Punto de vista de la Secretaria Monroe: Veo pasar los altos edificios, las personas caminando por la calle, apuradas para ir a su trabajo o sumidas en las preocupaciones de su vida. Miro hacia el cielo cubierto de rascacielos de la ciudad, pero en realidad mi mente no está procesando absolutamente nada de lo que mis ojos están observando. Pienso en lo que ha sido toda la mi vida hasta ahora, en cuantos altos y bajos he tenido en el camino, en cuantos obstáculos he tenido que superar, pero al parecer no son suficientes para el destino, que sigue apretando siempre la soga alrededor de mi cuello. Desde los 19 años, tuve que hacerme cargo de mi hermana menor de 17 años, al morir nuestros padres en un accidente. Adele siempre fue una chica rebelde, que iba en contra de todo el mundo, pero que sobre todas las cosas, en vez de verme como su aliada y la hermana que se partía el lomo trabajando para que ella estudiase, me vio siempre como una enemiga. Trabajé incansablemente como camarer
Punto de vista de la Secretaria Monroe: - ¿Cómo va todo por allá atrás?- escucho la voz de mi amiga Alicia que me saca de mis cavilaciones.- Todo bien, Mateo se quedó dormido- le digo, mirándolo con ternura y acariciando su suave cabello castaño riso.- Perfecto, ya estamos a menos de media hora de Johns Hopkins Hospital- anuncia y suspiro, pensando con temor, en todas las cosas a las que se va a someter este pobre angelito en unos días.Mateo es lo único que me queda de familia, es mi sobrino y el hijo de mi hermana desaparecida Adele.Hace un año me llamaron de servicios sociales para informarme que mi hermana había fallecido por una sobredosis de drogas y había dejado a un niño de 8 años solo en el mundo, porque no tenían conocimiento de quién era el padre y en la inscripción de nacimiento solo figuraba el nombre de la madre.Esos fueron de los peores momentos de mi vida.Siempre me consolaba pensando que aunque Adele no estaba a mi lado, estaría en algún lugar del mundo, felizme
- Aquí estamos- anuncia Alicia, deteniendo finalmente el auto en el estacionamiento público del hospital y girándose hacia atrás, para ver como estaba Mateo, pero él seguía dormido. Últimamente, se encontraba demasiado letárgico, la misma anemia lo mantenía siempre en un estado débil y de somnolencia. Comienzo a llamarlo suavemente, acariciando su ensortijado y suave cabello y veo como poco a poco va reaccionando, abre sus lindos ojos verdes llenos de una lámina de humedad por el sueño profundo y pasa sus manos cerradas en un puño, para limpiarse la cara. - ¿Ya llegamos tía?- me pregunta con su voz baja infantil, mientras mira por la ventana al exterior. Alicia ya se ha bajado del coche y está sacando las cosas del maletero, que son necesarias, para lo que promete ser una estancia larga en este hospital. - Sí, ya estamos aquí pequeño, voy a ayudar a Alicia a bajar las cosas. Limpia bien tus manos con la toallita húmeda y no te las pases por los ojitos. Ponte la mascarilla nueva, an
Miraba por el cristal del hospital hacia la sala estéril donde Mateo estaba recibiendo su trasplante medular, después de semanas de exámenes y preparaciones de todo tipo. Ver su pequeño cuerpo acostado en esa fría cama, me partía el alma.No había derramado casi lágrimas, ni se había quejado de nada, e incluso el equipo de médicos, lo había felicitado por su valentía todos estos días.Esas deberían ser las ganas que tenía de sobrevivir y curarse.Pero en realidad, no era algo que me reconfortara, es imposible e ingenuo pensar que un niño tan pequeño no tendría miedo, si una persona adulta estaría aterrada, a pesar de saber que estaba recibiendo el tratamiento que mejoraría en un cien porciento su vida e incluso, podríamos decir que lo salvaría hasta de una posible muerte, por cualquier simple complicación.No quería que Mateo se lo guardara todo por dentro, sentía que a pesar de nuestro acercamiento, aún no me tenía la suficiente confianza, o simplemente por su experiencia de vida, ib
Punto de vista de Alan: Después de que estuve más o menos recuperado, fui dado de alta del hospital. A pesar de que quedaron pendientes unos chequeos que tenía que hacerme para el seguimiento de la conmoción, pude liberarme al fin de ese cuarto hospitalario que, por muy VIP que fuera, me tenía completamente sofocado.Con el cabestrillo aún seguía, pero supuestamente solo por si acaso, porque ya había pasado el tiempo aproximado, de usar este artefacto que no me dejaba ni rascarme la conciencia.Por supuesto, durante todo este tiempo no he olvidado para nada mis asuntos con la secretaria Monroe, es más, siento que cada segundo de mi día se hace interminable porque no la he visto en varias semanas.Eso que dicen que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, lo estoy comprobando en carne propia muy tristemente.Los miembros de directivos de la empresa me vinieron a visitar al hospital, con ramos de flores y regalos que me enviaban algunos empleados, lo cual agradecí mucho porque, al
Punto de vista de la Secretaria Monroe: Acabo de limpiar a Mateo, porque las medidas de higiene tienen que ser extremadamente cuidosas.Gracias a todos los cielos, hasta ahora el procedimiento médico había salido bien, el doctor me dijo que solo quedaba esperar a que las nuevas células madres crezcan y comiencen a multiplicarse dentro del pequeño cuerpo de Mateo y lo ayuden en todas las funciones orgánicas que hasta ahora, eran deficientes y se comiencen a normalizar. En el futuro puede vivir su vida como un niño prácticamente sano.Pero, aunque estoy prestando extremado cuidado en lo que estoy haciendo, para ayudar a Mateo en su limpieza, mi mente no puede dejar de pensar en todo lo que hablamos en la oficina del doctor de cabecera sobre los próximos tratamientos pendientes y que me parece tan increíble, que de repente haya aparecido la solución a todos nuestros problemas, casi tengo miedo de que sea un sueño y al despertar, esté sumida en la misma desesperación de no saber de donde
3 meses despuésPunto de vista de Alan: - ¿Cuántas veces tengo que rectificar este informe?- le digo totalmente irritado a mi segundo al mando, es la tercera vez que me trae unos documentos que para nada tienen que ver con las cifras reales que quiero.- Presidente, deme una oportunidad, iré personalmente a instruir a la secretaria para que lo haga correctamente- me explica con nerviosismo y veo como le suda la frente de la tensión.- Es la tercera vez que le viro el mismo documento para atrás, yo lo voy a rectificar, no hace falta que me siga haciendo perder el tiempo, con tanto trabajo acumulado que tengo, precisamente porque no sabe coordinar nada bien- le respondo tirando la carpeta llena de hojas en la mesa y es otra de las tareas que tendré que sumarle al día de hoy, que promete va a ser interminable, como han sido todos mis días desde hace unos meses- Cuando salgas de paso le anuncias que ya no es necesario que venga mañana a mi oficina, transfiérela a otro piso con menos pres
Entonces aquí estoy nuevamente en un restaurante cualquiera, esperando por una chica que ni conozco, ni quiero conocer tampoco.Mi abuela ha entrado en estos meses en modo de ataque total, al parecer el tema del accidente y que casi me pierde, le afectó mucho y quiere que asiente cabeza, me case y tenga muchos hijos, que solo así va a poder morir feliz y tranquila.Bajo ese chantaje emocional, entre todos los rollos mentales y cambios en mi personalidad y modo de ver la vida, ahora también tengo que sumar estas tediosas citas, que son al menos una vez a la semana.Ya la Sra. Elba Kingsley sabe que la secretaria Monroe renunció al trabajo, pero le dije que por problemas muy personales y de gravedad.Me replicó que si la secretaria Monroe necesitaba tiempo libre por enfermedad o asuntos de su familia, debería haberle dado una licencia en vez de despedirla.Quería gritarle que no la despedí, que ella me abandonó como el perro que soy y que ojalá fuera una licencia, lo que me hubiese pedi