Héctor pidió que entraran con el dinero del rescate.La persiana se levantó y, una vez que ambos hombres estuvieron dentro, se cerró de nuevo.—Viviana, Amanda…Lucas pronunció los nombres con urgencia.—Viviana, ¿estás bien?—¡Lucas, sálvame!Finalmente, sus ojos se posaron en Viviana.—Hermano, tengo mucho miedo, por favor, sácame de aquí. No quiero morir aquí.Jorge al escuchar esto, empalideció y su ceño se frunció, apareciendo gotas de sudor en su frente.Esa escena le recordaba algo que había sucedido hace muchos años.Amanda quiso hablar, pero al ver la mirada de Jorge, se quedó en silencio, sin saber qué decir.—Aquí está el dinero, suelten a las personas.Trajeron cuatro maletines en total, pesados y llenos de dólares.Héctor ordenó que se los llevaran para revisarlos uno por uno. Tras confirmar la cantidad, devolvió uno de los maletines.—¿Qué significa esto?Jorge habló con frialdad.—Queremos el dinero, pero necesitamos un rehén para asegurar nuestra salida.—Déjenla a ella
Él tenía una responsabilidad.Él era su esposo, pero también era el hermano de Catalina.—Amanda, ¿qué haces ahí parada? Llora rápido, lucha por una oportunidad. ¿Y si ganas...?Catalina estaba llorando casi hasta quedarse sin aliento.Era realmente conmovedor. Carla pensó que si fuera un hombre, también elegiría a Catalina.Esto se debía a que Amanda era demasiado fuerte. No sabía rendirse. En su interior, era muy orgullosa. Incluso en su caída, siempre mantenía su postura.Una persona así, una mujer así, era difícil de conmover por un hombre.Lucas estaba siendo manipulado por Viviana, también debido a la personalidad de Amanda, que parecía débil, pero era más obstinada que cualquiera.Amanda miró a Catalina a su lado y luego a Jorge, quien también estaba en una encrucijada.—Jorge...puedes...? Abrió la boca, queriendo decir:—¿Puedes salvarme?Movía sus labios, al tratar de salir algo de voz, pero no fue escuchado. Catalina había crecido junto a él, y aunque tuviera errores, sus sen
Eligio a Catalina, su hermana.—Bien, entonces todos pueden irse. Tú te quedas.Amanda ya había visualizaba este resultado. Pero, aun así, sintió un dolor profundo en el corazón, arrugándole el alma y ahogando las palabras en la garganta.Todos estaban a salvo, mientras que ella se quedaba sola en este lugar, sin saber lo que le esperaba.En realidad, Catalina había hecho un gesto innecesario. No necesitaba recibir un disparo; Jorge igual la habría elegido.¿Para qué arriesgar su vida de esa forma? Bueno, aunque finalmente estas personas, que juegan con nuestra propia vida, son tristes.—Amanda… Yo no me voy, quiero quedarme contigo, Carla le sujetola mano.Amanda exhaló un profundo suspiro, tratando de calmarse.—Carla, no digas tonterías. Jorge volverá por mi…Estaba hablando, cuando vio a Jorge marcharse con Catalina en brazos, sin siquiera mirarla.Esas palabras no tenían ahora ningún peso.Tragó saliva, tragándose también una amargura infinita.—Si alguien puede escapar, que lo
En ese momento, se escuchó el sonido de la puerta abriéndose desde afuera.Amanda se alertó de inmediato, mirando nerviosa hacia la entrada.Entró un tipo. Era el calvo al que ella había mordido antes.Su corazón se hundió al instante; estaba segura de que él venía para lastimarla.El hombre la miró con una expresión siniestra. Sus ojos brillaban con una luz venenosa y un aire de superioridad que le hizo temblar el corazón.—¿Qué quieres hacer? Amanda le preguntaElla retrocedió paso a paso. Sin comida ni agua, no tenía mucha energía.Además, desde que había subido al barco, estaba sumida en el miedo. Sus piernas no tenían fuerzas y no podía resistirse.El tipo sonrió:—¿No eras muy fuerte? Quiero ver qué tan altiva eres en realidad, vamos a ver cómo te hago recordar lo que me hiciste.—No te acerques. Si me tocas, Jorge no te lo perdonará nunca.—¿Y si te violo? ¿Qué puedes hacer? ¿Acaso cuando te rescaten le dirás a Jorge que te violé? ¿Te atreves a hablar? Total, no es la primera ve
Amanda sentía como se desquebrajaba su espíritu. Su cuerpo estaba dolorido y su conciencia comenzaba a desvanecerse.El calvo, emocionado y lleno de excitación, comenzó a rasgar su ropa.En ese momento, la puerta se abrió de golpe.Un fuerte disparo resonó, y el tipo recibió un tiro en la frente. Sus ojos quedaron abiertos de par en par, su mirada se fue apagando lentamente hasta que su cuerpo cayó pesadamente sobre ella.Amanda lo empujó rápidamente, y en ese instante, le regreso el brillo en los ojos.—¡Jorge… viniste…!Las palabras se le quedaron atascadas en la garganta, congelándola en su lugar.No era Jorge quien había llegado, sino Héctor.—¿Qué pasa? ¿Te decepcionó verme? Haciendo un gesto cínico. Este idiota siempre queriendo hacer mas de la cuenta. Amanda apretó los labios, sin decir nada, y se retiró lentamente hacia un rincón.Se acurrucó, abrazándose con fuerza.Ya sabía la respuesta en el fondo de su corazón, entonces, ¿qué seguía esperando?Héctor ordenó que se llevaran
Héctor silbaba mientras miraba cómo Jorge se acercaba cada vez más.—Vaya, el señor Toledano tiene los cojones bien puestos. En serio vino solo a entregar el rescate.—La plata está aquí, suéltala ahora mismo.Jorge dio unas palmadas al maletín en sus manos. Eran dos grandes cajas llenas de dinero.—Sube, comprobaré el dinero y, naturalmente, la dejaré ir.—¡No subas…! ¡Por favor no lo hagas!Amanda dijo con urgencia.Jorge la miró con ternura y, aun así, subió.Al ver las heridas en su cuerpo, su corazón se contrajo, y con su mano grande, acarició suavemente su rostro.—Lo siento, siento mucho que hayas sufrido, estoy aquí para irnos juntos.—¿No habías elegido ya a Catalina?—Ella es mi hermana, tengo que salvarla. Tú eres mi esposa, también tengo que salvarte. Si Catalina no recibía tratamiento a tiempo, podría haber muerto. No tuve más remedio que elegirla, pero tampoco voy a quedarme de brazos cruzados si algo te pasa. Si no puedo salvarte, entonces moriré contigo, es mi decisión
—Señorita Catalina, por favor cálmese un poco, esta fue decisión de Jorge, ¿qué culpa tiene Amanda de todo eso?—Amanda, será mejor que reces para que mi hermano esté bien, de lo contrario no te lo perdonaré jamás, ¿Cómo pudiste regresar sin él?Catalina la miraba con frialdad y total desagrado. Tony ayudó a Amanda a subir a la ambulancia. Tenía varias heridas externas, todas causadas por el secuestrador.Era tan frágil que parecía que un viento fuerte podría derribarla. Con el cuerpo al descubierto y lleno de cicatrices, había llegado al límite de su aguante.Tan pronto como subió a la ambulancia, perdió el conocimiento.En su mente resonaba una y otra vez una frase:—Amanda, si tú estás viva, yo también lo estaré. Espérame por favor.Amanda no podía hacer nada más que aferrarse a esas palabras y creer en lo que Jorge había dicho.Estuvo inconsciente durante más de una hora. Cuando despertó, estaba en el hospital.Abrió los ojos y su visión estaba borrosa. Solo pudo distinguir a algu
—¿Y si… dejamos que el tío asuma el control temporalmente? Cuando mi hermano regrese, ya discutiremos entonces qué hacer.En ese momento, Amanda escuchó la voz de Catalina.—¡No puede ser! —exclamó Tony, alarmado, mientras abría de un solo impacto la puerta de la sala.—Ya que la señorita Catalina lo propone, no tengo más remedio que aceptar la responsabilidad y asumir…—¡Un momento! —gritó Tony.—Jorge está desaparecido, han pasado apenas unas horas. ¿No creen que están siendo demasiado apresurados? Esperen a que él regrese. Todos deben mantenerse en sus puestos, nadie debe actuar por su cuenta, los asuntos diplomáticos aún deben ser direccionados por Jorge.—¿Y tú quién te crees que eres? Esto es una reunión de alto nivel del grupo Toledano. Sin Jorge, ¿qué derecho tienes a hablar? —interrumpió el vicepresidente, con un tono despectivo.Los demás miembros del consejo también comenzaron a murmurar, expresando su descontento con lo dicho por Tony.Peor aún Catalina parecía confundida,