso son seguras y enormes.Lo hará, terminará con ese sufrimiento, pero solo deberá esperar un poco, debe planear bien su plan sin desatar a la bestia en el transcurso de este.Po