En un lujoso departamento de Light City un hombre se encontraba desnudo sentado sobre un sofá observando a la mujer que aún permanecía dormida sobre la cama. La larga jornada de sexo había acabado finalmente y ella se había dormido de manera plácida y tranquila.
Ramsés se puso de pie y se encaminó hacia la ducha. Se daría un baño rápido, necesitaba quitarse el nauseabundo olor de esa mujer de su piel. Sentía que, por alguna razón, los olores vulgares de los perfumes se quedaban impregnados sobre su cuerpo y no podía quitarlos con facilidad y eso era algo que le molestaba sobremanera.
Mientras que el jabón recorría cada centímetro de su piel pudo sentir como dos manos comenzaban a acariciar su cuerpo.
_ Mi amor, pensé que pasarías la noche junto a mi _ dijo ella aun abrazando al hombre con el rostro apoyado en la espalda de él.
_Lo siento preciosa, pero yo no duermo con ninguna mujer, solo sexo _ dijo de manera tranquila mientras que la alejaba de él _ tampoco me interesa repetir, ya tuve suficiente de ti el día de hoy.
Ella lo miró sorprendida, había escuchado que ese hombre actuaba de esa manera, pero nunca imaginó que se lo haría a ella, después de todo, todos los hombres siempre caían rendidos a sus pies y era ella la que los rechazaba. Ahora se sentía ofendida y molesta apartándose de él de manera brusca.
_ No te hagas la ofendida, ya te di lo que tanto querías, _ dijo tomando con fuerza su mentón y obligándola a que lo mire _ ahora deja que me terminar de bañar tranquilo, no soporto sentir tu sucio olor en mi cuerpo _ agregó con frialdad y un tono despótico.
Si antes estaba molesta esas palabras la pusieron feroz y una de sus manos se elevó sobre su cabeza para intentar soltar una cachetada sobre el rostro inexpresivo del hermoso hombre.
_ Nunca, jamás, en tu vida, vuelvas a intentar hacer algo como esto… _ eso no era una advertencia de su parte _ o de lo contrario sufrirás las consecuencias _ era una clara amenaza y Ramsés Licaón nunca amenazaba en vano.
Furioso por el atrevimiento de esa mujer Ramsés salió de ese baño y comenzó a vestirse. Su mal humor habitual se había disparado al espacio sideral. Él era un hombre complejo, más que eso era un hombre con el que no convenía tener ningún tipo de inconveniente, de lo contrario, podría lamentarse extremadamente el que se atreviese a molestarlo.
Sin siquiera mirar a la hermosa modelo con la que había tenido un fogoso encuentro durante la tarde de ese día. Ella seguía molesta, pero ya no se atrevía siquiera a mirarlo. Había podido sentir el verdadero terror recorrerla cuando él la amenazó, incluso le pareció percibir un sutil cambio en el color de los ojos, fue un segundo pero le pareció que pasaban del ébano al dorado. Quizá lo imaginó, tal vez el miedo le hizo ver cosas que en realidad no habían existido. Quién sabe.
Ramsés salió del departamento de manera perezosa. Se sentía satisfecho tras ese encuentro, había calmado un poco a sus demonios internos y sabía que durante algún tiempo podría seguir de esa manera. También sabía que ese tiempo no sería mucho. Él era un hombre muy vigoroso, necesitaba tener desfogue sexual continuamente o su alter ego se podría descontrolar.
“Esto se terminará en cuanto la encuentre” Se dijo a sí mismo, a modo de consuelo. Realmente no le gustaban esas mujeres, ninguna podría llegarle a los talones a ella, a la que se convertiría en su todo. Él la esperaba, ellos la esperaban ansiosos, dispuestos a destruir el mundo completo con tal de tenerla.
Ramsés había renunciado a todo, literalmente, por no seguir los caprichosos deseos de su padre y unirse a una mujer distinta a su Mate. Se había auto exiliado al mundo humano, obligándose a sí mismo a convivir con ellos, dejando su manada y su linaje atrás. Su hermano menor ocupó su lugar, él aceptó el trato y se casó con la mujer impuesta por el consejo.
Necesitaba despejar su mente. Decidió caminar, grandes edificios se alzaban a cada uno de sus lados. Al principio eran lujosos, imponentes, pero a medida que abanaba la zona comenzaba a cambiar. No sabía cuánto tiempo llevaba caminando, pero algo le indicaba que continuara. Su chofer lo seguía de cerca, esperando que él se decidiera a subir, pero Ramsés seguía firme en su caminata. Era un autómata, ya no pensaba, ya no sentía, solo seguía un poco más.
“Ese olor…debo seguir ese olor” se frenó de repente agudizando los sentidos. A sus fosas nasales llegó el embriagante olor de ella, la que esperaba, pero también otro, uno nauseabundo, uno desagradable. Era olor a muerte. El aroma que perseguía se mesclaba con el de la muerte.
Comenzó a correr, seguía desesperado la dirección por donde percibía ese olor. Hasta que se frenó de repente. Ahí estaba, ese era el lugar.
Se acercó con cautela, intentando distinguir aquellos que tanto miedo le causaba. Un pequeño bulto era todo lo que encontró en el lugar, un paso más y se agachó a su altura, descubrió su rostro y un alarido de dolor salió de su pecho. Ella estaba viva, pero al parecer no por mucho tiempo.
La tomó en sus brazos con toda la cautela que pudo, pero sin olvidar la premura del caso. Necesitaba llevarla de inmediato a su hogar, ella debía recibir toda la atención que fuera posible de manera urgente.
_ Rápido, hay que ir a casa _ dijo a su chofer que lo miraba un poco inquieto por lo que su jefe estaba haciendo.
_ Señor, puede acarrearle algún problema recoger mendigos quizá…_ el pobre hombre no pudo terminar de hablar porque su jefe casi lo fulmina tan solo con la mirada.
Sin decir más el auto se puso en marcha y se dirigió a su hogar a toda velocidad. El problema es que Ramsés vivía alejado del casco urbano. El trayecto sería de poco más de una hora, ya que el tráfico estaba bastante cargado, y con cada segundo que transcurría él se desesperaba más y más.
En el camino había llamado a Nila, su nana. Le había dado indicaciones sobre todo lo que iba a necesitar de manera urgente. Ella seguía en sus piernas, él acariciaba su rostro y le suplicaba que aguantara un poco más, solo un poco. Olía terriblemente mal, pero lo peor es que también apestaba a acónito, ese veneno le restaba la posibilidad de recuperarse y la estaba consumiendo hasta llevarla casi a la muerte.
Al poner un pie en tierra corrió hacia adentro, a su habitación, la posó tiernamente sobre la cama y de inmediato comenzó a atenderla con ayuda de su nana. Era una suerte haber estudiado un poco de medicina, ellos no podían ir a un hospital común y al decidir vivir en el mundo humano tendría que atenderse a sí mismo, nunca imagino que a la que ayudaría sería a ella, a su destinada.
_ Ramsés ella es… _ Nila dejó la frase en el aire.
_ Sí nana, es mi mate, la encontré, pero la diosa me la envió de esta manera _ una lágrima corría por su rostro, casi no podía respirar por el dolor que sentía al verla de esa manera _ te juro que en cuanto sepa quién le hizo esto lo pagará muy caro, deseará no haber nacido nunca _
Ramsés limpiada cuidadosamente el cuerpo de su mate. El duro y fuerte alfa dejaba caer gruesas lágrimas de sus ojos al comprobar el lamentable estado en el que ella se encontraba. Nunca en su vida se había imaginado tanta crueldad contra una linda omega. Él estaba tan orgulloso de que su mate fuera una omega, ellas eran las más hermosas y dulce que podían existir. Por desgracia la diosa Luna había dejado de enviar omegas al mundo. La última había sido su madre, que murió hace ya muchos años. Él era apenas un cachorro cuando eso pasó. Su padre no pudo esperar mucho tiempo y volvió a casarse, pero con una alfa. Ella era hermosa, pero también despreciable. Lo había lastimado de incontables maneras frente a la mirada dura de su propio padre, todo en nombre de convertirlo en un alfa fuerte, el digno heredero de Shadow Moon, la manada de licans más importante y la que gobernaba a todo el mundo sobrenatural.Ramsés Licaón era el futuro Rey alfa, bajo su mando debían estar todas las manadas d
Ramsés tomó a su pequeña cachorra en brazos y la acercó a la cama. Allí se encargó de secar con delicadeza su cuerpo, centímetro a centímetro. No había una pisca de morbo en su acto, él actuaba con amor y devoción, cuidando ese hermoso tesoro que la diosa Luna le había confiado.Sabía que habría una larga y triste historia tras el deplorable estado en el que ella estaba pero esperaría lo que ella necesitara para contar, después de todo, él también tenía su triste historia.Isis era solo un despojo de ser humano. Su piel estaba delgada y lacerada, los huesos se dejaban ver por donde fuera que mirara. Su delicada columna se hacía presente y sus piernas estaban débiles y sin fuerzas. Ella era una loba, pero había estado tanto tiempo siendo torturada, rociada con acónito, durmiendo entre sus propios desechos y comiendo los restos de basura que le tiraban que iba a ser verdaderamente larga su recuperación. El acónito había sido eliminado, pero tenía que lograr reponer ella misma lo que fal
El sol acariciaba delicadamente la piel de Isis que aún permanecía en la cama. Ella abrió los ojos e inmediatamente una sonrisa se asomó a sus labios pensando en todo lo que había ocurrido la noche anterior. Ese hombre era un descarado, se la había comido completita y ella gustosa se había dejado devorar. Era la sensación más plena que había podido sentir en su vida. Nunca imaginó que ella podría vivir algo como eso después de los años de sufrimiento en Colmillo de Luna.Una sombra vino de repente a invadir sus pensamientos, el terror de que todo fuera mentira, de que lo que estaba ocurriendo no era más que un sueño, pero dentro de ella su linda lobita revoloteaba alertándola de que la experiencia de la noche anterior había sido muy vívida y sentida para ambas.Isis volvió a sonreír ante ese recuerdo. Sí, su licans hermoso la había hecho muy feliz durante la noche, y varias veces a decir verdad._ El que solo se ríe de sus picardías se acuerda mi hermosa cachorrita _ dijo Ramsés ingre
Los días habían pasado tranquilos. Isis estaba aprendiendo muy bien todo lo que Ramsés quería enseñarle, tanto así que la había convertido en su asistente personal, aunque él ya tenía uno, ella era como la ayudante del otro.Todo transcurría con calma, haciendo que Ramsés se sintiera el hombre más feliz del mundo, después de todo había encontrado a su mate, su otra mitad y aquella que hacía que sus días fueran verdaderamente los mejores.Nana Nila los veía con orgullo, estaba feliz de que el lazo fuera lo suficientemente fuerte. La marca de ella era hermosa. Era una luna blanca, brillante y un licans negro bestial. Era algo mágico y sublime, ver esta marca era un recordatorio de la espectacularidad de su especie. Simbolizaba la acción redentora de la Diosa Luna, quien se enamoró de Licaón y con su amor lo salvó de su trágico destino de soledad y barbarie.Al ver el prodigio Ramsés quedó consternado. Él nunca había visto una marca como esa, en sus 500 años de vida. Era algo especial y
Ramsés realizo las llamadas correspondientes y en breve las personas que él necesitaba llegaron al lugar. Él no era el único licans que se encontraba en el mundo humano. Había otros, muchos que se habían camuflado y vivían una vida tranquila y simple como cualquier otro mortal, aunque ellos eran superiores en todos los ámbitos pudiendo pasar desapercibidos a pesar de sus grandes logros en todo lo que se propusieran.Isis estaba preparando las maletas, un poco apesadumbrado, tenía mucho temor de lo que estaba por venir. No estaba segura de lo que fuera a suceder en ese lugar, después de todo ese ya no era el hogar de su alfa. Mientras ella acomodaba todo como Ramsés se lo había pedido escuchó un gran alboroto en la planta baja y con premura y aprehensión descendió para poder ver qué ocurría.Al llegar a la sala Isis se topó con una imagen un tanto molesta, a su ver, ya que una hermosa y esbelta mujer rubia abrazaba efusivamente a su mate. Ella solo arrugó el entrecejo y cruzó sus brazo
Mientras ellos tenían una sincera conversación en el estudio, en la habitación de la pareja las cosas eran un poco diferentes.Isis estaba un poco, en realidad, muy inquieta. Ella presentía que las cosas no serían tan sencillas como ir a un funeral y volver. Mientras Hatice observaba la habitación y hablaba hasta por los codos, ella tenía su mirada perdida en la inmensidad del campo que se cernía fuera de la hermosa Villa que ahora era su hogar._ ¿Isis? _ la voz de su acompañante la sacó de su ensimismamiento._ Mmm ¿Sí? _ preguntó sabiendo que se había perdido de todo aquello que la hermosa mujer a su lado le estaba diciendo._ Isis…tranquila, no dejaremos que las cosas se salgan de control _ Hatice comenzó a decir presintiendo lo que ella estaba sintiendo _ tienes que ser fuerte, allí habrá personas que no serán amigables, pero tú tienes que ser lo suficientemente astuta como para no permitir que eso te afecte, solo confía siempre en Ramsés, él nunca te traicionaría ¿Sí? _ La hermos
Ramsés tenía una hermosa sonrisa de satisfacción en los labios al ver lo que su cachorrita acababa de hacer. Ella se había defendido de manera espléndida, aunque pudiera parecer un poco extremo, pero la verdad es que ella nunca se había defendido en su vida y ahora tenía el derecho de hacerlo de la manera en la que se le antojara._ Dimitri, ven a recoger la basura, y dile a Martina que venga _ dijo Ramsés a través del teléfono celular.El pobre asistente estaba aún en el vestíbulo, había tenido el privilegio de poder salir a almorzar, ese era un lujo que no todos los días tenía y había decidido aprovecharlo. Estaba ya caminando hacia el ascensor cuando recibió esa llamada intimidante. Intentó encontrar a Martina, pero ella. Al parecer aún estaba en su descanso, por lo que decidió correr solo hacia la oficina de su jefe.Al salir del ascensor Dimitri se asustó de muerte por los alaridos estridentes que se oían desde la oficina de su jefe. Asustado de muerte, corrió al lugar y se encont
Mientras que ellos se amaban de manera apasionada y sumamente lujuriosa, en la manada Shadow Moon todo estaba de cabezas por la muerte del antiguo alfa.Dilan y Luna habían llegado en el momento en que todo estaba ocurriendo ya que su vieje se había retrasado un tiempo a causa de una enfermedad que había aquejado al alfa y de la que le había costado recuperarse.Casandra, corría de un lado al otro organizando todo para despedir de la manera correcta al ex alfa. Esperaba que llegaran comitivas de todas las manadas, ya que ellos eran los gobernantes supremos del mundo sobrenatural, por lo que era un evento que traería todas las cosas que ella estaba esperando que sucediera._ Madre, ¿crees que él vendrá? _ preguntó Ícaro quien estaba observando dudoso a su progenitora __ Claro que vendrá, él es su padre después de todo _ dijo la mujer con un extraño brillo en sus ojos._ Pero…Vera ha vuelto por él…si ellos se unen… _ el temor estaba impregnado en las palabras y mirada del hombre que se