- Así que por favor piénsalo y si no quieres darme una respuesta ahora mismo, puedes llamarme o escribirme a este número- continúo diciéndole a la pelirroja que seguía pensativa escuchándome detrás del biombo y le paso por debajo una tarjeta negra con mi número personal impreso que tenía preparada- Vuelvo y te repito, como pudiste ver hoy, estoy incluso tan interesado en ti como para arriesgarme a hacer lo que hicimos en un ambiente público, así que con eso, te quiero asegurar que lo que quieras pedirme a cambio de que me acompañes por una noche, te lo puedo dar, solo tenemos que ponernos de acuerdo- le digo insinuando el tema del pago para no decirlo así tan crudo, no fuera a hacer de las que se hacen las dignas a último momento y se enoje, porque piense que la estoy llamando prostituta.Después de hablar tanto, aún no ha recogido del suelo, la tarjeta que le pasé y comencé a ponerme un poco más nervioso, mi mente trabajando a mil para buscar un plan B que pudiese servirme, por supue
“He pensado mucho sobre su propuesta y he decidido que podemos encontrarnos una noche, en un lugar más conveniente, pero tengo mis condiciones” Decía el mensaje en mi móvil.Estaba eufórico de la alegría, pase del infierno al cielo en un segundo, dijo que tenía condiciones, pero si no era nada excesivamente descabellado, podía acceder a sus requisitos.Dejé el vaso sobre la mesa y me dispuse rápidamente a responder, con miedo de que se arrepintiera.“No te imaginas lo feliz que me haces, escucho tus condiciones y estoy seguro de que podemos llegar a un acuerdo”- tecleo y envío, esperando que podamos concretar este asunto hoy. Por suerte ella no tardó en responder:“Condiciones:1."Sé muy bien lo que vamos a hacer en nuestro encuentro privado, ambos somos adultos, pero quiero dejar en claro que voy a ser yo quien decida las reglas, los límites y hasta donde llegaremos ese día.2."Quiero una compensación económica de 100.000 dólares por la noche. Si cree que es muy excesivo, entonces p
Entro al cuarto y me asombro porque está completamente iluminado por velas, un olor embriagante y agradable a cítricos está en el ambiente y supongo que es desprendido por algún incienso o quizás por las velas aromáticas.No soy mucho del rollo romántico y menos cuando vengo a los hoteles, voy a lo que voy y ya, pero debo admitir que me están gustando mucho todas sus iniciativas.Miro hacia la cama de madera blanca, que es la pieza principal de la habitación y la encuentro recostada al clásico respaldar de estilo vintage, al igual que toda la cama que tiene un estilo retro, lo único que sí no es para nada retro es el espejo rectangular que está en el techo, justo arriba de la cama, nada más excitante que mirar hacia arriba y ver a una hermosa pelirroja.Me acerco paso a paso y me quito la chaqueta del traje, la tiro sin ninguna contemplación en un sillón blanco que hay en una esquina.Luego dejo a mi paso los zapatos, que ni siquiera desabroché bien, me voy abriendo los botones de arr
En algún momento que no puedo precisar, porque estaba muy metido en mi “trabajo oral”, la pelirroja sacó finalmente mi eje que más rígido, ya no podía estar de mis pantalones extremadamente apretados y gemí como un animal cuando sentí como una cavidad caliente y suave envolvía mi cabeza hasta el glande, una suave lengua saboreaba mi mojada abertura y una mano comenzó a deslizarse de arriba hacia abajo, hasta la base. La otra mano me masajeaba las bolas llenas, desde abajo, también me di cuenta de que en algún momento se quitó los guantes y podía sentir la suavidad de sus manos, que aunque eran pequeñas, igual me envolvían en un fuerte puño, que me tenía al límite. Comencé a mover mis caderas hacia arriba, hundiendo los talones en el colchón y separándome de la cama para hundirme con mayor profundidad en esa apretada garganta. Por mi tamaño de 19 cm es muy difícil para las mujeres el sexo oral conmigo, pero no sé, si ya para mí, lo que hiciera esta pelirroja era lo mejor que había e
Iba a decirle que por favor me desatara, que quería conversar con ella, de preferencia repetir en una segunda ronda, o la noche entera igual me venía muy bien.Pero ella se levantó de repente, se bajó de la cama, caminó hacia su bata de seda desechada en el suelo y se la puso, recogió también el brasier y la tanga.Abrió la puerta del closet y sacó unos botines carmelitas altos y un sobretodo camel que le llegaba a media pierna.La vi que se lo puso por encima de la bata de seda, metió la braga y el brasier en el bolsillo interno y se lo abrochó al frente, si no supieras que debajo estaba completamente desnuda, pensarías que solo llevaba un abrigo encima de una ropa cualquiera.Yo observaba todo eso, como en cámara lenta, sin poderme creer que se iba a ir así sin más, luego de esta noche de placer, que estoy seguro, ella también disfrutó con locura. Pero lo que veían mis ojos asombrados no me mentían, la pelirroja se marchaba, dejándome solo en este cuarto de hotel.Intenté incorporar
Regreso al auto y me siento por un momento, el dolor de cabeza me está matando y no me deja pensar fríamente.No creo que pueda encontrarla en la empresa ahora, por supuesto eso es un pensamiento imbécil. Incluso estoy prácticamente seguro que cuando llegue el lunes el de personal me dirá que la secretaria Monroe, dejó una carta de renuncia, pero que se olvide, porque no pienso firmarla nunca.Si no quiere ser mi secretaria está bien, pero no quiero dejarla escapar de mi vida así como así.- “¿Dónde estás, Estefanía?”, murmuro y pienso en todas las personas a las que puedo acudir a preguntar o en los lugares donde podría estar, pero una vez más me doy cuenta de que la secretaria Monroe sabe prácticamente todo de mi vida, sin embargo, yo no sé absolutamente nada de la de ella.- ¡¡Imbécil, Imbécil!!- exclamo golpeando mi frente contra el timón.¿Cómo puede haber un hombre tan degenerado en la m@ldita vida?, me pregunto y me ahogo en la autocompasión y el desprecio.De repente, en medio
Punto de vista de Alan:Después de no sé cuanto tiempo, que pasé durmiendo o inconsciente, espero que haya sido la primera opción. Vuelvo a abrir mis pesados ojos y me encuentro con el mismo techo blanco, en la misma habitación VIP del hospital. Esta vez no está Williams, sino mi abuela. Cuando se da cuenta de que me he despertado, se levanta rápidamente con ayuda de su acompañante, del sillón que está al lado de mi cama. - Alan, querido, ¿dime como te sientes?, Dulce llama al doctor, rápido- me pregunta tocando suavemente con sus viejas manos, mi rostro herido y con lágrimas cayendo silenciosamente de sus ojos, a la vez que le da instrucciones a la Sra. Dulce, su ayudante, para que busque al personal médico. - Tita, no llores por favor- le digo con voz ronca, porque se me parte el corazón ver a esta mujer tan fuerte con tanta vulnerabilidad. - Está bien, está bien, esa es mi alergia al desinfectante del hospital que me está afectando- me miente y no digo más nada ante su fragrant
Punto de vista de la Secretaria Monroe: Veo pasar los altos edificios, las personas caminando por la calle, apuradas para ir a su trabajo o sumidas en las preocupaciones de su vida. Miro hacia el cielo cubierto de rascacielos de la ciudad, pero en realidad mi mente no está procesando absolutamente nada de lo que mis ojos están observando. Pienso en lo que ha sido toda la mi vida hasta ahora, en cuantos altos y bajos he tenido en el camino, en cuantos obstáculos he tenido que superar, pero al parecer no son suficientes para el destino, que sigue apretando siempre la soga alrededor de mi cuello. Desde los 19 años, tuve que hacerme cargo de mi hermana menor de 17 años, al morir nuestros padres en un accidente. Adele siempre fue una chica rebelde, que iba en contra de todo el mundo, pero que sobre todas las cosas, en vez de verme como su aliada y la hermana que se partía el lomo trabajando para que ella estudiase, me vio siempre como una enemiga. Trabajé incansablemente como camarer