Ramsés limpiada cuidadosamente el cuerpo de su mate. El duro y fuerte alfa dejaba caer gruesas lágrimas de sus ojos al comprobar el lamentable estado en el que ella se encontraba. Nunca en su vida se había imaginado tanta crueldad contra una linda omega. Él estaba tan orgulloso de que su mate fuera una omega, ellas eran las más hermosas y dulce que podían existir. Por desgracia la diosa Luna había dejado de enviar omegas al mundo. La última había sido su madre, que murió hace ya muchos años. Él era apenas un cachorro cuando eso pasó. Su padre no pudo esperar mucho tiempo y volvió a casarse, pero con una alfa. Ella era hermosa, pero también despreciable. Lo había lastimado de incontables maneras frente a la mirada dura de su propio padre, todo en nombre de convertirlo en un alfa fuerte, el digno heredero de Shadow Moon, la manada de licans más importante y la que gobernaba a todo el mundo sobrenatural.
Ramsés Licaón era el futuro Rey alfa, bajo su mando debían estar todas las manadas de hombres lobo que existieran…pero, las cosas para él no fueron tan sencillas. Su padre, influenciado por su nueva esposa, impuso una regla para que él ascendiera al trono, una que la mujer estaba segura que él jamás aceptaría. Debía casarse con una alfa que ellos habían elegido. Una que no era, por supuesto, su mate, sino la hija de uno de los ancianos del consejo. Ante este acto él decidió dimitir y dejar el mando a su hermano menor, hijo de la segunda esposa de su padre.
Podría decirse que allí quedó todo, pero no fue de esa manera. Ramsés era un hombre tranquilo, pero también se había posicionado como un gran líder cuando realizaba su entrenamiento para recibir el poder. Él era el elegido por todos cuando algún problema se presentaba y, como amaba a su pueblo, no dudaba en ayudar y resolver las controversias, ya fuera de forma pacífica o no. En el combate era el guerrero más fuerte y cruel, en diplomacia era el más apto, logrando que todos lo consideraran el verdadero Rey.
El problema fue cuando comenzó a circular el rumor de que él quería tomar el poder por la fuerza. La pelea con su padre fue atroz, las supuestas pruebas en su contra fueron contundentes y él furioso y ofendido por la desconfianza de la que era objeto abandonó la manada, comenzando así su vida en el reino humano.
Las dificultades que enfrentó fueron muchas y demasiadas lunas habían pasado desde entonces. Él trabajó duro durante años hasta ser el hombre que era en ese momento. Había logrado pasar desapercibido, se había camuflado muchas veces y cambiado de nombre muchas más, después de todos los simples mortales no vivían tantos años como él llevaba en la tierra.
Había anhelado tanto este momento y ahora que por fin la tenía no dudaba en permanecer a su lado. Él la cuidaba con cuidado, él la amaba, el vínculo era fuerte aunque ella estuviera dormida. Había limpiado su cuerpo con amor y podía ver cómo el antídoto iba haciendo efecto en ella que se veía cada día más repuesta, pero aún no despertaba.
Ella parecía, en ocasiones soñar, mejor dicho tener pesadillas. Esos eran los momentos en que la abrazaba con cuidado y la arrullaba diciendo dulce palabras. La hermosa niña, de la que aún no conocía su nombre parecía aferrarse a su pecho y quedarse tranquila.
Varios días pasaron de esa manera, él prácticamente aferrado a su cuerpo para darle calor y que ella estuviera tranquila. Hasta que unos bellos ojos miel se abrieron y comenzaron a mirar a todos lados con algo de consternación. Su cuerpo dolía, su mente se sentía nublada. Las imágenes de lo ocurrido durante el último año y medio la inundaron y el terror la recorrió por completo.
Su olfato se agudizó y ella pudo sentir un exquisito olor “mate” pensó. Pero ese no era el olor de Dilan, además de que este la había rechazado y ella lo aceptó. El vínculo estaba roto. Intentó incorporarse pero le costó un poco.
Una puerta fue abierta y ese aroma se maximizó. Ella abrió muy grande los ojos, sentía que tenía enfrente una visión celestial. Ese hombre era hermoso, él caminó con calma hasta la cama y la observó con una gran sonrisa en los labios.
_ ¡Cachorrita, al fin despiertas! _ Su alegría era evidente.
Ramsés quería lanzarse sobre ella y estrecharla fuerte entre sus brazos, pero el temor que manifestaba su cuerpo lo impidió y solo intentó hablarle.
_ ¿Dónde estoy? Yo…no entiendo…_ fue todo lo que pudo decir.
_ ¡Oh! Si lo siento, estaba tan emocionado de verte que olvidé presentarme _ Ramsés se sentó en un sillón que se encontraba cerca de la cama, quería darle a ella su espacio _soy Ramsés Licaón, y estás en mi casa. Mi hermosa cachorrita estoy muy feliz de al fin haberte encontrado.
_ Creí que había muerto y estaba en el cielo _ ella comenzó a llorar y Ramsés ya no soportó el guardar la distancia. Se acercó a la cama y la abrazó muy fuerte calmando su adolorido corazón.
Ese momento duró bastante. Ella comenzó a calmarse y a entender que al parecer ahora estaba a salvo.
Ramsés la levantó delicadamente y la llevó al baño. Allí con sumo cuidado la depositó en un sofá para preparar el agua. Ella fue delicadamente introducida al agua y él comenzó con amor a limpiar cada centímetro de su cuerpo magullado. Las marcas habían comenzado a desaparecer. Su cabello era escaso, y estaba muy maltratado, su cuerpo estaba cubierto de huesos, la desnutrición era muy grande. Tardaría un poco en lograr reponerse pero estaba seguro de que muy pronto estaría como nueva.
Mientras él la cuidaba con amor ella solo lloraba. Nunca en sus 19 años de vida se había sentido cuidada ni querida por nadie. Una voz desde la puerta la alertó.
_ Mi niño, ¿está todo en orden? _ preguntó nana Nila desde el otro lado.
_ Sí nana, ella al fin despertó…_ iba a continuar hablando cuando una voz débil lo interrumpió.
_ Isis _ dijo ella de manera casi inaudible, pero no para los preparados oídos de un licans.
Él sonrió con emoción y repitió ese nombre como saboreándolo en su paladar. Era hermoso y dulce, como ella. Su pequeña cachorrita tenía el nombre más hermoso del mundo.
_ Nana, prepara una rica sopa, muy nutritiva, pero liviana _ pidió ahora a la mujer.
_ Si mi niño, en un momento. Te dejo ropa para que Isis pueda vestirse _ ella se sonrojó un poco, pero a pesar de todo, se dejó mimar.
_ Mi pequeña, quiero que estés en calma, ya no temas. Prometo cuidarte _ habló suave mientras la acariciaba. Yo Ramsés Licaón te reclamo a ti Isis como mi mate y pareja destinada por la diosa Luna _
Con un tierno beso sobre los labios de su amada cerró el acto de reclamo. Ella ahora sabía que el vínculo sería cada vez más grande, aunque sin palabras Isis lo aceptó.
Una nueva historia se escribiría para ellos a partir de ese momento.
Ramsés tomó a su pequeña cachorra en brazos y la acercó a la cama. Allí se encargó de secar con delicadeza su cuerpo, centímetro a centímetro. No había una pisca de morbo en su acto, él actuaba con amor y devoción, cuidando ese hermoso tesoro que la diosa Luna le había confiado.Sabía que habría una larga y triste historia tras el deplorable estado en el que ella estaba pero esperaría lo que ella necesitara para contar, después de todo, él también tenía su triste historia.Isis era solo un despojo de ser humano. Su piel estaba delgada y lacerada, los huesos se dejaban ver por donde fuera que mirara. Su delicada columna se hacía presente y sus piernas estaban débiles y sin fuerzas. Ella era una loba, pero había estado tanto tiempo siendo torturada, rociada con acónito, durmiendo entre sus propios desechos y comiendo los restos de basura que le tiraban que iba a ser verdaderamente larga su recuperación. El acónito había sido eliminado, pero tenía que lograr reponer ella misma lo que fal
El sol acariciaba delicadamente la piel de Isis que aún permanecía en la cama. Ella abrió los ojos e inmediatamente una sonrisa se asomó a sus labios pensando en todo lo que había ocurrido la noche anterior. Ese hombre era un descarado, se la había comido completita y ella gustosa se había dejado devorar. Era la sensación más plena que había podido sentir en su vida. Nunca imaginó que ella podría vivir algo como eso después de los años de sufrimiento en Colmillo de Luna.Una sombra vino de repente a invadir sus pensamientos, el terror de que todo fuera mentira, de que lo que estaba ocurriendo no era más que un sueño, pero dentro de ella su linda lobita revoloteaba alertándola de que la experiencia de la noche anterior había sido muy vívida y sentida para ambas.Isis volvió a sonreír ante ese recuerdo. Sí, su licans hermoso la había hecho muy feliz durante la noche, y varias veces a decir verdad._ El que solo se ríe de sus picardías se acuerda mi hermosa cachorrita _ dijo Ramsés ingre
Los días habían pasado tranquilos. Isis estaba aprendiendo muy bien todo lo que Ramsés quería enseñarle, tanto así que la había convertido en su asistente personal, aunque él ya tenía uno, ella era como la ayudante del otro.Todo transcurría con calma, haciendo que Ramsés se sintiera el hombre más feliz del mundo, después de todo había encontrado a su mate, su otra mitad y aquella que hacía que sus días fueran verdaderamente los mejores.Nana Nila los veía con orgullo, estaba feliz de que el lazo fuera lo suficientemente fuerte. La marca de ella era hermosa. Era una luna blanca, brillante y un licans negro bestial. Era algo mágico y sublime, ver esta marca era un recordatorio de la espectacularidad de su especie. Simbolizaba la acción redentora de la Diosa Luna, quien se enamoró de Licaón y con su amor lo salvó de su trágico destino de soledad y barbarie.Al ver el prodigio Ramsés quedó consternado. Él nunca había visto una marca como esa, en sus 500 años de vida. Era algo especial y
Ramsés realizo las llamadas correspondientes y en breve las personas que él necesitaba llegaron al lugar. Él no era el único licans que se encontraba en el mundo humano. Había otros, muchos que se habían camuflado y vivían una vida tranquila y simple como cualquier otro mortal, aunque ellos eran superiores en todos los ámbitos pudiendo pasar desapercibidos a pesar de sus grandes logros en todo lo que se propusieran.Isis estaba preparando las maletas, un poco apesadumbrado, tenía mucho temor de lo que estaba por venir. No estaba segura de lo que fuera a suceder en ese lugar, después de todo ese ya no era el hogar de su alfa. Mientras ella acomodaba todo como Ramsés se lo había pedido escuchó un gran alboroto en la planta baja y con premura y aprehensión descendió para poder ver qué ocurría.Al llegar a la sala Isis se topó con una imagen un tanto molesta, a su ver, ya que una hermosa y esbelta mujer rubia abrazaba efusivamente a su mate. Ella solo arrugó el entrecejo y cruzó sus brazo
Mientras ellos tenían una sincera conversación en el estudio, en la habitación de la pareja las cosas eran un poco diferentes.Isis estaba un poco, en realidad, muy inquieta. Ella presentía que las cosas no serían tan sencillas como ir a un funeral y volver. Mientras Hatice observaba la habitación y hablaba hasta por los codos, ella tenía su mirada perdida en la inmensidad del campo que se cernía fuera de la hermosa Villa que ahora era su hogar._ ¿Isis? _ la voz de su acompañante la sacó de su ensimismamiento._ Mmm ¿Sí? _ preguntó sabiendo que se había perdido de todo aquello que la hermosa mujer a su lado le estaba diciendo._ Isis…tranquila, no dejaremos que las cosas se salgan de control _ Hatice comenzó a decir presintiendo lo que ella estaba sintiendo _ tienes que ser fuerte, allí habrá personas que no serán amigables, pero tú tienes que ser lo suficientemente astuta como para no permitir que eso te afecte, solo confía siempre en Ramsés, él nunca te traicionaría ¿Sí? _ La hermos
Ramsés tenía una hermosa sonrisa de satisfacción en los labios al ver lo que su cachorrita acababa de hacer. Ella se había defendido de manera espléndida, aunque pudiera parecer un poco extremo, pero la verdad es que ella nunca se había defendido en su vida y ahora tenía el derecho de hacerlo de la manera en la que se le antojara._ Dimitri, ven a recoger la basura, y dile a Martina que venga _ dijo Ramsés a través del teléfono celular.El pobre asistente estaba aún en el vestíbulo, había tenido el privilegio de poder salir a almorzar, ese era un lujo que no todos los días tenía y había decidido aprovecharlo. Estaba ya caminando hacia el ascensor cuando recibió esa llamada intimidante. Intentó encontrar a Martina, pero ella. Al parecer aún estaba en su descanso, por lo que decidió correr solo hacia la oficina de su jefe.Al salir del ascensor Dimitri se asustó de muerte por los alaridos estridentes que se oían desde la oficina de su jefe. Asustado de muerte, corrió al lugar y se encont
Mientras que ellos se amaban de manera apasionada y sumamente lujuriosa, en la manada Shadow Moon todo estaba de cabezas por la muerte del antiguo alfa.Dilan y Luna habían llegado en el momento en que todo estaba ocurriendo ya que su vieje se había retrasado un tiempo a causa de una enfermedad que había aquejado al alfa y de la que le había costado recuperarse.Casandra, corría de un lado al otro organizando todo para despedir de la manera correcta al ex alfa. Esperaba que llegaran comitivas de todas las manadas, ya que ellos eran los gobernantes supremos del mundo sobrenatural, por lo que era un evento que traería todas las cosas que ella estaba esperando que sucediera._ Madre, ¿crees que él vendrá? _ preguntó Ícaro quien estaba observando dudoso a su progenitora __ Claro que vendrá, él es su padre después de todo _ dijo la mujer con un extraño brillo en sus ojos._ Pero…Vera ha vuelto por él…si ellos se unen… _ el temor estaba impregnado en las palabras y mirada del hombre que se
Ramsés caminó por los pasillos del aeropuerto como lo que era, un Rey, tal así que, de acuerdo o no, todos se veían obligados a hacerse a un lado cuando él pasaba, incluso inclinaban la cabeza ante su presencia, los licans lo reconocían como rey y obligaban a sus humanos a obedecer, algo que dejó a todos molestos con su otra mitad, ellos consideraban que un licántropo que renegaba de su especia no era digno de reverencias.Isis caminaba a su lado con su espalda recta y su cabeza en alto, ella era la mate de ese increíble hombre, y no se dejaría intimidar por nadie. Aunque muchas mujeres se sentían molestas al ver la conexión que existía entre ambos, ella no era, a sus ojos, merecedora de ese privilegio por ser una simple omega.Una sonrisa burlona se asomó a los labios de Ramsés al notar la molestia con la que observaban a su cachorrita, y su pecho se infló de orgullo al observar como ella caminaba con elegancia y altivez, con pasos firmes y decididos, siguiéndolo a él en cada paso. L