Él tenía una responsabilidad.Él era su esposo, pero también era el hermano de Catalina.—Amanda, ¿qué haces ahí parada? Llora rápido, lucha por una oportunidad. ¿Y si ganas...?Catalina estaba llorando casi hasta quedarse sin aliento.Era realmente conmovedor. Carla pensó que si fuera un hombre, también elegiría a Catalina.Esto se debía a que Amanda era demasiado fuerte. No sabía rendirse. En su interior, era muy orgullosa. Incluso en su caída, siempre mantenía su postura.Una persona así, una mujer así, era difícil de conmover por un hombre.Lucas estaba siendo manipulado por Viviana, también debido a la personalidad de Amanda, que parecía débil, pero era más obstinada que cualquiera.Amanda miró a Catalina a su lado y luego a Jorge, quien también estaba en una encrucijada.—Jorge...puedes...? Abrió la boca, queriendo decir:—¿Puedes salvarme?Movía sus labios, al tratar de salir algo de voz, pero no fue escuchado. Catalina había crecido junto a él, y aunque tuviera errores, sus sen
Eligio a Catalina, su hermana.—Bien, entonces todos pueden irse. Tú te quedas.Amanda ya había visualizaba este resultado. Pero, aun así, sintió un dolor profundo en el corazón, arrugándole el alma y ahogando las palabras en la garganta.Todos estaban a salvo, mientras que ella se quedaba sola en este lugar, sin saber lo que le esperaba.En realidad, Catalina había hecho un gesto innecesario. No necesitaba recibir un disparo; Jorge igual la habría elegido.¿Para qué arriesgar su vida de esa forma? Bueno, aunque finalmente estas personas, que juegan con nuestra propia vida, son tristes.—Amanda… Yo no me voy, quiero quedarme contigo, Carla le sujetola mano.Amanda exhaló un profundo suspiro, tratando de calmarse.—Carla, no digas tonterías. Jorge volverá por mi…Estaba hablando, cuando vio a Jorge marcharse con Catalina en brazos, sin siquiera mirarla.Esas palabras no tenían ahora ningún peso.Tragó saliva, tragándose también una amargura infinita.—Si alguien puede escapar, que lo
En ese momento, se escuchó el sonido de la puerta abriéndose desde afuera.Amanda se alertó de inmediato, mirando nerviosa hacia la entrada.Entró un tipo. Era el calvo al que ella había mordido antes.Su corazón se hundió al instante; estaba segura de que él venía para lastimarla.El hombre la miró con una expresión siniestra. Sus ojos brillaban con una luz venenosa y un aire de superioridad que le hizo temblar el corazón.—¿Qué quieres hacer? Amanda le preguntaElla retrocedió paso a paso. Sin comida ni agua, no tenía mucha energía.Además, desde que había subido al barco, estaba sumida en el miedo. Sus piernas no tenían fuerzas y no podía resistirse.El tipo sonrió:—¿No eras muy fuerte? Quiero ver qué tan altiva eres en realidad, vamos a ver cómo te hago recordar lo que me hiciste.—No te acerques. Si me tocas, Jorge no te lo perdonará nunca.—¿Y si te violo? ¿Qué puedes hacer? ¿Acaso cuando te rescaten le dirás a Jorge que te violé? ¿Te atreves a hablar? Total, no es la primera ve
Amanda sentía como se desquebrajaba su espíritu. Su cuerpo estaba dolorido y su conciencia comenzaba a desvanecerse.El calvo, emocionado y lleno de excitación, comenzó a rasgar su ropa.En ese momento, la puerta se abrió de golpe.Un fuerte disparo resonó, y el tipo recibió un tiro en la frente. Sus ojos quedaron abiertos de par en par, su mirada se fue apagando lentamente hasta que su cuerpo cayó pesadamente sobre ella.Amanda lo empujó rápidamente, y en ese instante, le regreso el brillo en los ojos.—¡Jorge… viniste…!Las palabras se le quedaron atascadas en la garganta, congelándola en su lugar.No era Jorge quien había llegado, sino Héctor.—¿Qué pasa? ¿Te decepcionó verme? Haciendo un gesto cínico. Este idiota siempre queriendo hacer mas de la cuenta. Amanda apretó los labios, sin decir nada, y se retiró lentamente hacia un rincón.Se acurrucó, abrazándose con fuerza.Ya sabía la respuesta en el fondo de su corazón, entonces, ¿qué seguía esperando?Héctor ordenó que se llevaran
Si una mujer caía en manos de secuestradores, ¿qué destino le esperaría?Amanda Melero estaba experimentando como ese grupo de personas quería convertirla en una puta.Le cubrieron los ojos con una venda negra y le taparon la boca con cinta adhesiva, atándola en una esquina como si fuera un animal.Su cuerpo estaba lleno de heridas, sin una sola parte de piel sana. La cuerda no medía más de un metro, por lo que, si trataba de huir, se estrangularía. De hecho, había intentado resistirse en varias ocasiones y lo único que había logrado era asfixiarse. Su rostro se había tornado morado y su voz se quebró al instante. ¡No tenía escapatoria!Al otro lado de la puerta, escuchó como los secuestradores maldecían furiosos, después de que hubieran intentado violarla y ella les hubiera mordido la garganta con furia.Con un poco más de fuerza, le hubiera roto la tráquea, y hubiese matado al secuestrador. Por eso la habían golpeado y la habían atado ahí, incluso la drogaron.No sabía qué era lo q
Aquel era un club que Lucas frecuentaba, donde solía beber y divertirse con sus amigos.Amanda no podía creer que las palabras del líder del grupo que la había secuestrado fueran ciertas, por lo que, sin poder controlarse fue a buscar a Lucas. Había estado con Lucas durante tres años, gracias a lo cual sabía el número del reservado que él frecuentaba por lo que directamente se dirigió hacia allí, donde lo encontró jugando a «verdad o reto». —Lucas, perdiste, ¿verdad o reto?—Verdad.—Bueno, ¿quién es la mujer que más quieres?—Venga, todos saben la respuesta. Claro que es Viviana.—¡Uy, uy…!Las voces de todos los que jugaban eran sumamente animadas.El rostro de Amanda, quien se encontraba al otro lado de la puerta, perdió todo su color. Ya no tenía más fuerzas y su mano se quedó suspendida en el aire, sin tener el valor suficiente para tocar el pomo, por lo que se limitó a escuchar. Parecía que había comenzado una nueva ronda y esta vez quien perdió no fue otra que Viviana. —Viv
Jorge extendió las manos lentamente hacia ella; sus dedos eran delgados y sus palmas eran cálidas y anchas.Al escuchar esa voz tan familiar, Amanda se quedó inmóvil, como si una cuerda invisible la hubiera atado.En ese momento, el pandillero borracho se acercó rápidamente, diciendo groserías: —Oye , te estoy hablando. ¿Por qué me ignoras? Ven aquí, parece que me necesitas… Sin embargo, antes de que terminara, Jorge, sin pronunciar palabra ni una sola palabra, usó el pequeño paraguas para someterlo fácilmente, antes de llamar a la policía, la cual acudió de inmediato. —Este hombre está acosando a una mujer y podría ser un reincidente. Llévenselo y denle una buena lección —dijo Jorge con firmeza.—Entendido, nos encargaremos de ello —respondió el policía, de manera respetuosa, antes de llevarse al borracho.Amanda debería haber aprovechado esta oportunidad para huir, pero, después de todo lo que había sucedido, se encontraba exhausta.—¿Necesitas que te lleve a casa? —La voz de Jorg
Jorge estaba hablando por celular, sin percatarse de su presencia.—Vale, te acompaño de compras el fin de semana. Ahora tengo que conducir, así que no puedo seguir hablando… —Hizo una pausa—. Sí, sí, como tú quieras. Jorge, siempre hablaba de manera directa y contundente, dando una imagen muy dura, de un hombre lleno de fuerza. Sin embargo, en ese momento, su voz era suave e, incluso, esbozaba una amplia sonrisa, que mitigaba el aire intimidante. Amanda lo miró, pensando que, tal vez, hablaba con una joven que le gustaba mucho. Sintiendo que había encontrado a un salvador, golpeó desesperadamente la ventana del auto. —¿Sí? —preguntó Jorge, un tanto sorprendido, tras bajar la ventanilla.¿Qué diablos hacía Amanda allí? —Eh… A ver, te llamaré otro día, ¿sí? Ahora estoy ocupado —dijo ansioso al teléfono—. Cuando nos veamos, puedes castigarme como gustes. Amanda pensó que realmente parecía que estaba hablando con alguien importante para él.—¿Qué te pasa? —preguntó Jorge, sin abri